Oct 012001
 

Marcela Martín Jiménez.

Me es muy querido y entrañable este libro, que fue el resultado de una recopilación de parte de los escritos de mi padre Tomás Martín Gil.

Voy a empezar por su aspecto exterior. La portada de la guarda del libro, es una bellísima fotografía hecha por él, que nos presenta una vista parcial de la Catedral de Coria (Cáceres). Es una bonita composición con una palmera en primer plano y parecen sus hojas un gran abanico mecido por el viento. De inmediato se ve una parte lateral de la Catedral rematada en pináculos. Lleva en ese lado los contrafuertes adosados al muro y al fondo la hermosa torre cuadrada rematada por un cimborio al que rodea una baranda de piedra de base cuadrada acabando sus esquinas con garbosos remates y en el centro un pináculo con arcos uno en cada lado de los cuatro que tiene. El lateral de la torre que se ve tiene tres huecos rematados en arco, con una campana cada uno.

El sol dora la piedra berroqueña realzando su estructura y belleza.

El tamaño es de cuarto, consta de 545 páginas.

La primera página al abrir el libro dice el nombre del autor Tomás Martín Gil, el título, Motivos Extremeños, Madrid 1968.

Ya esto de por si puede extrañarnos ya que él murió en el año 1947. Lo cierto es que este libro es el resultado del trabajo realizado por su hermano José Martín Gil, ayudado por mi hermano Luis Martín Jiménez. Se realizó por iniciativa de otro hermano de mi padre, Máximo, con el fin que no se perdiera esos “motivos extremeños” como él los llamaba. El resultado fue muy interesante al recoger aspectos extremeños en 27 Temas diversos, 7 Bibliografía, 9 El Folklore extremeño (canciones populares), 15 Arte, Arqueología, 4 El Arte en Extremadura, 4 Excursiones a viejas ermitas y 7 Rinconcillos de nuestra Historia. Son un total de 73 Motivos.

La siguiente página nos presenta una fotografía de mi padre en su despacho escribiendo,¡le he visto tantas veces así…¡

Se edita bajo el patrocinio de la Excelentísima Diputación Provincial de Cáceres con una edición limitada de mil ejemplares.

La Ofrenda, a manera de prólogo, fue realizada por D. Miguel Muñoz de San Pedro, Conde de Canilleros y de San Miguel en la que realza la figura de un estudioso que tanto amó a Extremadura.

Ahora ya vamos a meternos en sus escritos pero antes me gustaría decir que si el libro en su aspecto exterior es bonito y agradable, su contenido es por su sencilla exposición, aunque esto no debe confundirnos, de gran profundidad y muy bien documentado.

Las fotografías que lo ilustran, son de él, algunas de una gran trascendencia al ser ya el único testimonio que hoy nos queda de algunas cosas que ya han desaparecido como sucede con “Excursiones a viejas ermitas” con las pinturas al fresco.

Nos demuestra que tenía grandes conocimientos y al mismo tiempo variadísimos aunque jamás le oí jactarse de ello. Acudían a consultarle muchas personas y siempre los atendía con afecto y respeto.

El Primer Motivo, es:

CÁCERES Y SU PROVINCIA

Se adentra en los tiempos pasados para descubrirnos su antigüedad como Norba romana, la Cazires árabe, etc.

Entre líneas nos está invitando a conocer Cáceres y tener el placer de visitar desde ella, Trujillo, Mérida, rincones insospechados de estas hermosas tierras. Aconseja las diarias excursiones desde Cáceres que harán las delicias del visitante.

Desde Mérida a Salamanca va la famosa Ruta de la Plata o la llamada calzada romana.

Como ya decía antes las fotografías que ilustran el libro fueron hechas por él y las de este “Motivo” son una fantasía, de sol, sombras, nos da idea de movimiento. A través de estas vamos a descubrir y admirar cosas insólitas de la época en que fueron hechas. Los cántaros de barro, envases para transportar el agua, las jóvenes lo llevaban en la cabeza, sobre una llamada rodilla, que no es otra cosa que un rodete hecho de trapos y rematada luego con paño de colores, se hacen tiras finas que lo cubren y se van formando dibujos, se rivalizaba para ver quien la llevaba mas bonita. La fotografía primera de este “Motivo” nos deja ver la puerta de la Iglesia de Santa María al fondo, poniendo en primer término la figura que está situada a la derecha, es una joven con un gran cántaro a la cabeza, se la ve andando, con la mano derecha se sujeta un poco el cántaro pero el resto de la figura imprime un movimiento que se ve a través de sus ropas, pliegues en la falda del vestido que parece que se está moviendo e igualmente se nota el peso del cántaro que lo lleva lleno. Otra idea de profundidad nos la da el farol situado a la izquierda en la parte superior en el esquinazo del Obispado y que tiene bastantes detalles en el hierro, hay así mismo una ráfaga de sol que ilumina el suelo quedando algunas zonas en sombra.

