Oct 011996
 

Ángel Olmedo Alonso.

Licenciado en Geografía e Historia por la UEX

PRESENTACION

A través de las noticias que aparecen en un periódico podemos observar cómo piensa el grupo que edita el periódico, que intereses tiene o qué visión de la sociedad difunde. Además, estudiada con las herramientas adecuadas, la prensa nos sirve de fuente para conocer, como señala Sánchez González[1], el desarrollo de un determinado acontecimiento, su génesis y evolución, así como la mentalidad de un determinado grupo social.

Historiadores como Tuñón Lara[2] han defendido la importancia de esta herramienta de trabajo, el periódico es “objeto” de la historia y “fuente a la vez”. Para el estudio de un determinado hecho histórico el periódico ofrece una valiosísima información que hay que tener en cuenta. Esto es lo que hemos pretendido con nuestro trabajo sobre EL AMIGO DEL PUEBLO[3], estudiar un determinado periódico, depurar su información y ponerla en relación con unos hechos y un periodo histórico.

1. EL AMIGO DEL PUEBLO: ESTRUCTURA, ORGANIZACION.

El Amigo del Pueblo fue el nombre de diversos periódicos editados en diferentes períodos y lugares. Durante la Revolución Francesa[4] de 1789, uno de los más destacados personajes de este proceso, Marat, publicó un periódico con este nombre. En nuestro periódico se recuerda esta similitud.

“El Amigo del Pueblo recuerda a aquel periódico del anatema revolucionario que en París fundara Marat, el revolucionario de la Comune y miembro de la Convención Nacional“.[5]

En España varias publicaciones libertarias se denominaron con el mismo título. En 1909 existía en la localidad de Bañolas (Girona) una publicación, portavoz del grupo “Cultura” con este título. En Barcelona a partir de 1937 se publicó otro como portavoz de “Los Amigos de Durruti”, de carácter muy crítico, incluso con las propias organizaciones libertarias. En París, en 1961, se publicó de nuevo el periódico por parte del mismo grupo. A partir de 1979 se publicó en Girona por otro colectivo libertario una publicación con la misma denominación. También en Alcalá de Guadaira (Sevilla) se editó con igual título entre 1979-1980, como portavoz del sindicato de oficios y profesiones varias de la C.N.T.

1.2. DATOS TÉCNICOS DEL PERIODICO.

En los archivos del Ayuntamiento de Azuaga se encuentra una ficha realizada por el citado organismo sobre el periódico a requerimiento del Gobernador de Badajoz. Los datos que aparecían recogidos son los siguientes:

Redacción: C/ San Blas, 84
Administración: C/ San Blas, 84
Director: Juan Guerrero Moruno. C/ San Blas, 84
Subdirector: Francisco Molina Vizuete. C/ Santano, 2
Administrador: Francisco Prieto Moruno. C/ Nueva, 2
Filiación: Independiente

1.3. OTROS DATOS REFERENTES AL PERIÓDICO

Periodicidad: La tirada era quincenal, (salvo clausura del periódico o censura del número).

Tirada. 1.500 (durante algún tiempo aumenta a 2.500 según sus propias afirmaciones).

Historial. En la ficha que hemos mencionado anteriormente se le define como de tendencia radical: “Este periódico desde su aparición, las campañas que sostiene es abiertamente extremista”[6]. Este periódico llevaba una larga tradición en la localidad como portavoz de las ideas libertarias hasta la dictadura de Primo de Rivera. Con la llegada de la II República inicia su II y III época. El fin del periódico no sabemos exactamente si se debió al cierre por parte de la Redacción o bien por clausura de las autoridades. Nos inclinamos más por esta última tras el análisis que realizaremos.

Formato. El tamaño de papel utilizado es el folio A-4 holandesa, aunque en la III época, a partir del número treinta y siete y durante algunos números tuvo un tamaño doble del anterior.

Número de páginas. El primer número tenía cuatro páginas, los siguientes se ampliaron hasta seis. La distribución de columnas y artículos variaba en cada tirada.

Precio. El precio era de 10 céntimos para los números sueltos en Azuaga. Fuera de esta localidad se vendía a 2 pts/25 ejemplares. Esta diferencia de precio (en promedio salía a 8 céntimos/ejemplar) vendría determinada por el intento de favorecer su difusión fuera de la localidad.

