Oct 011996
 

Ángel Olmedo Alonso.

Licenciado en Geografía e Historia por la UEX

PRESENTACION

A través de las noticias que aparecen en un periódico podemos observar cómo piensa el grupo que edita el periódico, que intereses tiene o qué visión de la sociedad difunde. Además, estudiada con las herramientas adecuadas, la prensa nos sirve de fuente para conocer, como señala Sánchez González[1], el desarrollo de un determinado acontecimiento, su génesis y evolución, así como la mentalidad de un determinado grupo social.

Historiadores como Tuñón Lara[2] han defendido la importancia de esta herramienta de trabajo, el periódico es “objeto” de la historia y “fuente a la vez”. Para el estudio de un determinado hecho histórico el periódico ofrece una valiosísima información que hay que tener en cuenta. Esto es lo que hemos pretendido con nuestro trabajo sobre EL AMIGO DEL PUEBLO[3], estudiar un determinado periódico, depurar su información y ponerla en relación con unos hechos y un periodo histórico.

1. EL AMIGO DEL PUEBLO: ESTRUCTURA, ORGANIZACION.

El Amigo del Pueblo fue el nombre de diversos periódicos editados en diferentes períodos y lugares. Durante la Revolución Francesa[4] de 1789, uno de los más destacados personajes de este proceso, Marat, publicó un periódico con este nombre. En nuestro periódico se recuerda esta similitud.

“El Amigo del Pueblo recuerda a aquel periódico del anatema revolucionario que en París fundara Marat, el revolucionario de la Comune y miembro de la Convención Nacional“.[5]

En España varias publicaciones libertarias se denominaron con el mismo título. En 1909 existía en la localidad de Bañolas (Girona) una publicación, portavoz del grupo “Cultura” con este título. En Barcelona a partir de 1937 se publicó otro como portavoz de “Los Amigos de Durruti”, de carácter muy crítico, incluso con las propias organizaciones libertarias. En París, en 1961, se publicó de nuevo el periódico por parte del mismo grupo. A partir de 1979 se publicó en Girona por otro colectivo libertario una publicación con la misma denominación. También en Alcalá de Guadaira (Sevilla) se editó con igual título entre 1979-1980, como portavoz del sindicato de oficios y profesiones varias de la C.N.T.

1.2. DATOS TÉCNICOS DEL PERIODICO.

En los archivos del Ayuntamiento de Azuaga se encuentra una ficha realizada por el citado organismo sobre el periódico a requerimiento del Gobernador de Badajoz. Los datos que aparecían recogidos son los siguientes:

Redacción: C/ San Blas, 84
Administración: C/ San Blas, 84
Director: Juan Guerrero Moruno. C/ San Blas, 84
Subdirector: Francisco Molina Vizuete. C/ Santano, 2
Administrador: Francisco Prieto Moruno. C/ Nueva, 2
Filiación: Independiente

1.3. OTROS DATOS REFERENTES AL PERIÓDICO

Periodicidad: La tirada era quincenal, (salvo clausura del periódico o censura del número).

Tirada. 1.500 (durante algún tiempo aumenta a 2.500 según sus propias afirmaciones).

Historial. En la ficha que hemos mencionado anteriormente se le define como de tendencia radical: “Este periódico desde su aparición, las campañas que sostiene es abiertamente extremista”[6]. Este periódico llevaba una larga tradición en la localidad como portavoz de las ideas libertarias hasta la dictadura de Primo de Rivera. Con la llegada de la II República inicia su II y III época. El fin del periódico no sabemos exactamente si se debió al cierre por parte de la Redacción o bien por clausura de las autoridades. Nos inclinamos más por esta última tras el análisis que realizaremos.

Formato. El tamaño de papel utilizado es el folio A-4 holandesa, aunque en la III época, a partir del número treinta y siete y durante algunos números tuvo un tamaño doble del anterior.

Número de páginas. El primer número tenía cuatro páginas, los siguientes se ampliaron hasta seis. La distribución de columnas y artículos variaba en cada tirada.

Precio. El precio era de 10 céntimos para los números sueltos en Azuaga. Fuera de esta localidad se vendía a 2 pts/25 ejemplares. Esta diferencia de precio (en promedio salía a 8 céntimos/ejemplar) vendría determinada por el intento de favorecer su difusión fuera de la localidad.

Financiación. La financiación de la publicación se basaba en:

  • Las suscripciones.
  • La publicidad.
  • Donaciones, colectas y rifas.
  • Ventas normales.

A los corresponsales de diversos pueblos se les enviaba el número de periódicos solicitados, una vez vendidos remitían el dinero a la Redacción. Las dificultades en las comunicaciones y las escasas posibilidades económicas de los destinatarios del periódico provocaban considerables retrasos en los pagos. En varios números aparecían llamamientos para que los deudores cancelaran sus deudas con el periódico. De todas formas estos problemas económicos no afectaron a la salida del periódico ni a su línea editorial.

Difusión. Principalmente en Azuaga, pero también por numerosos pueblos cercanos donde existían grupos de simpatizantes.

Secciones: El periódico tenía colaboraciones fijas como las de Francisco Prieto, con el título de: «… y va de cuento». Eran diálogos ficticios de «Don Polonio», que representaba a la autoridad, normalmente al alcalde o «Juan Lana» que simbolizaba al pueblo sencillo. De forma muy simple y utilizando metáforas pretendía hacer comprender al pueblo sus problemas cotidianos y educarlo con un espíritu de rebeldía. En casi todos los números aparecían artículos de Juan Guerrero[7], Francisco Molina y Martín Gala, bien sobre temas locales o nacionales. Los demás colaboradores fueron ocasionales, del mismo pueblo o de otros donde se recibe el periódico. También aparece algún artículo extraído de otra revista o periódico libertario como «Tierra y Libertad», publicación de la F.A.I. o de otros como el madrileño «La Tierra» [8] en el que escriben destacados anarquistas.

Ilustraciones. Eran más bien escasas, había una fija que ilustraba la sección de Francisco Prieto, en la que aparecía un campesino de medio cuerpo con el típico sombrero cordobés y un bastón que simbolizaba el «código de conducta» por el cual se regía el autor y que aplicaba a diestro y siniestro. En este aparecen escritas las palabras Verdad, Justicia, Razón y Ley sobre cuatro nudos que tiene la madera. Representan los valores que defendía como máxima su autor. Las demás ilustraciones son ocasionales, excepto las que aparecen con los anuncios que se insertan en cada número.

Puntos de venta. La distribución del periódico corría con las lógicas dificultades de una publicación de este tipo para acceder a los canales de comercialización de otras publicaciones de mayor tirada. Por este motivo se recurrió a aquellos lugares donde solía acudir todo el mundo. En Azuaga se vendía en una librería, en una peluquería y en una cervecería, además de en la propia redacción y las ventas que realizaban los afiliados a las sociedades obreras. A las demás localidades se enviaba o bien era recogido por los interesados si tenían ocasión.

2. ESTUDIO SOBRE EL PERIODICO.

Es un periódico que en principio señalaba su vocación por ser el portavoz de las capas sociales más bajas. Afirmaba en su primer número:

“Yo soy un periódico del pueblo, entro en los hogares humildes, en los talleres y fábricas; el obrero campesino me lleva a los cortijos y al calor de la lumbre, me leen en corro gañanes y aprenden de memoria los versos de Villarrubia, el poeta del terruño extremeño”[9].

Aunque esta es la idea general, también es leído por otras personas de diferente procedencia social. Hemos encontrado algunos artículos dirigidos a los miembros de las profesiones liberales y a los dependientes de las tiendas. A tenor de los anuncios que aparecían publicados, observamos una gran variedad en cuanto a sus destinatarios, pues hay desde anuncios de molinos para la molienda hasta coches Ford o venta de instrumentos de segunda mano. Esto nos hace pensar que debió ser un periódico popular y que, al margen de su línea ideológica, también contaba con lectores de otros sectores sociales.