La siguiente fotografía es Adarves de Santa Ana con un arco casi al fondo y una palmera que nos trae el recuerdo de una calle de sabor oriental. Lo que si da la sensación es que vamos andando por esa calle. Se destacan al fondo edificios antiguos.

La tercera fotografía es un rincón de Cáceres el Viejo, A la derecha, La torre de las cigüeñas con su remate de almenas nos presenta un evocador rincón, al fondo San Mateo y del lado izquierdo el costado del convento de San Pablo de las H.H. Clarisas contemplativas, monjas de clausura. Ponen una nota especial en primer término unas ramas de unos árboles que le da vida al entorno, a todo tan antiguo que parece que allí se ha parado el tiempo.

Desde Cáceres se puede visitar Alcántara para ver el famosísimo puente romano. Se puede y nos aconseja, pasar por Guadalupe con su ancestral Monasterio, Plasencia con sus dos catedrales, Yuste con el Convento y la Residencia de Carlos V. La Sierra de Gata repleta de pueblecillos de empaque señorial y de Castillos roqueros. Coria milenaria, muy interesante por su magnífica Catedral, hierros artísticos y por su Vega que es una de las mas hermosas de España.

La cuarta y quinta fotografía son de Trujillo, una lleva el pie – Trujillo.- Torre del Alfiler. La otra es: Trujillo.- Ruinas de una Casa Solariega. Tienen un detalle grande tanto la primera como la segunda en la que las piedras milenarias dan un realismo grande a su deterioro, se ven tres escudos en el arco que es la puerta, uno justo en la dovela central y los otros uno a cada lado. Hay también una palmera con hojas que se inclinan hacia abajo como rindiendo pleitesía y otras derechas hacia el cielo limpio y luminoso. Tiene adosado un edificio posterior y mas humilde al parecer, que seguramente se ha hecho con materiales de la parte arruinada.

Como explicación de las fotografías del libro creo que es suficiente, aunque como digo las hay de gran valor.

En el 2º MOTIVO, con soltura y buena pluma nos cuenta la sagacidad de un pastor al enterarse y creer que un hombre volaba. No salía de su extrañeza, pero lo tuvo frente a frente y se dio cuenta que vestía de una manera inusual y al querer saber donde estaban sus alas, pues él había visto volar muchas veces al águila, sabe que sin ellas es imposible hacerlo, de pronto se da cuenta y descubre un artefacto con cosas raras, hasta ruedas y claro aquello tenía las alas. La expresión del pastor es: ¡Toma, ahora “resurta” que lo que vuela es el cacharro!

Como este Motivo hay bastantes y no daría lugar para contar todo, mejor es leer el libro, pero no obstante me pararé en algunos que son curiosos o que tienen cierta gracia, pero sobre todo observo que mi padre quiere que entendamos que el extremeño, tiene la sabiduría del pueblo que es intuitiva y enseguida sabe responder lo necesario en situaciones que otros no, tienen esa resolución.

El MOTIVO 3º llamado “Frite de borrego,” nos cuenta como un pastor hizo a un cazador en su chozo un frite de borrego y le gustó tanto al cazador que aunque pensaba silenciar su personalidad le comentó al desconcertado pastor que era el Rey y que se había perdido y encontró el chozo por casualidad. Le invitó a Palacio para que le repitiera el frite en su casa. El pastor acudió y lo hizo con tanto esmero que salió tan bueno o mejor que el otro pero el Rey al comerlo le dijo: no es lo mismo, el pastor se quedó mirándole y le respondió: no majestad, aquí faltaban ingredientes, contesta el Rey – ¿Quieres decir que mi cocina no tiene lo necesario y tú en tu chozo si? No es eso Majestad es que le han faltado los ingredientes del hambre y el cansancio de aquel día.

Desgranando uno por uno todo esto se llega a la conclusión que somos de prontos reflejos y de buenas costumbres. La verdad también adorna a esas conversaciones. También es digno de tener en cuenta que se dice la verdad aunque podríamos disfrazarla y sacar provecho, pero no, impera en nosotros, la nobleza.

CUENTO PEDAGÓGICO. Narra también el caso de un maestro que necesitaba saber quien era el superdotado de la clase y tenía dos que si uno valía mucho en una cosa, el otro valía mas en otra y estaba muy perplejo sin poder decidirse. Uno de los chicos faltó a clase, como tenía que entregar el documento con el nombre del chico, decidió pasarse por su casa y hablar con la madre, quien al verle llegar enseguida se acercó a él y le explicó en breves palabras lo siguiente: me fui ayer tarde a lavar la ropa al río y se quedó Curro, (que era el nombre del muchacho) con su hermano pequeño. Al regreso vi al niño pequeño sentado en la puerta de la casa con todos los bordes de la boca llenos de chocolate. Empecé a llamar a Curro y le pregunté que es lo que había pasado y Curro se me hizo el inocente, lavé al chico pero además le di unos azotes. Al cenar el pequeño comió con apetito y Curro no tenía hambre, me dijo que estaba cansado y que se iba a la cama; pasadas unas horas empezó a llamarme a gritos y llorando me decía: madre, madre, enseguida le di los remedios que creí necesarios y de repente el chico era una fuente de chocolate por arriba y por abajo. El maestro puso el nombre de Curro en los papeles y los envió. No se equivocó, estudió para hacerse abogado y además de listo y espabilado resultó ser ingenioso. El Sr. Maestro realizó un estudio pedagógico y psicológico. Fue un buen trabajo.