Financiación. La financiación de la publicación se basaba en:

  • Las suscripciones.
  • La publicidad.
  • Donaciones, colectas y rifas.
  • Ventas normales.

A los corresponsales de diversos pueblos se les enviaba el número de periódicos solicitados, una vez vendidos remitían el dinero a la Redacción. Las dificultades en las comunicaciones y las escasas posibilidades económicas de los destinatarios del periódico provocaban considerables retrasos en los pagos. En varios números aparecían llamamientos para que los deudores cancelaran sus deudas con el periódico. De todas formas estos problemas económicos no afectaron a la salida del periódico ni a su línea editorial.

Difusión. Principalmente en Azuaga, pero también por numerosos pueblos cercanos donde existían grupos de simpatizantes.

Secciones: El periódico tenía colaboraciones fijas como las de Francisco Prieto, con el título de: «… y va de cuento». Eran diálogos ficticios de «Don Polonio», que representaba a la autoridad, normalmente al alcalde o «Juan Lana» que simbolizaba al pueblo sencillo. De forma muy simple y utilizando metáforas pretendía hacer comprender al pueblo sus problemas cotidianos y educarlo con un espíritu de rebeldía. En casi todos los números aparecían artículos de Juan Guerrero[7], Francisco Molina y Martín Gala, bien sobre temas locales o nacionales. Los demás colaboradores fueron ocasionales, del mismo pueblo o de otros donde se recibe el periódico. También aparece algún artículo extraído de otra revista o periódico libertario como «Tierra y Libertad», publicación de la F.A.I. o de otros como el madrileño «La Tierra» [8] en el que escriben destacados anarquistas.

Ilustraciones. Eran más bien escasas, había una fija que ilustraba la sección de Francisco Prieto, en la que aparecía un campesino de medio cuerpo con el típico sombrero cordobés y un bastón que simbolizaba el «código de conducta» por el cual se regía el autor y que aplicaba a diestro y siniestro. En este aparecen escritas las palabras Verdad, Justicia, Razón y Ley sobre cuatro nudos que tiene la madera. Representan los valores que defendía como máxima su autor. Las demás ilustraciones son ocasionales, excepto las que aparecen con los anuncios que se insertan en cada número.

Puntos de venta. La distribución del periódico corría con las lógicas dificultades de una publicación de este tipo para acceder a los canales de comercialización de otras publicaciones de mayor tirada. Por este motivo se recurrió a aquellos lugares donde solía acudir todo el mundo. En Azuaga se vendía en una librería, en una peluquería y en una cervecería, además de en la propia redacción y las ventas que realizaban los afiliados a las sociedades obreras. A las demás localidades se enviaba o bien era recogido por los interesados si tenían ocasión.

2. ESTUDIO SOBRE EL PERIODICO.

Es un periódico que en principio señalaba su vocación por ser el portavoz de las capas sociales más bajas. Afirmaba en su primer número:

“Yo soy un periódico del pueblo, entro en los hogares humildes, en los talleres y fábricas; el obrero campesino me lleva a los cortijos y al calor de la lumbre, me leen en corro gañanes y aprenden de memoria los versos de Villarrubia, el poeta del terruño extremeño”[9].

Aunque esta es la idea general, también es leído por otras personas de diferente procedencia social. Hemos encontrado algunos artículos dirigidos a los miembros de las profesiones liberales y a los dependientes de las tiendas. A tenor de los anuncios que aparecían publicados, observamos una gran variedad en cuanto a sus destinatarios, pues hay desde anuncios de molinos para la molienda hasta coches Ford o venta de instrumentos de segunda mano. Esto nos hace pensar que debió ser un periódico popular y que, al margen de su línea ideológica, también contaba con lectores de otros sectores sociales.

2.1. PRETENSIONES DE LOS AUTORES.

El periódico tenía una misión pedagógica, de formación cultural, pero también práctica. En el artículo «A lo que venimos y a lo que aspiramos»[10], afirmaban que su papel no era solamente teórico sino también práctico, trataba de dar orientaciones organizativas. Esta función aparecía claramente definida en varios artículos que veremos más adelante. La sociedad obrera «Los Amantes de la Tierra» en Azuaga o los grupos de jóvenes y otros colectivos culturales tenían estrechos lazos con el periódico en cuanto se refiere a orientaciones para la organización y desarrollo de actividades. Así observamos que a lo largo de la publicación hay constantes colaboraciones entre ambas partes.

