Oct 012011
 

José María González Ochoa.

 Muy brevemente daré algunas pinceladas biográficas de Francisco de Orellana, y centraré mi intervención en las consecuencias que se derivaron de su principal acción, el viaje y descubrimiento del Amazonas realizado entre marzo de 1541 y agosto de 1542, y en el siguiente intento colonizador fracasado de 1546.

Nacido en Trujillo (Cáceres) en 1511, el encuentro de su biografía con la historia debió comenzar hacia 1527, cuando Orellana, con poco más de 16 años, estaba ya en Nicaragua. Al año siguiente forma parte de la hueste de Pedro Alvarado, y está documentada su participación en algún viaje por mar, entre la costa panameña y México, para buscar un paso entre los dos océanos.

Al tener noticias de la caída del imperio inca, se traslada a Perú para reforzar la hueste de sus parientes y convecinos, pues era primo de los hermanos de Francisco Pizarro. Estuvo en la conquista y fundación de Puente Viejo, en marzo de 1535, mas en la batalla con los indios manabíes una flecha le atravesó el rostro y le dejó tuerto de por vida.

Durante la sublevación de Manco Inca Yupanqui, abandonó su retiro de colono en Puente Viejo y organizó una pequeña mesnada para socorrer a sus compañeros.

Posteriormente se vio envuelto en las guerras entre pizarristas y almagristas, tomando parte por el bando de sus familiares. Tras la muerte de Diego de Almagro, y el posterior reparto de tierras entre los capitanes fieles, Francisco Pizarro otorgó a Orellana un rico repartimiento en la región de Culata, (actual Ecuador), con el encargó de fundar una villa estable junto a la desembocadura del río Guayas. En 1538 el trujillano levantó de las ruinas la ciudad de Santiago de Guayaquil, dos veces destruida por los indios.

Dos años después, harto de los calores húmedos y de los aguaceros torrenciales, aburrido de la vida inactiva y laxa, vio en la expedición que organizaba el gobernador Gonzalo Pizarro en busca del País de la Canela la oportunidad de su vida para descubrir y obtener mayor gloria, que la otorgada hasta entonces por un enorme fundo y el gobierno de una ciudad. Comenzaba aquí su fascinante viaje que le llevaría a ser el primer hombre el descender el río Amazonas y regresar a Europa con intención de colonizar aquel inmenso territorio.

Quizá lo más impactante de aquel recorrido iniciado en Quito y acabado en el océano, fue su excepcional carácter de aventura épica. A pesar de los medios técnicos que hoy contamos, su peripecia sigue siendo fascinante y hermosa.

Y el aspecto más fundamental de la hazaña del trujillano es que supuso la configuración definitiva del continente sudamericano, el comienzo del proceso de mestizaje que hoy es la Amazonía y la creación de un espacio de dimensiones míticas unido siempre a la dualidad infierno-paraíso.

1. EL AMAZONAS EN EL PROCESO DE MUNDIALIZACIÓN

1.1.  Donde la ventura lo guiase”

Francisco de Orellana realiza, sin duda alguna, de una de las más formidables peripecias de las muchas vividas por los exploradores y conquistadores europeos durante el descubrimiento y colonización de América. Una proeza colosal. Como dijo el escritor austriaco Stefan Zweig, quien de pequeño soñaba al oír el nombre de Orellana, “el descenso del Amazonas fue la aventura más memorable” que jamás escuchó.

Nadie puede negar hoy que el trayecto fluvial de Orellana es un viaje prodigioso al filo de lo imposible, un recorrido de resonancias homéricas, adentrado más en el terreno de los mitos que en el de las realidades, que casi resulta imposible de  creer que se hiciese con aquellos medios.

Desde que salió de Guayaquil a finales de febrero de 1541 hasta que finalmente alcanzó el Atlántico navegando por la parte norte de la isla grande de Marajó, el 24 de agosto de 1542, habían transcurrido 18 meses, año y medio de penalidades para completar el trayecto fluvial más largo, peligroso y desconocido del mundo. Con su regreso a Europa y su voluntad de volver al río, situaba en el Mundo una región deslumbrante  y cautivadora

Francisco Orellana es, casi con toda probabilidad el primer hombre, que recorre esa “monstruosidad geográfica”, en palabras de Ricardo José Batista Nogueira1. El pionero que navega miles de kilómetros por sus aguas y marca el camino de lo que hoy es una arteria fluvial por la que circulan miles y miles de personas y mercancías, pone en contacto a diversos países entre sí y da salida a sus productos hacia América y Europa. Es el arquitecto involuntario de la unidad geográfica del subcontinente sudamericano.

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Mapa nº 1 Itinerario de la Expedición de Orellana

1.2.  Hito geográfico

Otra cuestión clave que se deriva de la expedición de Orellana es el conocimiento de un nuevo mundo y un nuevo hábitat hasta entonces desconocido. Si como cuenta una leyenda indígena, el proceso de creación de la Amazonía quedó en un simple esbozo por el cual los dioses dejaron a los hombres su culminación y perfeccionamiento, fueron los indígenas americanos que se adentraron en su espesura salvaje los primeros en cincelar aquel territorio inacabado. Estos pueblos nativos, durante milenios crearon ciudades, aldeas y asentamientos más o menos diseminados, y escasamente comunicados entre sí, a lo largo de las riberas de los ríos que forman la extensa red hidrográfica amazónica. Pero du- rante miles y miles de años vivieron aislados, sin que el resto de la humanidad tuviera  conocimiento  de  ellos. Ni  siquiera  sus  vecinos continentales sabían nada. Los incas tuvieron escaso contacto con los habitantes de las llamadas cejas de selva –territorios intermedios entre los andes y la floresta amazónica-, pero se internaron muy poco en la jungla.

Si el descubrimiento del Amazonas no puede limitarse a una fecha concreta, obviando toda su historia anterior, no es menos cierto que a partir del 1542, Orellana con su travesía fluvial y regreso a España “pondrá en el mapa del mundo” el río, e insertará en la historia de la humanidad a sus pueblos, al tiem- po que despertará el interés por su conocimiento y exploración entre los europeos.

Por primera vez a nivel mundial se tiene noticia de la existencia del mayor y más caudaloso río del Planeta y la más extensa y grandiosa diversidad selvática. Nada hasta entonces, ni hasta hoy, podía ser comparado con ese territorio. Por tanto, nadie puede dudar de que el descubrimiento del Amazonas es uno de los hitos geográficos más importantes que durante la primera mitad del siglo XVI van a conformar la imagen de un mundo global.

El viaje de Colón en 1492 descubre un nuevo continente, Balboa en 1513 abre un nuevo océano, Magallanes y Elcano encuentran el paso Este –Oeste entre el Atlántico y el Pacífico, lo que permite comunicar todas las partes del mundo por mar y hacen irrefutable la esfericidad de la Tierra, además confirman la continuidad continental americana hasta latitudes muy meridionales. Orellana descubre el mayor río y la mayor cuenca hidrográfica del mundo, casi 7 millones de kilómetros cuadrados, que a su vez sustenta la mayor extensión de masa forestal y la selva tropical del Planeta. Lo relevante no es el descubrimiento, millones de nativos sabían de su existencia, desde miles de años era el hábitat de numerosos pueblos, la relevancia del hecho de Orellana es su difusión y puesta en relación con el resto del mundo. Es el inicio de su proceso de imbricación con el resto de la humanidad, lo que no había sucedido antes.

Geográficamente es de una relevancia excepcional. Pensemos que todavía no se ha delimitado el contorno del continente, no se tiene conciencia clara de sus medidas. El viaje de Orellana servirá para dar una nueva dimensión al territorio suramericano, ensanchándolo en miles de kilómetros en su parte norte.

A partir de Orellana, el río Amazonas se sitúa en los mapas en su totalidad y su inclusión dibuja un perfil nuevo al continente. Quizá por todo ello el río debería haber quedado inmortalizado como Río de Orellana, pero si un cartógrafo le robó el nombre del continente a su descubridor, unas mujeres guerreras que jamás existieron pudieron más que el hacedor real de una epopeya.

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Mapa nº 2 Planisferio de Cantino, realizado en Portugal en 1502.

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Mapa nº 3 Mapamundi de Battista Agnese (1542)

Estos dos mapas muestran el subcontinente americano sin delimitar en sus fronteras y sin la presencia en toda su magnitud del río Amazonas. En el mapa de Gañese, fechado en el mismo año el que Orellana realizaba su recorrido, apenas se muestra la desembocadura y un curso de agua muy corto.

1.3.  Difusión de la noticia

Rápidamente el acontecimiento se difunde por toda América, Asia y Europa. Se daba a conocer al mundo un territorio fascinante, lleno de riquezas, muchas de ellas insospechadas hasta finales del siglo XIX.

Inicialmente la repercusión de la gesta del trujillano fue mayor en América. Apenas llegan los expedicionarios a Cobagua, comenzaron a difundirse los relatos de los supervivientes, alcanzando una mayor repercusión tras su estancia en la isla de La Española. Desde ambas islas la noticia del recorrido fluvial y de la existencia de las Amazonas y de una selva llena de riquezas irá difundiéndose por toda la América hispana.

El gran cronista Fernández de Oviedo, se hallaba en Puerto Rico, y se entrevistó con Orellana y con algunos otros supervivientes antes de que estos regresasen a España. También conocerá el texto escrito por Carvajal, aunque no se vea personalmente con él. La aventura le fascinó y dejó escrito que la navegación por el río fue “una de las mayores cosas que han acaecido a los hombres”2

Y antes de que Francisco de Orellana se entrevistase con el emperador Carlos I, en los círculos intelectuales y eclesiásticos europeos ya circulaban referencias del viaje. Fernández de Oviedo, en una carta fechada el 22 de enero de 1543 da cuenta de la expedición al cardenal Pietro Bembo, uno de los cardenales más influyentes en Roma y uno de los más destacados intelectuales ren centistas3. Esta carta nos da la medida de la importancia que se dio al descubrimiento y proeza de Orellana, por su inmediatez, magnitud de la difusión y relevancia del autor y del destinatario. Pietro Bembo no era cualquiera en la Europa católica del siglo XVI, y Fernández Oviedo era, sin duda, el cronista mejor informado y más influyente en los asuntos indianos.

El mismo Fernández de Oviedo incluirá el relato de Carvajal en su magna obra Historia General y Natural de las Indias.

Aspecto que conviene recordar es que el texto de Carvajal nos ha llegado a través de dos copias, una de las cuales se conserva en la Biblioteca de la Real Academia de la Historia, como parte del legado de la Colección de Juan Bautista Muñoz. La otra copia, original del siglo XVI, perteneció al Duque de T´Serclaes de Tilly, y hoy se puede consultar en la Biblioteca Nacional de Madrid. La importancia radica en que hubiese diversas copias circulando por Europa sin que el manuscrito original se hubiese publicado.

Por su parte el propio Pedro Cieza de León, quizá el más refutado cronista de la conquista peruana, también relató el viaje de Orellana en su libro La Guerra de Chupas, libro segundo de su extenso relato Crónica del Perú. Incluso Toribio de Ortigueira, el relator de la expedición de Ursúa y Aguirre incluyó en su obra Jornada del río Marañón (1586) el relato de la primera expedición del trujillano.

Así pues, como reguero de pólvora se extendió por toda Europa y América la noticia del hallazgo de un río inmenso y fabuloso. Y las grandes potencias comenzaron los preparativos para su dominio.

En Portugal , el rey Joao III tuvo noticias directas del descenso del Amazonas por el mismísimo Orellana, ya que en su retorno a España atracó en Lisboa donde fue retenido veinte días, durante los cuales los agentes del rey luso intentaron convencerlo para que dirigiera una expedición portuguesa de conquista y colonización a las tierras que acababa de descubrir. A pesar de la negativa de Orellana los portugueses iniciaron los preparativos para armar una flotilla hacia el Amazonas. El rey luso compró los servicios de uno de les compañeros de Orellana para que le facilitase información y acompañara a sus barcos. Incluso, el español Diego Núñez de Quesada, un rico mercader que en aquellos años residía en Lisboa financiará parte de dicha expedición. Núñez de Quesada había hecho fortuna con diversos negocios en Indias, había regresado del Caribe con una buena fortuna, así que el dinero generado en América servirá para continuar la exploración y colonización de las mismas.

Francisco I de Francia, enemigo acérrimo del emperador español, al tener noticias de la empresa amazónica, secretamente inició los preparativos de una escuadra con el fin de adelantarse a españoles y portugueses.

Holandeses e ingleses también comenzaron a urdir planes que darían sus frutos unas décadas más tarde.

La llegada de la noticia a Portugal significó también que el Amazonas comenzaba a ser conocido en los principales puertos africanos y asiáticos. Los navegantes lusos contarán las fabulosas historias del País de la Canela y del Río de las Amazonas a lo largo de sus rutas habituales por el Atlántico africano, el Índico y el Pacífico. Así al poco tiempo del regreso de los nautas amazónicos, en las ciudades y factorías esclavistas y de Guinea, Sâo Tomé, Cabo Verde, Luanda y Benín, o en los puertos orientales de Goa, y las Malucas o en las incipientes misiones cristianas de Japón,  ya se habla de un río infinito, poblado por mujeres fantásticas y escondido en la espesura de un bosque denso y lleno de tesoros.

1.4.  Tierra de frontera, tierra mestiza

Orellana abre también el proceso de mestizaje e hibridación social y cultural del Amazonas, con todas sus consecuencias positivas y negativas.

La presencia de los europeos, en su parte más terrible significará la desaparición de sus orillas de numerosos pueblos y sociedades. Algunos huyeron a regiones del interior más inaccesible, otros muchos perecieron por el embate microbiano de los europeos, ya que siglos de aislamiento dejaron indefensos sus organismos ante los virus y bacterias que portaban los nuevos visitantes.

En la parte más positiva destaquemos el inicio del mestizaje social que hoy caracteriza a la sociedad brasileña, como los caboclos que pueblan las orillas del río y la población multicolor de las ciudades amazónicas. Podemos decir que la Amazonía, desde 1542, se une a la historia planetaria de la humanidad.

Entre los 60 expedicionarios de 1541-42 había castellanos, andaluces, vascos, extremeños, portugueses y dos esclavos negros. En el viaje colonizador de 1545 hubo ya una gran diversidad europea: portugueses, ingleses, alemanes, flamencos, italianos y también varios hombres de color algunos embarcados en España, otros en Guinea.

El factor encargado de recaudar fondos para el segundo viaje es un italiano, Viçencio de Monte, al que se le promete la alcaldía de la primera ciudad que se funde en el Amazonas. De Monte logró arrancar algunos miles de maravedíes a varios banqueros genoveses para pertrechar las naves.

Los pilotos de las embarcaciones son portugueses, así el piloto mayor es Gil Gómez, buen conocedor de las rutas africanas, responsable de llevar los navíos hasta Cabo Verde y de allí a la costa brasileira, como hacían todos los barcos de la Corona lusa. De la estancia en Cabo Verde, Orellana saldrá con un navío menos y ciento cuarenta hombres muertos o desertores, pero también con unos cuantos esclavos negros que se quedaran en tierras brasileñas.

El maestre de la nave capitana era de Ragusa, la actual Dubrovnik (Croacia), y el maestre de campo, un genovés.

Aunque aún tardarán algunos años, la presencia de Orellana trae la voluntad de la fundación de ciudades, algo inherente a la colonización española. El intento colonizador de Orellana en 1545-6 demuestra que, él entiende la Amazonía como un todo y como un camino, una vía fluvial de comunicación global para unir el subcontinente de Este a Oeste, para comunicar los dos océanos, y para unir América y España. Él soñaba con ver el río como hoy, repleto de barcos que comercian, que transportan personas y mercancías que sirve de salida de productos americanos hacia el resto del mundo, y de entrada de productos extranjeros. Y pensaba, como señala el propio Carvajal en su crónica, que se podían talar algunas zonas de aquella región para dedicarlas al la cría de ganado y a la siembra de cereales.4

Con Orellana llega el cristianismo. Los dos religiosos de la expedición, el cronista dominico Gaspar de Carvajal y el mercedario Gonzalo de la Vera, celebran por primera vez en tierras amazónicas, misas, rezos y sacramentos católicos. Las fiestas religiosas marcaron el ritmo de las jornadas de los españoles en medio de la selva, y los dos sacerdotes realizaron tímidos intentos evangelizadores en algunas aldeas, especialmente en los tiempos significativos de Semana Santa y Navidad En el segundo viaje a Orellana le acompañan varios religiosos. Es el tímido inicio de la evangelización. La religión europea, su cosmogonía y sistema de valores irán introduciéndose en la Amazonía a la par que la colonización. El catolicismo irá calando progresivamente, al tiempo que se mezcla con ritos ancestrales y creencias africanas, dando lugar al actual sincretismo religioso definitorio de muchas regiones americanas.

Como todos los años en la procesión del Círio de Virgem de Nazaré, en la ciudad amazónica de Belém do Pará, la Virgen y todo el cristianismo llegó en un barco por el río.

El catedrático de Oxford Felipe Fernández–Armesto dice que cuando los españoles funden el escaso metal que llevan consigo para hacer clavos con los que construir los bergantines, supone la llegada de la Edad del Hierro al Amazonas5. Y como una premonición en la que enlazaría la Edad de Hierro con la industrialización del siglo XIX, los expedicionarios hispanos fueron los primeros occidentales en aprovecharse de líquido del hevea, esa sustancia pegajosa que los indios extraían haciendo una hendidura en la corteza de ciertos árboles, y que sirvió para  impermeabilizar las maderas de los bergantines.

Con Orellana llega al interior de la selva el Derecho Romano y la burocracia europea, sobre todo la castellana. La escena en la que ante el escribano de la expedición Orellana deja constancia de la imposibilidad de volver para no ser declarado traidor ni ladrón, ya que lleva objetos pertenecientes a los soldados que se habían quedado esperándole junto a Gonzalo Pizarro, es sintomática de la mentalidad de los europeos. En mitad de la espesura vegetal más extensa del mundo, perdidos en un río infinito y desconocido en lo más profundo y remoto del Planeta, sin ninguna autoridad española en miles de kilómetros a la redonda, oficializan por escrito un acto que es de pura supervivencia. El derecho de Roma y la burocracia de Castilla vagaban ya por la amazonía.

Aunque la colonización de vasto territorio amazónico será un largo proceso de varios siglos, tras la expedición de Orellana se multiplicaran los contactos entre los europeos y los habitantes de las regiones de selva más cercanas a los Andes y a la costa atlántica. Vaca de Castro, una vez pacificado  el Perú enviará varias expediciones hacia el interior de la selva peruana y boliviana en busca de minas de oro, lo mismo ocurrirá con otras entradas desde el norte por los valles en descenso desde Quito. Por su parte, españoles, portugueses y holandeses se adentrarán desde las proximidades del delta amazónico.

La región se va a convertir también en zona de frontera, de contactos siempre alejados de lo establecido y de la ley: un territorio mestizo por antonomasia. Hacia el interior de la selva, en sus alejadas misiones, pequeñas poblaciones y aldeas nativas, entre los primeros puestos militares y pantalanes comenzará a deambular y establecerse mercaderes, contrabandistas, negreros, cazadores de esclavos, misioneros, expedicionarios, negros cimarrones, mestizos abandonados, españoles de orilla… todo tipo  que se sintiese fuera de la ley o en los márgenes coloniales.

El mismo nombre o nombres del Amazonas son una muestra de este proceso de mestizaje y globalización. Desde su descubrimiento el río recibió los siguientes nombres:

–   Vicente Yañez Pinzón cuando descubre su desembocadura en 1500 lo bautiza como Santa María de la Mar Dulce. A partir de entonces se le nombrará como río Grande de la Mar Dulce o río de la Mar Dulce.

–   En algunos documentos a partir de 1513 es citado como o Marañón o río de los Marañones, y aquí ya se comienza a confundir lo europeo y lo nativo. Existen varias versiones del origen del nombre. Una lo vincula con el primer navegante que avistó su desembocadura, un tal capitán Marañón, al decir de los cronistas Agustín de Zárate y Juan Castellanos. La otra versión indica que Marañón es una voz indígena que fue escuchada por los navegantes españoles que visitaron el delta del río en las primeras exploraciones.

–   Inicialmente el propio Orellana bautiza al río como San Francisco de Quito, pero tras la expedición en 1542, en diversos documentos oficiales se le cita como río de Orellana, aunque también se le seguirá llamando Marañón. Sin embargo, y gracias al texto del fraile Carvajal, la acepción que permanecerá será la del Río de las Amazonas, vinculando para siempre la zona con la mitología griega. Los relatos de los nativos y la supuesta experiencia de guerra contra mujeres guerreras, que cuenta Carvajal serán el relato definitivo6. Las Amazonas clásicas eran guerreras que habitaban un reino de mujeres que descendían del dios de la guerra Ares y de la ninfa Harmonía ubicado en el Cáucaso, en Tracia o a las orillas del Danubio. La nación era gobernada sin intervención de ningún hombre, a quienes se les tenían sólo como criados o siervos. Cegaban y amputaban a sus varones al nacer, según unos, o los mataban y procreaban con extranjeros según otros. A las niñas les cortaban un seno para poder disparar mejor con el arco y la lanza (de ahí que amazonas significa «las que no tienen seno»).

En la actualidad el río recibe diversos nombres a lo largo de su curso que muestran este mestizaje de lenguas y orígenes: Lloqueta, Apurímac, Ene, Tambo, Ucayali, Marañón, Guení, Parauaço dos Tupis, Solimões y Amazonas.

En definitiva con la llegada de los europeos, con su sistema de valores y su religión, el Amazonas se convierte en un espacio de frontera, de mestizaje, y por ende de encuentro/confrontación cultural, cuya tensa dialéctica llega hasta nuestros días.

1.5.  Nueva imagen de América e imaginario del Amazonas

La noticia de la expedición correrá por Europa trufándose de mitos reales o fantásticos como el de las Amazonas, que bien queda relatado por fray Gaspar de Carvajal y que será recurrente en otros cronistas y noticias. Pero también, y contra la propia realidad experimentada por los españoles, se le añadirán con mayor fuerza los mitos impulsores del viaje.

Ya en las propias leyendas iniciales hay una mezcla de mitos nativos y europeos. Al adentrarse en la selva, los españoles buscan el País de la Canela, las aromáticas flores de ishpingo con las que los nativos sazonaban sus comidas y que, según les han contado los indígenas peruanos, se encuentran por millones en las regiones del oriente. En aquellos años las especias eran tan valiosas como el oro, el otro gran mito impulsor. Según narraciones recurrentes  en los indios de diversas tierras, no lejos de donde crecía el ishpingo habitaba un cacique que se bañaba todos los días en un estanque dorado. Al leer las páginas de la crónica de Carvajal, estas dos leyendas, que tanto animaron la exploración de otros territorios americanos, se mezclan con los ecos de la mitología griega en la aventura de Jasón y los argonautas en busca del Vellocino de Oro. Mitología griega, que como veremos a continuación tan impresa ha quedado en estas regiones.

Aunque nada confirmase la existencia del país de la Canela ni del rey dor do, ambas leyendas quedarán unidas al río. Se pensará siempre en él como un territorio lleno de riquezas, tan hostil y misterioso como atractivo, en cuyo interior se escondía oro, especias y fabulosos tesoros. La exploración en cada época demostrará que, desde luego, escondía y esconde innumerables recursos. Esa imagen de terreno lleno de posibilidades, de exuberante y rico jardín se extenderá y perdurará por Europa y Asia, y llegará hasta la actualidad.

El relato de Carvajal y de Toribio de Ortigueira, o los de Almesto, Altamirano, Monguía, Zúñiga o Vázquez sobre la expedición de Ursúa y Aguirre difunden por Europa una imagen del territorio amazónico de naturaleza salvaje, desmesurada y en estado puro, en la que conviven fuerzas vitales desconocidas, muy en la línea de la imagen general de toda América, trasmitida desde las primeras crónicas del Descubrimiento. Se despierta así un potente atractivo  en el que se mezclaran ideas medievales de la literatura de caballerías, antiguos mitos clásicos y un asombro por lo desconocido y superlativo del territorio.

Orellana y sus gentes dan noticia de un mundo primigenio y natural dominado por extrañas fuerzas, un espacio intemporal en el que todo es posible: un paraíso que retrotrae al hombre a sus orígenes; la abundancia más exquisita de riquezas; y lo más irracional, misterioso e irrevelado. La fantasía edénica y el corazón de las tinieblas. América como la esencia de la Naturaleza.

Esta visión, tan afín a muchos cronistas del siglo XVI, como ya hemos señalado, se vio reforzada reinventada y aumentada por el romanticismo científico de viajeros amazónicos ilustrados como Charles-Marie de la Condamine, Aimé Bonpland y Alexander von Humboldt7.

Si la mayoría de los cronistas resaltan el estado de naturaleza paradisíaca protectora de riquezas, tampoco se niega el aspecto negativo de los peligros que hay que vencer para alcanzarlas. Soldados, misioneros y expedicionarios que recorren el río y se adentran en territorio amazónico durante el siglo XVI sufren sonoros fracasos y reforzaran esta imagen dual de Paraíso-Infierno.

Como ha señalado el profesor Auxiliomar Silva los cronistas y viajeros, comenzando por Orellana, destacaron la parte más positiva del territorio con una óptica utilitarista: el Amazonas constituía un espacio difícil, peligroso pero al que se le podía dominar y del que extraer fabulosos beneficios8.

Esta idea es la que siempre alentó a Orellana, de ahí su segunda y fatal expedición de 1545. El trujillano tenía una visón global del Amazonas y pensó que su colonización era factible. En su segundo viaje, una locura con los medios que contaba, quería fundar ciudades, evangelizar indios, hacer navegable el cauce y explotar la posibilidades de la selva. Su sueño de poder comerciar a través del rio de parte a parte del Continente no fue abandonado, unas décadas más tarde el portugués Ambrosio Fernandes Brandâo propuso al rey de España abrir a la navegación el Amazonas para crear un gigantesco vínculo comercial entre Perú y el Atlántico, comunicando así a través del corazón fluvial de América Asia y Europa.9 Su idea será recogida pocos años después por Simào Estacio de Sylveira.10

Por tanto, desde 1542, el Amazonas como paraíso inagotable se extendio rápidamente y quedó en el imaginario colectivo global, despertando gran interés en las sociedades europeas.

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Mapa nº 4 Mapa de Diogo Homem de 1558.

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Mapa nº 5 Mapa de Diego Gutierrez de 1562.

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Mapa nº 6 Detalle del mapa de Diego Gutierrez (1562) en el que se aprecia la imagen serpenteante y rotunda del Amazonas.

En estos dos mapas se aprecia como ya se han delimitado los contornos del subcontienente sudamericano y la presencia del río Amazonas es rotunda, simbolizada en esa fuerte línea serpenteante que como una gran serpiente penetra incluso en el mar.

1.6.  El infierno-paraíso verde

Frente a la imagen de paraíso o Jardín del Eden, al Amazonas se le va unir también otra cara de aspecto más negativo, vinculada a las biografías de aquellos que sucumbieron en el infierno verde. La realidad tozuda mostraría los fracasos de todos los intentos colonizadores durante la segunda mitad del siglo XVI y del XVI.

No cabe duda que Orellana es del linaje de las héroes nacidos con la predisposición a realizar hechos extraordinarios, su biografía nos lo muestra como alguien inquieto, ambicioso – no tanto de dinero u oro como de gloria y hazañas- . Podía haber sido un rico hacendado –ya lo era en Guayaquil-, un colono que hubiera hecho más fortuna con negocios y tierras. Pero él prefirió, fundar ciudades, batallar indios y explorar nuevas tierras. Necesitaba para vivir, como otros muchos exploradores, la adrenalina que le proporcionaba el caminar al filo de la navaja, el atractivo de lo nunca hallado ni realizado. Y qué mejor escena- rio para esa búsqueda de lo imposible que el superlativo y desconocido territorio amazónico.

Pero el comportamiento que tiene Orellana tras su contacto con el río denota ya un influjo salvaje y letal del corazón de las tinieblas amazónicas en su personalidad. Pues no es difícil encontrar en su terca obstinación de colonizar lo imposible, en su regreso al río en 1545, los rasgos de esa locura perversa que asaltará a muchos de quienes revolvieron en sus entrañas. Su salida precipitada, ilegal y suicida de Sanlúcar el 11 de mayo de 1545, es una prueba de la demencia del trujillano. Con barcos inadecuados, escaso en hombres, alimentos y pertrechos, la ambiciosa empresa estaba condenada al fracaso. Solo una mente alucinada podía confiar en lograr los objetivos colonizadores.

Orellana inaugura esa estirpe de estereotipos que han vinculado su biografía al Amazonas y que han terminado devorados por la selva y el río. Es el primero de una larga lista que refuerza la imagen del territorio como un infierno y/o paraíso, que tanto caló y que todavía hoy impregna los relatos de numerosos escritores y viajeros en pleno siglo XXI11.

El discurso amazónico ha estado casi siempre marcado por esa visión del Jardín del Eden convertido en pesadilla, algo de lo que hemos hablado en párrafos anteriores. Muchos de los que se han adentrado en sus inmensidades para explorarlo, dominarlo, limitarlo, medirlo o explotarlo han acabado o locos o muertos. Señalemos también que hay excelentes ejemplos de lo contrario, aunque no hayan quedado fijados de forma tan poderosa en el imaginario colectivo, el genio germánico de Humboldt y el francés Charles-Marie de La Condamine son  los más ilustres.

Orellana fue el primero de un extenso prontuario. Señalamos aquí algunas de las expediciones o personajes más conocidos que sucumbieron en la Amazonía:

–    Pedro de Ursúa presa del abatimiento y la desesperación absoluta; Aguirre y su desvarío secesionista y revolucionario de 1561.

–    El fracaso de la misión evangelizadora franciscana encabezda por fay Laureano de la Cruz (1647-50).

–   El asesinato de la misión jesuítica del padre Francisco Figueroa en mayo de 1666.

–   Pehr de Loefling el discípulo de Linneo que quiso inventariarlo y murió de fiebres en 1756.

–   La enajenación sufrida por el naturalista y embajador alemán Georg Heinrich von Langsdorff en el río Juruena 1828.