2.1. PRETENSIONES DE LOS AUTORES.

El periódico tenía una misión pedagógica, de formación cultural, pero también práctica. En el artículo «A lo que venimos y a lo que aspiramos»[10], afirmaban que su papel no era solamente teórico sino también práctico, trataba de dar orientaciones organizativas. Esta función aparecía claramente definida en varios artículos que veremos más adelante. La sociedad obrera «Los Amantes de la Tierra» en Azuaga o los grupos de jóvenes y otros colectivos culturales tenían estrechos lazos con el periódico en cuanto se refiere a orientaciones para la organización y desarrollo de actividades. Así observamos que a lo largo de la publicación hay constantes colaboraciones entre ambas partes.

2.2 LOS MIEMBROS DEL PERIODICO

La aparición del periódico en su segunda etapa en el año 1930 venía precedida de una larga trayectoria, como militantes libertarios y como periodistas, de quienes se encargan de la redacción. Afirmaban en el número uno:

“Somos los mismos, y bien conocidos de todos, y por lo tanto huelga hacer aquí una presentación necia y empalagosa.

Así nosotros, eternos Quijotes, tras siete años de mudo silencio y amordazados por la razón de la fuerza (…)[11].

En cuanto a sus condiciones de vida y experiencias, no vacilaban en definirse como gentes sencilla y trabajadora; en el artículo Nuestra definición individual ante las luchas señalaban:

“Nosotros hemos convivido y vivimos en contacto con el trabajador esa vida mísera y rastrera que continuamente nos acecha para que seamos víctimas de sus bajezas: pero aún llevamos más de veinte años de lucha, y ni el tiempo ni el desengaño, ni la influencia que arrastra esa vida regalona y cómoda ha podido hacer mella en nuestros espíritus, ni en nuestras convicciones[12] .

La presentación de ejemplos como modelos a seguir era de gran importancia, incluso más que los nombres de los redactores o las ideas que estos profesaban. En este aspecto a los encargados de la publicación, más que conocer quiénes eran por sus nombres, les interesaba ser conocidos por sus hechos, por sus actuaciones correctas. Se daba una gran importancia a identificarse con aquellos a quienes estaba dirigida la publicación. En este sentido no dejaba de tener un cierto parecido con las enseñanzas cristianas en las que se proponían ciertos modelos de vida a imitar. De este modo afirmaba:

“Los que escribimos El Amigo del Pueblo somos obreros como tú, que amamos la Justicia, la Libertad y el Progreso: y cuando un socialista, un republicano o un conservador, realiza una obra encauzada en la justicia, basado en la libertad y con tendencia progresiva, lo aplaudimos, la ayudamos o la aprobamos. No mires nunca (…) las etiquetas sino el contenido. ¿Tú quieres saber lo que somos? Nuestra obra, nuestros actos, nuestro vivir te lo dirán. ¿Qué importa el nombre?”[13].

No obstante el terreno queda limitado para aquellos, que aún reclamándose “obreros” no llevaban una forma de vida austera. La denuncia de los falsos profetas, los políticos e intelectuales que se proclaman obreros es manifiesta. En el mismo artículo antes citado leemos:

“(…) compañeros y camaradas son aquellos que viven como nosotros, aquellos que comparten nuestra suerte, aquellos que como nosotros sufren las mismas necesidades. Compara tu vivir, tu suerte y tus necesidades con la vida de uno de esos que tú llamas camaradas, mientras tú te alimentas con unas sopas y un mísero gazpacho; ellos celebran opíparos banquetes”.

El núcleo que toma el proceso reorganizativo después de la caída de Primo de Rivera lo hizo ya desde unas bases preestablecidas. Sin embargo, los primeros pasos en cuanto a la reorganización no los dieron como sindicato afecto a la C.N.T. sino como colectivo libertario, como grupo de personas que tenían unos intereses comunes y se reunían en torno a ellos. El sindicato no era el motor de arranque que tiraba del resto de organizaciones anarquistas, en este caso va a ser al revés, serán los grupos libertarios los que fomenten la creación de la C.N.T., cuyo desarrollo será mayor a medida que vayan transcurriendo los primeros momentos de la República.

2.3. COLABORADORES DESDE OTRAS LOCALIDADES EXTREMEÑAS.

La difusión de El Amigo no se limitaba únicamente a la población de Azuaga. Este se distribuía por los pueblos cercanos extremeños y algunos andaluces. Encontramos suscriptores y colaboradores de: Campillo de Llerena, en una nota que aparece en el periódico se hace notar que cuatro suscriptores aportan 2,50 Pts. En otra aparecen morosos de Berlanga, Malpartida de la Serena, Llerena y Fuente Ovejuna. En Guareña hay un colaborador, Higinio Reyes Huertas que escribe algunos artículos, además aparece un donativo de este mismo pueblo de 8,90 Pts. procedente de cuarenta personas. Otros pueblos mencionados son los de Quintana de la Serena, Malcocinado, Peñarroya y otros.

2.4. PROFESIONES, REDACTORES Y LECTORES DE EL AMIGO DEL PUEBLO.

La relación con el campo y sus faenas agrícolas aparecían constantemente reflejadas en sus artículos. El redactor Francisco Prieto comentaba refiriéndose a lo duro del trabajo del campo:

“Estoy que se me va la cabeza, en este momento acabo de ordeñar las cabras, antes he tenido que darles de comer y echarles a los cerdos, a las gallinas, a los perros (…) en fin, me levanto con el alba y no termino nunca”[14].

En otro número, este mismo personaje afirmaba que en un viaje a la localidad de Berlanga unos individuos se negaban a creer que era redactor de El Amigo debido a la indumentaria, poco acorde con lo que se entendía por una persona que escribía en un periódico:

“Claro, iba yo con mi trajecillo que huele a pobre; no iba a la moda y dudaron de que tal fuese. Y es lo que yo me he dicho: por lo visto para escribir en un periódico y pasar por algo intelectual hay que ir vestir a lo gomoso y llevar el “pienso“ en la cabeza”[15].

Más adelante comentando los largos horarios, las condiciones de trabajo y el bajo salario recibido por los jornaleros, se quejaba de esta forma:

“(…) son 8 horas (…) más dos de ida y dos de vuelta, doce horas para ganar 4,50 Pts. ¡Luego dirán que somos muy exigentes los trabajadores![16]. “

De esto se deduce que debía ser un asalariado que trabajaba en un cortijo alejado de la población.

Es difícil conocer a los lectores del periódico, pero podemos trazar un perfil de lo que sería el tipo medio a tenor de la información recogida. Hay un grupo de personas que están relacionadas con trabajos artesanales. Así el gremio de zapateros de Azuaga dio en cierta ocasión 15 pts de ayuda al periódico. Otras personas tienen relación con el trabajo en talleres de imprenta. Hay un colaborador que es tipógrafo y que se ofreció para realizar los dibujos necesarios.

En otra suscripción aparecen cuatro tipógrafos, un parado y un afilador, más adelante un barbero, Gabriel Díaz Parra, de la localidad de Bélmez. También colaboran personas de profesiones relacionadas con la enseñanza. Un maestro de Azuaga realiza un concurso de redacciones con la intención de publicar las mejores en el periódico.

A veces se recogen opiniones de personas que difieren de los planteamientos del periódico. En algunos casos se publican versiones diferentes ofrecidas por personas que se sienten aludidas en el periódico. Así aparece, por ejemplo, la rectificación de uno de los organizadores de un festival taurino-benéfico[17] que ofrecía en su artículo diferentes cifras en los gastos de las que anteriormente habían ofrecido los redactores de El Amigo sobre este acontecimiento.