2.2 LOS MIEMBROS DEL PERIODICO

La aparición del periódico en su segunda etapa en el año 1930 venía precedida de una larga trayectoria, como militantes libertarios y como periodistas, de quienes se encargan de la redacción. Afirmaban en el número uno:

“Somos los mismos, y bien conocidos de todos, y por lo tanto huelga hacer aquí una presentación necia y empalagosa.

Así nosotros, eternos Quijotes, tras siete años de mudo silencio y amordazados por la razón de la fuerza (…)[11].

En cuanto a sus condiciones de vida y experiencias, no vacilaban en definirse como gentes sencilla y trabajadora; en el artículo Nuestra definición individual ante las luchas señalaban:

“Nosotros hemos convivido y vivimos en contacto con el trabajador esa vida mísera y rastrera que continuamente nos acecha para que seamos víctimas de sus bajezas: pero aún llevamos más de veinte años de lucha, y ni el tiempo ni el desengaño, ni la influencia que arrastra esa vida regalona y cómoda ha podido hacer mella en nuestros espíritus, ni en nuestras convicciones[12] .

La presentación de ejemplos como modelos a seguir era de gran importancia, incluso más que los nombres de los redactores o las ideas que estos profesaban. En este aspecto a los encargados de la publicación, más que conocer quiénes eran por sus nombres, les interesaba ser conocidos por sus hechos, por sus actuaciones correctas. Se daba una gran importancia a identificarse con aquellos a quienes estaba dirigida la publicación. En este sentido no dejaba de tener un cierto parecido con las enseñanzas cristianas en las que se proponían ciertos modelos de vida a imitar. De este modo afirmaba:

“Los que escribimos El Amigo del Pueblo somos obreros como tú, que amamos la Justicia, la Libertad y el Progreso: y cuando un socialista, un republicano o un conservador, realiza una obra encauzada en la justicia, basado en la libertad y con tendencia progresiva, lo aplaudimos, la ayudamos o la aprobamos. No mires nunca (…) las etiquetas sino el contenido. ¿Tú quieres saber lo que somos? Nuestra obra, nuestros actos, nuestro vivir te lo dirán. ¿Qué importa el nombre?”[13].

No obstante el terreno queda limitado para aquellos, que aún reclamándose “obreros” no llevaban una forma de vida austera. La denuncia de los falsos profetas, los políticos e intelectuales que se proclaman obreros es manifiesta. En el mismo artículo antes citado leemos:

“(…) compañeros y camaradas son aquellos que viven como nosotros, aquellos que comparten nuestra suerte, aquellos que como nosotros sufren las mismas necesidades. Compara tu vivir, tu suerte y tus necesidades con la vida de uno de esos que tú llamas camaradas, mientras tú te alimentas con unas sopas y un mísero gazpacho; ellos celebran opíparos banquetes”.

El núcleo que toma el proceso reorganizativo después de la caída de Primo de Rivera lo hizo ya desde unas bases preestablecidas. Sin embargo, los primeros pasos en cuanto a la reorganización no los dieron como sindicato afecto a la C.N.T. sino como colectivo libertario, como grupo de personas que tenían unos intereses comunes y se reunían en torno a ellos. El sindicato no era el motor de arranque que tiraba del resto de organizaciones anarquistas, en este caso va a ser al revés, serán los grupos libertarios los que fomenten la creación de la C.N.T., cuyo desarrollo será mayor a medida que vayan transcurriendo los primeros momentos de la República.

2.3. COLABORADORES DESDE OTRAS LOCALIDADES EXTREMEÑAS.

La difusión de El Amigo no se limitaba únicamente a la población de Azuaga. Este se distribuía por los pueblos cercanos extremeños y algunos andaluces. Encontramos suscriptores y colaboradores de: Campillo de Llerena, en una nota que aparece en el periódico se hace notar que cuatro suscriptores aportan 2,50 Pts. En otra aparecen morosos de Berlanga, Malpartida de la Serena, Llerena y Fuente Ovejuna. En Guareña hay un colaborador, Higinio Reyes Huertas que escribe algunos artículos, además aparece un donativo de este mismo pueblo de 8,90 Pts. procedente de cuarenta personas. Otros pueblos mencionados son los de Quintana de la Serena, Malcocinado, Peñarroya y otros.