–   El magnate del caucho y asesino de indios Fermín Fitzcarrald, que murió en 1897 en el naufragio de uno de sus propios barcos.

–    Luis Gálvez Rodriguez de Arias el político que perdió la cabeza y declaró la independencia en 1899 de un pedazo de la Amazonía.

–   El aventurero y topógrafo Percy Harrison Fawcett, trasunto de Indiana Jones, tragado por la jungla y los indios kalakalo en 1925;

–   En 1929 morirá apestado de lepra, en una solitaria cabaña cercana a Manaos, el conde italiano Ermanno Stradelli, quien entre otras muchas cosas había escrito una gramática y diccionario portugués-ñengatú. (Incluso el propio Pedro Texeira, el único europeo que realizó el recorrido completo por sus aguas (1638), a favor y en contra de la corriente, terminó muerto en su desembocadura a causa de una enfermedad inoculada en el río, cuando soñaba en volver a Lisboa).

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Ugarte Silva, Auxiliomar Sêrtoes de Bárbaros. Manaos, Editora Valer, 2011;

Margens Míticas: a Amazônia no imaginário europeu do século XVI. En revista : DEL PRIORE, Mary e Gomes, Flávio (org.). Os Senhores dos Rios. Amazônia, Margens e Histórias. Rio de Janeiro : Elsevier, 2003, pp. 3-31.

VV.AA Atlas de los Exploradores españoles. Barcelona, Planeta-Sociedad Geográfica Española, 2009.

VV.AA. Miscelánea Americanista, Tomo I, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1951.

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1 Batista Nogueira,  Ricardo José  Amazônas : a divisao da «monstruosidade geográfica». Manaus, EDUA, 2007.

2   Fernández de Oviedo, Gonzalo. Historial natural de las Indias, islas y Tierra Firme del Mar Océano. Madrid, Real Academia de la Historia, Tercera parte, Tomo IV, 1855 (p.384)

3  Publicada por Eugenio  Asensio en Miscelánea Americanista, Tomo I, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1951.

4  Carvajal, Almesto & Rojas, A de. La aventura del Amazonas. Ed. de Rafael Díaz. Madrid, Historia 16, 1986 (p. 83)

5  Fernández-Armesto, Felipe Los conquistadores del infinito. Una historia mundial de la explora- ción Barcelona, Destino, 2006. (p. 444).

6  Carvajal, Almesto & Rojas, A de. La aventura del Amazonas. Ed. de Rafael Díaz. Madrid, Historia 16, 1986 (p., 47, 73, 79, 80, 81, 85 y 86, en estas páginas hay referencias a las Amazonas o bien por relatos indígenas o bien por propia experiencia. En las pp 80 -81, Carvajal hace una descripción de las Amazonas tras un encuentro directo con ellas).

7  Pratt, Mary Louise Ojos Imperiales. México, Fondo de Cultura Económica, 2010 ,(pp. 211- 248).

8  Ugarte Silva, Auxiliomar Sêrtoes de Bárbaros. Manaos, Editora Valer, 2011 (p.577)

9   Fernandes Brandâo, Ambrosio Diálogos das grandezas do Brasil. Iintroducción y notas de José Antonio Gonsálves de Mello). Recife, Fundaçao Joaquín Navarro, 1997.

10   Sobre las primeras   propuestas para hacer navegable el Amazonas entre Perú y el Atlántico, véase: Saragoça, Lucinada Da “Feliz Lusitania” aos confins da Amazônia.1615-1662. Lisboa-Santarem, Cosmos, 2000 (pp.275 y ss).

11  Veáse, por ejemplo y sin ánimo de exhausitividad: Castro Caycedo, Germán  Mi alma se la dejo al diablo. Barcelona, Planeta, 1997; Gutierrez , Bernardo Calle Amazonas. Barcelona, Altair, 2010.; Hatoum, Milton Náufragos de Eldorado. Sao Paulo, Companhia da Letras, 2008; Madrid, Juan Amazonas, un viaje imposible. Madrid, Espasa-Calpe, 2001; Reverte, Javier El río de la desolación. Barcelona, Random House Mondadori, 2004; Rocangliolo, Santiago El príncipe de los caimanes. Barcelona, Seix Barral, 2006.

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Bartolomé Miranda Díaz  y Juan de Orellana Pizarro.

1.  INTRODUCCIÓN

Trujillo es evocada y estudiada la mayor parte de las veces como ciudad medieval y renacentista, pues durante dichos periodos su explendor fue enorme. El comercio, el apoyo de la Corona y las riquezas derivadas del descubrimiento de América, no hay duda, jugaron un papel trascendental en ello. Como resultado de este fructífero periodo, la ciudad se llenó de palacios y de templos que con el paso de los años vinieron a desbordar el perímetro de sus antiguas murallas. Edificios como la iglesia de San Martín o el palacio de Don Hernando y Doña Francisca Pizarro cuentan, a través de sus piedras, la dilatada historia de aquellos años.

Pero Trujillo no sólo es medievo y renacimiento, pues la ciudad Barroca es igualmente meritoria. Así por ejemplo, entre los edificios del siglo XVII, llama la atención –y a su estudio queremos dedicarnos– la iglesia consagrada a la Preciosa Sangre de Cristo, erigida entre 1627 y 1635 como sede del Cabildo de los Capellanes de la Ciudad. Esta construcción, ubicada a medio camino entre la puerta de Santiago y la Plaza Mayor, destaca sobre todo por la pureza de su fábrica al no poseer añadido alguno que corresponda a otro periodo. La rapidez con la que se levantó y el intrincado emplazamiento en el que se encuentra, son a buen seguro la razón de ello.

La Iglesia de la Sangre, como se la conoce porpularmente, es una de las mayores joyas artísticas de la ciudad barroca que, sin embargo –creemos– no ha sido aún valorada en su justa medida.

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Lám. 1. Vista actual de la iglesia de la Sangre, fachadas nortes y oeste (Fot. BMD).

Fue don Clodoaldo Naranjo el primer investigador en dedicarle unas líneas en su libro Trujillo y su tierra: historia, monumentos e hijos ilustres, publicado en 1923; pero habría que esperar hasta 1988 para ver publicado el primer estudio serio sobre el edificio, salido de la mano del ilustre párroco Don Juan Tena Fernández en su monografía Trujillo, histórico y monumental. Tena da a conocer aquí varios documentos hallados en los archivos parroquiales de la ciudad, que estracta en su mayoría y con los que establece sucintamente el proceso de construcción del templo. Este estudio será la fuente principal de la que beban posteriores investigadores como Carmelo Solís, Francisco Sanz Fernández, Francisco Tejada Vizuete y Francisco Javier Pizarro Gómez quienes, si bien ofrecerán mejores y más completas descripciones e interpretaciones artísticas del edificio, parece que no revisaron las fuentes documentales estractadas por Tena y, desde luego, no aportaron nuevas fuentes documentales1.

El presente artículo, avance de una monografía que ya preparamos, pretende poner en valor nuevamente la iglesia de la Preciosa Sangre de Cristo y, desde luego, llamar la atención sobre el lamentable estado en el que se encuentra tras haber sido utilizada durante años como casa parroquial, bar y salón de actos. Para ello, son cuatro los apartados que a continuación planteamos: el primero está dedicado a presentar brebemente la institución que dio vida al edificio, el llamado Cabildo de Capellanes de la Ciudad, y a su benefactor y fundador Don Gabril Pizarro de Hinojosa; el segundo, a la exposicón de una cronología sucinta y comentada del proceso constructivo del templo; el tercero, al análisis formal del edificio y de su estado actual; y el cuarto, al apéndice, en el que se recogen tanto los documentos estractados por Tena Fernández, ahora íntegramente transcritos, como otros nuevos hallados en el Archivo de la Iglesia de San Martín y en los protocolos que se custodian en el Archivo Municipal de la ciudad.

2. EL CABILDO DE CAPELLANES Y DON GABRIEL PIZARRO DE HINOJOSA

2.1.  Cabildo de Capellanes de la ciudad de Trujillo

Es el cabildo de los Capellanes la unión de todos los religiosos seglares de Trujillo. Estos, se reunía periódicamente, como ocurría en otros lugares, para debatir las cuestiones que afectaban al funcionamiento de la práctica religiosa de la ciudad y, en especial, a aquellas tocantes a las memorias de misas y capellanía dejadas por los fieles, ya a través de donaciones, ya mediante testamentarías. Aunque no se conservan sus estatutos (sí una reforma del siglo XIX), sí poseemos numerosa documentación que abarca desde los años 1461 a 1841 y que actualmente se custodia repartida entre los archivos parroquiales de San Martín y Santa María la Mayor, encontrándose la inmensa mayoría de ellos en este último. Por lo general este fondo documental está formado por testamenta- rías y censos, siendo muy escasa la documentación referente al funcionamiento de la propia institución que, sabemos, quedó reflejada en unos libros de actas que, lamentablemente, no nos han llegado. Tampoco se han conservado los libros de fábrica, de cuya existencia también tenemos noticias.

Se desconoce el lugar que el Cabildo tuvo como sede con anterioridad a 1635 (¿la iglesia de San Pedro?), pero lo que es cierto es que a partir de esta fecha lo hará siempre en la iglesia de la Preciosa Sangre de Cristo, mandada erigir por el inquisidor don Gabriel Pizarro de Hinojosa y Arévalo.

2.2.  Don Gabriel Pizarro de Hinojosa y Arévalo

Pese a que las guías trujillanas y las monografías de la ciudad no ofrecen apenas datos sobre este importante personaje, desde hace tiempo es ya posible rastrear parcialmente su biografía gracias -sobre todo- a los estudios que la profesora María del Carmen Sánez Berceo, de la universidad de la Rioja, ha dedicado al Tribunal de la Inquisición de Valladolid2.

Nació don Gabriel Pizarro de Hinojosa en Trujillo, en la segunda mitad del siglo XVI sin que sepamos con certeza la fecha del acontecimiento3. Fue hijo de Alonso Pizarro de Torres y de Teresa de Grado; nieto de Juan Pizarro “el Magnífico”; y sobrino de Juan Pizarro Carvajal, arcipreste de Santa María.

Sobre su infancia en Trujillo no conservamos ningún dato, teniendo que esperar hasta finales de siglo para localizarlo como colegial del Mayor de Cuenca, donde realizó diversos cursos de teología (tal vez influido por su tío el arcipreste), doctorándose más tarde en la ciudad de Valencia. Con posterioridad, aparece como residente en la Universidad de Salamanca durante el curso 1594 – 15954.

Su relación con la Inquisición data de finales del siglo XVI cuando fue nombrado inquisidor de Córdoba. El 23 de diciembre del año 1600 ya aparece en el listado de inquisidores que cobran ayuda de costa y lo hace hasta el año de 16035..

El 30 de octubre de 1601 fue proveído como inquisidor de Valladolid, junto con el alcantarino Roco Campofrío, cuyo tribunal estaba por entonces en la ciudad de Medina del Campo.

“En Vallid. a 30 de oclubre de 160! se le despacho titulo de inquisidor de la inquisicion de Vallid que reside en Medina del Campo al doctor don Gabriel Piçarro que lo era en la de Cordova el qual yba firmado de su Sria. Ilma. y refrendado del secretario de la General Inquisicion y señalado de los señores Mendoça, Camora, Tarsis Venegas y Gaytan Este dicho dia se le despacho Qedula de salario al dicho doctor don Gabriel Pizarro”6.

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Lám. 2. Libro de Matrículas de la Univ. de Salamanca, curso 1594/95. A.U.SA., lib. 308, fol. 5.

Según la profesora Sáenz Berceo, pese a su nombramiento, don Gabriel Pizarro nunca llegó a ocupar tal plaza, manteniéndose en la de Córdoba hasta su posterior traspaso a Valencia. Ratifica dicha teoría el hecho de que cuando nuestro protagonista fue nombrado inquisidor del tribunal de Valencia el 8 de noviembre de 1603, en el título de nombramiento no se hace mención a que fuera inquisidor de Valladolid sino que dice expresamente que procedía del tribunal de Córdoba.

Durante su último año de estancia en la antigua ciudad califal, don Gabril redactó el primero de sus testamentos conocidos, en 1603, que luego revocaría a favor del redactado en Trujillo, poco antes de morir, en 1625.

Por esas mismas fechas, siendo aún inquisidor de Córdoba, don Gabriel Pizarro se entrevistó y trató con el Inca Garcilaso de la Vega a quien dio cierta información para su obra sobre el origen de los Incas. Así, en el capítulo que Garcilaso dedica a narrarnos los sucesos del viaje que hace Hernando Pizarro a Pachacamac dice:

“Poco después de la Partida de Hernando de Soto y Pedro del Barco, fue Hernando Pizarro a ver el templo de Pachacamac, movido de la gran fama de su mucha riqueza. Llevó una cuadrilla de caballos (por no ir tan solo) para lo que sucediese […]. Este cuento oí en mi tierra a los que lo vieron; y en España me dijo el buen caballero don Gabriel Pizarro, inquisidor de la santa inquisición de Córdoba, que entre otras cosas de aquella jornada que contaba un caballero, que se decía Juan Pizarro de Orellana, que se halló en ella con Hernando Pizarro, contaba también esta riqueza del cerro de oro, y que él se lo oyó”7.

Con posterioridad, el 11 de mayo de 1611 se le expidió el titulo de inquisidor de Granada, plaza que no ocuparía hasta al menos el 24 de enero de 1612 y en la que se mantendría hasta 1616.

El mismo año de su nombramiento como inquisidor de Granada, sabemos que don Gabril Pizarro pasó una temporada en Trujillo, teniendo la oportunidad de asistir a una fiesta taurina8.

Años después, volvería a su ciudad natal en la que haría nuevamente testamento, en esta ocasión ante Bartolomé López Leonardo el 23 de abril de 1625. Estas últimas voluntades del inquisidor, volverían a ser resivadas de motu propio haciéndose en ellas nuevas incorporaciones, a manera de codicilo, el 24 de mayo y el 15 de octubre de ese mismo año9.

3.  CRONOLOGÍA SUCINTA DE LA HISTORIA DEL TEMPLO

Con el objeto de establecer un marco temporal adecuado y lógico sobre la historia constructiva y vital de la iglesia de la Preciosa Sangre de Cristo, estableceremos en las siguientes páginas una cronología sucinta en la que iremos dando cuenta de los hitos más importantes acontecidos antes, durantes y después de la construcción del edificio. De este modo, los límites temporales que nos hemos marcado van desde el 15 de octubre de 1625 hasta el año 1925.

Año de 1625

– 15 de octubre: Don Gabriel Pizarro de Hinojosa incluye, a menera de codicilo, las últimas disposiciones a su testamento ante el escribano Bartolomé López Leonardo. Entre ellas aparece una larga manda por la que se ordena construir una iglesia dedicada a la Preciosa Sangre de Cristo que habría de servir para el cumplimiento de las obligaciones del Cabildo de los Capellanes de la Ciudad de Trujillo. En esta misma manda se indica como su cuerpo debía de ser sepultado bajo el altar mayor de dicha iglesia, añadiendo, con sumo detalle, el lugar en que se debía de erigir el templo, la forma en que habría de ser construida, etc.

… tiene [el cabildo de Capellanes] muchos aniversarios que cumplir, y porque los beneficiarios curas de las parroquias de esta ciudad los han excluido de cumplirlos en sus Parroquias y lo mismo pretenden los Conventos de Frailes y Monjas de esta ciudad, con que siendo el Abad y Cabildo en su número más ochenta clérigos Presbíteros, que con dificultad pueden cumplir los dichos aniversarios, y me parece que se hará gran servicio a Dios Nuestro Señor y a esta ciudad en hacerles una Iglesia capaz para este fin en el sitio de una casa de don Juan de Chaves Sotomayor[…] y en él se edifique una yglesia a mi costa cuyo cruzero y capilla sirva de coro a los dichos señores capellanes y el remanente de la yglesia que de al pueblo, la qual dicha yglesia a de tener dos puertas, una a la parte de arriva y otra a la de abajo, por donde pasen las prozesiones;

Para costear las obras del templo, el inquisidor ofreció el importe total de la deuda que con él tenía contraida un comerciante de sedas granadino llamado Juan Jiménez, a quien se le debía de reclamar hasta 1.000 ducados; así como 600 reales de renta anuales de unos censos que, tiempo atrás, le había comprado Bartolomé López. La cantida empleada en la construcción del templo –señala en su testamento el inquisidor- no debía superar en ningún caso los 5.000 ducados.

“… mando que de los mil ducados que me debe en moneda de vellón Juan Dómínguez, mercader de sedas natural de Granada de que tiene hechas escripturas Luis de Molina, mi criado, se comienze a gastar en la erección de la dicha yglesia; y para que cada año hasta que se acave el dicho edifizio con que el conzierto de destajo que se hiziere no heszeda de zinco mill ducados en la yglesia y sacristía y mi entierro, y que a de ser en la peana del altar mayor, mando que de los ziento y quarenta mill maravedís que yo tengo de juro sobre las rentas de las sedas de la ziudad de Granada, situados en finca de catorze quantos y medio, se gasten en el edifizio de la dicha // yglesia cada año hasta que actualmente se acave, el qual juro conpré a los erederos de Rodrigo de Tapia…”

Pero no quedó aquí el ofrecimiento del inquisidor quien con el objeto de hacer lo más completa posible la fundación quiso dota al templo de sus primras ropas y ornamentos, para lo que donó todas las casullas y ornamentos que poseía en el momento de su muerte, así como la mayor parte de la plata de altar dorada que poseía.

–  19 de octubre: fallece el fundador don Gabriel Pizarro de Hinojosa.

–  27 de octubre: se entrega al Cabildo una copia del testamento.

–  28 de octubre: se compra la casa a Juan de Chaves Sotomayor y Catalina de Orellana y Mendoza para hacer sobre su solar la iglesia de la Preciosa Sangre, tal y como estipulaba por su testamento el inquisidor. La casa es valorada en 170 ducados. La portada de la escritura, conservada hoy en el archivo parroquial de Santa María la Mayor (Caja 64, carpeta 5, doc. 3) dice así: “Venta para el Cauildo de Capellanes de la ciudad de Trugillo de la casa y solar que compró de Don Juan de Chaues Sotomayor y doña Catalina de Orellana y Mendoça, su muger, en presçio de CLXX ducados para efeto de haçer en el sino de la dicha casa la yglesia que mandó haçer el Sr. Don Gabriel Piçarro de Hinojosa, ynquisidor del reino de Granada”.

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Lám. 3. Escritura de compraventa de la casa de Juan de Chaves Sotomayor y Catalina de Orellana y Mendoza sobre la que se debía de edificar la iglesia (A.S.M.M. Caja 64, carpeta 5, doc. 3).

Año de 1626

–  13 de enero: el Obispado de Plasencia da permiso para edificar la iglesia. Este documento fue ya transcrito por don Juan Tena pero por su importancia hemos decidido incluirlo de manera íntegra en el apéndice documental del presente estudio.

–   S.F.: En fecha indeterminada, pero a lo largo de este año, el cabildo de los Capellanes contrató al arquitecto Gabriel Pentiero para la fábrica de la iglesia de la Preciosa Sangre. Las condiciones se firmaron ante el escribano Bartolomé López Leonardo por un valor de 5.000 ducados, tal y como podemos aún conocer por un traslado, no fechado, que se conserva en el archivo de la iglesia parroquial de San Martín (caja 64, carpeta 5, doc. 5). El contenido de este documento fue dado a conocer parcialmente por don Juan Tena quien no hizo una transcripción completa y literal del mismo, sino que se limitó a estractarlo. Por esta razón, hemos incluido el texto completo en el apéndice documental de nuestro estudio. No obstante, como anticipo del mismo, exponemos a continuación las condiciones más significativas:

– Es condiçión que se an de derribar las paredes de las casas que se conpraron del señor don Juan de Chaues, y se an de abrir los cimientos y las çanjas con los uibos y rresaltos, que en la traza van demostrados, un pie más ancho que los que an de tener de grueso las paredes, poniendo lo a nivel en mesas quadradas. Y en llegando al suelo […] de la dicha yglesia sa de tener […] las portadas, pilastras y sacristía que la dicha yglesia a de tener. Y a de tener un taluz por la parte que cae la yglesia hazia la plaza de cantería que será cosa de medio pie.

–   Ha[n]se de leuantar las paredes de la dicha obra veinte y dos pies de alto en cuyo alto se an de comprehender un coquo de cantería de media uara de alto que a de tener toda la yglesia por orla y un capitel en cada pilastra de ladrillo guardado en él la orden dórica.

–  Han de montear las bóuedas de la dicha yglesia, cuerpo y cabeza della, de capillas de medias lunetas; y la capilla mayor cruzero a de ser un zimborrio [y] se a de leuantar de pie derecho sobre una corneja que a de auer sobre los arcos de ladrillo, todo lo que la perspectiua que la dicha cornexa encubriere; y al dicho nivel se pondrá el çinbrel(?) con que se a de çerrar el dicho çimborrio. Y los dichos arcos an de tener quatro pies de biuo y dos pies y medio de grueso de diente atardoce(?).

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Lám. 4. Alzado de la fachada oeste de la iglesia de la Preciosa Sangre de Cristo (Trazas cortesía de de Luis Sanz).

–   Tiénense de hazer dos portadas de cantería de horden dórica, los escondes(?) y capialçados de cantería muy bien labrados; y por la parte de afuera sus pilastras y encasamientos y escudo como ua demostrado en la traza. Todo lo qual a de yr muy bien hordenado. Y en el dicho escudo an de yr puestas las armas que los señores abad y Cabildo y testamentarios mandaren.

–  Ha se de hazer un sepulcro debaxo de las grasdas del altar mayor, el qual a de tener siete pies de ancho y diez de largo y seis de fondo, de manera que un hombre pueda cauer dentro en pi[e](?) con sus escotillones para abrirlo y cerrarlo, que tengan dos argollones de hierro.

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Lám. 5. Traslado de las condiciones para la obra de la iglesia de la Preciosa Sangre de Cristo (A.S.Mt, caja 64, carpeta 5, doc. 5).

– Ha se de hazer una sacristía a un lado de la capilla mayor, la qual a de tener doçe pies de ancho y diez y seis de largo o más, si pudiere tener, la qual se a de lebantar de pie derecho onçe pies, al qual dicho alto se a de hechar una imposta que corra toda alrrededor, y de allí se an de mouer garmentos(?) de las bóuedas y se an de çerrar dos capillas de medias lunetas o de arista, qual más se acomodare. Y la dicha sacristía a de tener una portada de cantería de quatro pies de ancho y siete y medio de alto y el capialçado por la parte de adentro de ladrillo. Y toda la dicha sacristía a de tener un foco por orla y una escalera de cantería o n caracol para subir ençima de las dichas bóuedas porque a de ser modara del sacristán de la dicha yglesia”.

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Lám. 6. Planta de la iglesia de la Preciosa Sangre de Cristo (Trazas cortesía de de Luis Sanz).

Año de 1627

–  7 de enero: se abre el libro de fábrica de la iglesia con las siguientes palabras:

“En el nombre de Dios todo poderoso y de la Virgen Santísima, su bendita y santísima Madre y Señora Nuestra. Comiença este libro de quentas y razón que el Cabildo de capellanes desta çiudad de Trugillo haze en la obra y edifiçio de la yglesia de la vocaçión de la Sangre de Chisto, Señor Nuestro, la qual mandó funda y edificar de sus bienes y hazienda el muy illustre señor doctor don Gabriel Piçarro Hinojosa Grado y Aréualo, inquisidor apostólico del reyno de Granada para el dicho Cabildo y sus aniversarios y los que el señor ynquisidor ynstituyó y dotó en la dicha yglesia y cabildo por su ánima y las de los señores sus padres y difuntos. Y para trasladar su cuerpo manzó hazer en ella su en[terramiento]. El qual libro, se començó en siete días del mes de henero deste año de 1627 años siendo abbad del dicho Cabildo el liçenciado Diego de Orellana, clérigo presbítero, abbad assimismo de la iglesia y abbadía de Nuestra Señora Santa María de Raual del obispado de Orense, reyno de Galiçia” 10.

Desgraciadamente el resto del libro, salvo el folio en el que aparece la fe del comienzo de las obras, se encuentra hoy en paradero desconocido.

–  18 de enero, se da comienzo a las obras de la iglesia. El texto con el que se da fe de ello, que ya diera a conocer don Juan Tena en su referida monografía, dice lo siguiente:

“Alabado sea el Santísimo Sacramento que es el verdadero Cuerpo y Sangre de Iesuchisto, Señor Nuestro, y la Unmaculada Concepción de la Virgen Santa María, Nuestra Señora, sin peccado original. Amen.

En el año del Señor y del nasçimiento de Nuestro Redemptor Iesuchisto de mil y seisçientos y veynte y siete años, en la indictian nona, presidiendo en la Santa Sede Apostólica Romana nuestro serenísimo padre y señor Urbano Papa VIII y en el año quatro de su pontificado, y vacante la sede episcopal de Plasençia por muerte de el señor don Sancho Dáuila y Toledo, obispo que fue deste obispado, reynando en estos reynos de España el Rey don Philippe nuestro señor quarto deste nombre, lunes diez y ocho días del mes de henero se començó la obra de la yglesia de la Sangre de Chisto, Nuestro Señor, que mandó fundar y edificar a su costa el señor don Gabriel Piarro de Hinojosa, inquisidor apostólico del reyno de Granada, natural desta çiudad, por su testamneto y última voluntad con que murió para el Cabildo de Capellanes de esta iudad de a donde fue capitular y mandó fuesse en unas casas que fueron de los señores don Juan de Chaues Sotomayor y doña Catalina de Mendoa, su mujer, auiendo preçedido liçenia para ello de los señores presidente y cabildo de la Santa Yglesia sede uacante de Plasençia a ynstançia del lienciado Diego de Orellana, abbad del dicho Cabildo y de los capitulares de él. La qual yglesia se haze a costa de los bienes que el dicho señor inquisidor nuestro patrón y fundador della señaló y dexó para su edifiçio en la forma que se contiene en su testamento, para que en ella el dicho Cabildo cante y çelebre las missas y anniversarios que tiene de obligaçión por sus dotaçiones y las que de nueuo queda dotadas en el dicho cabildo el dicho señor ynquisidor de sus rentas, acabada la dicha yglesia. Lo qual sea para gloria y honrra de Dios Nuestro Señor y de la Virgen Santísima su Madre, y del bienaventurado Señor San Pedro, prínçipe de los apóstoles, patrón nuestro.

El dinero que se reçibe de los bienes del señor doctor don Gabril Piçarro de Hinojosa, ynquisidor nuestro patrón para la obra de la yglesia que fundó y mandó edificar se escri[uió en el li]bro desde la foja segunda de él.

El gasto que se haze en la dicha obra a fijas(?) []11.

Año de 1628

–   30 de octubre: la obra está muy avanzada, según la declaración de varios testigos, pero por falta de fondos no se puede continuar. El cabildo pide permiso al Vicario para que se le permita vender dos tapicerías que el fundador había dejado para la iglesia.

–  2 de noviembre: el Vicario da permiso para vender las tapicerías y ordena a los albaceas de don gabril Pizarro que le entreguen al Cabildo de Capellanes el resto de los ornamentos y escrituras que el fundador dejó dicho.

Año de 1629

–  9 de enero: Tras varios pregones las 297 varas de las tapicerías serán vendidas a la parroquia de San Martín por un importe total de 12.508 reales.

–    9 de junio: entrega de la plata, ornamentos y escrituras al Cabildo de Capellanes por parte de los testamentarios.

–   10 de agosto, el arquitecto Gabriel Pentiero tiene abandonada la obra y por ello –nos consta– el Cabildo lo había denunciado, llegando a lograr su encarcelamiento. Para remediar la situación y eludir la permanencia en prisión el Cabildo le exige al arquitecto que aporte nuevas fianzas, entre ellas su casa en El Campillo. La situación debió de resolverse rápidamente, pues ese mismo dia se hizo efectiva una nueva paga a favor del maestro Pentiero por valor de 258.026 marvs. Aunque esta es la primera paga de la que tenemos constancia, debió de haber otras anteriores desde 1927. Sí tenemos noticias, sin embargo, de las que siguieron a ésta hasta principios del año 1535 por un montante total de 54.658 reales y que pasamos a resumir en la siguiente tabla.

Tabla 1. Pagos realizados a favor del maestro Gabriel Pentiero por su trabajo a destajo al frente de las obras de la iglesia de la Preciosa Sangre de Cristo (Oct. 1629 – ene. 1635).

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La transcripción completa y literal de esta documentación queda incluida en el apéndice documental.Año de 1635–  15 de enero: Se realiza la última paga a favor del maestro Pentiero por valor de 3.278 reales. Esto sumado a que a partir de ahora los capitulares parecen preocuparse únicamente de completar con bienes muebles el interior de la iglesia nos indica que la fábrica debe de harse dado por concluida.

Año de 1636

–  27 de agosto: el cabildo de los capellanes de la ciudad contrata con el carpintero Gaspar Díaz Carrasco la ejecución de una gran cajonería para la sacristía. Con posterioridad a este contrato, el cabildo de los Capellanes parece quedarse sin dinero para poder incorporando bienes a la iglesia. De hecho, hasta treinta y cinco años después no se contratarán las obras del retablo.

Año de 1671

–    25 noviembre: el Cabildo de Capellanes contrata la ejecución del retablo mayor de la iglesia de la Preciosa Sangre con Felipe Viera y Alonso Rodríguez. Este es uno de los documentos más interesantes de cuantos damos a conocer en el presente artículo, primero por ser inédito y, segundo, por tratar de uno de los bienes muebles más importantes con los que contaba la iglesia y que actualmente aún se conserva haciendo las veces de retablo mayor en la parroquia de San Martín. Las condiciones, poco detallistas en su contenido, dan más importancia realmente a los plazos de ejecución de la obra que a la iconografía y estilo a la que debía de ajustarse la misma. Este vacío se justifica por la existencia de unas trazas, hechas con anterioridad a este contrato y cuyo autor desconocemos. Entre las diferentes clausulas, se dice que el retablo ha de estar terminado para el 23 de junio (S. Juan) del año siguiente. La obra se tasa y remata en 2.800 reales.