La extensa gama de personas que aparecen nos da idea de la difusión que debía tener el periódico. De todas formas, es de suponer que gran parte de los lectores serían campesinos. En este sentido hay referencias a las lecturas que hacen los gañanes en común después de las faenas agrícolas en los cortijos, una imagen por otra parte muy propia del movimiento obrero en relación a la necesidad imperiosa de elevar su nivel cultural.

Viene a confirmar esta idea la existencia de una sociedad de campesinos, Los Amantes de la Tierra, ligada ideológica y organizativamente al periódico y las constantes referencias que se hace en los artículos que aparecen sobre la necesidad de una reforma agraria, la condición de los campesinos, la necesidad de repartir la dehesa del pueblo entre los trabajadores más pobres o la aparición de artículos firmados con títulos como el campesino libre. En este sentido podemos afirmar que la mayoría de los valores positivos que se usan y las imágenes utilizadas tienen que ver con este grupo social, identificado como el colectivo que más necesitado está de la redención social. Nos está indicando, por otra parte, por donde se mueve la vida económica de la localidad. Ya señalamos anteriormente que las referencias a la minería son muy escasas.

No obstante, como ya dijimos, el periódico tenía una variada clientela, podemos concluir que tanto por su temática, como por el tipo de anuncios que tiene, El Amigo debió ser bastante popular y conocido. Sus temas no estaban enfocados atendiendo a los grandes acontecimientos nacionales, sino más bien es un reflejo de los problemas que sucedían en la vida cotidiana del pueblo, eso sí, visto desde su propia óptica.

3. LA RESOLUCION DEL CONFLICTO Y LAS CONTRADICCIONES DENTRO DEL PERIODICO.

El Amigo del Pueblo no estuvo exento de las controversias y problemas organizativos que se dan en cualquier grupo humano por el mero hecho de estar organizado. Incluso dentro de un movimiento como el anarquista, que rechazaba el poder y que intentaba que dentro de sus organizaciones quedara reducido a la mínima expresión, a veces aparecieron enfrentamientos que traspasaban los elementos meramente ideológicos.

Hubo un fuerte incidente a raíz del “Concurso”[18] abierto para aportar ideas sobre el Comunismo Libertario y la forma de implantarlo en España. Se originó un fuerte enfrentamiento entre dos de los miembros del periódico. El director, Juan Guerrero, y el redactor, Francisco Molina. En el fondo existía una discrepancia en cuanto a las tácticas a seguir.

El director era partidario de una transformación social más lenta, atendiendo a la elevación del nivel cultural del pueblo trabajador y el fortalecimiento de la organización como principales elementos. El redactor reprochaba al director su escasa confianza en que la revolución se llevaría a cabo por métodos insurreccionales. Al mismo tiempo, metiéndose en el terreno personal, acusaba al director de buscar con sus artículos el reconocimiento del público. Esto hería profundamente la sensibilidad de un hombre que desde hacía muchos años estaba entregado a la causa de la transformación social. Irritado por ello presentó la dimisión y propuso que se nombrara un nuevo director.

Para tratar de solventar el problema se hizo un llamamiento a todos aquellos que de una u otra forma daban vida al periódico. No es por tanto el director el que hacía cesar al redactor o el redactor al director. El problema se discutía entre todos en asamblea y se trataba de llegar a un acuerdo.

Veamos como justificaba el director su postura en su artículo: “Ratificación de mi artículo “El Comunismo Libertario” y aclaraciones de algunos puntos del mismo tema. CONTESTANDO A TODOS.”

“Creo que con el presente artículo quedan demostradas mis tendencias ideológicas.

Si los elementos libertarios y demás grupos afines creen que estas ideas mías son contraproducentes para la causa de la libertad y para el periódico, desde este momento queda vacante mi cargo.

No crean que esto lo hago por despecho; nada de eso. Yo amo mucho a este ‘El Amigo del pueblo’ y ante todo debe salvarse.

Para esto quiero que los compañeros todos celebren una reunión y nombren nuevo director. Espero me comuniquen sus acuerdos y decisiones”[19].

No obstante la resolución de conflicto se realizó mediante la aceptación de la diversidad de opiniones. En los números siguientes siguió apareciendo la firma de Juan Guerrero en el ejemplar que se entregaba al ayuntamiento, así como escritos del mismo autor. Por tanto fue de nuevo ratificado como director. Para dar por zanjado el tema, el director hizo un llamamiento a la concordia sin prescindir de nadie. Eso sí, pedía que la otra parte retirara las acusaciones que afectaban a su persona.

“Debido a erróneas interpretaciones parece ser que los trabajos de nuestro concurso iban degenerando en polémica (…) y a deseo de muchos camaradas damos por terminado estos artículos. Ahora, sólo quiero que el amigo Molina reconozca que en su último trabajo hacía alusiones que me favorecían muy poco, al decir que yo buscaba con mis artículos el halago de los lectores, cosa que está muy lejos de la verdad, y que para bien de todos, espero que Molina haga la rectificación debida. Conste una vez más que mi intención en el concurso siempre fue subsanar errores que existen en nuestro campo y estimular a los demás en la exposición de ideas y conceptos sobre el Comunismo”[20].

4. PROBLEMAS QUE ENCUENTRA EL AMIGO DEL PUEBLO: LA CENSURA Y OTRAS CORTAPISAS

La postura continuamente beligerante que mantenía el periódico provocó que se realizasen varias campañas contra él. La censura de sus originales y las clausuras temporales de su publicación fueron constantes durante este periodo tanto en su IIª como en su IIIª época.

Así en el segundo número aparece una nota dirigida a las autoridades en general y al señor secretario del Ayuntamiento en particular[21] denunciando las muchas trabas que se pusieron para impedir que apareciera el periódico.

Las notas humorísticas y sarcásticas son continuas. Así cuando el alcalde les acusó de estar enriqueciéndose con el periódico al comparar el papel que trae el ABCcon el de El Amigo, contestan en tono un tanto jocoso y sin dejar pasar la ocasión para lanzar una nueva puya:

“Pero hombre (…) Don José Manuel; que esto lo diga un gañán de la tierra gruesa puede pasar, pero todo un señor alcalde, no debe decir semejantes absurdos (…) ¡Qué lastima que el El Amigo no lo pudiéramos vender a peso, como el pan, y quitarle a cada ejemplar 200 gramos!”[22].

En los últimos días de la dictadura, las presiones por parte de las autoridades locales para impedir la salida del periódico fueron continuas y en aumento. Unos días antes de proclamarse la República, se quejaban:

“Visto que (…) viene sacando leyes nuevas (…) con esto de pedirnos los originales de El Amigo escritos a máquina (… nadie) como usted con esto de la censura se ha rebuscado tantas sacalinas y tantos obstáculos para entorpecer la publicación del periódico (…). ¿Por qué entretienen tanto tiempo aquí el original sin leerlo y sin pasarlo por la censura?”[23].

Unos de los métodos utilizados fue intentar ahogar económicamente a la publicación impidiendo la distribución del periódico. Debido a la precaria situación económica que atravesaba, de no ser por el empeño puesto por sus redactores hubiera desaparecido:

“Estas gentes, se dirían: los redactores de El Amigo son tres pelagatos que no tienen 2 gordas; ahora no les autorizamos esta tirada y no les queda dinero para poder seguir publicándole”[24].

Desde diciembre de 1930 tuvieron problemas para sacar tres números sucesivos del periódico, pues según dicen, el alcalde no les avisó de la «censura previa» y se negó a revisarlos. En el mismo artículo se señalan otras trabas:

“(…) A la tirada siguiente, fuimos con el original para que lo revisara el señor alcalde, pero este señor se niega, diciendo que no estaba autorizado para ello y sucedió lo que con el anterior. A la tercera tirada, y viendo que no conseguían su objeto, nos encontramos con dos censores, el alcalde y el señor Gironza, y de golpe y porrazo, es víctima un artículo entero (…). Por que en dicho artículo decíamos que la dehesa LA SIERRA se la iban tragando los colindantes”[25].

