Abr 122017
 

Ana Isabel Rodríguez Ávila.INTRODUCCiÓN

El presente trabajo habla de la sociedad, base por lo tanto para realizar
una Historia Social.

Veamos en primer lugar a que nos referimos al hablar de Historia Social;
Historia Social no es simplemente lo que nos queda en un manual tras bo-
rrar de él la Historia Política, tampoco es la Historia de la sociedad como
suma de todas las posiciones y relaciones que resultan de la integración
humana, puesto que eso equivaldría a la Historia total.

El objetivo de la Historia Social reside en las estructuras de esa sociedad,
en esos factores que determinan su singularidad, reconocibles en los prin-
cipios y criterios de división de una sociedad y su sistema de articulación y
las relaciones recíprocas de cada una de sus partes, debidas a los lazos
sociales, a las tensiones y conflictos, a la mayor o menos permeabilidad de
la estratificación, así como el hecho de compartir un marco político y un
sistema de referencias comunes.

La Historia de la vida cotidiana es una de las grandes aportaciones de la
Historia Social, significa un nuevo cambio de protagonista, no el Rey, los
nobles, las masas organizadas … sino la gente corriente, la gente del pue-
blo, como algunos de esos extremeños que en la primera mitad del siglo
XVI, emprendieron la ardua tarea de conquistar y poblar «el nuevo
mundo».

Veamos pues un análisis del conquistador y del poblador extremeño, un
análisis referido a su nivel cultural, su rango social, que en definitiva es un
análisis de la realidad extremeña del Renacimiento.

Entendemos este término como definidor del tránsito del mundo medieval
a otro que se considera a sí mismo como «moderno».

Desde mediados del siglo XIX se habla de Renacimiento como una época
histórica, de la cual los historiadores destacan alternativamente la novedad
y la continuidad, con respecto a la cultura de los Últimos siglo medievales.
Se suele decir que en Extremadura, como en ningún o casi ningún otro
lugar de España, pero si cabe menos en Extremadura, no se dio un verda-
dero Renacimiento por falta de base social adecuada (una fuerte sociedad
urbana) y por el predominio de la tradición eclesiástica que coartó las deri-
vaciones del pensamiento crítico que pudieran atacar al dogma o a los
privilegios de la Iglesia.

Por tanto hay que partir de la base de que el Renacimiento aparece como
«fachada histórica», realmente fue un fenómeno minoritario limitado a las
élites cultas.

Dado que este trabajo trata de la conquista y población extremeña en
América, es decir de los pobladores y conquistadores de Extremadura, he-
mos de ver en primer lugar a que nos referimos cuando hablamos de Extre-
madura y en que momento surgió el concepto de región extremeña.

Una serie de circunstancias históricas y geográficas aislaron su territorio y forzaron la convivencia de sus habitantes, hasta alumbrar una nueva regio- nalidad. Las claves de la tardanza están en la escasa capacidad individuali- zadora (étnica, lingüística .. ,), ausencia de precedentes históricos, soporte institucional e incluso de nombre propio, ya que Extremadura era un terri- torio compartido por un amplio territorio peninsular.

El primer paso significativo consistió en la apropiación de el hombre de
Extremadura, por la región actual y su desaparición de otras regiones que
lo habían llevado, este hecho se produjo a finales del siglo XV, es decir, en
vísperas de la conquista americana.

Los humanistas tuvieron un papel fundamental en este hecho, se estableció
la equivalencia Lusitania–Extremadura, la labor intelectual de los huma-
nistas consistió en transferir a la nueva región extremeña todo el material
histórico atribuido anteriormente a Lusitania.

El afán de dotar a la región extremeña de un pasado digno llevó a los cro-
nistas y cronógrafos como Francisco de Caria, a principios del siglo XVII a
romper con la obsesión de grandeza en la antigüedad clásica para buscar-
les en algo mas próximo como la Reconquista o Conquista de América,
asó por primera vez la empresa americana se transforma en soporte de
extremenidad.

Características-base de la Extremadura del Siglo XVI

Veamos ahora algunas de las características-base de la Extremadura del
siglo XVI, para poder entender el medio en que nacieron y crecieron aque-
llos primeros conquistadores y pobladores, veremos así el ambiente en el
que vivían y del que partieron esos hombres, nos servirá para entender las
situaciones que en la nueva sociedad, construida por ellos, querían ver
perpetuarse o desaparecer.