Año de 1674

–   Agosto. El retablo parece estar terminado de tallar y ensamblar, por lo que el abad del Cabildo encarga ahora que se dore. Esta tarea es encomendada al maestro Manuel Ruiz en quien se remata la obra en 6.350 reales. Pasados unos meses, y debido a la falta de pagos, el dorador decide querellarse contra el Cabildo en 1675. Por lo que se deduce de la documentación, el abad había encargado este trabajo en contra de las opiniones tanto del del Vicario como del Obispado de Plasencia, a quienes no les parecía correcto invertir tanto dinero en aquella tarea.

Año de 1809

–   Durante este año, según afirma el párroco don Clodoaldo Naranjo, la iglesia fue usada como hospital por las tropas inglesas durante la Guerra de la Independencia.

Año de 1811

–  A lo largo del año se realizan varios pagos destinados a la reparación del templo que han quedado registrados en las cuentas del Cabildo que se conservan de este periodo (Docs. En el archivo de Santa María la Mayor, caja 93, carpeta 3).

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Lám. 7. Primer folio del contrato entre el Cabildo de los Capellanes y los entalladores Felipe Viera y Alonso Rodríguez. (AMT. Protocolos. Not. Juan Durán, año 1671,   leg. 170, fols. 352 r – 352 v.)

Año de 1835

–   Durante el proceso de exclaustración, el edificio pasa a ser propiedad de la parroquia de San Martín. Pese a ello, el Cabildo de Capellanes parece que continuó existiendo al menos hasta 1841, año en el que se extingue definitivamente la documentación de archivo.

Año de 1859

–  5 de diciembre: el edificio es visitado por el obispo de Plasencia. Se dice que la “ermita” está dedicada a los “santos ejercicios de los hermanos de la Escuela de Cristo” y que se encuentra “sostenida y cuidada por la piedad de la señora doña Rosario Mendoza”12.

Año de 1924

–   28 de marzo: el obispo de Plasencia, ante la petición del párroco de Trujillo, da permiso para convertir la iglesia de la Preciosa Sangre en casa rectoral de la parroquia de San Martín.

“Vista la presente solicitud y el informe del Sr. Cura-Arcipreste de Trujillo: considerando que la antigua ermita del Sanatísimo Cristo de la Sangre, enclavada en la parroquia de San Martín de Trujillo; considerando que la ermita en cuestión no se necesita para el culto y está destinada desde hace años a usos profanos; considerando la gran conveniencia, no sólo para el párroco sino para la parroquia de que la mencionada ermita se dedique a Casa rectoral, y que no ahay nada que a ello obste ni en el derecho general eclesiástico ni en el Concordato, teniendo en cuenta que está libre de // todo gravamen y que no hay asociación ni cofradía que tenga algún derecho en la referida ermita venimos… en conformidad del can. 1519 del Código de Derecho Canónico para que la antigua ermita del Cristod e la sangre, enclavada en la parroquia de San Martín de Trujillo y de su propiedad, destinada ya a usos profanos, se destine para Casa-rectoral de la parroquia de San martín de Trujillo, previa la necesaria adaptación, imponiendo al señor cura párroco o encargado de la de San Martín, la obligación de celebrar todos los años en el mes de julio una misa votiva solemne en honor de la Preciosa Sangre de N. S. Jesucristo y por la intención de Dª Margarita Iturralde. Lo decretó, mandó y firmó el E. y Rdmo. El obispo mi señor, de que certifico. Ángel obispo de Plasencia… ”13.

–  1 de julio: Comienzan las obras para convertir el templo en casa rectoral bajo el patronazgo de doña Margarita Iturralde. Las obras de adecuación, que se prolongaron hasta el 31 de mayo del año siguiente, alteraron notablemente edificio sobre todo en su interior ya que el amplio espacio de la única nave fue dividido en tres pisos mediante una estructura de hormigón, hierro y ladrillos. Exteriormente la fábrica también sufrió drásticas intervenciones, pues se abrieron nuemrosos vanos en sus muros norte y sur para dar luz a las diferentes estancias creadas en su interior. El coste total de las obras ascendió a 21.621 pesetas con 80 céntimos.

4. LA OBRA TERMINADA Y EL ESTADO ACTUAL DEL EDIFICIO

Aunque no sabemos con exactitud cuándo se dio por terminado el templo en su totalidad (arquitectura y muebles), la rapidez con la que se actuó en lo constructivo (1627-1635) dieron al edificio un estilo unitario y bien definido, que debemos enmarcar dentro de la estética barroca posherreriana suficientemente madura y asimilada.

Pese a la complicada ubicación del solar y a la fuerte pendiente del terreno, el maestro Pentiero supo sacar partido al proyecto, logrando un magnífico templo de planta basilical con una sola nave y transepto poco acusado; con cubiertas de ladrillo, de bóveda de lunetos en la nave y cúpula sobre pechinas en el crucero. Al exterior llamaban originalmente la atención la escasez de ventanas y sus dos hermosas portadas, flanqueadas por pilastras toscanas, que el profesor Sanz pone en conexión con modelos carmelitas madrileños14.

El edificio destaca en su conjunto por su austeridad constructiva, en la que prima el uso del ladrillo (no vitelado) y la mampostería; así como la elevación de volúmenes puros que, en su mayor parte, se hayan desornament dos. La escasa y sobria decoración que presenta se desarrolla exteriormente en las portadas e, interiormente, en las bóvedas y capilla mayor. En estas últimas se alterna el uso de estucados de placados y casetones con la decoración pictórica mural.

Éstas, sumadas a otras muchas virtudes constructivas que el templo posee, han llevado a los estudiosos a catalogar a la iglesia de la Sangre como el prototípico del Barroco trujillano, junto a la iglesia conventual de franciscanas de San Antonio.

En la actualidad, el edificio construido por Pentiero se encuentra notablemente modificado debido, como ya señalamos, a la conversión de la iglesia en casa parroquial a mediados de la década de los años veinte del siglo pasado. Las intervenciones practicadas entonces para adecuar el templo a su nuevo uso, alteraron y maltrataron su primitiva fisonomía. Entre las actuaciones que resultaron más perjudiciales se encuentran las siguientes.

Al exterior:

–          Apertura de nuevos vanos en los muros para iluminar las diferentes estancias construidas en su interior.

–          Eliminación de varios de los sillares (algunos de ellos tallados) que conformaban sus portadas con el fin de abrir nuevas ventanas.

–          División de la portada principal de los pies, que pasó a convertirse sendos dos ventanales.

–          Eliminación de las gradas que precedían a la portada de los pies del templo.

Al interior

–          Construcción de una gran estructura de hierro, ladrillos y hormigón con la que se dividió la nave en tres alturas: la inferior destinada a despacho parroquial y salas de catequesis, la intermedia a vivienda y la superior a sala de juntas.

–          Apertura de profundos mechinales en las paredes maestras para afianzar la mencionada estructura que ocasionaron la pérdida parcial de los estucados.

–          Repintado de los paramentos interiores que ocultaron y, en algunos casos, destruyeron, las primitivas pinturas murales de la cúpula y capilla mayor.

–          Eliminación del altar mayor y de la sepultura del fundador.

–          Enagenación y traslado de todos los retablos, bienes y enseres de la iglesia que, en el mejor de los casos, pasaron a formar parte del patrimonio de la parroquia de San Martín como, por ejemplo, el retablo mayor ejecutado por los maestros Felipe Viera y Alonso Rodríguez y el lienzo inmenso lienzo de San Pedro, de autor desconocido.

Desde la juvilación del párroco don Ramón Núñez Martín, la antigua iglesia de la Sangre dejó de ser utilizada como casa parroquial, dándose a la misma otros usos tan poco afortunados como los de teatro y bar de copas. Posterioremente, y debido al rápido deterioro de la moderna estructura construida en su interior, su utilidad fue limitándose hasta llegar a ser nula desde el pasado mes de julio de 2011; fecha en la que dejo de usarse como archivo adscrito a la parroquia de San Martín. Tras digitalizarse toda su documentación, los diferentes legajos que componen sus fondos fueron trasladados a una nueva ubicación. Desde entonces la iglesia se halla cerrada.

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 Lám. 8. Iglesia y Cuesta de la Sangre. En ella podemos apreciar las escaleras que precedía a la portada de los pies y que hoy no se conservan (Fot. Archivo de María Teresa Pérez-Zubizarreta).

5. APÉNDICE DOCUMENTAL

Doc. 1. Licencia para fundar la Iglesia de la Sangre de Cristo (1626)

(Archivo Parroquial de San Martín de Trujillo, Caja 64, carpeta 5, doc. 4)

“Licencia para fundar la yglesia de la sangre.

Nos, el presidente y cabildo de la Santa Yglesia Catedral de la çiudad de Pl sençia, sede episcopal vacante por muerte del Sr. Don Sancho(?) Dáuila y Toledo, Obispo del dicho obispado del Consejo del Rey nuestro señor, por quanto por parte del Cabildo de la(?) Çibdad de los cappellanes el Sr. Don Gabriel Piçarro de Hinojosa, ynquisidor de la çiudad de Granada, mandó que de sus biene, rentas y haçienda se edificase en la dicha çiudad de Trujillo una yglesia cuya aduocaçión [fuese] y se llamase de la Sangre de Cristo para que en ella los susodichos digan y çelebren sus misas y aniuersarios [y] en(?) ella fundar memorias y capellanías por su ánima y [la] de sus difuntos y otras cosa, como más largamente se contiene en dicho testamento y fundaçión que ante nos presentaron. Y nos pidieron y suplicaron les mandásemos dar liçençia para edificar la dicha yglesia y hazer las demás cosas contenidas en la dicha fundaçión. Todo lo qual, e por nos visto y lo demás que verse y considerarse deuía en la mejor vía y forma que más aya lugar de derecho, damos liçençia al dicho Cabildo y abbad de los capellanes de la dicha çuidad de Trujillo para que en ella puedan hazer y edifi[car] la dicha yglesia de la Sangre de Cristo que así mandó edificar y fundar el dicho don Gabriel Piçarro de Hinojosa, según y al tenor y forma y como se contiene en la dicha fundaçión. Y en razón dello, cada una cosa y parte dello, puedan hazer y hagan las escripturas neçesarias con todas las fuerzas, vínculos y firmezas que para su validaçión se requieran, a las quales y a cada una dellas ynterponemos nuestra autoridad y derecho judiçial ordinario para que valgan y hagan fe en juyçio y fuera de él. Y para que lo susodicho tenga cumplido y plenario efecto, damos comisión al señor canónigo Gregorio de Vargas Chamizo, nuestro visitador de la dicha çiudad de Trujillo y su partido, y le damos comisión para que pueda hazerse e aga y edifique la dicha yglesia en la forma y según y como se contiene en la dicha fundaçión. Que para todo ello le damos poder y comissión en forma y cometemos nuestras vezes(?) plenariamente con facultad de citar, excomulgar y absoluer, en cuyo testimonio mandamos dar y dimos las presentes firmadas según la costumbre y selladas con el sello de la dicha Santa Yglesia y refrendadas de nuestro escribano. En la ciudad de Plasenzia, a treze días del mes de enero de mill y seisçientos y veynte y seis años. Enmendado: memorias y capellanías, vale.

Don Juan Martin de Salaçar (rubricado)

Bartolomé Pérez Dábila (rubricado).

Por mandado de los señores presidente y ca[pellanes de la] yglesia de Pla- senzia, sede vacante. Francisco de Obregón, escribano (rubricado)”.

 Doc. 2. Condiciones para la construcción de la iglesia (c. 1626)

(Archivo Parroquial de San Martín de Trujillo, Caja 64, carpeta 5, doc. 5)

“Las condiçiones que a de tener la yglesia de la Sangre //.

Este es un traslado bien y bielmente (sic) sacado de las condiçiones con que Gabriel Pinteros se obligó a hazer la yglesia de la Sangre de Cristo:

Las condiçiones que a de guardar el maestro o maestros que se encargaren de hazer la obra de la yglesia que el señor don Gabriel Piçarro, ynquisidor que fue de las rreales audiençias de la Santa Ynquisizión, [mandó hacer], la qual yglesia se tiene de llamar la aduocaçión de la Sangre de Cristo, que es de los señores, abad y Cabildo de los señores capellanes desta ciudad, son las siguientes:

–    Es condiçión que se an de derribar las paredes de las casas que se conpraron del señor don Juan de Chaues, y se an de abrir los cimientos y las çanjas con los uibos y rresaltos, que en la traza van demostrados, un pie más ancho que los que an de tener de grueso las paredes, poniendo lo a nivel en mesas quadradas. Y en llegando al suelo […] de la dicha yglesia sa de tener […] las portadas, pilastras y sacristía que la dicha yglesia a de tener. Y a de tener un taluz por la parte que cae la yglesia hazia la plaza de cantería que será cosa de medio pie.

–    Ha[n]se de leuantar las paredes de la dicha obra veinte y dos pies de alto en cuyo alto se an de comprehender un coquo de cantería de media uara de alto que a de tener toda la yglesia por orla y un capitel en cada pilastra de ladrillo guardado en él la orden dórica.

–    Han de montear las bóuedas de la dicha yglesia, cuerpo y cabeza della, de capillas de medias lunetas; y la capilla mayor cruzero a de ser un zimborrio [y] se a de leuantar de pie derecho so- // bre una corneja que a de auer sobre los arcos de ladrillo, todo lo que la perspectiua que la dicha cornexa encubriere; y al dicho nivel se pondrá el çinbrel(?) con que se a de çerrar el dicho çimborrio. Y los dichos arcos an de tener quatro pies de biuo y dos pies y medio de grueso de diente atardoce(?).

–    Tiénense de hazer dos portadas de cantería de horden dórica, los escondes(?) y capialçados de cantería muy bien labrados; y por la parte de afuera sus pilastras y encasamientos y escudo como ua demostrado en la traza. Todo lo qual a de yr muy bien hordenado. Y en el dicho escudo an de yr puestas las armas que los señores abad y Cabildo y testamentarios mandaren.

–    Ha se de hazer una plaçuela y ualuarte de todo el sitio [en torno a la] dicha yglesia, acomodando en él las gradas de cantería que fueren nezesarias por la parte de la cuesta del poniente para que se pueda entrer y salir en la dicha yglesia con comodidad.

–    Ha se de leuantar las paredes del çimborrio por çima de los texados de ladrillo, limpio y ençintado de blanco con su cornexa de lo mismo y maderado con madera y tablas de pino, que queden las tablas juntas unas con otras y texado; y cada quatro canales se le a de echar un rroblón de cal; y las bocas-canales ensopadas en cal. Y en la claue del dicho çimborrio tiene de aber un rremate y un harpón y beleta con unas cruz//.

–      Han de maderar los texados con tixeras de bigas de pino, las quales bigas tienen de ser sufiçientes; y tienen de ser maderado dde çinco quartones a la tabla, las quales tablas tienen de ser juntas sin deslisar. Y cada quatro canales un rroblón, como queda dicho.

–    A se de rrebocar y ensortizar toda la yglesia por la parte de afuera y echársele una cornixa de un pie de grueso con la moldura que al maestro le pareziere.

–    Ha se de encalar la iglesia por la parte de adentro, así las bóuedas como las paredes, de çal gorda y delgada; los rrencones y arristas muy derechas y las formas, arcos y pechinas y bóuedas muy bien artesonadas; y el çimborrio con los artesones que van demostrados en el perfil y todos los capiteles muy rrebestidos de cal; y lo que le toca de un capitel a otro a de yr una ynposta, basteardadas las molduras con quarto de pie de buelo.

–    Han se de hazer tres altares, el altar mayor y otros dos colaterales. Y el dicho altar mayora de tener doçe pies de largo o (sic) cuatro de ancho, o más o menos, conforme el señor abad y Cabildo quisieren, porque tiene de ser a su gusto, el qual dicho altar a de tener dos gradas y una peana, y tiene de estar apartado de la pared en medio de la capilla cabecera, de // modo que se pueda andar arrededor de él, como lo muestra la traça que para la dicha yglesia está hecha. Y los altares colaterales an de tener de largo seis pies porque esto a de tener la manga del cruzero si no le pudieren cauer ocho, respe[c]to del sitio, y tres pies y medio de ancho y una peana de madera a cada una de los dichos altares colaterales. Y el altar mayor y los colaterales an de tener cada uno un marco de madera y una caxa a donde se ponga el ara que tienen los altares.

–    Ha se de hazer un sepulcro debaxo de las grasdas del altar mayor, el qual a de tener siete pies de ancho y diez de largo y seis de fondo, de manera que un hombre pueda cauer dentro en pi[e] con sus escotillones para abrirlo y cerrarlo, que tengan dos argollones de hierro.

–    Han se de hazer en la dicha yglesia las luzes en el cuerpo de la dicha yglesia y en la capilla mayor, las quales se muestran en la traza, de ladrillo que por todas an de ser seis, las quales an de tener sus marcos y ençerrados.

–    Ha se de hazer un suelo a toda la yglesia de ormigón muy bien bruñido.

–    Ha se de hazer una sacristía a un lado de la capilla mayor, la qual a de tener doçe pies de ancho y diez y seis de largo o más, si pudiere tener, la qual se a de le- // bantar de pie derecho onçe pies, al qual dicho alto se a de hechar una imposta que corra toda alrrededor, y de allí se an de mouer garmentos(?) de las bóuedas y se an de çerrar dos capillas de medias lunetas o de arista, qual más se acomodare. Y la dicha sacristía a de tener una portada de cantería de quatro pies de ancho y siete y medio de alto y el capialçado por la parte de adentro de ladrillo. Y toda la dicha sacristía a de tener un foco por orla y una escalera de cantería o n caracol para subir ençima de las dichas bóuedas porque a de ser modara del sacristán de la dicha yglesia.

–    Han se de lebantar las paredes ençima de las dichas bóuedas […] o seis de alto, a cuyo alto se an de hazer los jarjamentos y cerrar otras bóuedas sobre las quales se tiene de asentar el texado. El qual dicho texado a de ir sobre palomares de piçarras. Y, junto a la capilla mayor, ensopadas quatro canales y dobladas otras ençima y hechas con mucho cuidado.

–    Ha se de hazer una ventana alta para luz de la sacristía y otra ençima para luz de la sobresacristía, del ancho que al maestro le pareziere. Y en la dicha sobresacristía tiene de auer una chimenea; y en la escalera a de auer una portada. Y toda la dicha sacristía, alta y baxa, a de ser encalada de gordo y delgado y dado lechada de cal blanca. Y por la parte // de fuera rreuocado y ensotijado(?) y con una cornixa de cantería que tenga un pie de alto a las molduras que al maestro le pareziere.

–    Es condiçión que todas las esquinas que la dicha yglesia ubiere de tener, así de cuerpo de yglesia como capilla mayor, cabeçera y sacristía, an de ser de cantería labrada. Y en las esquinas prinçipales del querpo de la yglesia se le echarán dos pilastras de cantería con un coco(?) y media vara de salida y el alto que le tocare con un collarino en lo alto y la cornija(?) que le sirua de capitel.

–    Han se de hazer todas las puertas de la yglesia con buenos tablones de pino y muy buena çerragería y llauer como de çerrojos. Y tienen de ser lobas y la clauaçón que convenga. Y las de la sacristía y ventana alta y baja encaxadas con sus tableros de nogal.

–    Es condizión que las mezclas con que se hizieren las dichas paredes se le an de echar çinco espuertas de arrena (sic), dos de cal; y a las que se uuieren de cerrar bóuedas y arcos, a cada dos de arena una de cal. Y la mitad de la dicha arena tiene de ser de caminos, lauado; y la delgada con que se ubiere de encalar, a cada dos de cal una de arena.

–    Es condizión, que si antes de rregir la dicha obra subiere comunidad, en el setio del boluer la capilla cabezera al norte y las por- // tadas prinçipales, una de leuante y otr al poniente, el tal maestro sea obligado a hazer una escalera y baxada a la parte de hazia la plaza y un paredón que sriua de ualuarte de man- puesto y cal, con sus esquinas de cantería. Y aviendo de auer gradas en las puertas de la yglesia, por la parte de adentro de las puertas an de quedar enueuidas en las paredes como [en] la traza va demostrado. Y el dicho paredón a de tener una hilada de piedras de cantería labradas por çinta.

–    Es condiçión, que el maestro en quien se rrematare esta obra, de la primera paga que le dieren se le an de quitar çinquanta ducados que se le dieron de sus ocupaziones de hazer la traça y condiçiones al maestro [que la traza hi]ziera(?).

–    Es condiçión, que se a de hazer un púlpito sobre una paña de cantería. Y los balaustres an de ser de madera; y la escalera que ha de subir al dicho púlpito a de ser enueuida en la pared, de manera que no ocupe la yglesia ni cause fealdad.

–    Es condiçión que se an de hazer dos pilas de cantería para tener agua bendita en la parte donde mejor comodidad ouiere.

En la dicha yglesia, Gabriel Pintiero.

Condiçiones puestas de nueuo y añadidas a las de arriba:

–    Es condiçión que en la dicha yglesia se a de hazer una reja a el arco toral de la capilla mayor de balaustres de hierro que tenga de alto çinco quartas con quatro rremateçillos de bronçe. Y la dicha rreja a // de aber y tener una portada que se abra y çierre para entrar en la capilla de[l] ancho que pareziere a los señores testamentarios.

Gabriel Pintiero.

Concuerda este traslado con su orixinal qu está en mi poder. Bartolomé López de Andrés, escriuano (rubricado).

Doc. 3. Testimonio del inicio del libro de fábrica de la iglesia (1627)

(Archivo Parroquial de San Martín de Trujillo, Caja 64, carpeta 5, doc. 6)

“Alabado sea el Santísimo Sacramento que es el verdadero Cuerpo y Sangre de Iesuchisto, Señor Nuestro, y la Unmaculada Concepción de la Virgen Santa María, Nuestra Señora, sin peccado original. Amen.

En el año del Señor y del nasçimiento de Nuestro Redemptor Iesuchisto de mil y seisçientos y veynte y siete años, en la indictian nona, presidiendo en la Santa Sede Apostólica Romana nuestro serenísimo padre y señor Urbano Papa VIII y en el año quatro de su pontificado, y vacante la sede episcopal de Plasençia por muerte de el señor don Sancho Dáuila y Toledo, obispo que fue deste obispado, reynando en estos reynos de España el Rey don Philippe nuestro señor quarto deste nombre, lunes diez y ocho días del mes de henero se començó la obra de la yglesia de la Sangre de Chisto, Nuestro Señor, que mandó fundar y edificar a su costa el señor don Gabriel Piarro de Hinojosa, inquisidor apostólico del reyno de Granada, natural desta çiudad, por su testamneto y última voluntad con que murió para el Cabildo de Capellanes de esta iudad de a donde fue capitular y mandó fuesse en unas casas que fueron de los señores don Juan de Chaues Sotomayor y doña Catalina de Mendoa, su mujer, auiendo preçedido liçenia para ello de los señores presidente y cabildo de la Santa Yglesia sede uacante de Plasençia a ynstançia del lienciado Diego de Orellana, abbad del dicho Cabildo y de los capitulares de él. La qual yglesia se haze a costa de los bienes que el dicho señor inquisidor nuestro patrón y fundador della señaló y dexó para su edifiçio en la forma que se contiene en su testamento, para que en ella el dicho Cabildo cante y çelebre las missas y anniversarios que tiene de obligaçión por sus dotaçiones y las que de nueuo queda dotadas en el dicho cabildo el dicho señor ynquisidor de sus rentas, acabada la dicha yglesia. Lo qual sea para gloria y honrra de Dios Nuestro Señor y de la Virgen Santísima su Madre, y del bienaventurado Señor San Pedro, prínçipe de los apóstoles, patrón nuestro.

El dinero que se reçibe de los bienes del señor doctor don Gabril Piçarro de Hinojosa, ynquisidor nuestro patrón para la obra de la yglesia que fundó y mandó edificar se escri[uió en el li]bro desde la foja segunda de él.

El gasto que se haze en la dicha obra a fijas(?) […]”15.

Doc. 4 Desacuerdos entre el cabildo de Capellanes y el maestro Pentiero con respecto al desarrollo de las obras (10-VIII-1629)

(Archivo Parroquial de Santa María la Mayor de Trujillo, Caja 90, carpeta 2, doc. 8)

“En la çiudad de Truxillo a diez días del mes de agosto de mill y seisçientos y beinte y nuebe años, ante mi el escriuano y testigos pareçieron Grabiel Pintero, como prinçipal obligado, y Micael Hernández y Seuastián Prieto, como sus fiadores y prinçipales cunplidores que por tales se constituyeron, todos tres ueçinos de la çiudad de Truxillo. Y dixeron que por quanto en el dicho Gabriel Pintiero fue rematada la obra y fábrica de la yglesia de la Sangre de Cristo que el Señor ynquisidor que fue del reyno de Granada e natural desta çiudad mandó haçer, e que se hiçiese en esta çiudad para el Cabildo de los Cappelanes della dejando como patrones y distribuydores de(?) sus rentas con las dotaçiones que se contienen en su testamento. La qual dicha [obra se rema]tó en çinco mill ducados y en con[secu]çión del dicho remate el dicho Gabriel Pintiero començó a haçer la dicha obra y yglesia, y por auerse dexado de proseguir en ella y no cumplido con su obligaçión que por su parte hiço, en esta raçón ante Bartolomé López Leonardo, escriuano del número de esta çiudad, por parte del dicho Cabildo de los Capellanes se pidio ante la justiçia desta çiudad fuese apremiado el dicho Gabriel Pintiero a que(?) prosiguiendo la dicha obra y a que diese fianças de la acabar y poner en posesión como está obligado por la dicha escritura; y por lo susodicho fue preso // y puesto en la cárçel desta çiudad. Y atento que dicho Gabriel Pintiero por su parte se presente de cumplir y acabar la dicha obra y que çesen pleytos… (?) que tiene tratado con el dicho Cabildo de que dentro de un mes que se quente desde oy día de la fecha desta escritura dará fianças e las traerá a satisfaçión del dicho Cabildo y de sus comisarios de que prosiguirá y acabará la obra de la dicha yglesia y la pondrá y la pondrá en toda perfeçión como está obligado en la dicha escritura que tiene hecha antel dicho Bartolomé López Leonardo sin alçar mano della; y demás desto que el dicho Gabriel Pintiero y sus fiadores an de tenener(?) de manifiesto los dichos seisientos ducados para cada y cuando les sean necesarios para la fábrica de la dicha yglesia y el Cabildo se quisiere aprouechar dellos para el dicho efeto no cunpliendo el dicho Gavriel Pintiero con la dicha obligaçión por su parte fecha. Para haçer la dicha obra les darán y entregarán para que se gasten enla dicha fábrica por el dicho Grauiel Pintiero y cunpeliendo(?) con lo susodichos el dicho Grabiel Pintiero, como prinçipal, y los dichos Micael Hernández y Seuastián Prieto, como sus fiadores, y todos tres juntos de mancomún a uoz de uno y cada uno ynsolidun y por el todo renunçiando como renunçiaron las leyes de duo […] // y el benefiçio de la diuisión y escursión y las demás leyes de la mancomunidad como en ella se contiene. Se obligaron que el dicho Grauiel dentro del dicho mes que como dicho es se quanta desde oy, día de la fecha, dará las dichas fianças llanas y abonadas a satisfaçión del dicho cabildo y sus comisarios de quel susodicho prosiguirá en la obra de la dicha yglesia y la acavará y pondrá en toda perfeción en el modo y sigún se contiene en la escritura del remate y obligaçión de la dicha obra y condiçiones della que pasó ante el dicho Bartolomé López, porque en quanto a esto la dicha escritura no se ynoua ni altera en cosa alguna por esta antes [….] añadir fuerça […] a obligaçión; y que las dichas fianzas a de ser en cantidad de los dichos seisçientos ducados que como dicho es an destar de manifiesto para cada y quando que conuenga gastarse en la fábrica de la dicha iglesia se gasten por quenta del dicho Grabiel Pintiero no cumpliendo el susodicho con su obligaçión y dándo las dichas fianças dentro del dicho mes; e si uisto, los dichos Micael Herández y Seuastián Prieto quedan libres desta obligaçión y fiança que de presente haçen; y no las dando dentro del dicho mes desde luego para entonçes los dichos dos fiadores quedan a él li- // gados y se obligan de que el dicho Grabiel Pintiero prosiguirá en la dicha obra y la acabará como está obligado y tendrá de manifiesto los dichos seisçientos ducados para que, por una vez sola dándolos y entregándolos a el dicho cabildo, se gasten en la dicha obra por quenta del dicho Grauiel Pintiero o por otro maestro que hiçiere la dicha obra siendo neçesarios para el gasto della. Esto se entienda hauiéndose dado y entregadolos çinco mil ducados por el cauildo en que se le remató la dicha obra a el dicho Grauiel Pintiero para prueua de lo qual a de ser vastante las copias que hasta el día de oy están dadas de los gastos que están hechos en la dicha fábrica y las que de aquí adelante se dieren por orden del dicho Grauiel Pintiero asistiendo el susodicho a la obra. Y si el susodicho no asistiere, las a de dar persona por su orden y de los dichos sus fiadores que asista a la obra, y la cantidad que de aquí adelante se le diere para proseguir en la obra a de ser por sus copias como hasta aquí y dándose dinero por quenta del Cabildo que no falte en cantidad de los dichos çinco mil ducados. El dicho Grauiel Pintiero a de proseguir en la dicha obra sin alçar mano della, como está dicho, y por espeçial ypoteca y sin perjuyçio de la jeneral el dicho Grauiel Pintiero obligo // e ypoteco a el seguro y saneamiento desta obligaçión y fianças pares(?) de casas que tiene en esta çiudaad en el barrio del Campillo, e a una dellas en que de presente uiue el dicho Grauiel Pintiero que fue de Juana Altamirano, y la otra casa está por bajo de [la] placilla del dicho Campillo que es de los hijos y erederos de Antonio Ximénez Franco, y la dicha casa está arrimada a la dicha çilla y manso e 10 bueyes que el que el dicho Grauiel Pintiero tiene con sus atelvos(?) y arados y carretas para que todo ello esté obligado e ypotecado a la …..(?), seguridad y saneamiento de la dicha obra y no se puedan uender ni enajenar en manera laguna hasta tanto questé fecha y acabada y puesta en toda perfeçión so pena [de……] enaxenaçión que de otra manera se hiçiere no ualga ni le pase derecho a el conprador. Y siempre y en todo tiempo esta escritura se a de guardar y cunplir y estar de manifiesto para el efecto en ella contenido y [para] gastos de la fábrica los dichos seisçientos ducados puestos por el dicho prinçipal y sus fiadores. Y declara que las dichas casas y bueyes son libres de otra ypoteca, censo ni obligaçión, espeçial ni general, que no le tienen. Y ansimismo, el dicho Grauiel Pintiero a de pagar todas las costas que se uvieren causado por su omisión en raçón de su prisión y por tal lo aseguren los dichos prinçipal // y fiadores por manera que todo a quello que saliere ynçierto desta escritura por no lo conplir el dicho Grauiel Pintiero, prinçipal, lo an de cunplir y pagar los dichos sus fiadores y cada uno ynsólidun que preçeda escursión ni otra diligençia auque de derecho se deua haçer porque della le eleuaron(?) a el dicho Cabildo; y para que ansí [suceda] lo cumplirán y pagarán debajo de la mancomunidad y renunçiaçión de leyes sobredicha obligaron sus personas y bienes muebles y rayçes abidos y por aver. Y los dichos fiadores hiçieron en este caso de deuda y negoçio ajeno suyo propio y dieron poder a las justiçias e jueçes de Su Magestad que sean conpetentes, y es espeçial a las desta çiudad de Truxillo a cuyo fuero y juridiçión se sometieron con las dichas sus personas e bienes para que les apremien a lo cumplir como sentençia difinitiua de juez conpetente pasada en cosa juzgada, renunçiaron su propio fuero, jurisdiçión y domiçilio y el previlejio de él y la ley sid conuenerid de juridiçione oniun judicun y demás leyes. Y ansí lo dijeron y otorgaron ante mi el escriuano público y testigos susodichos, día, mes y año, siendo testigos Françisco hernández y Alonso Mayoral y Juan Ramallo, ueçinos desta çiudad, lo otorgantes que doy fee conozco. Lo firmaron. Y Françisco Díaz de Monrroy // y Juan Solano y Alonso Sánchez,clérigos, hermanos del Cabildo y sus comisarios, lo açetaron en nombre de él y consintieron fuese suelto el dicho Grauiel Pintiero. Y lo firmaron, testigos dichos: Juan Solano, Grauiel Pintiero, Micael Hernández [y] Sevastián Prieto. Passó ante mi, Juan Gonçález de Santiago.