Con el establecimiento de la República tampoco mejora mucho la situación. El periódico permaneció suspendido durante cuatro meses y medio y no salió de nuevo hasta el 8 de diciembre de 1931. La sociedad obrera Los Amantes de la Tierra que estaba en periodo de formación fue igualmente castigada. A estos hechos parece que no fueron ajenos las nuevas autoridades, republicano-socialistas, parte de ellas consideradas como representantes de la clase obrera.

Esta situación no se daba únicamente en Azuaga. Desde las más altas instancias del poder del Estado se veía de esta forma cualquier tipo de prensa que de una u otra forma se salía de los cauces establecidos por el nuevo régimen.

“(…) de ninguna manera la verdadera prensa, (…) la que vive a la luz del día, dentro de las leyes, y que respeta su decoro y el ajeno; pero las hojas facciosas y a las pequeñas bellacadas clandestinas que andan circulando por toda España, llevando a todas partes el descrédito de la institución republicana y de sus hombres, y del Parlamento, y de los Diputados, y de su obra legislativa, ¿A eso vamos a llamar prensa, a esos reptiles que circulan por la sombra, que van de mano en mano, corriendo por los rincones de la península y sembrando el descrédito o la burla o las malas pasiones?. Eso no es prensa (…) eso no es prensa y contra eso vamos. Contra la prensa legal y decentemente establecida ¿Qué tenemos nosotros que hacer? Absolutamente nada (…) la censura es la última medida que puede apelar un gobierno que se estime, y la última vejación que pueden sufrir los periódicos”[26] .

En el artículo titulado Lanza en ristre. Para los verdaderos socialistas, aparece la decepción de los miembros de la redacción ante la clausura del periódico por las autoridades republicanas:

“(…) nos resistimos a sospechar que la doctrina del Socialismo vaya aparejada con el cieno de la calumnia intrigante y deshonrosa, pero no por estos hemos de dejar de pedir explicaciones a los socialistas de los hechos concretos, de las campañas que contra nosotros se iniciaron a raíz de la suspensión del periódico y el cierre de la sociedad”[27].

De todas formas, parece que estas trabas en lugar de amedrentar a los editores y lectores lograron lo contrario. Sirvió de revulsivo y así en el número siguiente al de la clausura anuncian la ampliación de la tirada, que pasa de 1500 a 2500 ejemplares para que la gente no se quede sin el periódico como el número anterior[28], anunciando también el cambio de formato y la inclusión de más dibujos. Este cambio de formato, sin embargo, aún tardó algunos números en producirse y lo fue sólo por algún tiempo.

El último ejemplar que hasta el momento hemos encontrado corresponde al nº 53 de fecha 4 de junio de 1933. Sea por presiones externas, por cuestiones internas o por falta de conservación de ejemplares, desconocemos si existen más números. Descartamos casi con toda seguridad que desapareciera en este momento por cuestiones internas pues no hay ninguna referencia a despedida en el número citado. Para un periódico que ha dado tanta importancia a la comunicación con sus lectores, parece que hubiera sido una descortesía desaparecer sin manifestárselo a sus lectores.


NOTAS:

[1] SANCHEZ GONZALEZ, J. “El análisis del acontecimiento a través de la prensa: El Cantón Extremeño durante el sexenio democrático. Alcántara, nº 12. (1987), pág. 34.

[2] Tuñón de Lara, M. Por qué la Historia. Barcelona, Ed. Salvat.1985. pág. 19.Tuñón de Lara, M, (Ed). Prensa y Sociedad en España (1820-1936).Madrid, 1975.

[3] Archivo Histórico del Excmo. Ayuntamiento de Azuaga (Badajoz). Sobre este periódico hemos realizado nuestra memoria de licenciatura con el título de “El Amigo del Pueblo”. Un modelo de prensa obrera. Azuaga 1930-1933. Este periódico tuvo una larga trayectoria en la localidad unido al movimiento obrero local. Una primera etapa finalizó con el establecimiento de la dictadura de Primo de Rivera. Su reaparición se produjo en los últimos momentos de este régimen, aquí estudiaremos la II y III etapa, que coincide con los primeros años de la IIª República, hasta 1933.

[4] La mitología sobre la Revolución Francesa ha estado muy extendida dentro del movimiento obrero de tendencia libertaria. Una muestra de ello ha sido la extensa utilización de los nombres de los meses del calendario revolucionario como nombres de pila (Floreal, Germinal…).

[5] EL AMIGO DEL PUEBLO, en adelante EAP, 20-XI-1930

[6] Nota del Ayuntamiento de Azuaga al Gobernador Civil de Badajoz. La postura de los Ayuntamientos y del Gobernador Civil serán decisivos en la aplicación de las Ley de Defensa de la República que les daba amplias facultades para suspender determinadas publicaciones.

[7] Juan Guerrero fue el director de la publicación, de larga trayectoria en el movimiento libertario, sirvió de nexo de unión entre los viejos y los nuevos militantes.

[8] Este periódico era inicialmente de tendencia republicana, pero con la llegada de la República evolucionó hasta posiciones libertarias. Gómez Aparicio. Historia del Periodismo español. Editora Nacional. Madrid, 1981 “(…) ningún periódico contribuyó de manera tan directa como ‘La Tierra’ a preparar el ambiente revolucionario propicio a la proclamación de la República, que al parecer constituía su meta. Pero (…) cambiaría su orientación inicial republicana por otra, muy acusadamente libertaria, ninguno como él combatió con parecida saña al nuevo régimen, apenas proclamado”. pág. 208. Tomo IV.

[9] EAP, 23-XI-1930

[10] EAP, 23-XI-1930

[11] EAP, 2-XI-1930

[12] EAP, 14-VI-1931.

[13] EAP, 12-VI-1932

[14] EAP, 8-XII-1930

[15] EAP, 4-VI-1931

[16] EAP, 8-XII-1931

[17] Carta abierta al sr. director de «El Amigo del Pueblo». E.A.P. 2-V-1932

[18] EAP, 3-II-1933

[19] EAP, 2-IV-1933

[20] EAP, 2-V-1933

[21] EAP, 23-XI-1930

[22] EAP. 12-IV-1931

[23] EAP, 5-IV-1931

[24] EAP, 12-IV-1931

[25] EAP, 12-IV-1931

[26] Azaña, M. Sesión de Cortes del 20 de octubre de 1931. Discurso sobre el Proyecto de Ley del Gobierno sobre Defensa de la República. Obras Completas.México. Ediciones Oasis. 1966. pp. 67-68. Tomo II.

[27] EAP, 8-XII-1931

[28] EAP, 25-XII-1931

Oct 011994
 

Angel Olmedo Alonso.

Licenciado en Geografía e Historia por la UNEX

1. LOS PRIMEROS PASOS ORGANIZATIVOS.

El movimiento libertario en Extremadura ha sido muy poco estudiado. Es cierto que los datos son escasos y que parece que la presencia de los socialistas era mayoritaria. Hemos, sin embargo, de hacer algunas precisiones. Existe material interesante sobre este movimiento que poco a poco va saliendo a la luz pública y que sin duda servirá para conocerlo un poco mejor y llenar algunas lagunas.

Desde los primeros momentos en los que llegan a España las ideas del Internacionalismo Obrero contamos con la presencia de sociedades adscritas en Extremadura. Estas sociedades pertenecían a la F.R.E.[1] (Federación de la Región Española), sección española de la A.I.T. (Asociación Internacional de los Trabajadores).

Como señala Merinero Martín[2], los lentos cambios que se produjeron en la segunda mitad del siglo XIX posibilitaron el desarrollo del movimiento obrero asociativo:

“La libertad de asociación y reunión dio la posibilidad a las nuevas ideologías que se iban forjando en España, y a los existentes, a poder resurgir. Surgen así, y van a ser temidas y problemáticas las primeras asociaciones o federaciones republicanas y las primeras asociaciones obreras por influencia de la 1ª Internacional”.