En el S. XVI se produjo un despegue demográfico semejante al del resto de España, a pesar de las esporádicas apariciones de la peste como la de 1.507. Extremadura alcanzó entonces una interesante situación demográfi- ca que la colocaba en algunos casos por delante de otras regiones (68). As¡ se puede afirmar que en vísperas de las grandes conquistas y emigraciones a América, Extremadura era una región comparativamente bien poblada.

La organización económica extremeña estaba dentro de las líneas genera-
les de la Baja Edad Media, pero con referencia también a algunos condi-
cionamientos específicos. También hay que tener en cuenta la
marginalidad de la región en el contexto peninsular, al quedar alejada de
los centros urbanos importantes y las grandes rutas comerciales.

La economía resultante fue de subsistencia y escasos intercambios. Las bases económicas eran muy estables, por ejemplo la tierra era Extremadura una tierra de agricultores, pero también de ganaderos, este inmovilismo como en todas partes de España ocasionó problemas entre agricultores y ganaderos, estos fueron particularmente importantes en el S. XVI que fue cuando Extremadura adquirió una característica básicamente ganadera (69) ocupando el cerdo un lugar destacado (no debe olvidarse que la tradición nos muestra al joven Pizarro, cuidando cerdos en el Trujillo del S. XV) lo cual dio origen a un importante mercado de ganado porcino en la villa de Zafra (70) que aún hoy mantiene su tradición.

Las grandes transformaciones ocurridas en la economía extremeña, sobre
todo en la relación con la propiedad, unidas a otras circunstancias como la
marginalidad de la región y la proyección sobre ella de ciertos aspectos de
la política castellana favorecieron el desarrollo de tendencias feudalizantes
inherentes al contexto social de la época, produciendo como resultado la
señorización del territorio y la sociedad.

68 Nadal, J. La población española. Ariel. Barcelona, 1.984.

69 Pere Molas. Edad Moderna. pg. 131 Espasa Calpe, 1.988.

70 Fernández Álvarez, M.- Díaz Medina, A.- Los Austrias Mayores y la Culminación del Imperio. Gredos 1988.

 

Extremadura se convirtió en la moneda de pago de la monarquía a SUS
principales servidores, que sólo en algunos casos como la Fera o Albuquer_
que, desempeñaron algún lugar en la zona como guardianes en la frontera
portuguesa.

En cuanto al nivel cultural de la época, algunos autores (71) llegan a calificar_
lo de «problema cultural», ya que la definida cultura del S. XVI es patrimo_
nio de
específicas minorías, frente a ellos una enorme masa de analfabetos
a veces el cura, unas pocas autoridades municipales, hidalgos y villano~
ricos constituyen esa minoría alfabetizada que cubre las necesidades de
leer, escribir o firmar.

El origen de tan elevado analfabetismo tiene su origen en la enseñanza
primaria rara y escasa, dado su carácter privado, así como en la mentali-
dad del propio campesino, que no acaba de ver sus ventajas, de un lado
por el riesgo que esto podía suponer, pues sabía bien que los lectores esta-
ban más cerca del «brasero inquisitorial», y por otro lado, el trabajo infantil
era algo de lo que no se podía prescindir.

Esbozaba así a grandes rasgos la sociedad y la realidad extremeña del S.
XVI, pasemos a abordar el tema
especffico de este trabajo, que es el nivel
social y cultural de los pobladores y conquistadores extremeños.

Nivel Socio-cultural de los conquistadores y pobladores
extremeños

Una afirmación general es decir que el español de América es una prolon-
gación del español popular de la Península entendiéndose popular en el
sentido de cada inferior de la Península, de todas formas es una afirmación
demasiado general y engañosa.

Veremos en primer lugar el monto total de población que pasó a América
en el S.XVI, para ver después grupo por grupo cual fue su aportación en la
obra conquistadora y pobladora.

A sabiendas de que los datos son fragmentarios, ya que mucho emigrantes
no han dejado huella documental, se puede calcular la emigración total de
Castilla a América en 200.000
individuos (72) En el S. XVI el 28% de los in-
migrantes asentados en Indias eran extremeños y constituían es segundo
grupo importante después de los andaluces, que constituían un tercio de la
población allí asentada.