2.4. PROFESIONES, REDACTORES Y LECTORES DE EL AMIGO DEL PUEBLO.

La relación con el campo y sus faenas agrícolas aparecían constantemente reflejadas en sus artículos. El redactor Francisco Prieto comentaba refiriéndose a lo duro del trabajo del campo:

“Estoy que se me va la cabeza, en este momento acabo de ordeñar las cabras, antes he tenido que darles de comer y echarles a los cerdos, a las gallinas, a los perros (…) en fin, me levanto con el alba y no termino nunca”[14].

En otro número, este mismo personaje afirmaba que en un viaje a la localidad de Berlanga unos individuos se negaban a creer que era redactor de El Amigo debido a la indumentaria, poco acorde con lo que se entendía por una persona que escribía en un periódico:

“Claro, iba yo con mi trajecillo que huele a pobre; no iba a la moda y dudaron de que tal fuese. Y es lo que yo me he dicho: por lo visto para escribir en un periódico y pasar por algo intelectual hay que ir vestir a lo gomoso y llevar el “pienso“ en la cabeza”[15].

Más adelante comentando los largos horarios, las condiciones de trabajo y el bajo salario recibido por los jornaleros, se quejaba de esta forma:

“(…) son 8 horas (…) más dos de ida y dos de vuelta, doce horas para ganar 4,50 Pts. ¡Luego dirán que somos muy exigentes los trabajadores![16]. “

De esto se deduce que debía ser un asalariado que trabajaba en un cortijo alejado de la población.

Es difícil conocer a los lectores del periódico, pero podemos trazar un perfil de lo que sería el tipo medio a tenor de la información recogida. Hay un grupo de personas que están relacionadas con trabajos artesanales. Así el gremio de zapateros de Azuaga dio en cierta ocasión 15 pts de ayuda al periódico. Otras personas tienen relación con el trabajo en talleres de imprenta. Hay un colaborador que es tipógrafo y que se ofreció para realizar los dibujos necesarios.

En otra suscripción aparecen cuatro tipógrafos, un parado y un afilador, más adelante un barbero, Gabriel Díaz Parra, de la localidad de Bélmez. También colaboran personas de profesiones relacionadas con la enseñanza. Un maestro de Azuaga realiza un concurso de redacciones con la intención de publicar las mejores en el periódico.

A veces se recogen opiniones de personas que difieren de los planteamientos del periódico. En algunos casos se publican versiones diferentes ofrecidas por personas que se sienten aludidas en el periódico. Así aparece, por ejemplo, la rectificación de uno de los organizadores de un festival taurino-benéfico[17] que ofrecía en su artículo diferentes cifras en los gastos de las que anteriormente habían ofrecido los redactores de El Amigo sobre este acontecimiento.

La extensa gama de personas que aparecen nos da idea de la difusión que debía tener el periódico. De todas formas, es de suponer que gran parte de los lectores serían campesinos. En este sentido hay referencias a las lecturas que hacen los gañanes en común después de las faenas agrícolas en los cortijos, una imagen por otra parte muy propia del movimiento obrero en relación a la necesidad imperiosa de elevar su nivel cultural.

Viene a confirmar esta idea la existencia de una sociedad de campesinos, Los Amantes de la Tierra, ligada ideológica y organizativamente al periódico y las constantes referencias que se hace en los artículos que aparecen sobre la necesidad de una reforma agraria, la condición de los campesinos, la necesidad de repartir la dehesa del pueblo entre los trabajadores más pobres o la aparición de artículos firmados con títulos como el campesino libre. En este sentido podemos afirmar que la mayoría de los valores positivos que se usan y las imágenes utilizadas tienen que ver con este grupo social, identificado como el colectivo que más necesitado está de la redención social. Nos está indicando, por otra parte, por donde se mueve la vida económica de la localidad. Ya señalamos anteriormente que las referencias a la minería son muy escasas.

No obstante, como ya dijimos, el periódico tenía una variada clientela, podemos concluir que tanto por su temática, como por el tipo de anuncios que tiene, El Amigo debió ser bastante popular y conocido. Sus temas no estaban enfocados atendiendo a los grandes acontecimientos nacionales, sino más bien es un reflejo de los problemas que sucedían en la vida cotidiana del pueblo, eso sí, visto desde su propia óptica.