La llegada de Giuseppe Fanelli [3] a España portando las ideas de la Asociación Internacional de los Trabajadores (A.I.T.) y de la Alianza de la Democracia Socialista (de tendencia bakuninista) marcará el desarrollo del movimiento obrero peninsular a partir de 1868. La Alianza de la Democracia Socialista se proclamaba colectivista, federalista y anarquista.

Dentro de la A.I.T. convivieron durante algún tiempo tendencias diferentes. Dos de ellas se mostrarían como las más combativas, la marxista y la antiautoritaria o bakuninista. El enfrentamiento interno llevó a la ruptura, quedando cada sección nacional de la AIT a merced de las posturas de sus máximos dirigentes.

La temprana presencia de la tendencia bakuninista o anarquista en España, con la creación de numerosas secciones locales dio una ventaja inicial organizativa muy importante a este sector obrero.

1.1. UN PRECURSOR EXTREMEÑO.

Uno de los primeros extremeños conocidos que fuera miembro de la AIT y de la Alianza de la Democracia Socialista fue Agustín Cervantes del Castillo[4]. Nacido en Llerena (Badajoz) en 1840, estudió Derecho y Filosofía y Letras en Madrid. De escasos recursos económicos, tuvo que buscarse la vida para finalizar sus estudios. Ejerció el cargo de profesor titular de Retórica y Poética en el Instituto de Cáceres y después fue funcionario del Gobierno Civil. Posteriormente se trasladó a Córdoba donde entró en contacto con los Internacionalistas de Madrid. Junto con Rafael Suárez, José Navarro y Francisco Barrado constituyeron la sección de Oficios Varios y más tarde la Federación Local de Córdoba. Todos ellos eran miembros de la Alianza.

Su vida transcurrió de forma bastante azarosa. Se casó con una joven de elevada posición social. Su militancia en el balbuceante asociacionismo obrero le acarreó numerosos enfrentamientos con las estructuras sociales dominantes e incluso con los sectores republicanos. Su posición ideológica coincidía poco con los cánones sociales que se suponían a una persona de su posición.

Agustín Cervantes escribió acerca de cuestiones sociales. Uno de sus trabajos lleva el título de “Tres discursos socialistas sobre la propiedad y la herencia”. Su obra fue calurosamente recomendada por el periódico anarquista “El Condenado”. Durante el curso 1873-74, en pleno período de represión contra los internacionalistas por parte del gobierno de Castelar, se desató una campaña contra él por su postura librepensadora.

Al finalizar el curso permutó su cátedra y volvió a Extremadura donde murió poco después.

1.2. EL PROCESO ORGANIZATIVO EN LA REGIONAL EXTREMEÑA

La Internacional en España se organizaba desde las secciones de los diferentes oficios que formaban las federaciones locales en cada pueblo o ciudad. Estas, unidas mediante pactos federales, a su vez formaban las federaciones comarcales. Todas las federaciones comarcales formaban la Federación Regional Española. Existía una Comisión Federal, organismo creado a nivel estatal como aglutinador de todas las secciones de la Internacional en España. Sus funciones eran meramente las de coordinadora entre las secciones que conformaban las diferentes regiones.

Aunque de forma muy lenta, también en Extremadura comienzan unos primeros intentos de organización. Desde fecha temprana surgen sociedades obreras en Extremadura que mantienen contactos con la Federación. Francisco Mora[5] menciona la existencia de una sociedad obrera en Cañaveral (Cáceres) en el año 1869, que era miembro de la A.I.T.

Este mismo autor señala para el Congreso celebrado en Valencia en 1870 la existencia de 12 federaciones locales, con 45 secciones de oficio, 3.000 miembros cotizando y 2.000 sin cotizar a nivel nacional. Entre las federaciones en constitución señalaba las de Montehermoso (Cáceres) y Cabeza del Buey (Badajoz). Entre septiembre y diciembre aparecen adhesiones individuales de Calzadilla de los Barros (Badajoz)

En el Congreso de la F.R.E., iniciado el 25 de diciembre de 1872 en Córdoba estuvo presente una delegación extremeña. La FRE contaba con 101 federaciones locales y 332 secciones de oficios. En este Congreso se consumó la ruptura con la minoría partidaria de la línea marxista, que había formado el 7 de julio de este mismo año la Nueva Federación Madrileña, núcleo inicial del Partido Socialista.

En el congreso de Zaragoza de 1872 se dividió la estructura organizativa de la Internacional en cuatro zonas: Norte, Sur, Este, Oeste. Según Mora[6], en el informe sobre direcciones de las federaciones locales y secciones de oficio de que constaba la Federación al 10 de febrero de 1872, había 70 secciones y 100 en constitución.

En la Comarca del Oeste aparecían como constituidas, entre otras, las de Plasencia (cuyo contacto era Francisco Iglesias Santiago), Calzadilla de los Barros (Badajoz, su contacto era Manuel Lozano). Entre las que estaban en constitución se encontraban las de Badajoz (con Antonio López, hijo, como responsable), Montehermoso, de nuevo aparece Plasencia, en esta ocasión con otro contacto, Antonio Rodríguez de Alfaro; en Cabeza del Buey el contacto era Miguel Pimental y Donaire; para Cañaveral, el contacto era Felipe Boticario.

En la circular[7] a todas las federaciones locales y secciones de la Región Española de la federación Barcelonesa, del 17 de marzo de 1873, aparecía Plasencia, con una sección y seis miembros. En otra lista de este mismo año aparecía en la Comarca del Oeste los nombres de Cáceres, Badajoz, La Morera (Badajoz), y Plasencia junto a Salamanca, León y Zamora.

En otra circular[8] de 1873, de 29 de septiembre, ante la suspensión de garantías constitucionales, se recomendaba a las organizaciones que continuaran sus actividades, y si eran prohibidas y sus locales cerrados, que protestaran. Entre las direcciones a que fue enviada aparecen las siguientes de Extremadura: Fuente del Maestre, Villalba de los Barros y Aceuchal.

1.3. LAS DIFICULTADES DE LA ORGANIZACION

Estas primeras asociaciones arrastraban una difícil existencia, el radicalismo de su mensaje en la sociedad decimonónica y la prohibición gubernamental. No obstante, las constantes crisis de subsistencias, que de forma periódica afectaban a los campesinos extremeños, favorecía la protesta. Esta se manifestaba unas veces en forma de motines, otras mediante la ocupación de tierras, la destrucción de cercados o el incendio de cosechas y talas de árboles. La aparición de estas sociedades vino a dar cuerpo doctrinal y organizativo a lo que hasta entonces eran expresiones espontáneas del malestar obrero.

La F.R.E. vivió un período de clandestinidad entre los años 1874-1881 debido a la prohibición gubernamental tras la Restauración Borbónica, no obstante la creciente organización obrera se mantuvo. En el Congreso Regional clandestino, celebrado en junio de 1874 aparecen las siguientes localidades en la Comarca del Oeste[9]:

“Aceuchal, La Morera, Candelario, Béjar, Fuente del Maestre, León, Navas del Madroño, Plasencia, Santa Marta de los Barros, Trujillo, Villalba de los Barros. En total 11 federaciones con 11 secciones. En constitución aparecían las de Cañaveral, La Calzada, Cabeza del Buey, Casas del Monte, Montehermoso, Peñaranda de Bracamonte y Zamora”.

En una circular del Comité Federal de este mismo año se explicaba la forma de mantener los locales abiertos, a pesar de la represión. Para ello se recomendaba el cambio de estatutos[10] de las sociedades obreras.