Yo Juan González de Santiago, escriuano del Rey y notario público y de el número de la çiudad de Trujillo, por su pedimiento del señor(?) prior y convento de Nuestra Señora de Guadalupe, fuy presente y lo signé y firmé en testimonio de verdad.

Gonçález de Santiago (rubricado)”.

Doc. 5. Condiciones para la ejecución de  la cajonería de la sacristía (1636)

(Archivo Parroquial de Santa María la Mayor de Trujillo, Caja 91, carpeta 1, doc. 7)

“Las condiçiones con que se an de haçer los cajones para la iglesia del señor Inquisidor son las siguientes:

–    Primeramente, se an de haçer dos armaduras para dos cajones de buena madera de pino, que tengan dos varas de largo y vara y media de alto y vara y cuarta de ancho por el lado dando los gruesos sufiçientes a las maderas y conforme a un dibujo que se entregará con estas condiçiones.

–    Sigunda condiçión, que an de llevar tres diuisiones para govetas y la de abajo a de ser dividida por la mitad de lo largo para que aya dos gavetas, y el alto y fondo que an de tener ade ser que quepa un cáliz. Y las dos gavetas de por çima se les a de dar lo que les cupiere de fondo conforme a la altura dicha que an de tener los cajones , las quales an de ser de todo el largo que haçen las divisiones. Y en la parte de abajo a de quedar cuatro dedos de conca.

–    Tercera condiçión, que an de ir moldadas con media moldura todas las divisiones de las gavetas, que viene a ser todo lo que toca a la parte de adelante sin que aya cosa sobrepuesta sino encajado y enboquillado. Y los lados y espalda de atrás a de ir conforme lo demuestra el dibujo encajado a tope y con tablerillos de pino y de buen grueso. Y a de llevar los dichos cajones su ssuelo de tabla debajo de cada gaveta.

–    Cuarta condiçión, que la tapa de encima a de ser de nogal y que lleve corrido un boçelito que buele a la parte de adelante y lados. Y asimesmo, las delanteras de las gavetas an de ser de nogal de tabla de buen grueso para que en ellas mesmas se corran sus frisos y se moldén con su boçel y se artesonen a trechos de suerte que queden […] //.

–    Quinta condiçión, que se a de hazer la dicha obra de buena madera, seca bien, alabado y ajustado a vista y satisfaçión de maestros de el arte y cunpliendo con el término y plaço que se diere para el haçer, la que es dos meses que se cunplen [a] fin de octubre deste presente año de mil y seisçientos y treinta y seis.

–    Sesta condición, que aunque está dicho que los lados destos cajones an de ser encajados a tope y los tablerillos de pino an de ser los dichos lados chaflanados; y los tablerillos de todos cuatro lados an de ser de nogal, por quanto nos convenimos al tiempo del conçierto que va y es a la forma dicha. Y las espaldas de dichos(?) cajones an de ser como está dicho a tope y los tablerillos de pino. Y asimesmo digo que queda por mi quenta los clavos que fueren menester para dar en los portados los cajones. Y las cerraduras y cantoneras quedan por cuenta del señor Abad con que queda por mi cuenta asentar el herraje que se me diere; y los e de dar asentados en la sacristía de la iglesia nueva de la Sangre de Cristo.

–    Setima condiçión, que an de tener cada uno destos dos cajones dos varas de largo y el alto y ancho que va dicho. Y lo firmé en Truxillo a 27 de agosto de 1636 años.

Gaspar Díaz Carrasco (rubricado).

Doc. 6. Contrato para hacer el retablo de la iglesia

(AMT. Protocolos. Not. Juan Durán (1671), Leg. 170, fols. 352 r – 352 v.)

“En la çiudad de Truxillo en veinte y çinco días del mes de noviembre de mill seiscientos y setenta y un años, ante mi el escriuano público y testigos pareçieron de la una parte el licenciado Blas Martínez, presbítero veçino desta çiudad, abad del Cabildo de capellanes della; y, de la otra, Phelipe Viera y Alonso Rodríguez Muñoz, maestros de carpintería veçinos asimismo de esta çiudad, ambos a dos juntos de mancomún a voz de uno y cada uno dellos de por si ynsolidum renunçiando como renunçiaron las leyes y el benefiçio de la diuisión y exclusión(?) demás de la mancomunidad como en ellas se contiene y dijeron están conuenidos y conçertados, y por la presente se conbienen y con- çiertan en que los dichos Phelipe Viera y Alonso Rodríguez Muñoz se obligan de haçer un retablo de madera de pino para la yglesia de la Sangre de Chisto que es de dicho Cabildo en el altar mayor della en la forma y con las condiçiones que se declaran en la forma siguiente:

–    Lo primero, el dicho retablo a de ser de madera de pino gruesa conforme a una traça y planta que está en poder del dicho licenciado Blas Martín Benítez y firmada de su nombre(?) que an visto; el qual a de ser con toda perfeçión de obra conpuesta según dicha planta y le an de dar acauado y asentado para el día de San Juan de junio del año venidero de seisçientos y setenta y dos.

–    Yten, que el asentar dicho retablo y costa que tubiere la madera de él y clauos de que neçesitare y se gastaren, a de ser por quenta de los dichos Phelipe Viera y Alonso Rodríguez Muñoz.

–    Yten, que dicho retablo a de ser a satisfaçión del abad que a la saçón fuere del dicho cabildo, y si dentro del año(?) siguiente de cómo esté asentado se reconoçiese algún defecto en él lo an de enmendar los dichos Phelipe Viera y Alonso Rodríguez a su costa. Y si el dicho día de San Juan de setenta y dos no estubiese acauado y asentado, dicho Cabildo a de poder buscar maestros a costa de los susodichos que lo acauen y asienten como dicho es // y executarles por lo que más costare de lo que se les a de dar suya(?) liquidaçión desde luego difieren en el…..(?) y declaraçión del abad del dicho Cabildo.

–    Yten, que por haçer dicho retablo y asentarlo y madera y clauos que para ellos an de poner se les an de dar por dicho Cabildo dos mill y ochoçientos reales que es la cantidad en que se an conçertado; çien ducados luego de contado y la restante cantidad, la mitad para Pasqua de Resurreçión de dicho año de setenta y dos y la otra mitad estando como dicho es acauado y asentado, todo ello puesto y entregado en esta çiudad en casa y poder de los dichos Phelipe Viera y Alonso Rodríguez a costa del dicho cabildo con las de la cobrança.

–    Y en esta conformidad, los dichos Phelipe Viera y Alonso Rodríguez por lo que les toca se obligaron y el dicho licenciado so las….. (?) a el dicho cabildo con sus bienes …..(?) al cumplimiento y firmeça y paga de lo que dicho es. Y confesaron que dichos dos mill y ochoçientos reales es el justo valor y producto que mereçe dicho retablo en la forma declarada, y en tienpo alguno ninguna de las partes no a[n] de poder alejarse dello, less(?) ni engaño ni otra cosa alguna que impida el cumplimiento de lo aquí contenido, y no irán contra ello por ninguna causa que en su fauor sea; y si lo hiçieren, no an de poder servirse(?) dello [ni] oydos en juiçio, y para que así lo cumplirán cada parte por lo que les toca, dieron poder cumplido a las justiçias y jueçes conpetentes para que a ellos les apremien y a dicho Cabildo como por sentençia pasada en cosa jusgada, y renunçiaron todas las leyes de su fauor con la general en forma; y así lo otorgaron siendo testigos el doctor don José Manglano, Juan Fernández Montero y Gonçalo Morán, vecinos desta çiudad. Y lo firme con los otorgantes que doi fee conozco.

Blas Martín Benítez (rubricado). Alonso Rodríguez Muñoz (rubricado). Phelipe Viera (rubricado). En testimonio de verdad Juan Durán (rubricado)”.

Doc. 7. Auto sobre terminar de dorar el retablo de la iglesia por parte de Manuel Ruiz (1675)

(Archivo Parroquial de Santa María la Mayor de Trujillo, Caja 91, carpeta 1, doc. 2)

“Manuel Ruiz, vecino de la uilla de Talauera y estante en esta ciudad, maestro de dorador y pintor, como mejor proceda, dixo que con el licenciado Thomás Frenandez presbítero Abad del Cauildo de Capellanes de esta ciudad, en uirtud de comisión que dixo tener de dicho Cauildo, ajusté a dorar y estofar el retablo del altar mayor de la yglesia de la Sangre a donde sirue dicho Cauildo en precio de seis mil trecientos y cinquenta reales a cuia cuenta me entregó mil reales y yo, para dar principio a dicha obra desarme(?) dicho retablo que está en el cuerpo de dicha yglesia y tengo enpleados en otro tres mil reales; y queriendo continuar dicha obra por estar ajustada desde el mes de agosto pasado deste año y auer sido condizión se auía de hazer luego, no da lugar a ello dicho licenciado Tomás Frenandez(?) con pretesto de estar hecha con contradizión a dicha obra; y respecto de que esto no deue ser en perdición(?) del…. ni mío y que es prezisso se lleue adelante el concierto y la dilación me es muy dañosa, a Vuestra Merced suplico mande se le notifique y aga notorio a dicho licenciado Thomás Frenandez como le requiero las bezes en derecho necesarias, y ésta por todas, no me enuaraze la obra de dicho retablo por camino alguno y me acuda con la cantidad de maravedís que es obligado conforme a dicho concierto; y de los contrario, le protesto todos los daños que se me ocasionaresn por la dilación y el enpleo hecho en oro, el continuar y perficionar dicha obra a mi costa por ahora hasta que acauada es justicia por los medios que me conpeten, lo cobre del sussodicho la cantidad escrita(?) del concierto // con más los daños que con la suspensión me ha ocasionado y de cómo así lo requiero y protesto se me de por testimonio con ynserción deste requirimiento, auto que procuyere Vuestra Merced para que se haga y respuesta que diere el sussodicho, que en ello reciuiré merced con justicia, a que pido costas, etc. Manuel Ruiz.

Auto

Notifiqué a el licenciado Thomás Fernández, presbítero desta ciudad y Abad del Cauildo de Capellanes della, no enbargase la obra de dorar el retablo de la Sangre en manera alguna, antes sí cumpla el trato que el predimento de esta dicha parte contiene y acuda con el dinero necesario y dese el testimonio que se pide. Así lo proueió y mandó el señor licenciado Juan Francés Arias, cura propio de la yglesia parroquial de Santa María, Vicario de esta ciudad de Truxillo y su partido en ella, a diez y seis días del mes de diziembre de mil y seiscientos y setenta y çinco. El licenciado Arias, ante mi Juan Andrés de la Estrella y Pardo, notario.

Notificación

En la ciudad de Truxillo, en diez y seis días del mes de diziembre de mil y seiscientos y setenta y cinco años, yo el notario estando en junta el Abad y Cauildo de Capellanes de esta ciudad en la yglesia de la Sangre a las tres de la tarde, poco más o menos, fuy a dicha yglesia y pedí liçençia para notificar a dicho Abad el auto de susso. Y concedida, entré y le notifiqué // dicho auto en presençia de dichos capitulares, el cual dixo que es çierto que contrató contrató con el dicho Manuel Ruiz todo lo referido en su pedimiento y que al presente no puede cumpli con dicho contrato por caussa de que algunos capitulares de dicho cauildo ganaron auto del señor Prouisor de este obispado para que se notificase a el susodicho como tal Abad no prosiguiese en dicho contrato que por dicho señor prouisor se mandase dicha cossa y éste le fue notificado a el sussodicho por el presente notario, y que así no está en su mano el cumplir el dicho contrato asta tanto que por dicho señor Prouisor se mande como dicho es otra cossa. Así que si el dicho Manuel Ruiz quiere proseguir en el dorar dicho retablo lo aga por su cuenta y riesgo y no por la del que responde. Y protesta no le pareçe perjuiçio alguno el auto que a el presente le a sido notificado y pide que de dicho pedimiento y de él y de esta respuesta se de testimonio y los presentes le fuese testigos. Esto respondió y lo firmó, de que doi fe. Thomás Fernández. Juan Andrés de la Estrella y Pardo, notario. Enmendado Pedi=vale.

Concuerda con su original a que me remito, que queda en mi oficio. Y para que conste de pedimiento del licenciado Thomás Fernándes, Yo Juan Andrés de la Estrella y Pardo, notario de la audiençia eclesiástica desta ciudad de Truxllo, doi el presente en ella, a ueinte y tres días del mes de henero de mil y seiscientos y setenta y seis años. Y en fe de ello lo signé y firmé.

En testimonio de verdad.

Juan de la Estrella y Pardo (rubricado) Reciuí de mi salario 4 reales.

Doc. 8. Sobre terminar de dorar el retablo de la iglesia

(Archivo Parroquial de San Martín de Trujillo, Caja 92, carpeta 1, doc. 19)

“A el licenciado Thomas Fernández Abad del Cabildo de Capellanes de esta ciudad se le notifico auto del señor Provisor de este obispado, probeydo en Plasencia el día 13 del mes de septiembre del año pasado de 1675, de diferentes contenidos, y el que hace a este propósito fue que no innovase sobre dorar el rretablo de la iglesia de la Sangre a espensas de dicho Cavildo, ni para ello lo sacase del arca de tres llaves, ni de otras partes hasta que por su merced otra cosa se mandase con censuras de late senten ….(?) en caso de contra vencion. Manuel Ruiz con quien estaba ajustada esta obra hizo requerimiento que notifico a dicho Abad el día diez y seis de diciembre siguiente, sobre continuarla, a [lo] quel abad respondió, le estaba notificado el auto rreferido y que asi no estaba en su mano el complimiento del contrato hasta que por dicho sr Provisor se mandase otra cosa y que si dicho Manuel Ruiz  se resolviese a continuar la obra fuese por su cuenta y rriesgo y no por la de dicho Abad; Como consta de los testimonios de uno y otro que he visto: el Pintor se rresolvio en continuar la obra y a dicho Abad se le calumnia que por este hecho y continuación incurrió en la censura conminada en el auto del señor Provisor, y que esta incurso en irregularidad, por aber celebrado después de la continuación de dicha obra, y se me pida de mi parezer sobre ello. Y Digo que si la continuación de la obra fue única resoluzion de Manuel Ruiz Pintor en ejecuzion de la insinuazion que hizo en el rrequerimiento de quererla acabar, y acabada, rrecurria en fuerza del contrato a cobrar la cantidad en que se justo contra quien hubiese lugar; no puede aber especie de duda en que llego el caso de la zensura puesta por Provisor en su auto contra dicho licenciado Thomas Fernández y en esta consequenzia // no pudo llegar el de la irregularidad. Y quando espresamente dicho licenciado Thomas Fernández le hubiera mandado continuar la obra y para ella le ubiera surtido o socorrido, tanpoco hubiera llegado el caso de lo uno, ni otro, como si lo hubiera hecho a espensas de las rrentas del Cavildo que estuviesen en el arca de tres llabes o en otras partes. Porque eso fue lo que se le prohibió en dicho auto, y no otra cosa y como las sentencias y autos y especialmente los penales como es este, son de estrecha naturaleza y no rreziben estension, solo lo que se expresa y lo que las palabras suenan se tiene por determiando y no mas y siempre se deben entender e interpretar como menos dañen y rrestrinjan y dar a este caso otra intelligenzia fuera impropiedad jurídica, y querer quel auto se ampiaara a mas de lo contenido en el pedimento sobre que caio en cuia conclusión e pidió que no se sacase para dicha obra los maravedís que el cabildo tubiese en el arca de tres llaves. Ni los que pareziesen estar fuera della, y a esta ultima parte correspondió el probeido en quanto dize, que no se haga a espensas del Cabildo ni se saque de su arca de tres llaves ni de otras partes, que sean de entender onde el Cavildo tenga los dineros, porque los proveidos toman interpretación de los pedimentos sobre que caen y porque la palabra, otras, a que se junta, partes es rreptitiba de las calidades que prezeden y su puesto que antez dentemente se a hablado de espensas del Cabildo y de su arca, aquel, otras pares por inteligenzia lega, la debe tener. Y entenderse de a donde el cavildo lo tubiese por aber presupuesto en la conclusión del pedimento, estar algunos maravedíes del cabildo fuera de su // arca de tres llabes: y quando sim perjuizio de lo cierto se quisiera dar extensión tal, a aquellas palabras, ni otras partes, que hubieran de comprehender todos y qualesquiera medios y inferir de aquí que el Abad ni los Capitulares del dicho Cavildo no podían continuar la obra, aun que fuese a sus espensas o con las limosas ofreidas y otras, o de otros medios no prohibidos ni de duzidos en juicio contenzioso, fuera absurdo. Pues el hacerlo, costearlo y solizitarlo por otros medios es obra meritoria y buena y para prohibir esta no se pueden promulgar zensuras pues la obra buena no es sujetar materia sobre que puedan caer, lo qual supuesto y que fue condizional la zensura de dicho auto del señor Provisior en que prohibió la innobazion en la obra a espensas del Cabildo y que no sea contravenido a dicha condición, me pareze no a llegado a incurrir dicho Abad y que la irregularidad que se le atribuie es imaginaria. Con todo, convendrá comunique este parezer y los papeles que en el se rrefieren con personas doctas en theologia para que le zensuren y emmienden en lo que lo nezesitare o le aprueben para la total seguridad del sujeto. [Va] entre rrenglones: o con las limosnas ofrecidas y otras. Vale.

Trujillo y febrero 1 de 1676”

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1 Vid: Carmelo: El órgano en Extremadura (tesis inédita); SANZ FERNÁNDEZ; Francisco: “Ar- quitectura y mecenazgo de los Pizarro en Trujillo” en, Actas de los XXXI Coloquios Históricos de Extremadura. Trujillo, 2002; TEJADA VIZUETE, Francisco: “Sobre diversos maestros (Garci Carrasco, Gabriel Pentiero, Ondarza Zabaleta, etc.) que actuaron en las primeras décadas del siglo XVII en Mérida y Trujillo. Nuevas noticias” en, Actas de Trujillo Renacimiento y Alto Barroco, RAEx. 2003, pp. 269-280; Francisco Javier Pizarro Gómez: “Arquitectura y urbanismo de Trujillo en tiempos del Barroco”, en Actas de Trujillo desde el Barroco al Neoclasicismo, RAEx 2004, pp. 163-196.

2  SÁENZ BERCEO, María del Carmen: “Los inquisidores del Tribunal de Valladolid durante el reinado de Felipe II”, en Revista de la Inquisicón (año 1999), núm. 8, pp. 43-83.

3  Su partida bautismal, que nos habría aclarado sin duda el dato, debía de contenerse en el primer libro de bautismos de la parroquia de Santa María, hoy perdido.

4  A.U.SA., lib. 308, fol. 5. Matrícula del Curso 1594-1595. Pizarro de Hinojosa se matriculó el 18 de noviembre de 1594.

5  SÁENZ BERCEO, María del Carmen: “Los inquisidores del Tribunal de Valladolid…” Art. cit., p. 71.

6  AHN., Inq., libro, 577, fol., 457 sto. Dado a conocer por SÁENZ BERCEO, María del Carmen: “Los inquisidores del Tribunal de Valladolid durante el reinado de Felipe II”, en Revista de la Inquisicón (año 1999), núm. 8, pp. 43-83.

7  VEGA, Inca Garcilaso de la: Primera parte de los comentarios reales que tratan del origen de los Incas, reyes que fueron del Perú… Madrid: impta. De los hijos de doña Catalina Piñuela, 1829, t. III, pp. 432 y 433.

8  Archivo Municiapl de Trujillo (en adelante A.M.T.), Protocolos Notariales.

9  Archivo de Santa María la Mayor de Trujillo, Lib. 1º de difuntos, Fols 168v-169v.

10  Archivo Parroquial de San Martín de Trujillo, Caja 64, carpeta 5, doc. 7.

11  Archivo Parroquial de San Martín de Trujillo, Caja 64, carpeta 5, doc. 6)

12  A.S.M.M. Caja 50, lib. 1. Visitas Arciprestales, libro único de visitas (1859-1879).

13  Archivo Parroquial de San Martín, caja 49, carpeta 1. Libro de la Casa Rectoral de San Martín (1925-1959).

14

15 Falta el resto.

Oct 012011
 

Jesús Ruiz Moreno.

 

1.  REFERENCIAS AL EMPLEO DEL MONTANTE POR PARTE DEL SANSÓN

Diego García de Paredes fue un valentísimo soldado y de tantas fuerzas naturales (…) que puesto con un montante en la entrada de un puente detuvo a todo un innumerable ejercito que no pasase por ella” (“El Ingenioso Hidalgo don Quijote de la Mancha” – Miguel de Cervantes Saavedra)

Muchas fueron las hazañas y aventuras que vivió Paredes a lo largo de su vida, desafíos y batallas en las que su valor y fortaleza siempre fueron señaladas. Ceriñola, Garellano y Gaeta conocieron de sus proezas. Recuerdos que no se perdieron en el olvido, su nombre pasó a ser adjetivo de valentía y esfuerzo, y en su memoria fueron numerosas las poblaciones que dieron su nombre a alguna de sus calles, como Trujillo, Cáceres, Badajoz, León, Córdoba, Motril o la propia capital de España, Madrid.

Entre las armas que utilizó, tanto en batalla como en los numerosos duelos singulares y desafíos en los que participó, destacan los “montantes” o espadas de dos manos.

En el relato de Thomas Tamaio de Vargas, el montante es mencionado en manos del Sansón en varias ocasiones. Una de ellas durante el asedio a Barletta, en el que hubo un desafío entre caballeros franceses y españoles.

Los franceses se burlaban de los hombres de armas españoles, decían que éstos no sabían luchar a caballo, a lo que los españoles respondían que no solo eran buenos caballeros, sino que aún superiores a los franceses, porque éstos, pasado el primer ímpetu, no perseveraban en la batalla y siempre enflaqueciendo, mientras a los españoles siempre les crecía el esfuerzo, y perseveraban hasta el final. El asunto alcanzó tal cariz que el 19 de Septiembre de 1502 se produjo un acuerdo de encuentros entre ambas partes, donde los principales paladines de los dos ejércitos, en número de once por cada uno, defenderían el honor de su patria. Concertado el desafío, se hicieron los preparativos, eligiendo campo neutral para celebrarlo, en la villa de Trani, ciudad que el rey Fernando el Católico había empeñado a los venecianos. El acuerdo fue que el vencido pagase cien ducados además de ceder sus armas y el caballo al vencedor. Los franceses dedicaron ciento cincuenta caballeros a un activo entrenamiento, de los cuales habría de salir los once campeones. En el campo español no hubo preparación alguna, el asunto estaba en las manos del Gran Capitán, quien se encargaría de designar a sus paladines. La exaltación de ánimos era tan grande, que tres días antes del combate se inició en el campamento español una gran reyerta, entre quienes debía ser los elegidos, pelea que llegó a tal punto, que Paredes “tuvo necesidad de meterse en medio con un montante”, para detener el ímpetu de tanta gente. Metido entre los combatientes, quitando armas y pegando golpes logró al fin aquietarlos, pero a costa de tres heridas que le atormentaron mucho la cabeza (Tamayo, 1621: 48).

En otra ocasión, relata también Tamaio, durante los combates en el Garellano, los franceses consiguieron cruzar el rio y hacerse con una cabeza de puente en territorio español. La situación se hizo desesperada, y Paredes propuso al Gran Capitán una arriesgada maniobra que, mediante una retirada simulada, permitiría ganarles las partida a los franceses. Pero don Gonzalo no entendió bien la operación y le respondió: “Diego García, pues no puso Dios en vos el miedo, no lo pongáis vos en mi». La respuesta quedó desconcertado al Sansón, dolido por haber sido mal interpretadas sus palabras tomó “un montante al hombro” (Tamayo, 1621: 81) y se dirigió hacia las líneas enemigas, el solo, resuelto a dejar bien alto su honor de caballero español. Llegó al puente controlado por los franceses y tras retarles a todos a duelo, comenzó a esgrimir su arma dando mandoblazos a diestro y siniestro, desbordando a los guardias y refuerzos que iban llegando para intentar contener la furia del “Sansón”. Los compañeros de Paredes corrieron en su ayuda, pero la inferioridad numérica era aplastante. Los españoles retrocedían incapaces de contener a los franceses, pero Paredes se mantenía impasible girando su montante, trazando círculos de muerte a su alrededor, todos los que intentaban cruzar aceros con él salían malheridos o muertos, llegó un momento en que nadie quiso entrar a combatir con el Sansón, y al final, convencido por sus compañeros, se retiró del puente, habiendo elevado la moral de su campo y habiendo producido gran quebranto en la del enemigo. Tamaio habla de quinientos enemigos muertos, “que o cayeron a su montante, o en el rio huyendo de sus manos” (Tamayo, 1621: 84)

Baste como botón de muestra, estas dos citas en las que se menciona el uso del montante o espada de dos manos por el Sansón Extremeño.

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Lám. 1. Fotomontaje de la hazaña del puente sobre el rio Garellano, sobre oleo de Manuel Rubio.

2. PAREDES Y LOS DOBLESUELDOS

Los ejemplares que actualmente se adjudican al “Sansón” son de filos más o menos paralelos, aunque no es descartable que también pudiera haber utilizado los “Zweihänder Schlachtschwerter” (Espadas de batalla de dos manos), también denominadas actualmente como Bidenhänder o Bihänder, del modelo conocido como “flammards”, cuya hoja de bordes ondulados imitan las llamas del fuego. Este tipo es conocido por algunos coleccionistas con el término menos exacto de flamberge. Espada utilizada por los “Doblesueldos” (Doppelsöldners), tropas de élite de los lansquenetes alemanes ((landsknechts). Los Lansquenetes, según Tim Collins en su historia visual del combatiente “Soldado” eran tropas alemanas profesionales, que aparecieron hacia 1486. Sus armas principales eran: la pica y el arcabuz, aunque existían unidades especiales, los “doppelsöldner” (doblesueldo, por recibir una paga doble) que portaban espadas de dos manos y alabardas, como podemos observar en los grabados de Erhard Schön, Niklas Stör, y Hans Bugkmair, entre otros.

Algunos de ellos formaban las unidades “Blutfahnen” (bandera de sangre) especializados en misiones de alto riesgo, en ataques contra las posiciones enemigas y defensa de brechas abiertas en las fortalezas (Collins, 2009: 112). Para Hale, fue este tipo de combate tan arriesgado y temerario, junto con la gran cantidad de bajas que sufrían en cada enfrentamiento lo que les hizo labrarse una buena reputación y el mayor de los respetos entre todas las fuerzas de infantes que combatían en la Europa de principio del siglo XVI (Hale, 1990: 60).

Debido a ello, en ocasiones, los voluntarios para esgrimir los montantes no fueron suficientes, incluso ni con los incentivos de la “paga doble”, por lo que se acudió a alistar a los condenados a muerte, con la promesa de redención de sus culpas. Formando grupos donde el mayor valor y la más profunda desesperación se daban la mano. Por ello se le les conocía como “Verlorener Haufe” (Compañías perdidas), dado el incuestionable fin al que se exponían sus miembros (Koch, 1998: 134).

Douglas Miller, en su estudio “The Landskenechts”, anota además que formaban la vanguardia y la retaguardia en la marcha de los ejércitos, así como la primera línea de ataque contra los cuadros de piqueros enemigos, cortando las astas de las picas de los contrarios, y alguna tibia, lo que permitía abrir las formaciones de los piqueros enemigos, dando paso a que sus compañeros terminaran con el resto. Con este movimiento se intentaba “ablandar” la resistencia del enemigo  y desmoralizarlo, antes siquiera de haber entrado en el cuerpo a cuerpo de piqueros (Edge & Paddock, 1995:149) Entre sus misiones también estaba la defensa y protección de la bandera de su unidad, así como la de los comandantes o personas principales de la misma (Clements, 1988: 248).