3. LA RESOLUCION DEL CONFLICTO Y LAS CONTRADICCIONES DENTRO DEL PERIODICO.

El Amigo del Pueblo no estuvo exento de las controversias y problemas organizativos que se dan en cualquier grupo humano por el mero hecho de estar organizado. Incluso dentro de un movimiento como el anarquista, que rechazaba el poder y que intentaba que dentro de sus organizaciones quedara reducido a la mínima expresión, a veces aparecieron enfrentamientos que traspasaban los elementos meramente ideológicos.

Hubo un fuerte incidente a raíz del “Concurso”[18] abierto para aportar ideas sobre el Comunismo Libertario y la forma de implantarlo en España. Se originó un fuerte enfrentamiento entre dos de los miembros del periódico. El director, Juan Guerrero, y el redactor, Francisco Molina. En el fondo existía una discrepancia en cuanto a las tácticas a seguir.

El director era partidario de una transformación social más lenta, atendiendo a la elevación del nivel cultural del pueblo trabajador y el fortalecimiento de la organización como principales elementos. El redactor reprochaba al director su escasa confianza en que la revolución se llevaría a cabo por métodos insurreccionales. Al mismo tiempo, metiéndose en el terreno personal, acusaba al director de buscar con sus artículos el reconocimiento del público. Esto hería profundamente la sensibilidad de un hombre que desde hacía muchos años estaba entregado a la causa de la transformación social. Irritado por ello presentó la dimisión y propuso que se nombrara un nuevo director.

Para tratar de solventar el problema se hizo un llamamiento a todos aquellos que de una u otra forma daban vida al periódico. No es por tanto el director el que hacía cesar al redactor o el redactor al director. El problema se discutía entre todos en asamblea y se trataba de llegar a un acuerdo.

Veamos como justificaba el director su postura en su artículo: “Ratificación de mi artículo “El Comunismo Libertario” y aclaraciones de algunos puntos del mismo tema. CONTESTANDO A TODOS.”

“Creo que con el presente artículo quedan demostradas mis tendencias ideológicas.

Si los elementos libertarios y demás grupos afines creen que estas ideas mías son contraproducentes para la causa de la libertad y para el periódico, desde este momento queda vacante mi cargo.

No crean que esto lo hago por despecho; nada de eso. Yo amo mucho a este ‘El Amigo del pueblo’ y ante todo debe salvarse.

Para esto quiero que los compañeros todos celebren una reunión y nombren nuevo director. Espero me comuniquen sus acuerdos y decisiones”[19].

No obstante la resolución de conflicto se realizó mediante la aceptación de la diversidad de opiniones. En los números siguientes siguió apareciendo la firma de Juan Guerrero en el ejemplar que se entregaba al ayuntamiento, así como escritos del mismo autor. Por tanto fue de nuevo ratificado como director. Para dar por zanjado el tema, el director hizo un llamamiento a la concordia sin prescindir de nadie. Eso sí, pedía que la otra parte retirara las acusaciones que afectaban a su persona.

“Debido a erróneas interpretaciones parece ser que los trabajos de nuestro concurso iban degenerando en polémica (…) y a deseo de muchos camaradas damos por terminado estos artículos. Ahora, sólo quiero que el amigo Molina reconozca que en su último trabajo hacía alusiones que me favorecían muy poco, al decir que yo buscaba con mis artículos el halago de los lectores, cosa que está muy lejos de la verdad, y que para bien de todos, espero que Molina haga la rectificación debida. Conste una vez más que mi intención en el concurso siempre fue subsanar errores que existen en nuestro campo y estimular a los demás en la exposición de ideas y conceptos sobre el Comunismo”[20].

4. PROBLEMAS QUE ENCUENTRA EL AMIGO DEL PUEBLO: LA CENSURA Y OTRAS CORTAPISAS

La postura continuamente beligerante que mantenía el periódico provocó que se realizasen varias campañas contra él. La censura de sus originales y las clausuras temporales de su publicación fueron constantes durante este periodo tanto en su IIª como en su IIIª época.

Así en el segundo número aparece una nota dirigida a las autoridades en general y al señor secretario del Ayuntamiento en particular[21] denunciando las muchas trabas que se pusieron para impedir que apareciera el periódico.