Me gustaría ahora hablar un poco del folklore extremeño y dentro de él de él de la “sabiduría popular de los extremeños.” En tres puntos nos aclara este Motivo. El primero, el de su existencia; segundo, el de sus características, y tercero, los deberes de la región para con ello.

Se fundó una Sociedad y su Centro adecuado en 1883 en Fregenal y crean una revista que titulan “El Folklore Frexnense” Se publican bastantes cosas.

En 1899 aparece en Cáceres la notable, por mas de un concepto, Revista de Extremadura, la cual dura hasta el año 1911. Quien guste de estas cosas puede recrearse con los trabajos publicados en ella por el investigador Sr. García Plata de Osma, los que fueron alabados por Menéndez Pidal. Y debemos decir en honor del escritor que jamás salió del pueblecito de Alcuéscar para recoger materiales folklóricos. En la misma Revista publicó el Sr. Berjano unos deliciosos romances “recogidos en Sierra de Gata.”

Aparecen luego otras revistas hijas del afán y cariño por Extremadura.

El musicólogo extremeño D. Bonifacio Gil, fue premiado en uno de los Concursos Nacionales de Música.

El segundo punto características del folklore extremeño, sobre él me atrevo a decir que posee una gran riqueza y variedad.

Perduran canciones muy viejas (aún del siglo XV como se demostró en cierta ocasión).

El número de romances que pueden recogerse en Extremadura es superior al que se pudiera obtener en cualquiera otra región española, incluso Castilla e incluso Asturias. Así lo demostró el literato Reyes Huertas. También hizo comprender a los que dudaban de nuestra capacidad para estas cosas hablando de influencias del norte y del sur sobre Extremadura, que la verdad era precisamente lo contrario. Y lo hizo con pruebas filológicas indubitables.

Peregrina idea la que surge cuando dicen que lo de Extremadura es originario de otras regiones.¡Peregrina teoría! Yo afirmo que la abundancia de temas folklóricos en Extremadura es muy grande y bastantes de ellos desconocidos por el resto del mundo.

El tercer punto son los deberes de los extremeños para con su folklore. Debe estudiarlo, debe aclarar respecto a lo recogido por otras regiones, todo aquello que estas se apropiaron. Estos deberes merecen primero que sea gente preparada para esto y además prestarles ayuda y proporcionarle los medios necesarios para ello.

Consecuencia de todo esto es que no somos unos novatos en este tema, que nos viene de antiguo, que somos prolíferos y que debemos estar orgullosos de nuestros jóvenes que convocan unos días musicales que atraen a muchas personas a Cáceres.

Ahora me hubiera gustado apuntarnos a “Una Excursión a Monroy” del apartado El Arte en Extremadura. He estado viendo las posibilidades, porque al principio, comienza la excursión diciéndonos que los componentes de la misma salen de la Plaza de Cáceres que eran ocho, y los cita, D. José G. Sánchez, maestro; D. Ángel Rubio catedrático; D. Ricardo Bofill, industrial; D. Ángel Gordo, maestro también; D. Cándido Rodríguez, profesor de idiomas; D. Tomás Pulido, escritor y el artista Eulogio Blasco; y como es natural mi padre D. Tomás Martín Gil.

Ya en viaje, al pasar, contemplamos por unos momentos las venerables reliquias del milenario Campamento de Q. Cecilio Metelo (79 a. de J.C.), recientemente excavado por el eminente profesor alemán señor Schulten. La carretera lo corta oblicuamente y, a pesar de los años y de la acción de las labores agrícolas, se vislumbran los relieves correspondientes a las murallas, formando un amplio cuadrilátero. Aún subsiste la artificial laguna excavada por los soldados romanos alrededor de la cual se extendió el forum. Fue precisamente en las excavaciones de esta parte del campamento donde se recogieron más interesantes y valiosos objetos.

Sigue dando explicación de la excursión y es todo muy interesante pero un poco largo hasta dar cima a la visita que querían realizar, pues su objetivo era ver el Castillo, que se puede admirar en una fotografía donde sus torres almenadas forman un bonito conjunto – en lo alto de la torre derecha de la puerta que es redonda se ve a 5 personas de la excursión. El otro objetivo era la Iglesia, de estilo gótico en lo importante y plateresco en lo añadido, es una pequeña edificación del siglo XV y XVI. Consta de una sola nave con cabecera cuadrada cubierta por bóveda de crucería, de nervios moldurados sobriamente y apoyados en repisas adornadas. Las claves llevan escudos heráldicos, o están decoradas con la simbólica rueda, por ser Santa Catalina la titular de la Parroquia. El resto está cubierto de madera, a dos vertientes, apoyándose la armadura en arcos de medio punto que apean en pilastras adosadas a los muros. Con ser interesante todo esto mi padre dice que cree que lo mas importante de la Iglesia con serlo bastante todo lo dicho, a mi modesto juicio dice, es el retablo mayor. Es una obra de pura estirpe herreriana. Sigue hablando de ella y lo cierto es que da unas explicaciones tan completas e interesantes que es por lo que he querido tomar nota, porque todo lo suyo es así. Sencillo y que se entiende sin dejar de ser la mas depurada técnica.