En 1875 al acentuarse la represión se decidió cambiar los congresos por conferencias comarcales, mucho más fáciles de convocar y más operativos por ser grupos menores. Las comarcas en que quedó dividida fueron: Cataluña, Valencia, Murcia, Andalucía del este, Andalucía del oeste, Extremadura, Castilla la Nueva, Castilla la Vieja y Aragón.

En una memoria[11] de 1876-77 sobre la organización territorial se afirmaba que a Cataluña la representaban 13 Federaciones locales, a Levante 4, a Andalucía del Este 10, a Andalucía del Oeste 21 y a Extremadura 14. Entre estas estaban las de Badajoz, Plasencia y Trujillo. Estos primeros momentos fueron difíciles y se centraron sobre todo en el desarrollo de los conceptos ideológicos y organizativos. En las conferencias de 1876-77 se mantenían en sus conclusiones la confianza en una revolución social, y con la finalidad de ir preparando su llegada se tomaron diversos acuerdos. La organización y la creación de los comités de acción revolucionaria tuvieron gran importancia en este período para los internacionalistas, su finalidad era establecer los principios anarco-colectivistas según el acuerdo XVII de las conferencias de 1876.

Las Federaciones y secciones con las que mantenía relaciones la Comisión Federal de 1877 en Extremadura eran:

“Secciones de Oficios Varios de Aceuchal, Badajoz, Fuente del Maestre, Nogales, Santa María de los Barros, Villalba de los Barros, Plasencia, Trujillo, Almaraz y Brozas. Todas estas secciones formaban la Federación Comarcal de Extremadura”[12] .

Hasta 1881 fue un período de gran represión anti-internacionalista que diezmó los cuadros de militantes y debilitó la organización. En este año la F.R.E. se autodisolvió, pero con la subida al poder de Sagasta se inició una mayor libertad de asociación y volvió a reorganizarse el movimiento libertario bajo el nombre de Federación de Trabajadores de la Región Española (F.T.R.E.), que se proclamó heredero de la FRE y anarco-colectivista, aunque con un tono más moderado.

A pesar de los altibajos, la organización obrera anarquista había logrado extenderse ampliamente. En el Congreso de la FTRE de Sevilla en el verano de 1882 contaba con 57.934 afiliados en 663 secciones y 218 localidades. La otra gran rama de la organización obrera crecía de forma más lenta. El Partido Socialista, fundado en 1879, contaba un año después con 16 secciones a nivel nacional y en 1890, con 23 secciones; en 1894 contaba ya con 42. Por su parte la Unión General de Trabajadores (U.G.T.) tenía 27 secciones y 3.355 afiliados en la fecha de su fundación, en 1890 contaba con 36 secciones y 3.896 afiliados. En 1893 contaba con 110 secciones y 8.848 afiliados[13] .

La extensión de la organización llevaba aparejada una mayor actividad reivindicativa, aunque no siempre se llevaba a buen término. En 1883 la Revista Social[14]recogía la noticia según la cual en Villanueva de la Serena existían entre los agricultores hasta 80 dispuestos a organizarse, pero se produjo el arresto de 19 de ellos y desapareció el núcleo organizador. La táctica gubernamental para acabar con este intento de organización fue acusar a este grupo de estar relacionado con la temida “Mano Negra[15] ” andaluza. En 1887, según datos de Ricardo Mella, existían 25.800 anarquistas activos y 53.400 simpatizantes. En Extremadura cifraba el número de 200 a 400 entre militantes y simpatizantes.

Además de las dificultades organizativas también las continuas disputas por cuestiones ideológicas contribuían a dificultar la organización obrera. Es en estos años cuando se inició, dentro del anarquismo, el debate entre los anarco-colectivistas y los comunistas libertarios. Mientras los colectivistas proclamaban que cada uno debía recibir en la sociedad futura según el trabajo que aportara a la sociedad, los segundos seguían la corriente kropotkiniana de «a cada uno según sus necesidades, de cada uno según sus fuerzas», cada uno debía aportar lo que buenamente pudiera y recibir lo que necesitara. Tras un largo debate los comunistas libertarios acabaron imponiéndose, aunque esto no significó la desaparición de los colectivistas.

1.4. LA ORGANIZACION LIBERTARIA A PRINCIPIOS DE SIGLO EN EXTREMADURA.

A finales del XIX surgió en la ciudad de Badajoz un grupo anarquista que celebraba conferencias periódicas. Más tarde surgió la sociedad obrera “Germinal”, que publicaba el periódico “El Obrero”. Este periódico tuvo una gran influencia en la ciudad a principios de siglo. Conocemos su existencia a través de los periódicos de la época, especialmente el republicano-progresista “La Coalición”. En opinión de “La Coalición” [16] la sociedad obrera “Germinal” se reclamaba heredera de las teorías de los revolucionarios como Babeuf, Blanchi, Saint Simón, Blanc, Proudhon y Bakunin.

Aunque desde los primeros momentos ciertas tendencias republicanas estaban muy cerca de las anarquistas, sus relaciones no estarán exentas de enfrentamientos. Así se observa una cierta simpatía[17] por parte de los republicanos hacia esta sociedad que estamos viendo, pero también hubo importantes roces.

Especial repercusión tendrá en la prensa la negativa de esta sociedad obrera a apoyar a los republicanos en las elecciones. Parece que en un artículo publicado en “El Obrero”, órgano de la sociedad obrera Germinal, titulado “Que se vea claro” se desmentía su posible apoyo a los republicanos. Los republicanos de “La Coalición[18]” replicaron con otro artículo titulado “Para claros, nosotros”, en el que defendían que contaban con el apoyo obrero. De esta polémica se hizo eco el periódico “Nuevo Diario de Badajoz” quien recogía bajo el título “El meeting de ayer[19] ”:

“Se pretendió levantar el espíritu de la clase obrera a favor de la causa republicana, y quedó de manifiesto que los obreros no están dispuestos a servir de cascabel a los que aspiran a la representación popular en el Municipio (…)”

“No consiguieron su objeto los republicanos, y sólo sirvió el acto realizado ayer para patentizar que la Sociedad Germinal obrera no es partidaria de acudir a las urnas.”

A pesar de la existencia de pequeños núcleos, parece que hasta principios del siglo XX no comienza la reorganización de los grupos libertarios extremeños. Según Manuel Buenacasa, historiador del movimiento obrero y militante de la C.N.T.

“El intento más serio que conozco en la región extremeña se realizó en 1904 hallándome en Fuente del Maestre. Aunque ignorante de las cuestiones sociales, pues era yo muy joven, recuerdo que entre los grandes terratenientes y ganaderos de cerdos había gran pánico a causa de las continuas exigencias de los jornaleros”[20].

En 1907, del 21 al 24 de noviembre se constituyó la Federación Regional Extremeña de Sociedades Obreras en Mérida[21]. Las conclusiones aprobadas en la reunión recuerdan a las adoptadas por aquel entonces por el órgano de expresión de los trabajadores catalanes “Solidaridad Obrera”[22].

“Pero luego leí en Solidaridad Obrera de Barcelona (1907) que en Extremadura existía una Federación Regional con las ideas y las aspiraciones de la vieja Federación Regional Española”.

“A la Federación Extremeña pertenecían sociedades de trabajadores de varios pueblos entre los que se encontraban las de Fregenal, Don Benito, Mérida, Fuente del Maestre, Villafranca, Montijo, Higuera la Real, Zahínos, Jerez de los Caballeros, Almendral, Llerena, Arroyo, Encinasola (en la provincia de Huelva), Barcarrota, Fuentes, Torre de Miguel Sesmero y Azuaga.”