Las notas humorísticas y sarcásticas son continuas. Así cuando el alcalde les acusó de estar enriqueciéndose con el periódico al comparar el papel que trae el ABCcon el de El Amigo, contestan en tono un tanto jocoso y sin dejar pasar la ocasión para lanzar una nueva puya:

“Pero hombre (…) Don José Manuel; que esto lo diga un gañán de la tierra gruesa puede pasar, pero todo un señor alcalde, no debe decir semejantes absurdos (…) ¡Qué lastima que el El Amigo no lo pudiéramos vender a peso, como el pan, y quitarle a cada ejemplar 200 gramos!”[22].

En los últimos días de la dictadura, las presiones por parte de las autoridades locales para impedir la salida del periódico fueron continuas y en aumento. Unos días antes de proclamarse la República, se quejaban:

“Visto que (…) viene sacando leyes nuevas (…) con esto de pedirnos los originales de El Amigo escritos a máquina (… nadie) como usted con esto de la censura se ha rebuscado tantas sacalinas y tantos obstáculos para entorpecer la publicación del periódico (…). ¿Por qué entretienen tanto tiempo aquí el original sin leerlo y sin pasarlo por la censura?”[23].

Unos de los métodos utilizados fue intentar ahogar económicamente a la publicación impidiendo la distribución del periódico. Debido a la precaria situación económica que atravesaba, de no ser por el empeño puesto por sus redactores hubiera desaparecido:

“Estas gentes, se dirían: los redactores de El Amigo son tres pelagatos que no tienen 2 gordas; ahora no les autorizamos esta tirada y no les queda dinero para poder seguir publicándole”[24].

Desde diciembre de 1930 tuvieron problemas para sacar tres números sucesivos del periódico, pues según dicen, el alcalde no les avisó de la «censura previa» y se negó a revisarlos. En el mismo artículo se señalan otras trabas:

“(…) A la tirada siguiente, fuimos con el original para que lo revisara el señor alcalde, pero este señor se niega, diciendo que no estaba autorizado para ello y sucedió lo que con el anterior. A la tercera tirada, y viendo que no conseguían su objeto, nos encontramos con dos censores, el alcalde y el señor Gironza, y de golpe y porrazo, es víctima un artículo entero (…). Por que en dicho artículo decíamos que la dehesa LA SIERRA se la iban tragando los colindantes”[25].

Con el establecimiento de la República tampoco mejora mucho la situación. El periódico permaneció suspendido durante cuatro meses y medio y no salió de nuevo hasta el 8 de diciembre de 1931. La sociedad obrera Los Amantes de la Tierra que estaba en periodo de formación fue igualmente castigada. A estos hechos parece que no fueron ajenos las nuevas autoridades, republicano-socialistas, parte de ellas consideradas como representantes de la clase obrera.

Esta situación no se daba únicamente en Azuaga. Desde las más altas instancias del poder del Estado se veía de esta forma cualquier tipo de prensa que de una u otra forma se salía de los cauces establecidos por el nuevo régimen.

“(…) de ninguna manera la verdadera prensa, (…) la que vive a la luz del día, dentro de las leyes, y que respeta su decoro y el ajeno; pero las hojas facciosas y a las pequeñas bellacadas clandestinas que andan circulando por toda España, llevando a todas partes el descrédito de la institución republicana y de sus hombres, y del Parlamento, y de los Diputados, y de su obra legislativa, ¿A eso vamos a llamar prensa, a esos reptiles que circulan por la sombra, que van de mano en mano, corriendo por los rincones de la península y sembrando el descrédito o la burla o las malas pasiones?. Eso no es prensa (…) eso no es prensa y contra eso vamos. Contra la prensa legal y decentemente establecida ¿Qué tenemos nosotros que hacer? Absolutamente nada (…) la censura es la última medida que puede apelar un gobierno que se estime, y la última vejación que pueden sufrir los periódicos”[26] .

En el artículo titulado Lanza en ristre. Para los verdaderos socialistas, aparece la decepción de los miembros de la redacción ante la clausura del periódico por las autoridades republicanas:

“(…) nos resistimos a sospechar que la doctrina del Socialismo vaya aparejada con el cieno de la calumnia intrigante y deshonrosa, pero no por estos hemos de dejar de pedir explicaciones a los socialistas de los hechos concretos, de las campañas que contra nosotros se iniciaron a raíz de la suspensión del periódico y el cierre de la sociedad”[27].