Según lo visto hasta aquí, me doy cuenta que lo que él, mi padre, está intentando es enseñarnos que cada extremeño conozca todo lo que el conoce, que conociendo se ama y él amaba por encima de muchas cosas su Extremadura, nuestra Extremadura. Es como si nos estuviera diciendo sacudir esa humildad que a nada conduce y presumir de todo lo que tenemos. Pasados los años y son bastantes, tengo es misma pretensión solo que hay un pero y un pero muy grande, yo no se nada al lado de él.

Vamos a seguir con otro Motivo que pertenece al apartado Arte, Historia, Arqueología: Se titula “El Castillo” (el de Trevejo).

Yo tengo un castillo
Matarile, rile, rile….

Esta canción que en nuestra tierra se ha cantado mucho por las niñas de nuestros pueblos, asocia a mi memoria, dice mi padre, con recuerdos bien grabados el Castillo de Trevejo.

Los nombres de los castillos cacereños siempre me han llamado la atención: Belvís, Mirabel, Monroy, Trevejo…. que se pueden traducir en Bellavista, Miradabella, Mi Rey, Muy Viejo y Muy Hermoso.

Dos buenos amigos, Aurelio Marcos y Ramón Diez, que viven en Perales, junto a la Sierra de Gata nos han llevado a Trevejo a Orti Belmonte y a mi. Hoy día de San Lorenzo de 1946, he tenido la suerte de llegar a la cumbre del empinado cerro sobre el cual se va desmoronando la vieja fortaleza.

Llegado a Mirabel fue organizada la caravana de curiosos. Se agregaron a ella otros conocidos y a pesar del sol de justicia que lo inundaba todo el paisaje con cegadora luz salíamos a poco del mediodía, para hacer nuestra peregrinación. El paisaje de montañas no muy elevadas que nos envolvió toda la tarde sería larga de explicar. Baste decir de él que los considero como una bendición de Dios. El verde de los prados, vivo, jugoso, contrastaba con el de la arboleda de castaños y robles. Los olivos con su dulce tono en sinfonía colorista con el resto. Las piedras graníticas, las blancas cintas de calzadas y veredas, el rojo oscuro del caserío y el limpio azul del cielo, completaba tan bello conjunto.

La mole del arruinado castillo alza sus desmantelados muros sobre una humildísima aldea, de apenas treinta casas: la villa de Trevejo. A un lado acurrucada bajo el coloso y al borde del cerro está la Iglesia. Es pobre pero limpia y capaz. En ella vimos cosas notables. Al lado de la Iglesia, la espadaña de granito, con hueco para dos campanas y un escudo heráldico, con torres y cabezas de aves. Su arquitectura, sencilla, armónica y firme.

Hemos escalado una empinada cuesta para ganar la entrada de la fortaleza y una vez franqueada, registrado las ruinas, con la emoción de lo nuevo, de lo insólito pintada en nuestros semblantes. Se han hecho comentarios para todos los gustos; alguien habló de subterráneos y de tesoros, de puertas de bronce, de sierpes y de luchas…. Y como en la canción infantil ha surgido el diálogo : para una parte del coro, el castillo es viejo, muy viejo; para otros es tan moderno, que representa un puro anacronismo. ¿Dónde están las llaves de la verdad?

Sentado en una ventana contemplo alternativamente el amplio horizonte y los ruinosos muros: lo eterno y lo perecedero. Pero mi atención se ha centrado en los sillares. Sin proporcionado tamaño, la limpieza de su labra, la buena disposición de las hiladas, me sorprendieron desde el primer momento. A fe que el arquitecto que dirigió la obra era un maestro en su arte. Nuevos detalles fueron mostrándome una técnica perfecta y eficiente. Sobre todo la ausencia de líneas curvas en huecos de puertas y ventanas. Únicamente, en la base de algunos salientes de la torre del homenaje, garitones o chimeneas, se han librado los sillares de airoso perfil de cuarto de círculo.

Sobre uno de los amplios lienzos, mirando al Sur, se ve esculpido un trofeo heráldico. Bajo una pequeña cornisa, adornada con las clásicas bolas, una, una cruz de Malta. Sigue un león empinado sobre un yelmo que mira hacia la izquierda, yelmo que cabalga sobre el vértice superior del escudo colocado en diagonal. El escudo lleva un árbol delante de una torre. Dos banderolas, una a cada lado, con un cáliz cada una, sobre el cual se ve una cruz. Debajo un poco a la derecha, una corta inscripción gótica, de solo dos renglones…..