En 1908 se celebró un Congreso en Azuaga[23], donde se acordó adherirse a la Federación Regional Catalana de Solidaridad Obrera y junto a los obreros agrícolas de la región valenciana, federaciones locales de La Coruña, Zaragoza y otras toma cuerpo la idea de crear un organismo obrero revolucionario. En este congreso estuvieron representadas sociedades obreras de:

“Mérida, Fregenal, Zahínos, Fuentes de León, Montijo, Higuera la Real, Jerez de los Caballeros, Llerena, Azuaga, Arroyo de San Serván, Almendral, Torre de Miguel Sesmero, Encinasola, Don Benito y Barcarrota”.

El Consejo de Solidaridad Obrera de Cataluña convocó un Congreso en 1910 a nivel de todo el Estado español en el que nació la Confederación Nacional del Trabajo (C.N.T.). Se pasaba así de las antiguas organizaciones de resistencia al capital al sindicalismo revolucionario.

1.5. PRINCIPALES ZONAS DE INFLUENCIA ANARQUISTA

Podemos distinguir dos grandes polos de difusión de las ideas libertarias en Extremadura dentro del presente siglo. Por un lado la influencia madrileña se manifiesta a través de Navalmoral de la Mata [24] y toda su comarca hasta Plasencia y sus alrededores. En el norte de Cáceres tenemos que señalar la existencia de otro polo importante, el que desde la vecina localidad de Béjar se extendía por el Valle del Ambroz, especialmente Hervás y Aldeanueva del Camino.

En Hervás también existía desde hacia siglos un enclave de la industria textil. La cercanía entre estas localidades y las afinidades industriales permitirían la extensión de las ideas organizativas sindicalistas.

De esta forma algunos núcleos aislados de obreros más o menos organizados, pero seguros de contar con un importante apoyo llevaron a cabo numerosos intentos por modificar su situación social. En algunos casos recurriendo a acciones espectaculares.

En el turbulento año de 1917, una ola de intentos revolucionarios se extendió por todo el país. El acicate que supuso el triunfo de la Revolución Rusa quedó patente en el reforzamiento de la línea revolucionaria dentro del movimiento obrero español. Así nos encontramos con algunas noticias de prensa que hacen referencia a algunos intentos de expropiación revolucionaria como el que sucedió en Valdeobispo (Cáceres), cuyos obreros ocuparon algunas dehesas, negando la propiedad a sus dueños y originando algunos sucesos violentos.

En la prensa viene recogido como el “Cantón anarquista de Valdeobispo”[25]. No obstante el término “anarquista” se utilizaba con un carácter meramente genérico.

Otro importante núcleo de donde parte la influencia anarquista hacia Extremadura es Andalucía a través de los pueblos del sur de Badajoz. No debemos olvidar que Sevilla fue siempre uno de los bastiones del anarcosindicalismo ibérico. La influencia sevillana está ampliamente documentada. A los contactos normales entre los sindicatos, hay que unir los contactos establecidos a través del intercambio de trabajadores asalariados en faenas del campo, especialmente la recolección y el desplazamiento temporal para trabajar en la ciudad de Sevilla.

Fue igualmente importante el papel de notorios militantes libertarios andaluces desterrados a estas tierras. Es el caso del incansable propagandista andaluz, ya señalado anteriormente, Sánchez Rosa, zapatero y fundador de escuelas libertarias. También hay que destacar al doctor Pedro Vallina, conocido como el médico de los pobres. Ambos fueron desterrados en 1919 a la Siberia Extremeña junto con Roque García y un tal Chacón. Sánchez Rosa quedó en Herrera del Duque, los dos últimos en los pueblos cercanos, mientras Vallina fue conducido a Fuenlabrada de los Montes. En sus memorias el doctor Vallina afirmaba que:

“Toda aquella zona estaba dormida, despertó espléndidamente bajo la influencia de nuestras ideas, Castilblanco de los Montes entre otros”[26] .

Toda esta zona, que linda con la provincia de Ciudad Real, tenía un potente movimiento obrero en las zonas mineras, especialmente en Almadén donde era notoria la influencia de la C.N.T. En 1921 es de nuevo desterrado el doctor Vallina a Extremadura. Poco antes de la sublevación del 17-18 de julio de 1936 se encontraba este personaje en el extremo norte de la provincia de Badajoz. Dice en sus memorias que el pueblo más importante de la comarca era Siruela[27], de donde irradiaba su propaganda a una extensa zona que comenzaba en Cabeza del Buey y acababa en los límites de las provincias de Cáceres y Toledo, con una prolongación hasta las minas de Almadén.

En momentos de debilidad de la organización extremeña, los sindicatos de la provincia de Badajoz formaban junto con los andaluces la Regional de Andalucía-Extremadura. Por su parte, los sindicatos de Cáceres, al pertenecer sus núcleos más importantes al entorno de Navalmoral de la Mata[28] , se integraban en la Regional Centro, a la que pertenecía también Madrid.

En el verano de 1923 se reunió en Valencia un Pleno secreto de la C.N.T. en el que se acordó que ante la inminencia de un golpe de estado, el Comité Nacional de esta organización se trasladase a Sevilla y fuese su Secretario General Manuel Adame, que asistía al Pleno en la delegación de Andalucía-Extremadura. Con la dictadura del General Primo de Rivera, los anarcosindicalistas perdieron gran parte de su influencia y estructuras organizativas al ser declarada ilegal la central sindical.

La prohibición de la C.N.T. obligó a sus militantes a pasar a la clandestinidad y mantener unas mínimas estructuras sindicales y a otros a refugiarse en asociaciones obreras con otros nombres o a integrarse en asociaciones socialistas (U.G.T.) que mantuvieron su legalidad durante el periodo de la dictadura de Primo de Rivera. Esto permitía a sus militantes seguir en cierto modo en activo hasta que llegaran tiempos mejores. En muchos casos existían “Centros Obreros” donde convivían las diferentes tendencias obreras[29].

Esta actuación, que ya se había puesto en práctica en etapas anteriores con las organizaciones de la F.R.E y la F.T.R.E, explicaría la rápida reorganización que se llevó a cabo en los primeros momentos de la República, cuando las circunstancias políticas permitieron una mayor libertad sindical.

Tras la caída de la dictadura, comenzó una rápida reorganización libertaria en la que casi nadie confiaba. La zona del sur de Badajoz tuvo gran actividad[30]. Los sindicatos de la C.N.T. se desarrollaron en Fregenal de la Sierra, Jerez de los Caballeros, Fuente de Cantos, Usagre, Bienvenida, Llerena, Campillo de Llerena, Guareña, Quintana, Berlanga, Malpartida de la Serena, Malcocinado, Don Benito, Villanueva de la Serena, Mérida[31].

En la provincia de Cáceres la influencia cenetista se extendió desde Navalmoral de la Mata a Jarandilla, Peraleda de la Mata, Hervás, Aldeanueva del Camino, Oliva de Plasencia, Talayuela, Pasarón de la Vera[32] , Valdehúncar y otras localidades[33] .


NOTAS:

[1] Nettlau, M. La Première Internacionale en Espagne (1868-1888). D. Reidel Publishing Company Dordrecht-Holland, 1969. Afirma este autor sobre el origen de esta organización: “Por la estadística enviada por Anselmo Lorenzo a la Conferencia de Londres, en septiembre de 1871, se deduce que la Federación Española se constituyó definitivamente el 1 de septiembre de 1870”. pág. 85.

[2] MERINERO MARTIN, Mª J. “Los Tiempos actuales”. Historia de Extremadura. Tomo IV. Ed. Universitas-Consejería de Educación y Cultura. 1985. pág. 891.

[3] De origen italiano, fue enviado a España por Bakunin en 1869 para difundir el pensamiento de la Internacional y el de la Alianza para la Democracia Socialista. Para estos primeros momentos de organización internacionalista puede verse la obra de unos de los que más contribuyeron a ello. Lorenzo, Anselmo. El proletariado militante. Madrid, Ed. Alianza. 1974. También desde un punto de vista histórico puede consultarse la obra de Termes, J. Anarquismo y sindicalismo en España. La I Internacional, (1864-1881). Barcelona, Ed. Ariel. 1972.