De todas formas, parece que estas trabas en lugar de amedrentar a los editores y lectores lograron lo contrario. Sirvió de revulsivo y así en el número siguiente al de la clausura anuncian la ampliación de la tirada, que pasa de 1500 a 2500 ejemplares para que la gente no se quede sin el periódico como el número anterior[28], anunciando también el cambio de formato y la inclusión de más dibujos. Este cambio de formato, sin embargo, aún tardó algunos números en producirse y lo fue sólo por algún tiempo.

El último ejemplar que hasta el momento hemos encontrado corresponde al nº 53 de fecha 4 de junio de 1933. Sea por presiones externas, por cuestiones internas o por falta de conservación de ejemplares, desconocemos si existen más números. Descartamos casi con toda seguridad que desapareciera en este momento por cuestiones internas pues no hay ninguna referencia a despedida en el número citado. Para un periódico que ha dado tanta importancia a la comunicación con sus lectores, parece que hubiera sido una descortesía desaparecer sin manifestárselo a sus lectores.


NOTAS:

[1] SANCHEZ GONZALEZ, J. “El análisis del acontecimiento a través de la prensa: El Cantón Extremeño durante el sexenio democrático. Alcántara, nº 12. (1987), pág. 34.

[2] Tuñón de Lara, M. Por qué la Historia. Barcelona, Ed. Salvat.1985. pág. 19.Tuñón de Lara, M, (Ed). Prensa y Sociedad en España (1820-1936).Madrid, 1975.

[3] Archivo Histórico del Excmo. Ayuntamiento de Azuaga (Badajoz). Sobre este periódico hemos realizado nuestra memoria de licenciatura con el título de “El Amigo del Pueblo”. Un modelo de prensa obrera. Azuaga 1930-1933. Este periódico tuvo una larga trayectoria en la localidad unido al movimiento obrero local. Una primera etapa finalizó con el establecimiento de la dictadura de Primo de Rivera. Su reaparición se produjo en los últimos momentos de este régimen, aquí estudiaremos la II y III etapa, que coincide con los primeros años de la IIª República, hasta 1933.

[4] La mitología sobre la Revolución Francesa ha estado muy extendida dentro del movimiento obrero de tendencia libertaria. Una muestra de ello ha sido la extensa utilización de los nombres de los meses del calendario revolucionario como nombres de pila (Floreal, Germinal…).

[5] EL AMIGO DEL PUEBLO, en adelante EAP, 20-XI-1930

[6] Nota del Ayuntamiento de Azuaga al Gobernador Civil de Badajoz. La postura de los Ayuntamientos y del Gobernador Civil serán decisivos en la aplicación de las Ley de Defensa de la República que les daba amplias facultades para suspender determinadas publicaciones.

[7] Juan Guerrero fue el director de la publicación, de larga trayectoria en el movimiento libertario, sirvió de nexo de unión entre los viejos y los nuevos militantes.

[8] Este periódico era inicialmente de tendencia republicana, pero con la llegada de la República evolucionó hasta posiciones libertarias. Gómez Aparicio. Historia del Periodismo español. Editora Nacional. Madrid, 1981 “(…) ningún periódico contribuyó de manera tan directa como ‘La Tierra’ a preparar el ambiente revolucionario propicio a la proclamación de la República, que al parecer constituía su meta. Pero (…) cambiaría su orientación inicial republicana por otra, muy acusadamente libertaria, ninguno como él combatió con parecida saña al nuevo régimen, apenas proclamado”. pág. 208. Tomo IV.

[9] EAP, 23-XI-1930

[10] EAP, 23-XI-1930

[11] EAP, 2-XI-1930

[12] EAP, 14-VI-1931.

[13] EAP, 12-VI-1932

[14] EAP, 8-XII-1930

[15] EAP, 4-VI-1931

[16] EAP, 8-XII-1931

[17] Carta abierta al sr. director de «El Amigo del Pueblo». E.A.P. 2-V-1932

[18] EAP, 3-II-1933

[19] EAP, 2-IV-1933

[20] EAP, 2-V-1933

[21] EAP, 23-XI-1930

[22] EAP. 12-IV-1931

[23] EAP, 5-IV-1931

[24] EAP, 12-IV-1931

[25] EAP, 12-IV-1931

[26] Azaña, M. Sesión de Cortes del 20 de octubre de 1931. Discurso sobre el Proyecto de Ley del Gobierno sobre Defensa de la República. Obras Completas.México. Ediciones Oasis. 1966. pp. 67-68. Tomo II.

[27] EAP, 8-XII-1931

[28] EAP, 25-XII-1931

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