En la plaza de armas hay otra ventana adornada con sencillas molduras verticales que descansan en góticos apoyos. Sobre ella se repite el escudo anterior y en disposición análoga. Por lo demás, ruinas,¡sólo ruinas!

Acaparó mi interés ¿cómo es posible – me preguntaba – que una obra arquitectónica tan perfecta haya llegado a un tal grado de derrumbamiento ¿ Existe la explicación de las guerras, incluso las del último siglo. Es posible, desde luego, mas no convence por completo. Además de los asaltos artilleros, debe de haber otra causa. Y, en efecto, me fue indicada posteriormente. Los vecinos de Trevejo han encontrado un deporte al cual se dedican cuando una vitalidad excesiva les impulsa a divertir sus ocios: con esfuerzo, que debe ser grande, van llevando los sillares o piedras que pueden arrastrar, al borde de una de las pendientes del elevado cerro: al derrumbadero. Una vez allí las impulsan debidamente, y la piedra rueda veloz, saltando hasta llegar al fondo.

¡Mira, mira…¡ – gritan jubilosos.

Y es esta carcoma, lenta y fatal, la que va siguiendo su obra destructiva.

Y, además, los buscadores de tesoros. Pero de tan curiosa como extendida preocupación, poco debo decir. Los que quieran documentarse, tienen un lindo y erudito trabajo en el cual calmarán su curiosidad. Se titula “Los tesoros ocultos en Extremadura, y su autor, el Sr. Rodríguez Moñino, es una garantía de honradez científico – literaria. Únicamente diré que en el caso de Trevejo, se sigue buscando el “tesoro” del castillo.

La tarde declinaba y el sol se hundía, lento y majestuoso, hacia las portuguesas montañas de la Sierra de la Estrella. Nuevos matices incendiaban el paisaje. Nos despedimos del castillo y emprendimos el descenso. Al poco rato estábamos en Villamiel, y luego de apretar la mano de los amigos, que tan hospitalariamente nos atendieron, tomamos el auto camino de Hoyos.

Una y otra vez nos saludaba la fortaleza de Trevejo, dorado ahora por el sol poniente. Parecía tal como una joya engastada en el cerro, por gigantescos orfebres. ¿No será este el tesoro que todos buscan y no encuentran ¿ Para mi como si lo fuera. Que hay en la intensa belleza del momento, tantos quilates del mas fino oro estético como en la mas rica y codiciadas peluconas.

Aunque continúa como un medio párrafo más, aquí lo dejo queriendo justificar mi decisión de ponerlo casi entero este Motivo por sus explicaciones a la hora del comienzo del viaje, así mismo al descubrir el Castillo, la iglesia, el lugar y en ello las palabras poéticas con que nos lo explica.

Me doy cuenta que casi siempre son pequeñas excursiones, es decir que solo iban dos personas para unirse a otras en el lugar o cerca de donde pensaban realizar sus estudios o a quedar plasmadas en magníficas fotografías las que luego documentaban tan bien.

A partir de este momento me gustaría comentar aquello que en la Prensa se dijo al aparecer este libro “Motivos Extremeños”. Sus amigos y compañeros, gente de las artes, las letras, la ciencia, comentaron con interés y afecto lo que suponía un libro así para Extremadura.

Con fecha 2 – IX – 1968, justo a los 21 años de su muerte, en el Periódico HOY, en la Sección “Cáceres al día,” aparece este titular: “Motivos Extremeños” la gran aportación de Tomás Martín Gil al mejor conocimiento de la Región.

Acaba de aparecer este interesantísimo libro, patrocinado por la Diputación Provincial.

La Redacción escribe un largo artículo:

…….era un enamorado de Extremadura a la que se consagró por entero…..

…….en los que junto a temas (los Motivos) de historia, arqueología, folklore y literatura nos habla del frite de borrego y del oro, del alcornoque y de los bizcochos de la Reina, de la caza mayor y el vino, la dehesa, nuestros ríos y de un queso de excepción.

Martín Gil fue sembrador de inquietudes culturales entre los hombres de su generación, siendo director –fundador de la Revista “Alcántara.”

A los 21 años de su muerte, que se cumplen en el día de hoy, las librerías cacereñas presentan, en escaparates especialmente montados “Motivos Extremeños” un exponente de la obra de tan destacado cacereño, al que hoy hemos querido recordar con estas sencillas líneas bibliográficas que recogen, en síntesis apretada el nuevo libro de Tomás Martín Gil, al que recordamos con todo cariño, por el que elevamos nuestras oraciones y reiteramos nuestros afectos a todos sus familiares.

Periódico EXTREMADURA – 2 – IX – 1968. “La Redacción”.

Libro de actualidad. “Motivos Extremeños” de Tomás Martín Gil, acaba de salir a la luz pública.

La obra está patrocinada por la Diputación Provincial. (El artículo lleva una fotografía de mi padre.

Se cumple en el día de hoy…… extremeño insigne de esclarecidas cualidades humanas y literarias, cuyo nombre y cuya obra guarda y recuerda nuestra región……..