Encontramos un ejemplo de lo que pudieron ser estos choques entre infanterías suizas y de lansquenetes en el dibujo de Hans Holbein “el joven”, pintado alrededor de 1530 y que se encuentra en el Kunstmuseum de Basilea. En él se muestra a un “doblesueldo” esgrimiendo un montante en plena batalla. “Doblesueldos” que también aparecen entre las tropas que desfilan en una acuarela del siglo XVI de la colección de la Biblioteca Nacional de Madrid, en la que se representa el “Triunfo de Maximiliano” (Triumphzug Kaiser Maximilians). Del mismo modo podemos observar a los “doblesueldo” en acción en el cuadro de la batalla de Pavía (1525) de autor desconocido, pero contemporáneo a los hechos, que se haya expuesto en la Royal Armouries de Leeds. En el que se puede observar un par de lansquenetes con montantes, uno portándolo al hombro antes de entrar en combate y el otro esgrimiéndolo en plena refriega.

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Lám. 2. Doppelsöldner en combate. Fotomontaje sobre grabado de Hans Holbein

Diego García de Paredes combatió junto a estas fuerzas en dos ocasiones. Primero bajo el mando del Gran Capitán, en la campaña de Italia, 2000 lansquenetes contratados al emperador Maximiliano I, con los que se trataba de compensar el empuje de los piqueros suizos al servicio de las fuerzas francesas. Y en una segunda ocasión bajo las órdenes directas del emperador de Austria, Maximiliano, en la Liga de Cambrai. Coalición en la que también se encuadraban fuerzas de Francia, el Papado, y España, contra la República de Venecia.

Durante su permanencia en el ejército alemán, siguió Paredes cosechando triunfos. El emperador le nombró Maestre de Campo, poniendo bajo su mando a dos mil infantes y trescientos caballeros. Con los cuales realizó nuevas proezas en la defensas de la ciudad de Verona contra los venecianos. Las acciones de Paredes al lado de los lansquenetes debieron ser importantes, pues Maximiliano premió sus servicios con un privilegio firmado en Inspurg, el 8 de noviembre de 1511 en el que se elogiaba sus hazañas y se le concedía nuevos cuarteles para su escudo heráldico, pudiendo mostrar desde entonces una cruz roja en campo de plata y un león de oro en campo de gules.

Razones de camaradería que permiten pensar que el Sansón pudiera conocer de primera mano y esgrimir las armas propias de los Doblesueldos, los Zweihänder, por lo que en este estudio daremos unas breves pinceladas sobre ambos modelos

3. EVOLUCIÓN HACIA LA ESPADA DE DOS MANOS

Los montantes o espadas de dos manos son los máximos exponentes en la evolución de este tipo de armas que necesitan de las dos manos para ser esgrimidas. Si comenzamos por la típica espada medieval “de una mano” clasificada por Oakeshott en los tipos XI-XII principalmente, en su ”Records of the Medieval Sword”, con unas dimensiones aproximadas de 80 cm de hoja y peso próximo a 1 Kg, el siguiente paso podría ser las del tipo denominada “de mano y media” (longswords), de uso generalizado a partir del siglo XIV, que llega a alcanzar los 100 cm de hoja y 1,500 Kg de peso, también conocidas como “espadas de arzón”, según el “Glosario de Voces de Armería” (1912) de D. Enrique de Leguina, por ser más largas que las habituales y llevarse sujetas al arzón del caballo (Leguina, 1912: 385). Denominación que también pudieron compartir con el de “tajadoras”, por ser su función principal la acción de los tajos sobre las estocadas (Sotto y Montes, 1968 :119). El montante, como punto final, llega a medir por término medio los 120 cm de hoja y llega a superar con facilidad los 3 kg.

Estas dimensiones y pesos se ven sobrepasados en algunos ejemplares ceremoniales (Paratschwert), citados por Neil Melville en “The Origins of the Two-Handed Sword”, tales como el “Sempill Sword” de Escocia, que llegaban a medir 255 cm de largo y pesar alrededor de 10,5 kg. O la espada que aparece en manos de un lansquenete en el tercer tapiz flamenco de la Batalla de Pavía (1531), basado en los dibujos de Bernaert van Orley.

No obstante, las espadas de dos manos no fueron exclusivas de los países europeos. Cameron Stone en su “Glosario de Armas y Armaduras”, expone que este tipo de arma también fue utilizada en China, India y otros países orientales, sobre todo para ejecuciones.

La utilización de una espada con las dos manos ya se nos muestra en “el Salterio Tenison”, a finales del siglo XIII (OAKESHOTT; 2000, 98) pero más bien parece un empuñamiento realizado sobre una espada de mano media (Longsword) o una espada de una mano, con el único fin de aumentar el esfuerzo realizado en el corte.

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Lám. 3. Comparación entre espada de una mano, espada de mano y media y espada de dos manos

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Lám. 4. Dibujo basado en el caballero del Salterio de Tenison

Suceso que se repite en las ilustraciones sobre la batalla de Aljubarrota (1385) que realizó Jean de Wavrin a mediados del siglo XV, en su “Crónica de Inglaterra”.

En algunos casos, las ilustraciones que no son contemporáneas con el evento que tratan de representar, pueden reflejar anacronismos, como los montantes que aparecen en una ilustración de la batalla de Sempach (1386), basada en la Crónica de Lucerna (Schilling Luzerner, 1513) en la que los suizos derrotaron y mataron al duque Leopoldo III de Austria. Se cuenta que en el momento más crítico de la batalla, un suizo planteó un acción suicida tras la cual sus compañeros podrían abrir una brecha en las filas enemigas. Antes de ello pidió a sus compañeros que se encargasen de proteger a su mujer e hijos, entregó su arma (espada de dos manos) y se abalanzó contra las lanzas del enemigo, agarrando contra su pecho el mayor número de ellas, con lo que logró abrir un hueco por el que sus compañeros pudieron rebasar a los austriacos, aunque a costa de su vida (Miller, 1996: 10)

Otro caso singular es la obra titulada “Jura de Santa Gadea” (1864) que se exhibe en el Palacio del Senado de Madrid. Lienzo de Giráldez de Acosta en el que se muestra, en el lado derecho del mismo, un soldado de guardia portando una espada de dos manos de tal tamaño que hace poco probable que dicha arma realmente existiese en aquella época (siglo XI) pareciendo, más bien, que el autor se ha dejado influir por los montantes del siglo XVI.

Pese a las imprecisiones comentadas, lo que sí está documentado es que el término “espada de dos manos” ya aparece en “el Victorial o Crónica de don Pero Niño”, redactado en la primera mitad del siglo XIV (Martín de Riquer, 1999: 250). Gago-Jover en su “Vocabulario militar castellano de los siglos XIII al XV” recoge el mismo término “espada de dos manos” referido en el libro de la “Historia de la linda Melosina” (1489) (Gago-Jover, 2002: 170).

Del mismo modo, podemos encontrar algunas pruebas arqueológicas de la existencia de “espadas de dos manos”, desde etapas bastante temprana, como la hoja de 141 cm que se conserva en un museo de Viena, que data de finales del siglo XIII, o el ejemplar completo encontrado en Dinamarca, fechado en torno a 1450, y clasificado por Oakeshott como del tipo XVIIIe, en su trabajo “The sword in the age of  chivalry”.

Ashdown opina que estas espadas de dos manos ya eran portadas desde el siglo XIV en el arzón de los caballeros, utilizándose como arma de reserva en el caso de tener que combatir a pie (Ashdown, 1995: 337), ejemplo que podemos observar en la película norteamericana, “los caballeros del rey Arturo” (Knights of the Round Table), rodada en 1953 por Richard Thope.

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 Lám. 5. Espada de dos manos. Cortesía del Museo Lázaro Galdiano. Copyright Museo Lázaro Galdiano.

Pero pese a las pruebas de la existencia más o menos generalizada de espadas utilizadas con las dos manos (longsword) desde la Edad Media, John Clements en su “Medieval Swordsmanship” opina que verdaderamente las “espadas de dos manos” (Two-handed sword) son más propias del Renacimiento que del Medievo. Debiendo su existencia a la necesidad de disponer de armas que pudiera hacer frente a las formaciones cerradas de piqueros, fuerzas que dominaban el teatro bélico europeo por aquel tiempo. No obstante, Clements también hace notar que en países como Alemania e Inglaterra, entre otros, también existieron escuelas donde se enseñaba su uso para combates singulares. (Clements, 1988: 248). Como los mostrados en 1539 en el grabado de Heinrich Steyner, “Duelo con Flambergen» (Hull, 2008: 162). Probablemente utilizando técnicas muy influidas por los maestros de la esgrima de espada de mano y media (longsword) como Talhoffer (Rector), Sigmund Ringeek´s (Lindholm y Svärd, ó Tobler), Liechtenauer (Tobler) o Fiore dei Liberi (Price).

El empleo del “Montante” no solo fue objeto de los “doppelsolder”, también la nobleza (Leguina, 1912: 655), como la realeza fueron instruidas en su manejo. Existe un grabado del emperador Maximiliano, tomado del “Weiss Kuning”, crónica que narra la vida y el reinado del rey blanco (Maximiliano I), en el que se muestra el aprendizaje y manejo de la espada de dos manos por parte del mismo. Esgrima de la que también era aficionado el rey Enrique VIII, según indica Sir Guy Francis Laking en “A Record of European Amour and Arms” (1921). O el propio Emperador Carlos V, del que cuenta Pérez de Mendoza que uso un montante durante la batalla de Argel (Leguina, 1912: 390). También conocemos de la existencia de otros caballeros españoles que esgrimieron montantes. Martín Gómez en su publicación sobre “Los hombres y armas en la Conquista de Méjico” cita a Pánfilo Narváez como uno de sus esgrimidores en el Nuevo Mundo (Martín Gómez, 2001: 85), y la Crónica del soldado Bernal Díaz del Castillo cita otro montante esgrimido contra los aztecas (García Cano, 1994:15). En opinión de Ada Bruhn de Hoffmeyer, las espadas grandes y tajantes (montantes) fueron junto con las lanzas y picas las armas más importantes con las que contaban las tropas de Cortés y Pizarro, en la lucha contra los indios (Bruhn de Hoffmeyer, 1963: 5).

4. USO DE LAS ESPADAS DE DOS MANOS

Las espadas de dos manos fueron armas muy versátiles en combates en campo abierto, tanto contra la infantería como contra la caballería, cortando las patas de los caballos de un tajo (Sach, 1999: 48). También fueron utilizadas con notable éxito en la defensa de posiciones y pasos estrechos (Ashdown, 1195: 337), así como para impedir el asalto a los muros de las poblaciones sitiadas (Demmin, 1911: 372). Lugares donde la defensa con el escudo era menos útil que contar con un montante (Cowper, 1906: 149). En ocasiones los defensores contaban con un montante y un escudo, denominado tarja, que se suspendía del cuello, para dejar las manos libres en el momento de echar mano del montante (Leguina, 1912: 355), de forma similar a las imágenes que se muestran de un duelo singular sometido al juicio de Dios, Miniatura de las Conquëtes de Charlemagne. Manuscrito del siglo XV, que se encuentra en la Biblioteca de Bruselas, donde dos contendientes luchan con espadas de dos manos, manteniendo sus escudos colgados por sus respectivos tiracoles.

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Lám. 6. Dibujo basado en la miniatura de las Conquistas de Carlomagno.

Los montantes también fueron utilizados por las milicias urbanas de algunas zonas de Alemania e Italia para desalojar puntos “calientes” y preservar la seguridad de los vecinos, siendo conocidas por las limpiacallejones”, por su facilidad de poderse enfrentar a varios oponentes al mismo tiempo.

Para Steve Hick, el Montante pudo haber sido el arma base en el estudio de la esgrima en los reinos peninsulares ibéricos desde el siglo XV, al ser su disciplina considerada superior a la de la espada, porque junto con el mangual son las únicas armas con las que uno puede enfrentarse con éxito a varios contrarios a la vez. Caso que, según se cuenta, sucedió al maestro de armas Francisco Añasco. Esta opinión es compartida con el maestro Giacomo di Gras en su tratado “El Verdadero Arte de la Defensa” (1570) en el que resalta la capacidad de la espada de dos manos para oponerse, ella sola, a numerosos atacantes, y que por ello es utilizado en las ciudades contra los malhechores, haciéndolas girar en un círculo completo, de tal forma que mientras la espada con su estocada solo puede afectar a un hombre cada vez, la circunferencia de muerte que provoca “la dos manos” con su movimiento de corte puede hacer frente a mu- chos. Con este fin, como arma para imponer el orden, encontramos una referencia pictórica en el fresco del martirio de Santa Clara, obra de Lorenzo de Lotto pintado en 1524 en la capilla Suardi, en Trescore (Bérgamo). En el que se aprecia una pareja de guardias manteniendo el orden en la plaza de una ciudad, uno de ellos portando una alabarda y el otro un montante. En esta misma representación puede observarse la forma de transportar dicha arma. Aunque algunos autores opinan que en las marchas, el montante era portado transversalmente a la espalda por medio de una correa (Miller, 1995:11). Otros autores discrepan de tal afirmación, a excepción de las espadas de dos manos utilizados en Escocia. Apoyándose en las fuentes pictóricas contemporáneas, Laking interpreta que los montantes raramente tuvieron vainas y que lo común es verlos transportados al hombro, de forma similar a como se hacía con las alabardas (Laking, 1921:270)

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Lám. 7. Dibujo basado en el fresco del martirio de Santa Clara.

Sobre la esgrima de este arma conservamos un manual escrito en 1651, “el Memorial de la práctica del Montante de Diogo Gomes de Figueyredo”, estudiado por Eryc Myers y Steven Hick. En dicha investigación se explica como al montante, al igual que a la mayoría de las espadas de dos manos, no puede aplicarse las técnicas de la espada de mano y media (longswords), tiene su estilo propio, y según Clements en su artículo “The Weighty Issue of Two-Handed Greatswords”, al ser un arma más pesada, y por ello más lenta, la mayoría de las guardias son más verticales que las utilizadas con las espadas de “mano y media”, requiriendo su empleo más fuerza y más tiempo, pero una vez alcanzado el objetivo, el golpe es mucho más poderoso. Su esgrima conlleva amplios giros, lo que puede ofrecer aperturas de ataque al contrario durante dichas ma- niobras, por lo que su técnica implica el desplazamiento de pies en cada golpe para evitarlo.

5. MONTANTES Y MANDOBLES

En España, el Glosario de Leguina indica que el montante también es conocido como espada de dos manos o mandoble, por la necesaria utilización de las dos manos (mano doble) para su esgrima (Leguina, 1912: 389). Pero Dueñas Beraiz, en su estudio sobre las espadas españolas del siglo XVI y XVII, puntualiza que el término de mandoble nunca fue utilizado para designar a este arma, hasta el siglo XIX (Dueñas Beraiz, 2004: 214). La palabra mandoble si era conocida, pero con otro significado. López Vallejo en su tesis doctoral “Historia del léxico militar en el español áureo” recoge dicho término como golpe o corte que se ocasiona manejando un arma blanca con ambas manos, citado ya en el siglo XVI (López Vallejo, 2008: 922) . Así aparece en el Quijote: “No por esto dejaba de menudear Don Quijote, cuchilladas, mandobles, tajos y reveses” (Leguina, 1912 : 624)

El término correcto, por tanto es el de “Montante”, y como tal aparece mencionado en manos de un soldado en la “Crónica de Adramón”, obra anónima de finales del siglo XV (López Vallejo, 2008 : 957). El mismo vocablo es mencionado por Sánchez de Carranza en su “Filosofía de las armas” (1569), y por Antonio Trillo en la “Historia de la rebelión y guerras de Flandes” (1592) en las que habla de hombres que servían con montantes (López Vallejo, 2008: 957). Término que también se utiliza, como apunta Leguina, en la información remitida al rey Felipe III tras la expulsión de los moriscos de Valencia, operación en la que se habían incautado numerosas armas, entre ellas 6 montantes (Leguina, 1912: 224)

Existía hasta una denominación particular para el soldado que luchaba con el montante, “Montantero”. Denominación que se recoge en los “Diálogos militares” de García Palacios en 1583 y en “Persiles y Sigismunda” de Rojas Zorrilla en 1633 (López Vallejo, 2008: 958). En relación con lo anterior D. Enrique de Leguina recoge en “El Glosario de Voces de Armería” (1912) que se decía “Montantear” a la práctica con el montante (Leguina, 1912, 655). Posteriormente el término “Montante” también fue utilizado, según el Glosario del Catálogo de la Real Armería de Madrid (1849) para designar una espada de hoja ancha y larga, con grandes gavilanes que usaban los maestros de esgrima como símbolo de su saber. Así como “herramienta” para imponer respeto y separar a sus discípulos en el acaloramiento de los asaltos, por ello quedo la expresión “echar el montante” como dicho popular para detener una pelea (Leguina, 1912: 624). Los montantes, anota Dueñas Beraiz, también fueron utilizados por dichos maestros en exhibiciones públicas con motivo de fiestas. Estas demostraciones recibían el nombre de “florear” (Dueñas Beraiz, 2004: 221).

6. DESCRIPCIÓN DE LAS ESPADAS DE DOS MANOS

Steven Hick define el montante como una espada de dos manos de origen ibérico, algo más pequeño que el Zweihänder alemán, de una longitud total que supera los 120 cm, y que tiene una empuñadura que ronda los 30 cm, con un gran pomo que equilibra el conjunto. Para Pacheco de Narváez, en su “Nueva Ciencia” (1672), debían medir dos varas, es decir ocho palmos, seis de cuchilla y dos de puño (Leguina,1912 : 390).

Realmente, la denominación de “Two-handed swords” o “espada de dos manos”, no solo significaba que su empuñadura tuviera capacidad para ser asida por las dos manos, lo normal es que su longitud de unos 30 cm permitiera el agarre por tres y cuatro manos. Sino que, como indica el profesor Melville, al contrario que las espadas de mano y media, que pueden ser esgrimidas con una o ambas manos, el peso y las dimensiones de la “Two-handed” hace obligatorio su uso con las dos manos.

Sus gavilanes suelen ser rectos o ligeramente curvados y suelen acompañarse de un anillo en uno o ambos lados, para proteger la mano contra los golpes de las armas de asta, y de esta manera compensar la falta de agilidad en adoptar una guardia defensiva, dado la lentitud que implicaba el peso y las dimensiones de dichas armas (Clements, 1988: 248).

Ada Bruhn Holffmeyer es de la opinión que dichos elementos defensivos se hicieron necesarios para detener los golpes de corte del adversario, por ello los gavilanes se hicieron más largos y en ocasiones con forma de S en un plano perpendicular a la hoja, probablemente antes de mediados del siglo XV (Bruch Holffmeyer, 1963: 28).

Gavilanes curvados que aparecen en la representación de San Pablo en el medallón que se muestra en la escalera dorada de la Catedral de Brugos mandada construir en 1519.

Gavilanes curvos que también se muestran en una escena de un duelo entre el emperador Maximiliano y un caballero alemán, que aparece en “Le Moyen Age et la Renaissance«, de Paul Lacroix, Ferdinand Séré and A Rivaud, Volume I (Paris, 1849) ilustración basada en un manuscrito del siglo XV «Aventures du Chevalier a la Roue, ou de Tewerdanck”. Y en algunas representaciones de doblesueldos de Jost Amman.

Por las mismas fechas también aparecerían anillos horizontales, en ocasiones solo en el lado exterior de la hoja, en otras uno a cada lado (Bruch Holff- meyer, 1963: 28). Bernalte Sánchez puntualiza en su estudio “Mandobles, montantes y estoques” que algunos ejemplares están provistos de una cruceta ó “falsaguarda”, formada por unos rebordes de forma apuntada, también conocidos como “Parrierhaken” o “ganchos de parada” (CLEMENTS, 1988: 249). Para Melville, ambos accesorios de defensa adicional (anillos y falsaguarda) ya aparecen de forma independiente durante el siglo XV, no siendo hasta el XVI, cuando ambos elementos se hacen más o menos comunes, a la vez, en las espadas de dos manos.

Estas falsaguardas estaban situadas en el tercio fuerte de la hoja, por debajo del recazo, con el fin de proteger la mano de los tajos ceñidos a la hoja (Leguina, 1912: 475), cuando el arma se esgrimía con la técnica alemana denominada “de media espada” (half-sword), Técnica similar a la que puede observarse en los trabajo de esgrima para la espada de mano y media (longsword) de Talhoffer (Rector. 2000: 15), en el Fechtbuch de Sigmund Ringeek´s (Lindholm y Svärd, ó Tobler) o los versos “ Fighting Tradition” de Liechtenauer (Tobler). Tratados en los que la mano izquierda agarraba el recazo, que en ocasiones iba forrado de cuero (Wilkinson, 1978: 83). Como la espada de dos manos que esgrime el actor Mel Gibson, al interpretar a William Wallace en la película Brave Heart. Con esta acción se alargaba el empuñamiento y permitía que el arma fuera más maniobrable en las distancias cortas, así como al realizar ataques de estocada, utilizando el montante a modo de lanza, como si tuviera un asta de metal (Dougherty, 2010: 114).

La hoja podía ser recta de dos filos, presentando en algunas ocasiones uno o varios vaceos, pero también se fabricaban con hoja ondulante o flamberge, con falsaguardas de media luna puntiagudas. Este modelo muy abundante entre las fuerzas de Lansquenetes, era producido principalmente en Suiza y Alemania, aunque también fueron realizadas en las fraguas españolas, como indica Dueñas Beraiz. Investigador para quien este diseño, también conocido como de hoja flamígera o llameante, fue censurado por la Iglesia, debido a su similitud con la serpiente como símbolo del mal (Dueñas Beraiz, 2004: 217). Aunque es de resaltar que, en algunas ocasiones, dicha hoja ondulada o “de fuego” fuera la esgrimida por las huestes angélicas. Y en ocasiones por el propio arcángel San Miguel, en las representaciones que de éste se hacía en su lucha contra el diablo (Burton, 1987: 237). Prueba de ello tenemos la escultura de la fuente de San Miguel, que representa la victoria del arcángel sobre el dragón, en la plaza de Saint Michel, en el barrio Latino de París, o el vitral de San Miguel Arcángel, situado en la iglesia de San Juan Bosco en París, entre otras.

Según Clements, en su estudio “The Weighty Issue of Two-Handed Greatswords” las espadas de fuego (Flammenschwer, flammard o flambards, también conocidas como flamberges entre los anticuarios) aunque tienen un diseño visualmente muy agresivo, en realidad no son mucho más eficaces en el corte que la de los filos rectos. Para Viollet le Duc, por el contrario, en su “Encyclopédie Médiévale” expresa que los bordes ondulados de estas hojas están diseñados para arrancar pedazos de la armadura del contrario y dificultar el deslizamiento de las picas y otras armas cuando las formaciones cerradas entraban en el cuerpo a cuerpo (Viollet le Duc, 1995: 308).

7. MONTANTES ATRIBUIDOS A DIEGO GARCÍA DE PAREDES

Las armas del Sansón español fueron guardadas por sus descendientes, hasta que en 1764, algunas fueron donadas a la Real Armería del rey Carlos III, cedidas por Doña Antonia de Eraso, Tapia y Paredes, dama de honor de la reina. Entre ellas un montante. Dicha espada, atribuida a Diego García de paredes, estaba signada con el número 1620 en el Catálogo de la Real Armería de 1854, y según la descripción del mismo se trataría de un montante de origen valenciano, con guarnición negra de hierro, cruz con brazos derechos que terminan en botones, y de la caja de la cruz saldrían dos puentes, recazo con filetes y dos aletas. La longitud desde el pomo hasta la punta 2 varas menos 4 pulgadas. Pero dicho montante es recogido, tiempo después, en el Catálogo del Conde Vdo. De Valencia de Don Juan (1898), con la signatura G-16, junto con otros 6 montantes existentes en la Real Armería de Madrid (signaturas: G-15, G-16, G-17, G- 18, G-19, G-20), pero con la aclaración de que dicha espada no perteneció nu ca al Sansón, siendo un error su anterior atribución, ya que dicho montante se trataba de una espada procedente de la Armería del emperador Carlos V, citado en la Relación de Valladolid. Opinión que comparte Quintana Lacaci, en su estudio sobre la Armería del Palacio Real de Madrid (Quitana Lacaci, 1987: 101). Por lo que el verdadero montante de Diego García de Paredes se encontraría actualmente en paradero desconocido.

Posteriormente, en 1853, se entregaron otros dos montantes al Museo de Artillería.  Armas que pasaron a ser custodiadas en el Museo del Ejército (Madrid). “Hierros” que actualmente se guardan en el actual Museo del Ejército (Toledo), con las signaturas 35.366 y 35.367. Según el Catálogo Bermúdez de Castro estas espadas de dos manos o espadones, son ambas de dos filos, y sus empuñaduras de madera son alargadas y elípticas. La guarnición es de gavilanes rectos, con una esfera hendida en el centro en sus extremos, y se acompañan de una doble asa lisa y con forma elíptica.

El primero de los montantes mencionados (35.366) se exhibe en la exposición permanente «Sala de la Monarquía Hispánica». Este arma no lleva falsaguarda y sus dimensiones son 1,560 m y 2,161 kg y según Bernalte Sánchez pudiera ser de producción italiana.

Mientras que el segundo (signado como 35367), similar al anterior, lleva en la hoja dos rompepuntas curvados y sus dimensiones son 1,640 m y un peso de 2,638 kg, bastante parecido al comentado por el doctor Soler del Campo en “Antigüedades siglos XVI-XX” , permanece en los almacenes del Departamento de Armas.

8. DECLIVE EN EL USO DEL MONTANTE

El “montante” estuvo vigente hasta principios del siglo XVII. Como prueba de ello tenemos un cuadro de “San Pablo” pintado por el Greco entre 1610 y 1614, sosteniendo en su mano derecha un montante muy similar al tipo denominado de García de Paredes con salvaguarda.

Otro aparece en el cuadro “Recuperación de Bahía de Brasil”, obra de Juan Bautista Maino sobre 1634 en el que el Conde Duque de Olivares porta también un montante.

En estas fechas, según Clements, las “espadas de dos manos” dejaron de ser prácticas, la aparición generalizada de las armas de fuego, y el costo de adquirir y aprender el uso del montante no compensaba, el tiempo dorado en el que las “Two handed” esgrimidas por los lansquenetes fuera un arma decisiva en las batallas había pasado, lejos quedaron las hazañas del regimiento de la “Banda Negra” renegados al servicio de francisco I, que en la batalla de Pavía (1525) se enfrentaron a los Imperiales, sacrificando hasta el último hombre cuando ya el resto del ejército francés había huido.

El declive de su fama había comenzado, siendo en algunos caso despreciados incluso por los comandantes que les contrataban. El duque de Alba comentó, en cierta ocasión, que los contrataba no porque fueran decisivos en el combate, sino para que no lucharan a favor del enemigo (Collins, 2009: 113). De idéntico parecer es la opinión descrita en la obra: “Milicia, discurso, y regla militar”(1592) del alférez Martín de Eguíluz quien escribe que: “En ningún esquadrón se ha de consentir para ser perfecto otras armas que picas y arcabuzes (…) que alabardas y otras armas de asta corta, ni montantes, como los usavan otras naciones, no sirven sino para estorvar (…) y antes enflaquecen que fortalecen el esquadrón”(López Vallejo, 2008: 957). Poco a poco fue desapareciendo del campo de batalla y pasó a convertirse en un arma ceremonial con carácter simbólico (Sach, 1999: 49), como los montantes papales, espadas bendecidas por el Papa, que fueron regalados a los reyes y personas muy principales por los servicios prestados a su causa (Leguina, 1912: 391). Normalmente estos obsequios solo se concedieron a particulares, con una única excepción, la espada que el Papa Julio II concedió en 1511 al pueblo Suizo por sus esmerados servicios como su guardia personal, la Guardia Suiza, ejemplar que puede observarse en el Landesmuseum de Zurich (Weland, 1995: 27). La costumbre de regalar espadas bendecidas parece ser que comenzó en el siglo XI, y se mantuvo hasta el XIX, siendo la última la concedida por el Papa León XII en 1823 al duque de Angulema, por el apoyo a la causa del rey español Fernando VII. Prueba de ello son los Montantes papales que se conservaban en la Real Armería de Madrid. Según el Catálogo de 1854 existían ejemplares enviados a Juan II de Castilla por el Papa Eugenio IV en 1446, Erique IV remitido por el Papa Calisto en 1458 Carlos V por ClementeVII en 1529, a Felipe II por los Papas: Clemente VIII en 1593, Pio IV en 1562, Paulo III en 1547 y Felipe III por Gregorio XIV en 1590, Felipe IV por Paulo V en 1615.

De los ejemplares de montantes que actualmente se conservan, según la opinión de Laking, las fabricadas por los armeros italianos y españoles son las de formas más bellas y finas, con sus arriaces simples y cuyo temple de sus hojas las hace muy superiores a las del resto de espadas de dos manos europeas (Laking, 1921:270)

La esgrima con montante no se ha perdido en el tiempo, actualmente es una de las armas que se estudian en la Asociación Española de Esgrima Antigua (AEEA), espada a la que se dedican seminarios en las Academias Internacionales que organiza la misma. Clases impartidas por el maestro de Armas Alberto Bomprezzi, en colaboración con el preboste Rodrigo González.

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Oct 012011
 

Miguel Fernández-Ordóñez Agra.

1.  INTRODUCCIÓN

El propósito de la presente investigación es el análisis profundo de las capitulaciones que Francisco de Orellana acordó con Carlos I, sobre parte de los territorios, de los que había sido primer explorador y asimismo, primer navegante del Amazonas hasta su desembocadura.

De este modo, en primer lugar realizó una introducción a lo qué son las capitulaciones en general, llevó a cabo una contextualización histórica y procedió a analizar, comparar y relacionar esta parte, menos conocida por el público en general, del Descubrimiento de América, y en particular de nuestro amigo Ore-lana que zarpó a las Indias a la edad del que suscribe y, que aunque fuera solo por ello, es digno de admirar.