71 Fernández Álvarez- Díaz Medina. opto cito

72 Céspedes del Castillo. La América Hispánica Labor, 1.988.

 

La mayoría de los inmigrantes en el S. XVI se establecieron en el Perú
(36%) y en México (33%), siguiendo como zonas de inmigración Nueva
Granada (9%), Centroamérica (8%), Cuba (5%) y Chile (4%).

Hay que destacar que en la época inicial y decisiva de la estructuración
social, fueron los andaluces y extremeños, como mayoría europea, los que
más contribuyeron a configurar la sociedad indiana y darle su sello; Este
hecho tendrá importantes consecuencias posteriores.

Se ha firmado que la Conquista y Colonización de América fue llevada a cabo por los penados de las cárceles y forajidos, según Rosenblat (73) hay algo de cierto en esta afirmación, sobre todo porque tras el tercer viaje de Colón las Indias se convierten en un lugar poco deseable, ya que fueron muchos los que murieron y vinieron enfermos.

Las súplicas de Colón consiguieron dos provisiones reales de los Reyes
Católicos en 1.547 que permitieron el embarque de estos forajidos, de los
que tenemos noticias a través de los cronistas de Indias.

Sin embrago no parece que fueran muchos los penados que fueron a In- días (74). al menos legalmente ya que, una real cédula del 11 de abril de 1.505 revocaba la autorización de enviar malhechores a Indias, parece ser que se trataba de evitar que los males de la «vieja sociedad» se trasladaran a la nueva.

Por tanto su papel fue muy pequeño y no tuvieron ningún peso en la obra
colonizadora.

En cuanto al aporte de población campesina, base junto a los soldados de toda colonización, parece ser que fue pequeña, a pesar de las ventajas ofrecidas por los Reyes para fomentar este aporte fundamental (75), lo que dificultaba la emigración del campesino era por una parte la resistencia de los señores, ya que como vimos en el S. XVI aumentaron mucho las tierras de señorío, estos señores no querían quedarse sin sus rentas, por otra parte la antigua mentalidad campesina muy apegada al «terruño», para los que con toda seguridad no habrían visto nunca el mar, les esperarían meses de larga travesía, en una época de lentos transportes.

A pesar de estos inconvenientes hubo campesinos que pasaron a América,
sin embargo una vez allí su vida cambió no se dedicaron a la labranza,
debido fundamentalmente al fracaso del campesino europeo al llegar al
trópico, encuentra dificultades de adaptación a la nueva tierra, a un clima
distinto, sin sucesiones de estaciones ¡que distinto del extremeño!, se

73 Rosenblat «Base del Español de América». Revista de Indias 1.971.
74 Fernández de Oviedo Libro 111, Capítulo IV.

75 Zavala Silvio. Estudio Indianos. México, 1.948.

 

encuentra con unos cultivos desconocidos y sobre los que carece de
experiencia.

Y encontramos en las crónicas que aquellos extremeños que partieron co-
mo campesinos se convirtieron en soldados, una vez atravesado el Atlám],
co; así nos informa Juan de Castellanos en Las Elegías IV, Canto XIII, qUe
entre la gente que trajo de Santo Domingo en 1.539 el nuevo gobernador
de Santa Marta, Jerónimo Lebrón, figuraba un labrador llamado Blasco
Martín que fue: «caudillo diestro y
excelente (76) … » y además nos dice que
era natural de Cabeza de Buey en el Maestrazgo (77).

En cuanto a la aportación de otros oficios de la Conquista y Población his-
panoamericana, también se encuentran datos de su existencia a través de
las crónicas y del índice biogeográfico de Peter Boyd-Bowman, llegó gente
de los más varios oficios pero en cantidades insignificantes.

Entre las causas de esta pequeña proporción se pueden aducir, el propio
carácter de las expediciones, que tenían en general un carácter privado,
y
por tanto costeadas por los caudillos y capitanes.

Las consecuencias de esta escasez, en una sociedad nueva que se estaba
constituyendo y necesitaba de ellos fueron los precios abusivos, no tenían
competencia por lo que muchos cabildos tuvieron que obligar a algunos a
permanecer en las poblaciones y fijar tasas de precios para evitar las tarifas
abusivas (78).