………. aparezca al público un valioso volumen te temas y Motivos extremeños brotados un día de aquella pluma exquisita, hoy puesta en primera actualidad para deleite y satisfacción de las nuevas generaciones…..

El tiempo que arrincona las obras pasajeras, sin medula ni ciencia, fortalece por el contrario y abre nuevos y permanentes horizontes a obras fundamentales que como las de D. Tomás Martín lleva en su entraña temas eternos y palpitaciones humanas de imperecedero valor como las que alumbran y dan calidad y espíritu a las páginas de Martín Gil.

(El artículo es bastante largo), pero sigue diciendo:……. y a iniciativa del hermano del autor D. Máximo Martín Gil, prestigioso industrial que en Cataluña piensa y labora por la tierra natal.

La realización de los trabajos….. corrió a cargo de don Luis Martín Jiménez y de don José Martín Gil, hijo y hermano de don Tomás.

El prólogo es del ilustre académico Conde de Canillero.

“Motivos Extremeños” trae fragancias de fina literatura en temas propios de nuestras gentes y de nuestras tierras,……. Las librerías de la ciudad y de la provincia nos consta que han recibido con el mayor entusiasmo la obra que no dudamos constituirá el gran acontecimiento literario de la temporada…….

Es un libro de lograda presentación…… que entra por los ojos y por el paladar del mas exigente lector extremeño…… Y todo a través de una prosa sabrosa y clara, cervantina, alada, espontánea que hace del libro en cuestión un manjar para el espíritu y un archivo de nobles sugerencias para el extremeño amante de su pasado y de su personalidad.

Digna de mayor alabanza la empresa y la iniciativa, hemos de mirarla y tenerla como un homenaje que la generación presente rinde y tributa a Tomás Martín Gil, perito en bellas artes, doctor en Ciencias matemáticas, temperamento empecinado en la gloria de Extremadura, de su grandeza y progreso, que él sirvió con anhelo y porfía año tras año con la poderosa arma de su pluma de investigador y ensayista incansable, con el hechizo de espíritu elevado pleno de equilibrio y luz, de experto observador que perpetúa en páginas de oro los sabores y sentires de la tierra natal.

…….. augurando un éxito total a esta obra brotada de quien ya la fama y la posteridad ha otorgado uno de los primeros puestos en la galería de literatos ilustres de la vieja Extremadura.

El Periódico Extremadura en su apartado “DESDE EL ADARVE” de fecha 4 – IX – 1968, lo titula “Tengo un libro en la mano………..

En los escaparates de las librerías de Cáceres y en la de diversas ciudades de la provincia……. con el subjetivo título “Motivos Extremeños”

Responde la obra al deseo de actualizar con el conocimiento del lector de hoy, algunas piezas maestras de temas provinciales,……. la pluma erudita y jugosa de Tomás Martín Gil, aquel hombre bueno y bonísimo escritor, que tan hondamente caló en la médula de la Vieja Extremadura, de sus paisajes y paisanajes, siempre nuevos y apetecibles, para los espíritus finos.

“Motivos Extremeños” abre camino en la temática literaria extremeña de la temporada, con un airón de primera magnitud, sobre el que los lectores gozarán manjares sanos y deliciosos, porque la Madre Extremadura que ofreció la sabia encontró en esta ocasión un interprete de rango y dimensión superior, que hace admirable y subjetivo el modelo y el pintor.

A. B. C. – 27 de Septiembre de 1968 – (Madrid).

Publicación de “Motivos Extremeños” de Martín Gil – Es una colección de trabajos periodísticos del polígrafo cacereño.

En estos días ha aparecido la obra “Motivos Extremeños”, colección de trabajos que se insertaron en los periódicos de Cáceres, “La Montaña” y “Extremadura” y en “Hoy” y Revista del Centro de Estudios Extremeños,” de Badajoz, originales de D. Tomás Martín Gil, polígrafo cacereño fallecido hace veintiún años.

Fue Martín Gil una de las figuras mas sobresaliente de las letras extremeñas de los últimos tiempos. Nacido en la episcopal ciudad de Coria en 1891: licenciado en Ciencias exactas, profesor, jefe provincial de Estadística, escritor e investigador, pintor, fotógrafo, bien puede decirse que abarcó casi todos los aspectos relacionados con las ciencias, las letras y las artes.

A Martín Gil se debe la fundación con los poetas, Bravo, Canal y Delgado de la revista literaria “Alcántara,” que acoge la literatura de creación de Extremadura y que, se viene publicando bajo los auspicios de la Diputación Provincial de Cáceres.

Martín Gil, que dejó una obra importante en diversas publicaciones periódicas, murió joven, en 1947, en Cáceres, cuando mas podía haber dado frutos de su talento como escritor e investigador.

Ahora reaparecen sus “Motivos Extremeños” agrupados por sus familiares. Los trabajos. Los trabajos – ilustrados con excelente fotografías – son jugosos y espontáneos. Están escritos con cariño hacía lo extremeño en forma directa, suelta, fácil, viniendo a constituir una exaltación de esta tierra.