Para llegar a realizar este análisis es fundamental abordar previamente una serie de cuestiones básicas sobre este tema de forma previa a su desarrollo, como es la contextualización histórica, antes mencionada, de forma general del Imperio Español de Don Carlos, el Tratado de Tordesillas y las Bulas Alejandrinas, el proceso con el que se fue conquistando y colonizando el nuevo continente descubierto por Cristóbal Colón, y la vida de Orellana previa a la firma de la capitulación, la cual es la causante de este hecho y para cuya investigación a fondo realicé un viaje a su ciudad natal.

La importancia de las capitulaciones y el motivo por el que merecen ser trabajadas y estudiadas es que fueron un medio importantísimo que utilizó la Corona para la coordinación de la colonización de América, y la manera de organizar esta conquista.

Dos aspectos de gran importancia en este proceso en las Indias es la evangelización del Nuevo Mundo, lo cual era uno de los intereses principales y por lo que se protegía a los indígenas con las Leyes.

2. LAS CAPITULACIONES

2.1.  Las capitulaciones en general

Sinónimo de concierto, asiento, contrato, acuerdo, pacto o convenio es capitulación; ésta es una escritura pública que se divide en párrafos o capítulos donde se hacen constar los distintos puntos.

En las capitulaciones indianas o del Nuevo Mundo, los pactos son mercedes regias, ya que uno de los que contrata es el Rey, que lo hace con una o varias personas. La singularidad de las capitulaciones de Indias, es la intervención en una de las partes del monarca, aunque generalmente por medio de un representante; por lo tanto es un asiento especial, porque si no estuviera dotado de esta característica sería un mero contrato y no sería digno de tan señalada mención.

Las capitulaciones pueden ser de descubrimiento, en la que el capitulante se obliga a realizar un descubrimiento para con la Corona, en un plazo fijado y dentro de los límites asignados por la bula del Papa Alejandro VI –Inter Caetera, en 1493- para los reyes de Castilla y León y sus sucesores al este del meridiano que se encuentra a 100 leguas de las islas Azores, que finalmente, al año siguiente, por acuerdo entre estos monarcas y Juan II de Portugal en el Tratado de Tordesillas, se estableció a 370 leguas de las islas de Cabo Verde.

También las hay de conquista, sobre un territorio ya hallado, que se podía realizar de forma pacífica o no. Generalmente, los jefes del descubrimiento de un nuevo territorio, pedían al Rey más adelante las capitulaciones de conquista, en las que recibían el título de adelantado de esas tierras, considerándose éstas como frontera. Además recibían los de gobernador, capitán general y justicia mayor, siendo de esta forma la máxima autoridad y representante de la Corona. Más adelante estos contratos se acabarían llamando de pacificación.

Por último encontramos los de población, que generalmente iban unidos a los de pacificación y en los cuales, el asiento autorizado por la Corona consiste en la fundación y subsiguiente población de ciertos territorios previamente descubiertos. En estos contratos, se obligaba al capitulante a llevar consigo hombres casados con sus mujeres, labradores, mineros y religiosos, para favorecer la estabilidad de los pobladores, arraigar en la tierra, explotar los minera- les y evangelizar a los indios sin la luz de la Fe.

El origen de los contratos regios son los que se establecieron con Cristóbal Colón en Santa Fe, cuya peculiar estructura jurídica prevaleció durante la conquista de América, con la mayoría de los descubridores. A partir de 1499, el obispo Fonseca (delegado real en asuntos de Indias), capitula con un gran nú- mero de exploradores.

2.2.  Y su motivo

Cabe destacar que los descubridores tomaban posesión jurídica de las nuevas tierras, de un modo parecido a como lo hacían los romanos: haciéndolo en nombre de los reyes castellanos, poniéndoles nombres, señalando las rutas de navegación, poniendo mojones, anotando en sus diarios y crónicas las incidencias del viaje y en el momento de llegar a España, comunicando el resultado de sus exploraciones.

Generalmente, en las capitulaciones, junto a los derechos y obligaciones del titular, se encuentran referencias a los preceptos dados en favor del buen trato y conservación de los indios. Después de que el rey Don Carlos reglamentara en Granada en 1526 un nuevo modo de descubrir, conquistar y poblar de una manera mucho más beneficiosa para los nativos, esta provisión se incluye en cada una de las posteriores capitulaciones.

Igualmente, en ellas se establece la forma de cristianizar el Nuevo Mundo, de forma no forzada, usando métodos persuasorios de evangelizar y siempre que el indígena hubiera aceptado previamente la soberanía del monarca, civilizarlos a lo hispano y las consecuencias que ello llevaba: el vasallaje de los nativos a la manera de los españoles y el repartirlos en encomiendas.

Una vez que Felipe II fue coronado, promulgó las Ordenanzas de descubrimientos, nueva población y pacificación de las Indias en 1573 en Segovia, con motivo de la insuficiencia de las instrucciones y la legislación en vigor que hasta el momento se habían manifestado como ineficaces para resolver los problemas que planteaba la colonización. Además de la necesidad de imponer una solución política, una vez superados los inicios de la colonización (descubrimiento y conquista), que armonizase las soluciones contrapuestas que daban juristas y teólogos de la época.

En estas Ordenanzas se mantendrán las expediciones, en muchos casos a costa de la Corona para los frailes o religiosos de las órdenes que quieran ir a descubrir tierra y a predicar el Evangelio.

En este compendio de normas, se suprime el término conquista y se pretende que no se tome el asentamiento como penetración violenta.

También se regula de forma detallada la institución indiana de los “adelantados”, estableciéndose los cargos que junto con éste ostentarán, las atribuciones y la exención de impuestos, lo que es característico porque se da unidad a las capitulaciones indianas ya que hasta el momento tanto de los nombramientos, atribuciones, exenciones como en relación con los salarios, no había existido una norma única.

2.3.  Las Capitulaciones de Orellana

Para entender las capitulaciones que Orellana firma con la corona, es necesario primero introducir a sus actores principales: el Rey Carlos I y Orellana, para posteriormente poder entender su contenido en su contexto histórico.

2.3.1.  Principales hechos de la vida de Carlos I.

Carlos I de España y V del Sacro Imperio Romano Germánico, nació en 1500 en Gante, de la unión de Juana I de Castilla y Felipe I de Habsburgo, el Hermoso; nieto de los Reyes Católicos, de los que heredó Castilla, Navarra, las Islas Canarias, Aragón, Nápoles, Sicilia y las Indias.

Ya que su madre estaba incapacitada, empezó a ostentar su poder en cuanto llegó a España, precediéndole en esta función el cardenal Cisneros como regente en Castilla. No estaba bien vista la decisión de que se le coronara Rey en la Península, aunque al final se le juró obediencia, pero se le hicieron las siguien- tes peticiones: que aprendiera a hablar castellano, que cesara el nombramiento de extranjeros, que se prohibiera la salida de caballos y metales preciosos de España y que mejorara el trato con su madre, recluida en Tordesillas.

Tras las revueltas populares de las Comunidades en Castilla, de las Germanías en Valencia, y en Navarra, se consolidó en el poder con un sistema de organización llamado Monarquía Hispánica, en la que los diferentes territorios estaban divididos históricamente; tenía leyes, instituciones, fueros y moneda distintos en cada uno; y el Rey era soberano de cada una de las partes, con títulos individuales de cada reino, siendo a la vez soberano de todos. Además se organizaba el poder en Consejos (de Guerra, de la Inquisición, de Órdenes, de Cruzadas, etc.).

Se casó con Isabel de Portugal en los Reales Alcázares de Sevilla, con la que tuvo al futuro Felipe II y fue nombrado Patriarca de Indias para su evangelización.

Carlos I quiso unificar Europa y europeizar América.

A este lado del Atlántico Carlos V tuvo tres frentes principales, uno con los turcos otomanos (perdió Orán y Túnez y defendió Viena de su ataque, por lo que se retiraron), otro con Francia luchando por la supremacía en Italia y en el Imperio (en la batalla de Pavía se llega a hacer prisionero al rey francés, pérdida de Verdún, renuncia de Borgoña, impedimento de la invasión de Italia, entrada en Roma con su ejército y coronación como Emperador por el Papa) y la lucha contra los primeros movimientos protestantes, en la que se excomulgó a los luteranos en el Edicto de Worms, ganó a los príncipes alemanes en la batalla de Mülhberg, pero al final firmó la Paz de Augsburgo, aceptando la libertad de elección de los alemanes entre la confesión católica y el luteranismo. Además se inició la Contrarreforma, con el Concilio de Trento en 1545.

Durante su reinado se llevaron a cabo las mayores conquistas, descubrimientos y capitulaciones en el Nuevo Mundo español: Pizarro, Cortés, Elcano, Magallanes, Jiménez de Quesada, Pedro de Mendoza, Pedro de Valdivia y Orellana, entre otros.

Abdica en su hijo Felipe las posesiones de España y las Indias y en su hermano Fernando el gobierno imperial en 1555, muere en el Monasterio de Yuste en 1558 y está enterrado en el de San Lorenzo del Escorial.

2.3.2.  Principales hechos de la vida de Orellana.

Francisco de Orellana nació en el año de 1511, según testimonio suyo, en la villa medieval de Trujillo junto a la iglesia de Santa María La Mayor y procedía de una familia emparentada con la de Francisco Pizarro, también vecinos de esta villa. Cuando era bastante joven, con apenas dieciséis años, se embarcó en una expedición a las Indias, en concreto a Nicaragua, donde hizo sus primeras armas de conquistador. Más adelante participó en las conquistas de Lima, la zona de Puerto Viejo y otras tantas ciudades a las órdenes de Francisco Pizarro. En el 12 de marzo de 1535 participó en la fundación, en la provincia conquistada de Puerto Viejo, de la villa de Puerto Viejo, cuyos acontecimientos le llevaron a perder un ojo y donde estableció su casa.

Después de haber sido alférez general de los setecientos hombres a pie y a caballo enviados desde Lima para proteger a Hernando Pizarro, por su hermano Francisco, intervino en las querellas entre los gobernadores Pizarro y Almagro, que tuvo un fatal desenlace para éste último en la batalla de las Salinas, librada el 26 de abril de 1538. Posteriormente, Pizarro reunió a sus servidores y ayudantes repartiéndoles autorizaciones para que se dispersaran en todas direcciones de manera que el país quedara más tranquilo y se satisficieran las aspiraciones de todos ellos. Por ello, Orellana salió de Lima, con las gentes que logró reunir, en dirección al norte, después de mediado el año 1538 y de esta manera, redujo a los indios a la obediencia de las armas españolas y procedió a fundar la ciudad de Santiago de Guayaquil.

Una vez Francisco Pizarro cedió la gobernación en 1540 de las tierras de Quito, La Culata y Puerto Viejo, a su hermano Gonzalo, quien las deseaba por las noticias que se tenían de la riqueza de las tierras hacia el Oriente, que eran llamadas del Dorado y la Canela. Orellana dispuso el viaje junto a él y marcha- ron hacia el este habiendo reunido cuatro mil indios y más de doscientos españoles, bien pertrechados.

Cruzaron los Andes y tras un año, en vista del escaso éxito y de la falta de resultados de la búsqueda de estos parajes, decidieron construir un bergantín, el San Pedro y siguieron los cursos del Napo y del Coca hasta donde confluye éste con el Aguarico y el Curaray, lugar en el que se encontraban faltos de provisiones, con pérdidas de 140 españoles y 3000 indios. Entonces decidieron (-el 22 de abril de 1542- ) que Orellana prosiguiera navegando por el río en busca de alimentos, quien fue acompañado de 56 hombres, uno de ellos el dominico Fray Gaspar de Carvajal, cronista de sus viajes (-cuadro de nombres dibujado-). Según le dijeron los marineros españoles en el navío al Padre Carvajal, descendieron en nueve días, doscientas leguas del río; por el remar de estos hombres con gran fuerza durante todo el día y el impulso de la corriente, ya que en esta época del año el río tiene un impresionante caudal torrencial y por ello no pudieron volver en auxilio de Pizarro, acusación que ha pesado sobre el capitán del barco, Orellana, durante siglos y por la que más adelante será juzgado y absuelto. (-Pizarro le acusa de traidor, pero el testimonio de la tripulación y la Relación del Descubrimiento del P. Carvajal, fueron pruebas a su favor frente al tribunal-).

A lo largo del viaje, disputarán pequeñas escaramuzas con los solimones (- veneno-), las amazonas (-12 de febrero de 1542- ) y otras tribus y también deciden construir otro bergantín, el Victoria (-en honor a la patrona de Trujillo-).

Al cabo de siete meses de navegación, llegó Orellana a la desembocadura del Amazonas, el 26 de agosto de 1542, se dirigió con sus acompañantes a la isla de Cubagua desde donde partió hacia España en una difícil travesía, durante la cual pasó por Portugal, donde el soberano de esas tierras le ofreció formar una expedición para volver al Amazonas bajo la bandera portuguesa, pero se dirigió a Valladolid, donde una vez en la corte, Carlos I le nombra gobernador de Nueva Andalucía, las tierras por él descubiertas. En el intento de llevar a cabo las capitulaciones firmadas con Su Majestad, Orellana muere tras un ataque de los nativos caribes, en noviembre de 1546, en un lugar desconocido del Amazonas, quedando éste durante un siglo sin ser más explorado ni poblado por españoles.

2.4.  Cómo Orellana llegó a firmar las Capitulaciones

Como Orellana, cuando descendió río abajo y no podía volver, lo hizo con la mayoría del armamento y provisiones que llevaba en la expedición con Gonzalo Pizarro, éste le acuso de traición y haber huido y entraron en pleitos.

Después de la navegación por el Amazonas, se dirigió a la isla de Cubagua, desde la que partió a España para conseguir los permisos del Rey y firmar las capitulaciones, pero llegó a Lisboa, en Portugal, donde Juan II le ofreció hospitalidad y la posibilidad de iniciar una nueva expedición al Amazonas bajo la bandera portuguesa, propuesta que fue rechazada y tras la cual se dirigió a Va- lladolid para conseguir su propósito.

2.5.  Contenido de las Capitulaciones de Orellana

Una vez llegado, mantuvo una serie de negociaciones con la Corona, para poder lograr y alcanzar las aspiraciones que él anhelaba.

Pasados nueve meses llegan a un acuerdo a trece días del mes de febrero de 1544 en cuya capitulación le es impuesto:

-En primer lugar, que los territorios descubiertos en el primer viaje por el Amazonas de Orellana se llamarán Nueva Andalucía, los cuales deberán ser poblados y explorados para los reinos de Castilla por doscientos hombres de infantería a pie y otros cien a caballo.

“Muchos de los territorios americanos adheridos a la Corona, fueron nombrados con nombres de ciudad y regiones ya existentes en la Península, de la misma forma o añadiéndoles la palabra Nuevo/a, los mismo sucedió con la colonización inglesa de la costa noreste de los actuales Estados Unidos, caso de New Hampshire”.

-Asimismo se prohibía la embarcación de indios naturales en los barcos españoles en cualquier caso o situación, a no ser que cumplieran la función de traducir, bajo multa de diez mil pesos de oro para la Cámara y Fisco reales.

“Esta es una de las múltiples protecciones de los indios que se ordenan en esta capitulación, recordemos que en expediciones anteriores, como podría ser la del propio Orellana, embarcó a 3000 indios, de los cuales la mayoría murió”.

-Además tenía la obligación de llevar consigo a ocho religiosos, escogidos por el propio Consejo de Indias para convertir e instruir a los indígenas, los cuales han de ser mantenidos por cuenta de Orellana.

“Era frecuente enviar en los barcos que partían al Nuevo Mundo algunos religiosos para servicio, además de los expedicionarios, de los nativos americanos, pues no conocían los Evangelios, ni le fe en Cristo. En la colonización de América, la evangelización de los nuevos territorios era una de las prioridades de la Monarquía, en algunos casos superando a la conquista”.

-También se le insta a hacer dos pueblos con la gente que le acompañaba, uno a la entrada del río, en lo primero que se pudiera poblar y donde a él, a los religiosos y a los oficiales españoles les pareciera mejor; y el otro ya adentrado en la tierra y alejado del mar, del mismo modo, donde más cómodo y propicio les pareciera, escogiendo un lugar de los que más sanos y deleitosos entre los que pudieran encontrar en esas abundantes provincias y a su vez donde se pudieran proveer de los que el río les ofrecía.

Si el Imperio español se quería expandir rápidamente por las Indias, debía fundar numerosas ciudades, pero no para los indios, sino para que españoles se quedaran allí y los autóctonos fueran hispanizados y cristianizados correctamente, como era lo propio. En el caso de que población española no se hubiera quedado allí, no quedaría la gran herencia que los españoles dejamos: lengua, religión, cultura, arquitectura, moda, instituciones…, método parecido al que se usaba en la antigua Roma”.

-Por otro lado Orellana ha de realizar el descubrimiento y población, empezándolo por la boca del río por el que salió, haciéndolo con dos carabelas, que entren río arriba por la desembocadura, de forma que una fuera después de la otra.

“Como podemos observar en dicha capitulación se especifica minuciosamente todo el proceso de descubrimiento y población, hasta el simple hecho de cómo deben navegar dos navíos”.

Otrosí, según dice el texto jurídico, si se encuentran en las tierras o zonas del río a donde han de ir, algún capitán o gobernador, que hubiera descubierto o poblado algo allí, le dejaran, que no interfirieran, aunque estuvieran mandados por las capitulaciones a ese lugar y que se lo comunicaran al Consejo de Indias.

“El motivo de este punto es que no se produjeran conflictos entre los españoles, como había ocurrido anteriormente en casos como los de Almagro y Pizarro”.

-Otro punto a destacar es que no les estaba permitido entrar en islas del río que estuvieran habitadas por cualquier tipo de gentes, excepto en el caso de que se enviaran religiosos allí, para que voluntariamente les trajeran a la obediencia de los soberanos y les enseñaran las cosas de la Fe Católica, ya que estas tierras no entraban en la gobernación de la Corona y solo estaban autorizados a contratar con ellos comerciando.

“El Rey quería tener un absoluto control sobre los descubridores y les restringían los territorios a los que podían acudir, a menos que fueran a esos terrenos con misión evangelizadora. De este modo no repartían privilegios y títulos sobre extensiones muy vastas a un solo conquistador, además de las limitaciones territoriales que tenían por las Bulas Alejandrinas y el Tratado de Tordesillas”.

-Por último son nombrados los asientos y capitulaciones que hay entre el Emperador y Rey Don Carlos y el Serenísimo Rey de Portugal Don Juan II sobre la demarcación y repartición de las Indias, así como de las islas de los Malucos y Especiería, con motivo de que Orellana guardara lo que éstos contienen y no entrara en lo que pertenecía al Serenísimo Rey.

“Para evitar conflictos con los portugueses una vez que se han llegado a una serie de acuerdos, era necesario avisar a los jefes de las expediciones, en este particular caso, más aún ya que la zona del Amazonas es cercana a la línea divisoria con el Reino de Portugal”.

Instando de nuevo a Don Francisco a que cumpliera las nuevas leyes y ordenanzas hechas por Su Majestad anteriormente, se le conceden las siguientes mercedes:

-Primeramente, se le conceden las licencias y facultades al capitán Orellana, para que por su Majestad y en nombre de la Corona Real de Castilla y León pueda descubrir y poblar la costa del río Orellana, únicamente en la orilla izquierda de la boca del río por donde debía entrar, que es en el lado en que se encuentra el río de la Plata, porque es lo que está dentro de los límites de Su Majestad.

“El Rey tenía que autorizar este tipo de actos, ya que estos territorios se encontraban bajo su soberanía y sin su permiso no se podían llevar a cabo. Este es un claro caso en el que el monarca quería demostrar su poder, aunque realmente, como veremos más adelante, el firmante es el Secretario de su Majestad, además de quien redacta el documento jurídico. De igual modo, sigue dejando claro a lo largo de todo el escrito cuales son los límites acordados en aquellas tierras”.

-En el siguiente punto, dando a entender y como causa de, que estará al servicio de Dios y rendirá honor a su persona, le son concedidos los títulos de Gobernador y Capitán General de lo que descubriese a ese lado izquierdo del río, incluyéndose doscientas leguas de costa y media legua por el aire, las que el capitán escogiera, una vez pasados tres años desde que entrara en aquellas tierras, con un salario de cinco mil ducados al año, los cuales habrán de ser goza- dos desde el día en que se hiciera a la mar, saliendo del puerto de Sanlúcar de Barrameda, para hacer el viaje. Estos dineros le serán pagados de las tierras y rentas de éstas que descubriera y poblase, de manera que Su Majestad no se venga obligado a pagaros, y además que en aquella costa hiciera gobernación y justicia hasta que le fuera mandada otra cosa.

“Le son concedidos dos títulos, los cuales le hacen ser el máximo poder civil y el máximo militar respectivamente, los cuales habrían de ser ostentados noblemente, sirviendo a Dios, este es un momento más en el que se le insta indirectamente a potenciar la labor evangelizadora sobre Nueva Andalucía, de una forma digamos que camuflada.

El salario se le concede en ducados, que es la moneda de la época en España, tras la unificación numismática de los Reyes Católicos y que era de origen veneciano, sin embargo, anteriormente ha sido nombrada la unidad monetaria “peso”, que era lo utilizado en las Indias, ya que no había casi moneda acuñada y se pagaba al peso con una balanza, lo que más adelante se asentó como moneda acuñada y en la actualidad sigue teniendo vigencia en ciertos países hispanoamericanos. Aún así, el salario, a pesar de que estaba estipulado en una moneda concreta, debería proceder de las rentas que produciría la tierra americana”.

-Se le concede otro título, el de adelantado de lo que descubriese y de lo que también será gobernador, para su persona y para un heredero sucesor que él eligiese.

“El título de adelantado se define por primera vez en el siglo XIII por Alfonso X, El Sabio, en el compendio normativo de las Siete Partidas y se utilizaba para nombrar a aquellos que se encontraban en la frontera en la Reconquista, los cuales tenían función militar contra los mahometanos. Pero cada vez estos títulos estaban siendo acaparados en mayor medida por la alta nobleza o la familia real, por lo que acabaría siendo algo meramente honorífico, sin llegar a ser nunca de carácter nobiliario.

En la conquista de las Islas Canarias se volvió a utilizar con Alonso Fernández de Lugo y de aquí pasó a América, ya que coincidió la toma de Granada con el descubrimiento de América, lo que hizo que la frontera pasara a estar al otro lado del Atlántico.

El título de Orellana, adelantado de Nueva Andalucía, tenía límite, solo pasaba a un descendiente como ocurrió con la mayoría de ellos, excepto con algunos casos particulares, que eran hereditarios, como el concedido a Colón, el adelantamiento de Yucatán, que todavía hoy se conserva”.

-Asimismo se le concede la merced del oficio de Alguacil Mayor a él y a un hijo después de él, que nombrara.

“El Alguacil Mayor era el ejecutor de las ordenanzas de gobierno. Podía ser nombrado por los corregidores, gobernadores y alcaldes mayores, pero no por la Audiencia. Debía reconocer y rondar los lugares públicos para denunciar los juegos y pecados públicos. En este caso, como no existían previamente esas personas en aquellas tierras, es nombrado por regia merced”.

-Se le da permiso para construir dos fortalezas de piedra en el lugar descubierto, eligiendo él y sus oficiales el lugar que más les convenga, que serán necesarias para la guarda, custodia y pacificación de esas tierras, de las cuales es hecho poseedor y también sus herederos y sucesores con un salario de ciento cincuenta mil maravedíes al año, por cada fortaleza, el cual será gozado desde que éstas estuvieran acabadas a costa del adelantado de Nueva Andalucía sin que Su Majestad ni los reyes que después vinieran sean obligados a pagarle lo que gastó en las fortalezas.

“Es curioso como a lo largo de la capitulación, se describen distintos salarios con diferentes monedas. En este caso, los maravedíes son una moneda de origen castellano, para comerciar con los sarracenos de la Península, aunque su nombre proceda del árabe y que se utilizó a partir del siglo XI.

Las fortalezas, al igual que el reclutamiento y el mantenimiento de los expedicionarios, corrían a cargo de Orellana, lo cual suponía un esfuerzo muy grande, además de un riesgo financiero que puede llegar a cuenta perdida, o bien a dar muy buenos frutos”.

-Por otro lado se le hace poseedor de la doceava parte de las rentas y frutos que Su Majestad obtuviera cada año en las tierras y provincias que Orellana había descubierto y poblado según esta capitulación, limitándole en una cierta cantidad y concediéndoselo también a sus herederos perpetuamente.

“La concesión en este caso es en propiedad y para todos los descendientes, pero con un límite fijado por la Corona, no fuera a quitarle demasiados ingresos a ésta. Aún así en las capitulaciones se contempla como un acto de generosidad por parte del Rey, ya que por ejemplo los títulos y resto de salarios eran solo para un único descendiente”.

-Se le autoriza a llevarse consigo a las tierras del Amazonas a ocho esclavos negros libres de impuestos de los reinos y señoríos del Rey, así como del Reino de Portugal, islas de Cabo Verde o Guinea.

“Así como se le dan otros beneficios, también se le dan recursos para poder llevar a cabo la población y colonización sin utilizar a los indios.

Los indios estaban protegidos por la Corona, pero en cambio se le autoriza a llevar esclavos negros con exención de pagar impuestos. Llama la atención el distinto trato que reciben, no siendo castellanos, los indios y los esclavos negros”.

-Además se les exime del derecho de almojarifazgo a Orellana, a todos los que con él viajaban y a los que después fueran a poblar aquellas tierras, durante diez años, desde el día en que se firma esta capitulación.

“El derecho de almojarifazgo es el equivalente a los actuales aranceles y consistía en un impuesto aduanero que se pagaba por trasladar mercaderías que ingresaban o salían del Reino de España o que se trasladaban entre puertos del mismo reino, incluyendo tanto los peninsulares como los americanos. Los almojarifes fueron primeramente creados en la Corona de Castilla por Alfonso X y más adelante Alfonso XI, sustituyó a los almojarifes hebraicos por recaudadores y tesoreros cristianos. Almojarife procede del árabe “inspector”.

A continuación el Rey deja constancia de que sabe que ha habido abusos en las Indias y por lo tanto hace entrega de las leyes a Orellana en el documento, para que éste las haga cumplir obligatoriamente y no pudiera alegar desconocimiento. Estas leyes de obligado cumplimiento son:

-Que procure, a la hora de tomar posesión de aquellos lugares para establecer las poblaciones, hacerlo en un lugar donde no se perjudique a los indios de allí, y si no se pudiera hacer, que se escuche la voluntad de los indios o se hiciera lo que le parezca oportuno al veedor, que con su expedición irá para comprobar que se cumple lo que está establecido en la capitulación, o bien lo que aconsejen los religiosos.

“El Rey, para asegurarse de que lo que estaba acordado se hacía cumplir mandaba un representante suyo, el veedor, que conocía las leyes y las capitulaciones, así como lo que el Rey había dictaminado en cada caso para las expediciones a las Indias, el cual debía ser mantenido, al igual que los religiosos durante la travesía y el asentamiento a costa del explorador. América era un continente lejano, ya que se tardaban meses en llegar desde Europa y no había otra manera de cerciorarse de que no hacían lo que querían ni abusaban de los indios”.

-Que no tomaran ni él, ni ninguno de sus acompañantes ni mujer casada, ni hija, ni ninguna otra mujer de los indios, ni oro, ni plata, ni algodón, ni plumas, ni piedras, ni ninguna otra posesión que tuvieran estos indios, a no ser que fuera por medio de un intercambio por otra cosa que valiera lo mismo, haciéndose este intercambio y pago según les pareciera al veedor y a los religiosos, al que vaya con esta ley, será castigado con la pena de muerte y expropiación de los bienes. Pero si les permite en el caso de que se hayan quedado sin comida y no tuvieran nada para hacer un intercambio, que con ruegos, buenas palabras y persuasiones, pero nunca por la fuerza, a no ser que después de haber utilizado todas las formas para conseguir comida ellos no cedieran y a él, al veedor y a los religiosos les pareciese correcto. Puesto que si es un caso de extrema necesidad, se podrá tomar la comida allí donde la haya.

“Después de las sangrientas guerras y barbaridades cometidas contra los indios por los primeros conquistadores abusando de ellos, se imponen bastantes medidas para protegerlos, que en alguna forma aminoraban estos sucesos, pero que no dejaron de ocurrir. Uno de los defensores de los derechos de los indios y que denunció los hecho de suso descritos fue Fray Bartolomé de las Casas, de la orden de Santo Domingo de Guzmán.

Por otro lado, queda patente a lo largo de este contrato, el poder de decisión que se les otorga a los religiosos enviados, así como al veedor, que hace bastante más que solo ver”.

-Que por ningún motivo ni forma se les haga la guerra a los indios, si no es para defenderse, con la moderación que el caso requiera, pues antes les deberá dar a entender que Su Alteza Real El Príncipe de Asturias (“Nos” en el original), les envía solo a enseñarlos y adoctrinarlos y no a pelear, sino a darles conocimiento de Dios, de la Santa Fe Católica y de la obediencia que le deben. Y si se da el caso en el que los indios fuesen tan orgullosos que aún después de haberles apercibido y exhortado las noticias de paz que les hayan hecho, todavía quieren entrar en guerras, no teniendo otro remedio para evadirse y defenderse de ellos, salvo romper con ellos, lo harán con la mayor moderación y templanza, y con las menos muertes y daños posibles. Todas las ropas, joyas y demás cosas que les sean tomadas en batalla, que no sean ni armas ofensivas, ni defensivas, tanto por parte de Orellana como de los vayan con él, las recogerán y se las harán devolver a los indios, diciéndoles que ellos no querían el daño que les habían hecho y que fue por culpa suya, no quererles creer lo que les habían dicho y que les devuelven sus pertenencias porque no les quieren matar, maltratar, ni tomarles sus haciendas, que lo único que quieren es su amistad y su redención al servicio de Dios y de Su Majestad, porque si lo hacen de esta manera, ellos adquirirán gran confianza y crédito.