Parece ser que no todos lo oficios fueron igualmente minoritarios, así que
trasladó a Indias un buen número de marineros, hecho fálcilmente com-
prensible, la llegada a América requería muchos meses de navegación, se
necesitaban marineros adiestrados, que además de tener los conocimientos
necesarios de navegación, no estarían por su propia profesión tan apega-
dos a la tierra ya sus lugares de origen como los campesinos.

Esta incorporación tiene importancia social y lingüística, en los años 70
surgieron una serie de estudios que señalaron la importancia del vocabula-
rio marítimo en el léxico general de América.

En cuanto al nivel social y cultural de esos marinos, generalmente era ba-
jo, se trataba de gentes que no poseían otro medio de vida, muchas veces
aventureros que se enrolaban en los barcos en busca de aventura, con todo
el sentido negativo que la sociedad del S. XVI tenía la imagen del aventu-
rero, en una sociedad donde la inmovilidad era norma general.

76 Rosenbl ato op. cito

77 Cabeza de Buey está en la provincia de Badajoz. Cuando Juan de Castellanos dice

que estaba en el Maestrazgo, seguramente pensaba en las posesiones de las órdenes militares.

78 Bayle Constantino. los Cabildos Seculares de la América Española. Madrid, 1.952.

 

Bernal Díaz que tantos retratos nos ha dejado de los personajes de Améri-
ca del S. XVI dice: «Era de la vela un soldado muy alto de cuerpo y bien
dispuesto y de muy grandes fuerzas que se decía fulano de Trujillo … hacía
cosas deshonestas … que lo oyó Moctezuma … preguntó que quien era
aquel malcriado y sucio; y dijo que era hombre que solía andar en la mar
y que no sabe de política y buena crianza».

Una de las características de la primera época es que acude a Indias gente
principal, de alto rango y buena posición en la Península, pero también es
característica de esta época que en general sucumbe o regresa, se quedan
los más aptos para las difíciles circunstancias americanas, los que «han
quemado las naves» al emprender el
viaje (79).

Así el conquistador español es un hombre de España formado en Améri-
ea (80), las islas del Caribe fueron el lugar de aclimatación de los espa~oles y
entre ellos se forjaron los grandes conquistadores extremeños, los
Hderes
capaces de ir más allá de la pura y brutal codicia, y utilizarlos como base
de las empresas de mayor envergadura y demostrar en la empresa la mez-
cla de feroz energía e inteligente moderación que sería el rasgo más im-
portante de los conquistadores.

El primer gran jefe que iba a producir la sociedad de frontera fue Vasco
Núñez de Balboa, un hidalgo extremeño y pobre. El segundo gran líder
surgido en la frontera fue Hernán Cortés, otro hidalgo extremeño pobre,
pero se trataba de un gran político nato, excelente diplomático, un verda-
dero estadista y un imaginativo organizador capaz de crear grandes nego-
cios. También Pizarra, el conquistador trujillano era hijo, aunque natural,
de un linaje hidalgo.

Estos hidalgos eran inferiores a la alta nobleza en lo que se refiere a poder
económico, no así desde el punto de vista cultural, aunque el analfabetis-
mo no era raro en aquella época aún en las clases sociales altas, así tene-
mos un Francisco de Pizarro, de clase alta por el padre, analfabeto. Cuenta
el Inca Garcilaso que Atahualpa tubo en menos a Pizarra cuando vio que
no sabía leer. El mismo debió de sentir su analfabetismo como inferioridad,
ya que dispuso en su testamento que sus hijos se criaran como gentiles
hombres y que supieran leer y escribir.

Son más numerosos los ejemplos de hidalgos extremeños conquistadores,
Valdivia, Henán Cortés, Cieza de León, que si bien no tenían una buena
posición económica en la Península, no puede decirse lo mismo de su

79 Rosenblat. op. cito

80 Pereyra, C. Huellas de los Conquistadores.

 

nivel cultural, de hecho el hidalgo era un sector de la nobleza, y a ella es-
taba dedicada entonces la educación.

Otro contingente de pobladores de gran importancia cultural y lingüística
fueron los oficiales de Rey: Clérigos, juristas, licenciados, bachilleres … En
aquella época el clero representaba la clase más culta de España, y es evi-
dente su gran importancia en la formación cultural de la sociedad hispano-
americana, en la que tenía el monopolio de la enseñanza.