En opinión del poeta Delgado Valhondo, “Motivos extremeños” es un libro entrañable. En el mismo están agrupados “Temas diversos,” “Bibliografías,”…… aquí continúa anunciando todos los apartados.

Nada de Extremadura era ajeno a Martín Gil. La vieja región conquistadora debe mucho al magnífico escritor, por su decisiva contribución al actual renacer.

“Motivos Extremeños”– que ha visto la luz pública merced al patrocinio de la Diputación Provincial de Cáceres – es un libro que gana y hace al lector entusiasmarse con la región extremeña, ya que sus Motivos han sido expuestos en un estilo directo e inconfundible, el mas adecuado para divulgar todo lo bueno que encierra esta parcela, dicho por un escritor digno de figurar por derecho propio con puesto señero en los anales de la literatura española – Valeriano Gutiérrez Macías.

HOY – 29 – IX – 19968.

EL LIBRO MARAVILLOSO DE EXTREMADURA. “Motivos Extremeños” de Tomás Martín Gil. – Por Juan Arias Corrales.

No habría tomado la pluma para escribir estas líneas, si una larga vinculación a don Tomás Martín Gil y su familia, a ello no me obligase, dado que, cuanto se ha dicho sobre el hombre y su obra y, sobre todo en el prólogo de “Motivos extremeños” rebasa todo lo que mi afecto pudiera cantar.

Héteme aquí, por ello, querido redactor.

Y, como Aristarco no; como torpe glosador.

El hombre – yo tuve la dicha de conocerle en la intimidad de su hogar además – era lo que siempre me figuré que debía ser un gran hombre: sencillo, afable, jovial, digno, eficiente, cariñoso.

Le conocí en ocasión del nacimiento de uno de sus hijos, Luisito – hoy todo un don Luis – en que hubo mi madre de ayudar en su nacimiento.

Sigue hablando de bastantes cosas porque es largo el artículo. Nos dice que su padre trabajaba donde don Tomás ejercía la jefatura…… enciclopedia viviente que tan pronto era una maravilla en lo científico – no olvidemos que era licenciado en Ciencias Exactas – como tenía fotografías de excepción, viajaba, descubriendo lugares y circunstancias que resaltaran lo extremeño o bien “exportaba” sus descubrimientos y amores a otras tierras, ilustrando libros de escritores europeos y americanos, bien con su pluma, bien con sus fotografías. Y así mas de una publicación extrapirenáica o ultramarina llevaba el nombre de nuestros pueblos y paisajes perennizando la extremeña toponimia.

Hace unos años, le recordé a mi paso por tierras alemanas, cuando crucé Erlangen, donde profesó el ilustre profesor, Adolph Schulten, arqueólogo, íntimo amigo de don Tomás que cada verano, venía a Cáceres con su atenazado rostro a alumbrar los castros romanos de nuestra periferia, origen de nuestra ciudad. Juntos siempre, ambos ilustres investigadores, hacían la Patria grande, en alas de la amistad.

……. No es el frío y mercenario escrito turístico del escritor de circunstancias que, por encargo y a tanto la línea cotiza su trabajo, carente de alma y de trascendencia: no. Es el reflejo meditado del momento “vivido,” sentido y comprendido de sabor popular y ambiental de nuestra tierra; de nuestros monumentos, hitos de nuestra grandeza; de nuestras fiestas y costumbres ancestrales; de nuestras gestas individuales y colectivas: del enorme heroísmo de aquella “María la viuda” ejemplar mujer extremeña; del espíritu en fin que anima por doquier la reciedumbre de la entraña de nuestra tierra.

……. Y cantó a los puentes extremeños, símbolos de civilización y progreso y vio en ellos algo mas que piedras ciclópeas matemáticamente ensambladas; vio el espíritu y vida y, generaciones en su discurrir a través de los tiempos, en pos de la felicidad.

…….. de su ser humilde, servidor ante todo de la bondad y de la verdad.

………Quisiera me permitieras expresar un deseo a los cacereños y a quienes los rigen, para él, para su memoria. Creo que en el callejero de nuestra ciudad no existe calle alguna dedicada a su recuerdo.¡Cuánto honor habría para una calle y quienes en ella vivieran, en Cáceres cuyo rótulo, sencillamente dijera: Calle de don Tomás Martín Gil.

Se publica en el Periódico “H O Y “de fecha 10 de Noviembre de 1968 un artículo bajo la denominación: Bibliografía Extremeña “Motivos Extremeños” de Tomás Martín Gil. – Por Valeriano Gutiérrez Macías.

Repite el artículo publicado en el Periódico A. B. C. De Madrid pero destaca algunas cosas mas que escribo a continuación:

…….. Martín Gil era hombre bueno a carta cabal, muy culto y sencillo pleno siempre de las mas nobles inquietudes.

…….. Están escritos con cariño hacia lo extremeño, en forma directa, suelta, fácil, viniendo a constituir una exaltación de esta tierra, que, como se suele decir, el escritor conocía al dedillo, como pocos, ya que la había recorrido toda y la llevaba prendida en su corazón apasionado.