“Además de proteger a los indígenas y evitar abusos sobre ellos, se procura tener un buen trato con ellos, sobre todo para que ganaran confianza con los castellanos y produjera a posteriori la anexión de sus territorios a la Corona sin derramar una gota de sangre y también para mejorar las relaciones comerciales y conseguir metales preciosos y otros productos que en Europa eran muy preciados porque era la primera vez que se habían visto y eran exóticos. Incluso en la actualidad, sobre todo las frutas tropicales que se dan en América, en algunos lugares son considerados de un gran exotismo”.

-Que cualquier español que matara o hiriera a algún indio, sea castigado según las leyes de estos reinos sin tener en consideración que el delincuente fuera español y el muerto o herido indio.

“Este es otro caso de protección de los indios en las leyes, en las que se estima que la vida de los indios no vale menos que las de los españoles, aún siendo los primeros extranjeros y considerados salvajes por las gentes de la época. Se quería acabar otra vez con las matanzas que se produjeron en los primeros años de colonización, sobre todo con los imperios americanos”.

-Que, como se ve en estas leyes, la voluntad de Su Majestad es que todos los indios queden bajo su protección para que se conserven y sean adoctrinados en la Santa Fe Católica, por ello no darán lugar a que ningún español tenga indios, ni los maltrate, ni moleste para que sean cristianos, ni se les tome ninguna cosa suya, si no es mediante intercambio, según como está dicho y escrito.

“La defensa de los indios se produce por parte de la Corona no con el único motivo de preservar su vida, sino de imponer la religión católica a los indí- genas de forma pacífica y como se ha de hacer buenamente por un país convertido y civilizado a la vez”.

-Que si algún señor o cacique de aquellas tierras, teniendo noticias de Su Majestad, a quien ha de obedecer, quisiera hacer algún regalo para Su Majestad, voluntariamente, lo reciban y envíen a buen recaudo a Su Majestad.

“Este curioso punto es para que quedara constancia oficial de los regalos al Rey y los capitanes o jefes de expedición no se apropiaran de éstos, haciéndose ver como representantes de Su Majestad”.

-Por último, se le hace cumplir al capitán Francisco de Orellana lo anteriormente dicho en esta capitulación, a costa suya y de la manera específicamente descrita y haciendo guardar y cumplir el contenido de estas nuevas leyes y ordenanzas y las demás cosas declaradas y todas las instrucciones que de ahora en adelante se le harán hacer para aquellas tierras y para el buen tratamiento y conversión a la Santa Fe Católica de los naturales de ellas. Asimismo Orellana se obliga a guardar esta capitulación y lo que ella dice, en todo y por todo, y no teniéndolo que hacer cumplir Su Majestad, ni a hacerle cumplir a él lo que está escrito, pues antes de que eso sucediera, se procederá contra él y se le castigará como persona que no cumple y guarda los mandamientos de su Rey y Señor natural y de todo ello se manda dar.

Firmada de su mano y refrendada por el secretario de Su Majestad, Juan de Samano. Fechada en Valladolid a trece días de febrero del año mil quinientos cuarenta y cuatro.

El Príncipe, refrendada de Samano y señalada del obispo de Cuenca, Gutiérrez Velázquez, Gregorio López y Salmerón.

2.6.   Intento de poner en práctica las Capitulaciones que acabaron en la muerte de Orellana y en el fracaso de su aplicación

Una vez conseguido su propósito, empezó a organizar la expedición, cuyos costes debía asumir el titular contratante con la Corona, con las condiciones que estaban dispuestas en las capitulaciones, como que tenía que llevar consigo a 200 soldados de infantería, así como 100 de caballería y todo el material que fuera necesario para construir dos barcos fluviales en el Amazonas y que también tenía que fundar dos ciudades en esta Nueva Andalucía, una de ellas justo a la boca del río.

Sin embargo, estos preparativos del viaje se alargaron bastante, debido a la falta de fondos, ya que en la mayor parte de los acuerdos, el titular estaba autorizado para efectuar el reclutamiento, para lo que tenía grandes facilidades. Aún así, el esfuerzo económico era muy grande y algunos de ellos no pudieron llevar a cabo la empresa por si solos, como en el caso de Orellana, que requirió la ayuda financiera de su padrastro Cosmo de Chaves, gracias al cual, finalmente la expedición pudo partir.

Justo antes de partir a las Américas, Don Francisco se casa en Sevilla con una joven de origen humilde, llamada Ana de Ayala que le acompañará en su segundo viaje al Nuevo Mundo.

Este segundo viaje, tuvo al igual que los preparativos unos contratiempos, pues después de zarpar de Cádiz, la flota es detenida, debido al gran número de no castellanos con los que contaba. Esta traba es resuelta, cuando en el momento en que estaba escondido en uno de sus barcos, se hace a la mar subrepticiamente con cuatro navíos -4 de mayo de 1545-. Estas embarcaciones sufrieron una serie de percances: la primera se pierde antes de llegar a las islas de Cabo Verde, a la segunda le acaece lo análogo en el curso de la travesía y la tercera es abandonada al llegar a la desembocadura del Río Grande.

Poco antes de las Navidades de ese año se produce el desembarco y Orellana se adentra unas ciento veinte leguas en el delta de la Mar Dulce, tras construir un barco fluvial. Cincuenta y siete de sus hombres mueren de hambre y el resto consigue acampar en una isla del delta entre indios amistosos.

El tuerto del Amazonas parte en un bote para encontrar comida y la rama principal del río, pero cuando regresa, se encuentra el campamento desierto, pues aquellos hombres habían construido un segundo bote y partido en busca de Orellana, pero que finalmente desistieron y salieron de allí costeando hasta llegar a la isla Margarita.

En vista de lo ocurrido, el grupo en el que se encontraba nuestro hombre siguió buscando el canal principal del curso fluvial. En cuanto que realizaban estas exploraciones, fueron atacados por un grupo de nativos, de la tribu forma- da por los llamados caribes, en cuya ofensiva murieron diecisiete a causa de las flechas venenosas.

Poco después Don Francisco de Orellana, natural de Trujillo murió en noviembre de 1546, a la edad de treinta y cinco años.

Como hemos podido observar, la iniciativa concluyó en un desastre, ya que Orellana pereció en el intento junto a la mayoría de sus hombres y las capitulaciones no se llevaron a efecto y las tierras del Amazonas no serían de nuevo exploradas por los españoles hasta unos cuantos años más tarde.

3. CONCLUSIONES

Para terminar este trabajo es necesario sacar una serie de conclusiones a partir de su desarrollo y elaboración, pues en caso contrario no tendría ningún sentido hacerlo, como si de una fábula con su moraleja se tratara.

Se ha dicho y sigue diciendo que las capitulaciones constituían unos contratos, no siendo esto totalmente cierto, ya que en los contratos hay mutuas. En cambio en las capitulaciones el Estado o la Corona no se obligaba a nada, simplemente autorizaba, a veces intervenía económicamente y concedía premios y mercedes, cuyo destinatario es el capitulante, personas que han solicitado la concesión de dicha capitulación.

He descubierto que la aparición del régimen de capitulaciones se debe al mal gobierno ejercido de Colón en la Española y la necesidad que tiene la Corona de aprovechar la iniciativa y los fondos privados para hacer frente a una empresa que para ella era excesivamente costosa. Del mismo modo facilitaban a los exploradores ganar tierras, mercedes y dineros de forma más fácil que en la Península.

También se pusieron en marcha por la manera sencilla y resumida en unas pocas páginas de organizar las expediciones y la colonización, por lo que era la manera más cómoda para la Administración que además controlaba que todo se cumpliera mediante la figura del veedor. Asimismo era enorme la importancia de la evangelización.

El primer viaje de Orellana a las Indias es fundamental para poder entender muchos puntos de las capitulaciones, así como la situación de terceros como el Imperio en general, los países fronterizos, los indígenas, etc. No se puede tratar un tema sin conocer lo que ocurre alrededor, mirando y centrándote solo en un aspecto concreto.

El final de la historia de Orellana hace reflexionar que hay muchos aspectos en la vida en los que después de emplear mucho tiempo y esfuerzo, no se ven recompensados y no se consigue lo esperado, ya que murió sin llevar a efecto su propósito y proyecto vital.

Oct 012011
 

Antonio Manuel Barragán-Lancharro y Moisés Domínguez Núñez.

1.  INTRODUCCIÓN

Sin duda alguna, el nombre de René Brut está íntimamente relacionado con la Historia de la Guerra Civil en Extremadura. Gracias a este operador de cámara de la casa francesa Pathé Journal se disponen de unas imágenes interesantes sobre los primeros días de la contienda. De esta manera, esta investigación supone la culminación de un estudio sobre la figura y el trabajo de René Brut en España, y especialmente en Extremadura, con su labor desarrollada en Almendralejo2 y en Cáceres3. Estos filmes de René Brut permanecieron olvidados durante décadas, pues aunque fueron visionados en las salas cinematográficas de media Europa en 1936, en España no se conocieron públicamente hasta que fueron utilizadas en 1982 en un documental elaborado por cadena británica Granada TV4. Sin embargo, hay que afirmar que el manejo de estas imágenes captadas por Brut en ese documental se hizo de forma sesgada y sensacionalista tal como se pondrá de manifiesto.

René Brut era en 1936 un experimentado operador de cámara en el que confluían las cualidades de pasión por su profesión, intuición y audacia, sin las cuales hubieran sido imposibles realizar una de las filmaciones de la Guerra Civil española más importantes e interesantes. Brut, de nacionalidad francesa, obtuvo permiso de la Alta Comisaría de España en Marruecos para pasar a la Península y trabajar en la «Zona Nacional». Se estableció, junto con otros periodistas extranjeros, en Sevilla, ciudad que en poder de Queipo de Llano, gestionaba el permiso para poder viajar por el territorio liberado. El 16 de agosto de 1936 René Brut y otros corresponsales internacionales consiguieron el permiso para viajar a Badajoz. En estos momentos, en palabras de Luis Antonio Bolín, el cual fue jefe del Servicio de Prensa de los nacionales, todos estos corresponsales tenían cierta libertad de movimiento e independencia en sus labores informativas5. En los dos recaladas de Brut a Extremadura le acompañó su compatriota Jean D’Esme, redactor de L’Intransigeant.

Se puede afirmar que René Brut filmó unos cinco minutos de película los días 16, 17 y 18 de agosto de 1936. Así, en el archivo de British Pathe se conserva una cinta de 5 minutos y 3 segundos (número de registro UN 0094F y FILM ID 554.16). En la ficha de descripción está calificada como «material no utilizado» y no tiene sonido alguno. Sin embargo, las imágenes están mezcladas, sin ninguna lógica. Es, sin duda, la película, íntegra, o casi íntegra que Brut sacó de España. La existencia de esta cinta echa abajo cualquier especulación, como la ya realizada por un literato que sin pruebas ha llegado a afirmar que «sus películas y fotografías habían sido mutiladas [por los “rebeldes” o nacionales]; sólo se salvaron algunos fotogramas»6. El propio René Brut semanas después afirmó que «afortunadamente fui capaz, con cien pesetas, de enviar mi película a París a través de Lisboa»7.

Con este material, el noticiario cinematográfico inglés Pathe Gazette, elaboró, con fecha 3 de septiembre de 1936, un especial titulado «Trouble Spain. Fierce fighting near the Portuguerse border»8 con una duración de un minuto y treinta segundos. En este noticiario hablado no se visionó ninguna imagen de cadáver que sí filmó Brut. En cambio, la casa francesa Pathé Journal realizó un noticiario cinematográfico comentado con voz en off y difundido el 2 de septiembre de 1936 bajo el título «Visions d’Espagne». En éste se divulgaron imágenes de Barcelona y de Irún, pero también un resumen de las rodadas por Brut en Andalucía y Extremadura los días 16, 17 y 18 de agosto de 1936: El Ronquillo (Sevilla), Almendralejo, Mérida y Badajoz. De una duración de 4 minutos y 21 segundos, a partir del minuto y 39 segundos hasta el final se visionaron las imágenes filmadas por Brut. En este resumen, a diferencia de la edición inglesa, fue total, ya que se emitieron las impactantes imágenes de los cadáveres, tanto los captados en la carretera de circunvalación de Badajoz (la actual Avenida de Europa, Plaza de la Constitución y la calle Fernando Calzadilla) y cementerio de San Juan, y también el cuerpo de un miliciano carbonizado junto a la iglesia de Almendralejo9.

Antes de partir de Sevilla René Brut se había puesto en contacto con Georges Moraud, cónsul francés en Sevilla, y le informó que tenía la intención de filmar las ejecuciones que se estaban realizando en la retaguardia nacionalista. El cónsul no sólo no le previno que era una acción muy peligrosa y que podía arriesgar su vida incluso, sino que le aconsejó que lo intentará en pro y en bene- ficio de la propaganda del bando del Frente Popular. Esta información es vital para conocer las verdaderas intenciones del cámara francés antes de emprender su viaje a Badajoz, y que echan por tierra las teorías buenistas e inocentes con las que algunos historiadores han querido rodear la labor del francés por Espa- ña. Todo esto se deduce del testimonio de John Dored10, de la Casa Paramount, detenido en Navalmoral, trasladado primero a Trujillo y después a Cáceres11  y que más tarde estuvo con Brut durante su detención definitiva en Sevilla12.

El propio Brut confirmó en una entrevista realizada en septiembre de 1936 que durante su cautiverio en la cárcel de Carmona coincidió con su colega y antiguo compañero de Pathé, el fotógrafo norteamericano de origen letón John Dored. Ambos se juramentaron que el primero que saliera daría a conocer la situación del otro. Así, aprovechando la entrevista que le hizo el corresponsal de la Associed Press, Brut dio cuenta de la situación de Dored: «Informó hoy que su colega estadounidense John Dored permanece prisionero por los insurgentes en Sevilla. Dijo Bru [sic] que Dored, un camarógrafo de noticias que se fue a Madrid después de fotografiar la guerra ítalo-etiope, fue capturado por los fascistas mientras acompañaba a las tropas del gobierno en el frente de batalla. El fotógrafo francés declaró que Dored fue hecho prisionero en Mérida [sic], trasladado después a Cáceres, y finalmente a Sevilla hace 15 días»13. Fue en la prisión de Carmona el lugar de coincidencia, y en la cual Brut le confesó sus propias intenciones de rodar imágenes de fusilados a sabiendas del peligro, y sobre todo, con el beneplácito del cónsul de Francia en Sevilla:

«Cuando John Dored llevaba encarcelado, ya algún tiempo, en la prisión de Sevilla, llegó un nuevo prisionero. Ellos ya se conocían. Era un colega francés, y la última vez que coincidieron fue en Casablanca. Ellos estaban emocionados de verse. Ellos hablaron en francés. El francés le contó su historia: Él ha había realizado una película de ejecuciones. En algún momento la gente quiere hacer esto, pero es tan tonto como de mal gusto. Un diario independiente no muestra a la gente en el momento de la muerte. Sólo la propaganda sensacionalista podría hacer eso. Fue una sorpresa para Dored que este colega, al que consideraba formal, había tenido la tentación de hacer esto. Él [Brut] admitió que era una locura, pero él había hablado al cónsul francés acerca de su plan, y el cónsul le aconsejó que lo intentara. Si al día siguiente el camarógrafo francés no aparecía, el cónsul iniciaría las investigaciones. El francés le dijo que su desaparición [la de Dored] era conocida durante algún tiempo. Pero se perdían sus pistas en Navalmoral. Él prometió que tan pronto estuviera fuera comunicaría al noticiero de Dored que estaba en Sevilla»14.

2. PUNTO DE SALIDA: SEVILLA, 16 DE AGOSTO DE 1936

Así, y contando con el pertinente permiso, viajaron a Badajoz, ciudad que había sido tomada el 14 de agosto, los periodistas José Augusto del Diario de Noticias, Félix Correia del Diario de Lisboa, Leopoldo Nunes de O Seculo (portugueses) y Jean D’Esme de L’Intrasegeant y René Brut (franceses). Antes de partir de Sevilla, todos ellos se fotografiaron junto a un automóvil acompañado por el falangista Juan de Diego Soto-Sánchez (nieto de la Marquesa de los Ríos), que sirvió de salvoconducto a los corresponsales en su periplo pacense, pero realmente acompañaba al redactor José Augusto Dos Santos. Alquilaron un coche conducido por su propietario, un sevillano llamado Antonio, pero que era conocido por «Tonio el Bravo»15.

René Brut hizo su primera filmación en las cercanías de la sevillana localidad de El Ronquillo. Cuatro kilómetros antes de llegar a este pueblo había sido volada por los revolucionarios una alcantarilla de la carretera general para impedir el avance de la Columna Madrid16. Había sido reconstruido con tablas, pero en ese mismo lugar había una camioneta volcada y un tractor oruga también en ese mismo estado en el mismo hueco del colector volado. En este mismo punto, y junto a la carretera, se posicionó Brut con su tomavistas, inmortalizando en la misma a sus compañeros de viaje José Augusto Dos Santos, Félix Correia, Leopoldo Nunes y el falangista Juan de Diego Soto-Sánchez. Jean D’Esme no apareció en esta escena porque bajó con Brut para realizar fotografías desde esa misma posición para incluir detalles del tractor oruga volcado; una de ellas fue publicada junto con otra vista de la alcantarilla reconstruida en la edición del 26 de agosto del parisino L’Intransigeant.

La situación de esta escena se ha podido establecer gracias a una crónica del citado José Augusto sobre un viaje realizado unos días antes, y que está firmada en Zafra el 11 de agosto17. En la tarde de ese 16 de agosto llegaron a Almendralejo. Hasta ese momento se desconoce si Brut filmó más escenas. En Almendralejo, el cámara francés realizó un interesante reportaje sobre los estragos de la guerra en la propia iglesia parroquial y los presos izquierdistas detenidos en la cárcel18. Uno de los testigos del trabajo de los franceses Brut y D’Esme, el periodista Correia los elogió en estos términos: «Que en la prensa de París y en los cines de todo el mundo darán una impresionante visión de lo que fue y lo que está siendo la Guerra Civil en Andalucía y Extremadura»19.

3. DE MÉRIDA A BADAJOZ

Los corresponsales extranjeros permanecieron en Almendralejo en la tarde del 16 de agosto. José Augusto Dos Santos, del portugués Diario de Noticias, marchó directamente a Badajoz, yéndose con él el falangista Juan de Diego Soto. Precisamente, Juan de Diego posó con una bandera blanca en la torre de Espantaperros de la Alcazaba de Badajoz, y esa fotografía se publicó dos días después en el lusitano Diario de Noticias. Al atardecer llegaron a Mérida Brut y D’Esme. Aprovechando las últimas luces naturales del ocaso, René Brut filmó unas escenas de escasos segundos cuyos protagonistas fueron los legionarios que vivaqueaban debajo y junto a los soportales del Palacio de la China, en la Plaza de España. También captó el momento del reparto del rancho. Los periodistas pernoctaron en Mérida. Incluso tuvieron la oportunidad de entrevistar al comandante Antonio Castejón que había salido de Badajoz y se había detenido en Mérida antes de continuar su avance hacia Madrid:

«En el Parador del Patronato de Turismo de Mérida, cuando acabábamos de cenar, vimos entrar un oficial al que luego reconocimos por haber visto muchas veces su fotografía: El comandante Castejón, un hombre bajo y fuerte, de facciones enérgicas. Inmediatamente le presentamos cumplimientos, solicitando una entrevista que nos concedió.

«-¿Hacia dónde se dirige ahora? -Como es natural, hacia el Este. Mi columna, reforzada con una Bandera del Tercio y tres Tabores de Regulares, sigue con el objetivo inmediato de tomar Don Benito, donde está la base de los aviones gubernamentales, a 60 kilómetros de Mérida, y Villanueva de la Serena. Llevo, también, dos baterías y aviación para colaborar en el ataque.

«-¿Piensa terminar esta mañana las operaciones? -No me gusta nunca anticipar tales noticias, pues el hecho de vencer cuarenta veces no impide que alguna vez pueda fallar20. Pero, antes de tomar Don Benito, debo pasar por las poblaciones de Medellín y Santa Amalia, en las cuales, sobre todo en la primera, hay fuertes concentraciones de comunistas huidos de varias ciudades y hasta llegados de Madrid.

«Y el comandante Castejón se despidió de nosotros para seguir con su columna. Los elementos de la retaguardia de ésta dejarán Mérida a primera hora de mañana. Comenzó así el avance sobre Madrid, de esta fuerza de heroísmo legendario que no conoce la derrota, porque donde otros huyen, ellos atacan, a la bayoneta, a pecho descubierto y cantando, como en el ataque a Badajoz, el himno de la Legión: “Viva la Muerte”…»21.

En la mañana del 17 de agosto los corresponsales abandonaron Mérida y se dirigieron hacia la capital de la provincia, entrando en la ciudad de Badajoz por la Puerta de la Trinidad, lugar por el que se había llevado a cabo uno de los ataques: «Al llegar a Badajoz nos detuvimos ante la brecha, donde a las 14,30 horas del día 14, ciento cincuenta legionarios, cantando sus himnos, efectuaron un formidable ataque a la bayoneta, sufriendo 85 bajas y haciéndole quinientas al enemigo»22. Antes de entrar en la ciudad por la carretera de circunvalación, René Brut filmó varias escenas.

Así se pueden apreciar varias secuencias, una de ellas es un plano general de esa carretera en la que aparecen circulando dos obreros junto a un burro, otro plano general de los cadáveres de tres paisanos en posición decúbito supino junto a la carretera con dos de los periodistas, así como varios planos más cercanos de esos fusilados. En la siguiente secuencia captó a otro cadáver de un paisano en la misma carretera. También hizo un plano general de la parte trasera del Cuartel de la Bomba. Otras secuencias inmortalizaron unos vehículos calcinados en la carretera de circunvalación (cerca de la actual Plaza de la Constitución, entre las Avenidas de Europa y Fernando Calzadilla) y en las que se aprecia en la lejanía el citado acuartelamiento. Son al menos tres vehículos destrozados los que recogió el tomavistas de Brut. Estos coches procedían de las requisas que las milicias hicieron en la capital. De dos de ellos se distinguen las matrículas: BA 2013 (y marca Buick) y BA 335323.

Mientras Jean D’Esme gestionaba el alojamiento en un hotel24, a Brut le asignaron un oficial en funciones de escolta que además actuaba como supervisor del camarógrafo. La misión del militar no sólo era controlar cada uno de sus pasos, sino también era una medida de seguridad para el propio Brut. Así ese día 17 de agosto, acompañado de falangistas locales, lo dedicó a filmar imágenes sin mayor trascendencia bélica en diversos lugares de la ciudad:

a) Exterior del Grupo Escolar General Navarro, situado en la Ronda del Pilar. En este lugar estaba estacionada una camioneta en la que se iba recogiendo todo tipo de armas. De esta manera, Brut perpetuó el momento en el que dos soldados traían una talega que depositan en el camión. Otra escena recoge la vigilancia del camión por un soldado que posa con dos ciudadanos, uno de los cuales lleva un brazalete blanco en la derecha. Otro de los planos recoge a soldados y civiles exhibiendo encima del camión las pistolas requisadas.

b) En el interior del Teatro López de Ayala, en la Plaza de Minayo. El 14 de agosto, en el contexto de la toma de la capital, unos milicianos se atrinchera-on en este edificio. Al paso de los legionarios de la V Bandera, éstos fueron atacados desde el interior, comenzando una lucha que concluyó cuando los soldados arrojaron bombas de mano en su interior. Esto provocó el incendio del teatro, pereciendo los milicianos en su interior25. Este inmueble fue visitado por Brut y D’Esme. Éste vio dos extremidades calcinadas26. René Brut filmó varios planos de las ruinas, en las que algunas de las partes estaba aún humeantes según afirmó D’Esme. Las secuencias recoge las vigas del inmueble, el patio de butacas, el escenario y algunos detalles, entre ellos una imagen de uno de los proyectiles utilizados en el asedio, en concreto uno modelo Schneider de 75 mm entero.

c) Vista de una calle cercana a la Plaza de la República con el pavimento totalmente lleno de escombros de las viviendas afectadas por el bombardeo.

d) Plaza de la República (hoy Plaza de España). Así, René Brut filmó varias secuencias que hay que analizar por separado:

a. Legionarios yendo y viniendo por la calle.

b. Un plano en la que se aprecian dos guardias portando fusiles, un niño y un ciudadano con brazalete blanco. Al fondo se distingue el escaparate de la Imprenta «La Minerva Extremeña», sita en la Plaza de España.

c. Dos guardias civiles hacen guardia transitando frente a la escalinata sur de la Catedral de San Juan.

d. Dos obreros transportan enseres domésticos.

e. Un guardia cívico junto a un ciudadano provisto de brazalete blanco. Según el corresponsal portugués Mario Neves, en crónica firmada el 16 de agosto: «la gente que circula por las calles tiene que llevar un brazalete blanco para afirmar sus sentimientos pacíficos y patrióticos»27. Al fondo de la imagen se puede distinguir la fachada de la «Farmacia del Doctor Camacho», establecimiento que aún existe y que hace esquina con la calle Muñoz Torrero.

f. Un grupo de legionarios transita por la plaza. Al fondo se puede apreciar el edificio del Ayuntamiento de Badajoz.

g. Otro conjunto de soldados de la Legión saluda a la cámara de René Brut. En ese mismo grupo se puede ver a varios niños.

h. Exhibición de la avioneta modelo Hawker Fury. Este aparato, pilotado por el capitán Félix Uturbi (de la aviación republicana) estaba destinado con la matrícula 4-2 en el aeródromo de Don Benito. Su misión era atacar Badajoz, pero tuvo un fallo de sincronización entre el fuego de la ametralladora y el giro de la hélice. Esto produjo daños en la avioneta y su piloto realizó un aterrizaje de emergencia en las proximidades de Badajoz, concretamente en la finca «La Liviana», propiedad de Lisardo Sánchez28 y muy cercana a Valdebotoa. El piloto abandonó el aparato y huyó a la «Zona Republicana».

Esta avioneta fue recuperada por las autoridades militares de Badajoz, y trasladada a la capital en una camioneta. El día 17 de agosto fue exhibida en un paseo triunfal por las calles pacenses. Fue trasladado a Sevilla para ser reparado, pero por falta de piezas de recambios (que tenían que ser enviadas desde Inglaterra) no pudo ser operativo.

René Brut filmó varios planos de esta avioneta modelo Hawker Fury, la cual fue exhibida junto a la Catedral de San Juan. En otra escena, legionarios, guardias civiles, ciudadanos y niños delante saludan a la cámara delante del avión.

i. Un primer plano de un escaparate de la calle de San Juan con una pintada con el texto «Viva España».

e) Torre de Espantaperros. Esta atalaya que se encuentra en la alcazaba es uno de los lugares más altos de la capital. Por esta razón, es el sitio en el que se divisa toda la ciudad. Brut tomó un plano del legionario encargado de la vigilancia. Así mismo tomó varios planos generales de Badajoz desde las almenas; en una se puede distinguir el cimborrio de la Iglesia de la Concepción y la Torre de la Catedral. Desde esta posición también filmó tejados bombardeados por la aviación durante la toma de la capital. Brut también filmó los exteriores de la Torre de Espantaperros en el que se aprecia el impacto de varias bombas en la pared.

4. LA FILMACIÓN DE LOS CADÁVERES DEL CEMENTERIO DE SAN JUAN

La tarde del 17 de agosto fue dedicada por Brut y D’Esme para tomar imá-genes de la ciudad de Badajoz y a informarse de lo sucedido en la capital desde los inicios de la Guerra Civil. D’Esme explica en una de sus crónicas que «acompañados por falangistas y debidamente autorizados, visitamos la ciudad, tomando notas e hicimos fotos en la propia ciudad»29. Después de hacer ese recorrido por la ciudad, Jean D’Esme se separó de Brut, y a las 4 de la tarde decidió viajar a Olivenza, que acababa de ser tomada, con el corresponsal del Diario de Noticias José Augusto30. En la noche de ese 17 de agosto, René Brut se enteró de los fusilamientos que se estaban llevando a cabo en los extramuros de la ciudad y decidió que por la mañana iría a filmarlos pues uno de sus principales objetivos, a la luz de la confesión que le hizo a John Dored, era obtener imágenes de fusilados31.

Al día siguiente, el 18 de agosto, en las primeras horas de la mañana, René Brut filmó clandestinamente las famosas imágenes de los carabineros y guardias civiles fusilados en las tapias del cementerio de San Juan, así como unos trescientos cuerpos carbonizados y una veintena de cuerpos antes de ser quemados. La labor de incineración comenzó, según el corresponsal portugués Mário Neves, a las seis de la mañana del 17 de agosto: «Al fondo en un escalón cavado aprovechando un desnivel del terreno, se encuentran, sobre vigas de maderas transversales, parecidas a las que se utilizan en las vías del ferrocarril, sobre una superficie de más de cuarenta metros, más de 300 cadáveres, en su mayoría carbonizados»32. Estas escenas nublarán la mirada de Brut y causarán pavor en su país, él vio cadáveres tendidos en el camposanto de Badajoz: «Contra un muro los insurgentes alinearon a sus víctimas. Yo conté 80 muertos. Esto significa que muchos sospechosos habían sido fusilados a la vez. Dentro del cementerio me di cuenta entonces que cien cadáveres amontonados iban a ser quemados de un momento a otro». Antes de salir de Badajoz, y como ya ha sido indicado, el propio Brut expresó que «afortunadamente fui capaz, con cien pesetas de enviar mi película a París a través de Lisboa»33. De esta forma, se valió de la ayuda del periodista portugués José Augusto Dos Santos y un mensajero que trasladó las películas a Lisboa.