Por lo general descendían de los sectores medios de la burguesía peninsu-
lar y hasta de las capas bajas pero su función es ennoblecedora.

En definitiva podemos afirmar que a las Indias llegaron ampliamente repre-
sentados todos los sectores de la vida cultural de la época.

Hasta ahora hemos visto como eran social y culturalmente los hombres
que llegaron a América, pero una vez allí veamos cual fue su actitud
y
evolución posterior.

El hecho más importante que se produce, mantenido por la mayor parte de
los historiadores (81), es que al primer contacto con la vida americana las vie-
jas estructuras se resquebrajaron y se produjo una nivelación igualitaria,
una hidalguización general.

No tardaron en adoptar de una forma generalizada la forma de vida aristo-
crática (82), muchas veces con la afectación del nuevo rico. Estudiados gestos
de arrogancia se convirtieron entre ellos en actitudes espontáneas y natura-
les, estableciendo comportamientos que tendrán una larga supervivencia
entre las clases altas de Hispanoamérica.

De esa hidalguización general se creían merecedores, asimilaron la Con-
quista a la Reconquista y la evangelización del Nuevo Mundo a la antigua
cruzada, y por eso creyeron merecer la misma recompensa que los guerre-
ros medievales habían obtenido luchando en la frontera musulmana.

Pero la corona no pensaba igual, nunca hubo una concesión general de
hidalguía, pero si una hidalguización de hecho. Los conquistadores mira-
ban al pasado para organizar el futuro pero la corona se esforzaba por
crear un estado distinto al medieval, quería crear un estado distinto al mo-
derno, una estado centralizado, y no podía tolerar la aparición de una aris-
tocracia señorial, que si lograba afirmarse no podría controlar al otro lado
del Atlántico.

Y en ese empeño de impedir la formación de una sociedad aristócrata,
quasi-feudal triunfó la corona, no solo por su propio empeño, sino también

 

81 Richard Konetzke, Juan Pérez de Tudela, Rosenblat.

82 Benítez, F. Vida criolla en el S. XVI.

 

por la propia debilidad interna de los conquistadores como grupo econó-
mico y social; gobernar un territorio y organizarlo fue más difícil que con-
quistarlo, bajo la adopción de formas de vida aristocrática descubrimos en
los conquistadores una falta de confianza en si mismos, muchos prefieren
disfrutar de sus riquezas en su tierra de origen, en vez de enfrentarse en
América con la difícil tarea de crear una élite política y organizar un
mundo (83).

Aunque estos encomenderos-conquistadores fracasaron políticamente, su
papel como fundadores de una sociedad tradicional y anclada en el pasa-
do, tuvo una influencia muy amplia y duradera.

En definitiva en la conquista americana participaron todo tipo de gentes,
pero fueron mayoritarios los grupos de hidalgos, merece destacar el peque-
ño porcentaje de campesinos y penados de la cárceles.

Al constituirse la sociedad hispanoamericana se produjo una nivelación
igualitaria hacia arriba, lo que hizo que se utilizasen formas de vida y usos
propios de las clases superiores.

Conclusión

En definitiva hemos visto en este artículo como esos primeros extremeños
que llegan a América hacen una transferencia de las instituciones socioe-
conómicas españolas cuya carga feudal era aún prominente.

Así mismo se asiste también a la transferencia de todo un sistema de valo-
res y pautas de comportamiento, que aparentemente calcado de la socie-
dad señorial castellana sufre pronto matizaciones al contacto con la
realidad del continente americano.

Este trabajo no trata de una Historia militar de la Conquista, sino de una
Historia Humana, sociológica, se trata de muchos, muchísimos españoles,
muchos de ellos extremeños que llegaron al continente americano y vivie-
ron su aventura, y de ese drama nació, con el tiempo, los pueblos de la
América Hispana.

Ante el 92 hay muchas expectativas abiertas, Extremadura tiene la oportu-
nidad de profundizar en su realidad histórica, ver la cara y la cruz del en-
cuentro entre los dos mundos, que se produjo hace 500 años, dos mundos
que permanecen hermanados desde entonces y apostar fuerte porque esa
hermandad se mantenga en el futuro.

 

83 Céspedes del Castillo. América Latina Colonial México. 1975.

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