[4] Abad de Santillán, D. Historia del movimiento obrero español. Madrid, Éd. Zero. 1968. También NETTLAU, M. op. cit. pág. 164. Tomo I. Aparece aquí una mención de este personaje.

[5] Mora, Francisco. Historia del Socialismo Obrero Español. Madrid, 1906. pág. 61.

[6] Mora, Francisco. Historia… op. cit. Madrid, 1906. pág. 93.

[7] Nettlau, M. Op. Cit. pág. 163.

[8] Nettlau, M. Op. Cit. pág. 222.

[9] Nettlau, M. Op. Cit. pág. 254.

[10] Esta táctica fue utilizada en numerosas ocasiones por las sociedades obreras anarquistas para mantener vivas sus organizaciones y esperar, mientras duraba la persecución, tiempos mejores. Así sucedió en Navalmoral de la Mata con la Federación Obrera (integrada en la C.N.T.), pero que tenía una denominación y unos estatutos propios. Hemos estudiados sus estatutos de 1920, que son los que presentan de nuevo para su legalización en 1930. Durante la dictadura de Primo de Rivera mantuvo en los primeros años vida semi-legal. Hay una petición 7-II-1924 del Delegado Gubernativo al Gobernador para autorizar o no una reunión de esta sociedad. Finalmente se concedió únicamente para revisión de cuentas, elección de cargos y otros asuntos menores. Al contar con una denominación de “Federación Obrera”, dificultaba la ilegalización de esta sociedad cuando era ilegalizada la CNT, pudiendo, en algunos casos, mantener su vida orgánica.

[11] Nettlau, M. Op. Cit. pág. 276.

[12] Abad de Santillán. Op. Cit. pág. 379.

[13] Cifras recogidas de la obra de Tuñón de Lara. El movimiento obrero en la Historia de España. Madrid, Ed. Sarpe. 1986. pág. 257. Tomo I.

[14] Revista Social, Madrid. Surgió el 11 de junio de 1881. Los números en que está recogido fueron los del 15, 22 y 29 de marzo. Otros periódicos, en este caso los extremeños “El Diario”, órgano de los republicanos-federales, y “La Crónica” recogían este incidente. Parece ser que un numeroso grupo de jornaleros se negaba a trabajar si no recibían el salario acordado en la reunión de su sociedad obrera.

[15] Al parecer poco tiempo antes habían sido detenidos en Olivenza varias personas procedentes de Andalucía con propaganda internacionalista. Pecellín, M. publicó un artículo en la Revista Alminar, nº 46, junio de 1983, sobre la posible existencia de la Mano Negra en Extremadura. En este artículo llegaba a la conclusión de todo fue un montaje para impedir el desarrollo de la incipiente organización obrera.

[16] “A ‘El Obrero’, cuestiones sociológicas”. Periódico “La Coalición”. 26-junio de 1901.

[17] Existe afinidad ideológica en algunos puntos, no olvidemos que el republicano-federal PI Y MARGALL será el traductor y divulgador de las ideas federalistas de PROUDHON en España. En los primeros momentos muchos anarquistas procedían de esta corriente republicana.

[18] Periódico “La Coalición”, 18-XI-1901.

[19] Periódico “Nuevo Diario” de Badajoz, 2-XI-1901.

[20] Buenacasa, M. El Movimiento Obrero Español. Madrid. Ed. Júcar. Ed. Amigos del autor. 1978. pág. 181.

[21] Buenacasa, M. Op. Cit.

[22] Solidaridad Obrera fue en principio un periódico en torno al cual se organizaron los trabajadores anarquistas barceloneses, posteriormente se convirtió en organización obrera catalana para dar paso a la C.N.T. en 1910. Becarud y Lapouge. Los anarquistas españoles. Barcelona, Ed. Anagrama. 1972.

[23] Buenacasa, M. Op. Cit.

[24] Navalmoral de la Mata fue uno de los más importantes núcleos anarquistas en Extremadura. Desde esta localidad irradiaba la propaganda libertaria por toda la comarca. Al menos desde principios de siglo existió una Federación Obrera, integrada en la C.N.T. La organización anarcosindicalista en Navalmoral se mostró muy activa. A.H.P.C. Sección Estatutos.

[25] Chamorro, Víctor. Historia de Extremadura. Valladolid. 1983. pág. 322. Tomo IV.

[26] Vallina, Pedro. Mis Memorias. Méjico. Ed. Tierra y Libertad. 1971.

[27] En esta zona aún hay personas que tienen como “mote” o apodo los de la CNT. (Recogido fuentes orales de la misma localidad).

[28] Además de éste sindicato existieron otros organismos anarquistas como el Ateneo antes mencionado o la FAI. Gómez Casas, J. Historia de la F.A.I.Madrid, Ed. Zero. 1977, señala la presencia de representantes de Navalmoral, Jarandilla y Plasencia en un Pleno Nacional de esta organización en febrero de 1936.

[29] Pachón Núñez, Olegario. “Cuando regresé a Bienvenida (proclamada la República) me encontré con la Casa del Pueblo constituida (…) Sin pérdida de tiempo me puse en contacto con mis numerosos amigos y constituimos un grupo confederal dentro de la Casa del Pueblo, al que denominamos “Los esclavos se rebelan”. Poco después organizamos las Juventudes Libertarias y absorbimos inmediatamente a las Juventudes Socialistas”.

Recogido de su obra: Recuerdos y consideraciones de los tiempos heroicos. Testimonio de un extremeño. Barcelona. Ed. del autor. 1975. pág. 14.

[30] Pachón Núñez, O. En la correspondencia con él mantenida aportaba, en cuanto a la importancia de algunas sociedades, los siguientes datos: “Teníamos sindicatos de la C.N.T. tan importantes como el de Fuente de Cantos, con más de 1.000 afiliados, Bienvenida, con 200 afiliados, Fregenal de la Sierra, con 500 afiliados, Azuaga con 400 afiliados, que además en este pueblo sacábamos un periódico titulado “El Amigo del Pueblo”. En Mérida teníamos también un sindicato bastante importante que la mayoría eran ferroviarios. También teníamos organización confederal en Jerez de los Caballeros, Peñalsordo, Guareña, Villanueva de la Serena, Usagre, Almendralejo. En otros pueblos existían grupos anarquistas como en Llerena, que constituían además secciones ferroviarias de la C.N.T.”. Carta de fecha 22-IX-1988.

[31] Díaz de Entresotos, B. Seis meses de anarquía en Extremadura. Cáceres. Ed. Extremadura, 1937. Fue este hombre recaudador de Impuestos de Derechos Reales y Registrador de la Propiedad en diferentes localidades. Menciona en su obra la importante presencia tanto de la F.A.I. como de la C.N.T. en Mérida. Al parecer esta última tenía su local en una calle cercana al Ayuntamiento. Desde un punto de vista muy conservador y partidario del bando franquista señalaba la importante actividad que se detectaba en este sindicato. Señalaba que se escuchaban continuos cánticos revolucionarios y se observaba una incesante entrada de hombres y mujeres en el local de este sindicato. pág. 60 y 112.

[32] En muchas ocasiones aparecen bajo la denominación de Sindicato Unico o Federación Obrera, como en este caso de la localidad de Pasarón. A.H.P.C. Sección Estatutos.

[33] Para conocer algunas de las actuaciones reivindicativas y revolucionarias protagonizadas por las organizaciones anarquistas en la provincia de Cáceres pueden consultarse las obras de F. Sánchez Marroyo. “Las organizaciones obreras en Extremadura durante la II República”. Investigaciones Históricas, 10 (1990) pp. 123-164. García Pérez. Estructura agraria y conflictos campesinos en la provincia de Cáceres durante la II República. Institución Cultural “El Brocense”. Cáceres, 1982.

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