El Periódico EXTREMADURA de fecha 12 – XII – 1968, presenta un artículo con el título: La Lección de un Libro. “Motivos Extremeños”.

Como un devocionario, tenemos un libro en las manos, “Motivos Extremeños” se llama, y es una colección de escritos de don Tomás Martín Gil (q. D. G.).

A través de sus páginas, hemos vuelto a ver al hombre cuajado en el estudio de libros eruditos y papelorios viejos, con los que va aportando luz a su difícil tarea de investigador y a su loable afán de guiar a los curiosos y amantes de lo extremeño de todos los tiempos.

Le encontramos, nervioso en su propia inquietud didáctica y el afán de sembrar semillas de investigación, planteándose problema tras problema y creándonos la programación inicial, de unos posibles estudios arqueológicos, históricos, artísticos y sociales, que él ofrece siempre modesto, a versados y estudiosos, descubriendo posibles empresas al presentir, hace años, la fase evolutiva, del Cáceres actual.

Todos hemos de encontrar tantas cosas familiares, tantos nombres, como él encariñados a su propia obra, que resulta hermoso leer y releer, – que este es mi caso – un compendio de prosa escogida, de vocabulario selecto, mas pronto rompe moldes explota en discurso local y sencillo para llevarnos llanamente al corazón de los temas tratados por el camino de las fuentes y de la lógica.

Ha llegado a interesarnos tanto, que a veces le vemos con prisas, con la angustia de muchos temas estudiados y faltos empero de unas conclusiones que no podía desvelar, por falta de medios y datos y que así permanecerán hasta no sabemos cuando.

Nos enseña la manera d estudiar, con orden y delicadeza las cosas y toca numerosos temas, donde al par que nos da sus sinceras opiniones, tiene la ejemplar entereza de dejar la senda abierta para los ulteriores estudios de aquello que para él suponía dudas o interrogantes.

Ya sabía él que estas mismas interrogantes habían de ser la preocupación de generaciones interesadas en minoría, mientras la grandiosa mayoría de una masa, ajena al asunto, omiten la curiosidad y se contentan con la realidad momentánea de los hechos.

Advierto esto último cuando nos habla de un Cáceres donde “todo se encuentra lejos” al comentar de las gentes, cuando realmente era tan reducida nuestra área urbana. Nosotros le sumamos hoy, un mundo donde todos tienen prisas contagiados de ese complejo que nosotros bautizamos un día con el término de conopsicosis.

Hemos descubierto en él un hombre capaz de dirigir la gran obra, aunque no pudiera realizarla sólo en muchísimo tiempo. Era el auténtico filósofo, amaba el saber sobre todas las cosas humanas, y leía, y estudiaba y escribía, con la avaricia del saber y con la generosidad de enseñar.

No nos ha enseñado solo a ver y a recoger datos, fuera de eso he aquí la gran lección. Familia, trabajo, estudio, enseñanza, todo armonizado en una ejemplar sinfonía, de amor familiar, de devoción científica, de humanismo desinteresado.

Esta lección de don Tomás, sin ser un hombre público es testimonio de la labor callada a la que todos nos debemos, para el engrandecimiento socio – cultural de nuestro pueblo.

Continúa el Sr. Orozco Avellaneda con unos tres parrafitos mas pero voy a pasar a los dos últimos para no extenderme demasiado.

…… Mucha mies tiene el campo. La ignorancia, el arado, la piqueta, la despreocupación y el tiempo, son la cizaña que amenaza la cosecha.

Ver a don Tomás en la fotografía del libro…… sonríe placidamente, invitando a la cuadrilla de gente laboriosa en el pensar y en el hacer, con afanes de saber y con deseos de enseñar.

Agustín Orozco Avellaneda – Diciembre – 1968.

A L C Á N T A R A

REVISTA LITERARIA.

“MOTIVOS EXTREMEÑOS, “Por Tomás Martín Gil.

Como quien escribe es D. Valeriano Gutiérrez Macías, tomo nota de los tres últimos párrafos que completa lo que escribió en el “A. B. C.” Y en “HOY.”

…… No podemos terminar este trabajo sin hacer mención a que don Tomás Martín Gil fue lo que se dice un verdadero impulsor de la vida literaria de Extremadura.

En el aspecto literario de su intensa actuación, de su existencia noblemente vivida, como quería Ortega y Gasset, hay que resaltar especialmente que fue nuestro primer Director, que echó las raíces de “Alcántara,” donde dejó su impronta marcando la trayectoria a seguir.

Por ello, aprovechando la alta ocasión de la aparición de “Motivos Extremeños” e interpretando el sentir de cuantos hacemos “Alcántara,” es obligado recordar fervorosamente a quien dirigió esta publicación con insuperable acierto en los tiempos fundacionales.

V. G. M.

Espero que con este pequeño trabajo habré creado al menos la inquietud de querer conocer este libro que tengo en las manos.

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