A primeras horas de la mañana del 18 de agosto René Brut, de forma clandestina, grabó en el cementerio de Badajoz. El obstáculo principal era la forma en la cual debía zafarse del oficial que lo controlaba. René Brut explicó posteriormente la manera en que se libró del celoso militar: «El oficial que me acompañó se había acostado muy tarde. Entonces, como todos los españoles, se levantó también tarde… Me enteré de que iban a fusilar a los presos a primeras horas de la mañana y fui a ver este espectáculo y rodarlo…»34. Estas imágenes son muy interesantes porque sirven para aclarar lo sucedido en Badajoz. En esos segundos de grabación se pueden distinguir los siguientes planos:

a) Una hilera de cadáveres. Éstos visten ropas de paisano, y corresponden a los milicianos muertos que fueron recogidos tras la batalla librada en las calles.

b) Otra hilera de cadáveres calcinados cuya combustión está extinguida. Los cadáveres proceden de la incineración llevada a cabo el día 17 de agosto y de la que fue testigo Mario Neves varios días antes35.

c) Fusilamiento de carabineros junto a una de las tapias del cementerio de San Juan:

a. Un plano general de un grupo de cadáveres.

b. Detalle de uno de un carabinero que destaca sobre varios cadáveres.

c. Detalle del rostro de un cadáver en el que se aprecia ensangrentado y también se distingue en el cuello la insignia del Cuerpo de Carabineros.

d. Otros cadáveres y junto a ellos la característica gorra de plato del cuerpo de Carabineros.

Con anterioridad había utilizado este método, pues en 1933 la película que Brut realizó junto con el cineasta Luois Cottard sobre el corredor de Danzig titulada «Sombras sobre Europa», fue extraída clandestinamente de allí; también en ese año de 1936 sacó de Austria en el interior de su impermeable unas imágenes de Adolfo Hitler en Viena tras la entrada de las tropas alemanas en el Anschluss. Años después volvió a reiterar que las imágenes de Badajoz las evacuó a través de Lisboa36. En capital lusa la línea Air France enlazaba con su socia AP (Aero Portuguesa) de Tánger-Lisboa-París. Sin embargo, al comienzo de la Guerra Civil, se restringió el espacio aéreo que utilizaba, siendo sólo la AP la línea que hacía Tánger-Lisboa y regreso. René Brut intuyó la importancia de las imágenes que había filmado en Badajoz, pues «debido a la urgencia de la información, pude enviar estos documentos directamente sin pasar por los Servicios de Prensa de Sevilla»37. La película salió inmediatamente en el correo aéreo de Air-France: «Su honor como reportero quedaba a salvo». Cuarenta y ocho horas después las imágenes llegaron a los estudios de Pathé Journal, en París.

Hubo un adelanto de estas imágenes en el periódico L’Intransigeant de París, cuyo corresponsal Jean D’Esme estaba en Badajoz con Brut, en la edición del 29 de agosto de 1936. Brut utilizaba un tomavista que captaba imágenes en movimiento sin sonido, pero D’Esme llevaba consigo además una cámara fotográfica. Se sabe, gracias al periodista portugués Félix Correia, que tanto Brut como D’Esme llevaban cámaras, y que las utilizaron, por ejemplo, en el patio de la cárcel de Almendralejo38. La publicación de las cuatro imágenes del cementerio de Badajoz bajo el epígrafe de «A Badajoz: Les horreurs de la guerra» fue lo que alertó al Servicio de Prensa de los nacionales. El mismo día que se emitía en los cines franceses el noticiario «Visions D’Espagne» (que contenía las imágenes del cementerio de Badajoz) las autoridades militares nacionales ya tenían los ojos puestos en Brut y D’Esme39.

5. LA FILMACIÓN DE BRUT EN EL CEMENTERIO DE BADAJOZ: UN DOCUMENTO EXCEPCIONAL PARA ESTABLECER LO OCURRIDO LA CAPITAL

Llegados a este punto es pertinente reflexionar sobre varias cuestiones: «Montones de cadáveres cubrían las calles». Lo cual corrobora que hubo una batalla y había muertos, como en todas las guerras donde hay combates. «80 cadáveres contra un muro, cien cadáveres en el cementerio a punto de ser quemados». Como expresó el sacerdote Ildefonso Jiménez Andrade a Mario Neves, la quema de esos cuerpos era una medida higiénica para evitar la propagación de epidemias por el proceso de descomposición acelerada dadas las altas temperaturas de agosto. Es más, Neves afirmó que ese mismo fin tuvo 23 cadáveres de legionarios, fuerza asaltante, que estaban en ese mismo camposanto40. Algún autor ha querido ver en la quema de esta pila de cuerpos una anticipación de la Europa de los campos de exterminio41 o que «esas imágenes son la premonición de Auschwitz»42 ¿Dónde están los miles de muertos en la plaza de toros? ¿Donde metieron a tantos miles de muertos que ni René Brut ni Mário Neves, ni Mário Pires, ni José Augusto vieron? ¿Por qué teniendo «autorización» no filmó los miles y miles de asesinatos que se estaban llevando a cabo en la plaza de toros de Badajoz?

Otro punto es el número de muertos y que son los que fueron filmados por Brut, unos trescientos, procedentes de las luchas que se vivieron dentro de la ciudad (excepto los carabineros y guardias civiles fusilados). Para saber qué resistencia se encontraron las fuerzas asaltantes, hay que tomar como referencia los diarios del que fue comandante de Badajoz nombrado por el Gobierno del Frente Popular, Coronel Idelfonso Puigdengolas Ponce de León. Ejerció como tal entre el 25 de julio hasta el 14 de agosto. En los días previos a la toma de la capital, «El total de los milicianos que debían quedar en Badajoz, pero de cuyo número no respondo, era de 275 armados con fusil, 200 carabineros y próximamente unos cien soldados de Infantería que quedaron después de los bombardeos de aviación». Siguiendo estas memorias, en la mañana del 14, «las fuerzas de Infantería que debían defender el cuartel de la Bomba y el sector a izquierda o derecha de él, abandonan las posiciones y, saliendo por la Puerta de Rotezna [Poterna], con bandera blanca, se pasan al enemigo». El relato del Coronel Puigdengolas sobre lo ocurrido el día catorce tiene un claro espíritu derrotista, denunciando la huida de milicianos y de carabineros que la defendían43.

Si Brut tuvo autorización para filmar en el casco urbano de Badajoz, y una facilidad para mostrar esas imágenes horrendas de cadáveres calcinados y apilados (no se aprecia formación de ejecución sino apilamiento de cadáveres), ¿cómo no iba a mostrar esas imágenes de fusilamientos? La respuesta es bien msencilla, porque en Badajoz no hubo en esos días miles de asesinatos que la prensa extranjera cacareó a bombo y platillo. Frente a autores que expresan que las imágenes de René Brut posiblemente sean las únicas existentes de «las matanzas»44 se puede asegurar con toda certeza que no es así. Así, en el libro La Matanza de Badajoz ante los muros de la propaganda45, hay varios cuadernillos de fotos donde se aprecian los cuerpos sin vida de milicianos que o bien murieron en la batalla o bien fueron fusilados sobre la marcha en varios puntos de la ciudad.

Una de las imágenes más importantes de dicho libro, y que ha sido recientemente descubierta, es una vista de la citada plaza de toros de Badajoz captada el día 15 de agosto y que fue publicada por el rotativo portugués Diário de Noticias dos días después. Esa fotografía es la viva descripción que Mário Neves hizo del ruedo en sus crónicas del 15 y del 16 de agosto para el Diario de Lisboa: Algunos cadáveres (en concreto dos, uno en la arena y otro en el burladero), camiones de las milicias populares (algunos destruidos) y algunas bombas sin explotar46, pero además se pueden apreciar pequeños cráteres en la arena y desperfectos en varios puntos del graderío por los impactos de bombas arrojadas por la aviación. El 19 de agosto, el socialista Indalecio Prieto firmó un artículo en Informaciones que contradice a Mário Neves y al mismísimo fotógrafo que captó la instantánea en la plaza de toros: «En Badajoz los prisioneros fueron encerrados en el local de la plaza de toros y obligados a salir al ruedo por la puerta del chiquero; cuando aparecían en el redondel, desde tendidos, gradas y palcos les ametrallaban los facciosos a placer»47. A partir de aquí las versiones sobre el particular crecieron con detalles escalofriantes en la prensa del Frente Popular48.

Además, hay que añadir que era habitual entre los «cámaras» pasarse metros de películas para poder completar los reportajes, así Pathé Journal compró a otros noticiarios «de todo tipo de connotación ideológica» (Cinegirnale LUCE italiano, UFA alemán, British Moviestone…)49 imágenes que después ensamblaban con las propias en los estudios parisinos de la calle Francoeur, así ocurre con algunas de las imágenes del reportaje «Visions D’Espagne»50. De esta forma, las escenas filmadas en el cementerio de Badajoz de los cuerpos de los aproximadamente 300 milicianos calcinados que murieron, bien durante la batalla bien durante la represión llevada a cabo inmediatamente después, y que aparecen en la filmación, ya están fríos, no hay humo, por lo tanto deben de ser los quemados a las seis horas del día 17 de agosto y que fueron comentados por el periodista luso Mario Neves. Los que están sin quemar (unos veinte o veinticinco cuerpos) debían de ser los cuerpos trasladados al cementerio a partir del día 16 de agosto. Además, en la película de Brut se aprecian los cuerpos carabineros y guardias civiles fusilados en la madrugada del dieciocho de agosto inertes en una de las tapias del cementerio de San Juan.

Según el periódico comunista L’Humanite fueron varios los operadores franceses que entraron en Badajoz: «Después de la toma de Badajoz por los insurgentes varios operadores de cine franceses filmaron las escenas de terror relatadas por los periodistas»51. Se conoce el caso del periodista galo Maurice Leroy del Paris Soir y Choc, que acompañó a Bertrand de Jouvenel en la primera quincena de agosto de 1936 por tierras extremeñas y que fue también camarógrafo. El historiador Aitor Yraola, añade que René Brut «entró en Badajoz dos días después de su conquista junto con otro corresponsal portugués, Anibal Contreiras…52 Realmente Contreiras no estuvo en Badajoz: Entró en España por Salamanca a mediados de octubre de 1936 acompañado del «jornalista» José Augusto Dos Santos, del Diario de Noticias.

Una vez acabado el trabajo en Badajoz el mismo día 18 de agosto regresaron a Mérida. Por la tarde llegaron a Sevilla, donde los esperaba el Capitán Luis Antonio Bolín, nuevo Jefe de los Servicios de Prensa de Queipo de Llano, recientemente creados mientras los corresponsales extranjeros estaban en tierras pacenses. Interesadamente se ha expresado que el Capitán Bolín, al conocer que Brut estaba en Badajoz tomando imágenes de «las matanzas» le hizo llamar inmediatamente. Esto no es así, en esa fecha tan temprana el citado Jefe de Prensa desconocía absolutamente que Brut hubiera grabado clandestinamente. En estos primeros momentos, los alzados ofrecían bastante libertad de trabajo y de información a los periodistas extranjeros. Sin embargo, pronto pudieron darse cuenta que buena parte de ellos hacían una labor contra los alzados. El capitán Bolín en esos días convocó a todos los redactores extranjeros que trabajaban en su zona de influencia porque «no todos los corresponsales en nuestro bando sometían sus escritos a la censura»53. Es decir René Brut no fue ninguna excepción y a partir de ese momento todos los periodistas, fotógrafos y operadores de cine deberían desplazarse al frente «en caravanas organizadas por el Servicio de Prensa y el Estado Mayor»54.

Hay que tener en cuenta este dato tan revelador, ya que pese a lo que se ha venido publicando55, Brut gozó en todo momento de libertad de movimientos por el territorio controlado por los nacionales, con las evidentes restricciones debidas a la evidente situación bélica que se vivía en España en esos momentos. De esta forma nunca se hubiera podido desplazar a Antequera el 19 de agosto. René Brut se sintió defraudado al comprobar las dificultades que a los redactores extranjeros les ofrecían desde la oficina de prensa de los rebeldes en Sevilla para realizar sus labores: «Fuimos autorizados para ir el 19 [de agosto] a Antequera, a 60 kilómetros de Málaga. Nuestra caravana de reporteros (la componían 4 operadores y 3 periodistas acompañados por una escolta de falangistas) se parecía más bien a una gira de agencia de viajes»56.

En la tarde-noche del día 19 de agosto regresó a Sevilla donde «nos quedamos una semana en blanco»57. Todos los días acudía a la oficina de prensa con la esperanza de obtener la ansiada autorización para poder partir al frente de guerra. Esta inactividad se interrumpió el 25 de agosto cuando con Jean D’Esme se desplazó a Córdoba. En esta ciudad filmó los efectos del bombardeo de la aviación republicana. Regresó a Sevilla y la mañana del 26 de agosto viajó a Tánger para cambiar de aires en el contra torpedo de la Marina francesa Tornade58 que había remontado el Guadalquivir con 91 refugiados franceses procedentes de Granada. Esta misma tarde desembarcaron en Tánger.

6. EPÍLOGO: LA MANIPULACIÓN DE LAS IMÁGENES FILMADAS EN BADAJOZ POR BRUT EN EL DOCUMENTAL LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA DE GRANADA TV. LA MUERTE DE RENÉ BRUT

En 1982 la productora británica Granada TV editó el documental televisivo The Spanish Civil War (La Guerra Civil española). Se comercializó en España en formato de video en 1985 y en ese mismo año Radio Televisión Española compró los derechos, y fue en 1988 cuando se emitió por primera vez. En el capítulo II, titulado «Revolution, countrarrevolution & terror» («Revolución y contrarrevolución») se manejaron las imágenes que René Brut rodó en tierras extremeñas en los días 17 y 18 de agosto de 1936. Era la primera vez que se podían visionar en España las imágenes del camarógrafo francés. Sin embargo, a pesar del mérito de localizar y rescatar del olvido el trabajo de Brut de la videoteca de Pathé, no se hizo una localización de algunas escenas y se manipularon algunas de ellas con un sonido que el original no tiene. Una parte de este documental expone el avance de la Columna Madrid por tierras extremeñas a principios de agosto de 1936, pero básicamente centra la información en la toma de la capital, Badajoz. El testimonio central que sirve para exponer lo ocurrido es el proporcionado por Mario Neves. Es presentado como el «primer periodista extranjero en llegar a Badajoz tras la batalla», cuando esto no es cierto59.

Mario Neves declaró en el documental esto: «Fue terrible, eran capaces de todo, supongo que es porque venían muy excitados. Hay que pensar que habían atravesado el Estrecho, que habían venido de Marruecos, que habían cruzado en avión el Estrecho a Sevilla, y venían muy enaltecidos porque habían tenido que librar violentos combates en su camino a Badajoz. A esta altura llegó una columna, creo que de ciento veintitantos, ciento veintitrés o cosa así de legionarios enloquecidos. Esto me lo contó un oficial que me dijo: “Cuidado, no hables con ellos porque están muy excitados». En un alarde de sensacionalismo, los editores del documental, a continuación, pusieron imágenes de impactos de bala que se conservaban en algunas paredes de las murallas de Badajoz y las mezclaron con las que Brut había filmado en la Plaza de Badajoz el 17 de agosto de 1936. Es la que se corresponde a un grupo de legionarios que se muestra con alegría ante el objetivo y en la que se unen algunos niños. Estas imágenes, que no tienen sonido en el original, sí las tiene en el documental, en forma de gritos y vociferaciones feroces. Esta mezcla de unas imágenes sacadas de un contexto no estrictamente bélico, pues los legionarios filmados en la Plaza de España de Badajoz no estaban en actitud de combate, y los sonidos obedecen a una manipulación claramente sensacionalista y con objeto de impresionar al televidente.

Cuando se produjo este documental, uno de los testigos, René Brut, vivía retirado en una localidad del sur de Francia llamada Ondrés, enclavada en pleno País Vasco francés. Residía allí desde 1967 en su casa familiar con su esposa Suzanne Celine hasta que el 4 de octubre de 1985 falleció en una clínica de Bayonne; fue enterrado en el panteón que la familia Brut poseía en el cemente- rio de Ondres en la acera P 63. Salvo el nombre que dio a su casa («Ma Camera») en la Avenida Docteur Laforcade nada delataba su pasado como uno de los más importantes operadores de cine franceses. Una de sus últimas apariciones fue un documental titulado Compilation Espagne, en la década de 1960, en el que relató y recordó sus peripecias en España en 1936:

«René Brut fue a Badajoz, punto de unión de los franquistas del norte y el sur. Aquí es donde, en secreto, filmó imágenes aterradoras dignas de Goya, ¿cómo? El oficial que me acompañaba se acostó muy tarde, y como todos los españoles se levantó también muy tarde. Me enteré que iban a fusilar a los prisioneros durante la madrugada. Fui a ver este espectáculo en el curso del cual pude filmar estas escenas. Veinte días más tarde, después que la película fuera exhibida en Francia, fui detenido como comunista. Durante el interrogatorio, me dijeron: “Confiesa, confiesa, sino vas a sufrir el destino de las personas que has filmado”. Éramos cinco por celda, republicanos españoles, y cada mañana venían a buscar a uno o dos de los prisioneros, al día siguiente restituían a los desaparecidos. Liberado el 13 de septiembre, tras la intervención del Papa, del cardenal Gerlier y el director de cine Julien Duvivier, René Brut finalmente llegó al aeropuerto de Le Bourget (París), consciente de haber salido realmente bien librado: Agradezco a todas las personalidades, amigos conocidos y desconocidos que intervinieron a favor de mi liberación. Usted sabe que dije: ¡Uf!»60

Se desconoce si los promotores del documental de Granada TV sobre la Guerra Civil española, hicieron gestiones para recabar su testimonio. Sí es cierto que en España la historiografía ha olvidado la vertiente humana de Brut, siendo estos datos biográficos los primeros que ven la luz en una investigación histórica. Así mismo, las imágenes que captó René Brut en Extremadura, conocidas desde la década de 1980 no habían sido sometidas a un estudio pormenorizado. La historiografía extremeña, en una profunda dejación de funciones, no ha promocionado un estudio de estas imágenes. Ello ha supuesto incluso una identificación, datación y localización errónea. Concretamente, en una obra se dice que la filmación se produjo el 15 de agosto, una de las imágenes tomadas en las cercanías de El Ronquillo habían sido situadas erróneamente en Badajoz y el tractor oruga es equivocado con una avioneta, y asimismo confundida la fachada de la Cárcel Municipal de Almendralejo con la de la Prisión Provincial61. También existe una confusión entre ciertos historiadores que no tienen claro el soporte material, pues Brut hizo su trabajo en película y no fotografías62.

7. APÉNDICE GRÁFICO

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Figura 1. El Ronquillo (Sevilla). Mañana del 16 de agosto de 1936. De izquierda a derecha: Leopoldo Nunes, José Augusto, el falangista Juan de Diego, Jean D’Esme y Félix Correia

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Figura 2. El Ronquillo (Sevilla). Mañana del 16 de agosto de 1936. Detalle de la alcantarilla volada en la carretera de Sevilla a Badajoz

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Figura 3. El Ronquillo (Sevilla). Mañana del 16 de agosto de 1936. De izquierda a derecha: José Augusto, el falangista Juan de Diego, Leopoldo Nunes y Félix Correia

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Figura 4. Mérida. Atardecer del 16 de agosto de 1936. Legionarios vivaqueando en los soportales del Palacio de la China, en la Plaza de España de Mérida

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Figura 5. Mérida. Atardecer del 16 de agosto de 1936. Legionarios junto a los soportales del Palacio de la China, en Mérida

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Figura 6. 17 de agosto de 1936. Entrada de Badajoz por la carretera de circunvalación. Tres cadáveres junto a la carretera

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Figura 7. 17 de agosto de 1936. Entrada de Badajoz por la carretera de circunvalación. Detalle de los tres cadáveres junto a la carretera

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Figura 8. 17 de agosto de 1936. Entrada de Badajoz por la carretera de circunvalación. Otro cadáver junto a la carretera

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Figura 9. 17 de agosto de 1936. Entrada de Badajoz por la carretera de circunvalación. Detalle del vehículo marca Buick y matrícula BA 2013 (al fondo el Cuartel de La Bomba)

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Figura 10. 17 de agosto de 1936. Entrada de Badajoz por la carretera de circunvalación. Un vehículo matrícula BA 3353 y al fondo el Cuartel de La Bomba

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Figura 11. 17 de agosto de 1936. Entrada de Badajoz por la carretera de circunvalación. Detalle del amasijo del vehículo marca Buick y matrícula BA 2013

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Figura 12. Badajoz. 17 de agosto de 1936. Recogida de armas junto al colegio General Navarro.

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Figura 13. Badajoz. 17 de agosto de 1936. Detalle de la recogida de armas junto al colegio General Navarro.

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Figura 14. Badajoz. 17 de agosto de 1936. Un policía, un legionario guardias cívicos y civiles posan con las armas recogidas junto al colegio General Navarro.

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Figura 15. Badajoz. 17 de agosto de 1936. Detalles de las ruinas del Teatro de la Plaza de Minayo.

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Figura 16. Badajoz. 17 de agosto de 1936. Detalles de las ruinas del Teatro de la Plaza de Minayo.

 

 

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Figura 17. Badajoz. 17 de agosto de 1936. Detalles de los bombardeos en una calle de la capital

image039Figura 18. Badajoz. 17 de agosto de 1936. Dos obreros transportan enseres domésticos en la Plaza de la República

image041Figura 19. Badajoz. 17 de agosto de 1936. Dos guardias civiles pasean junto a la Catedral de San  Juan, en la Plaza de la República

image043Figura 20. Badajoz. 17 de agosto de 1936. Un grupo de legionarios marcha por la Plaza de la República. Al fondo se aprecia la fachada del Ayuntamiento

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Figura 21. Badajoz. 17 de agosto de 1936. Un guardia cívico pasea con un civil en la Plaza de la República. Al fondo la Farmacia del Doctor Camacho que hace esquina con la calle Muñoz Torrero

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Figura 22. Badajoz. 17 de agosto de 1936. Detalle de un grupo de Legionarios y niños que posan ante la cámara de Brut en la Plaza de la República. Detrás se aprecia la fachada del Ayuntamiento

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Figura 23. Badajoz. 17 de agosto de 1936. Un grupo de curiosos entre los que hay legionarios, guardias civiles, ciudadanos y niños posan ante el Hawker Fury junto a la Catedral de San Juan

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Figura 24. Badajoz. 17 de agosto de 1936. Exhibición en la Plaza de la República de una avioneta Hawker Fury (matrícula 4-2)

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Figura 25. Badajoz. 17 de agosto de 1936. Un legionario vigila desde la Torre de Espantaperros, en la alcazaba pacense

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Figura 26. Badajoz. 17 de agosto de 1936. Vista de la ciudad desde la Torre de Espanta- perros. En un primer término el cimborrio de la Parroquia de la Concepción, y detrás el campanario de la catedral

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Figura 27. Badajoz. 17 de agosto de 1936. Impacto de varias bombas en la pared de la Torre de Espantaperros

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Figura 28. Cementerio de San Juan de Badajoz. 18 de agosto de 1936. Cadáveres de fusilados y muertos en los combates

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Figura 29. Cementerio de San Juan de Badajoz. 18 de agosto de 1936. Cadáveres de fusilados y muertos en los combates de la ciudad incinerados

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Figura 30. Cementerio de San Juan de Bada- joz. 18 de agosto de 1936. Cadáveres de carabineros y un guardia civil fusilados en la tapias del camposanto

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Figura 31. Cementerio de San Juan de Badajoz. 18 de agosto de 1936. Detalle de unos carabinero fusilados

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Figura 32. Cementerio (viejo) de Badajoz. 18 de agosto de 1936. Detalle de un guardia civil fusilado en la tapias del camposanto

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Figura 33. René Brut y su autógrafo. En la imagen, de 1970, Brut porta en sus manos el tomavistas que utilizó en Badajoz en 1936

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Figura 35. L’Intransigeant (París), 26 de agosto de 1936. Imágenes tomadas en las cercanías de El Ronquillo (Sevilla) en la mañana del 16 de agosto de 1936. Se aprecia en la imagen de la derecha el camión

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Figura 34. Diario de Lisboa, 18 de agosto de 1936. De izquierda a Derecha: Félix Correia, José Augusto, Jean D’Esme, Juan de Diego, Leopoldo Nunes y René Brut posan junto con el coche que les condujo a Almendralejo, matrícula SE 16.6??

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Figura 36. L’Intransigeant (París), 29 de agosto de 1936. La difusión de estas imágenes del cementerio de Badajoz alertaron a las autoridades militares de España y fue el origen de la deten- ción y posterior expulsión de René Brut del territorio nacional

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Figura 37. Estado de la plaza de toros de Badajoz el día 15 de agosto de 1936 y (publicada en el lisboeta Diário de Noticias el 17 de ese mes). Según la propaganda, en ese día se produjeron miles de fusilamientos con un tendido repleto de público. La realidad es otra, es la imagen gráfica de la crónica que firmó ese día el portugués Mario Neves: «Nos dirigimos en seguida a la plaza de toros, donde se concentraban los camiones de las milicias populares, muchos de ellos están destruidos (…) este lugar ha sido bombardeado varias veces; sobre la arena se ven algunos cadáveres (…) todavía hay, aquí y allá, algunas bombas que no han explotado, lo que hace difícil una visita pormenorizada».

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1  La presente comunicación forma parte de un estudio más amplio titulado «René Brut, un cazador de imágenes de la Guerra Civil Española en Extremadura». Asimismo, por problemas de espacio no se ha podido incluir todo el repertorio fotográfico expuesto durante los Coloquios.

2  BARRAGÁN-LANCHARRO, Antonio Manuel, y DOMÍNGUEZ NÚÑEZ, Moisés «Imágenes de la Guerra Civil en Extremadura: Los fotogramas de la película rodada por René Brut en Almendralejo en agosto de 1936», en Actas de las II Jornadas de Historia de Almendralejo y Tierra de Barros (2010).

3   BARRAGÁN-LANCHARRO, Antonio Manuel, y DOMÍNGUEZ NÚÑEZ, Moisés. «Algunas notas sobre la estancia del General Franco en Cáceres en agosto y septiembre de 1936 y las imágenes recuperadas de René Brut», en Actas de los XXXIX Coloquios Históricos de Extremadura (2010).

4  Este documental está dirigido por David Hart y está asesorado por los historiadores Ronald Fraser, Hugh Thomas y Javier Tusell. Parte de las imágenes tomadas por René Brut fueron utilizadas en el capítulo segundo, titulado «Revolución y contrarrevolución».

5  BOLIN BIDWELL, Luis Antonio, España: Los años vitales, Madrid, Espasa-Calpe, 1967, pp. 197 y s.

6  VILA IZQUIERDO, Justo, Extremadura: La Guerra Civil, Badajoz, Univérsitas Editorial, 1984, p. 75.

Le Petit Marocain (Casablanca), 15 de septiembre de 1936.

8  Videoteca de British Pathe, núm. 36/71 y Film ID 895.01.

Cfr. BARRAGÁN-LANCHARRO, Antonio Manuel, y DOMÍNGUEZ NÚÑEZ, Moisés «Imáge- nes de la Guerra Civil… op. cit.

10  John Dored, realmente se llamaba Jānis Doreds, 1881 – 1954, era un camarógrafo de origen letón que trabajaba para el noticiero norteamericano Paramount News. Dored había alcanzado prestigio internacional después de haber filmado ilegalmente el funeral de Lenin; cuando el material se encontraba a salvo fuera de las fronteras de Rusia, Dored fue capturado por la KGB y condenado a muerte. Fue rescatado sólo gracias a las protestas de los gobiernos británico y norteamericano. En 1936 se encontraba en España y acompañó a las tropas del bando del Frente Popular. Estuvo primeramente cubriendo la Guerra Civil en Barcelona para posteriormente trasladarse a Madrid. Fue capturado en un pueblo cercano a Navalmoral de la Mata el 28 de agosto de 1936, pues quería cubrir la toma de Navalmoral por los frentepopulistas. Cuando fue detenido viajaba con tres anarquistas llamados Carlos (Karl Vervuert Pollak), Jesús y René (conductor) en un coche pintado con los signos habituales de los anarquistas de la FAI, y el sindicato anarquista CNT. Al enseñar las credenciales que le habían proporcionado en Madrid y comprobar su origen letón (no hay que olvidar que Letonia por aquel entonces formaba parte de la URSS) estuvo a punto de ser pasado por las armas. Fue trasladado a Trujillo donde pasó una noche en un calabozo. Allí, dos de sus compañeros anarquistas (Jesús y René) fueron fusilados en el patio de la cárcel; a él y a Carlos los evacuaron a Cáceres. Desde aquí fue enviado a Sevilla donde estuvo encarcelado durante veintiún días en la cárcel de Carmona. Allí coincidió con René Brut. Dored clandestinamente hizo llegar un telegrama a su mujer en Viena y ésta comunicó su detención a la delegación de la Paramount en París. El 20 de septiembre de 1936, después de arduas negociaciones diplomáticas gestionadas por el cónsul norteamericano en Sevilla Charles A. Bay, fue puesto en libertad tras la promesa de no regresar jamás a España. Sus colegas H.R. Knickerbocker y el fotógrafo de guerra Arthur Mencken lo trasladaron en avión a Gibraltar y ese mismo día, pudo salir de España.

11  New York Times, 16 de febrero de 1941.

12   DÍEZ PUERTAS, Emeterio, El montaje del franquismo: La política cinematográfica de las fuerzas sublevadas, Barcelona, Laerte, 2002, p. 149.

13  The Evening Independent, 16 de septiembre de 1936.

14   DORED, John, For meg er jorden rund, Oslo, Aschehoug, 1955, p. 263. Es un resumen del capítulo correspondiente proporcionado en inglés por Gunnhild Holmen, de la Biblioteca Nacional de Noruega.

15  L’Intransigeant, (París), 25 de agosto de 1936.

16   Cfr. MARTÍNEZ BANDE, José Manuel, La marcha sobre Madrid, Madrid, Servicio Histórico Militar, 1968, p. 30.

17  Diario de Noticias (Lisboa), 17 de agosto de 1936.

18   BARRAGÁN-LANCHARRO, Antonio Manuel, y DOMÍNGUEZ NÚÑEZ, Moisés «Imágenes de la Guerra Civil en Extremadura: Los fotogramas… op. cit.

19  Diario de Lisboa, 20 de agosto de 1936.

20  Estas palabras del comandante Castejón fueron proféticas, ya que no pudo tomar Don Benito, al ser detenida su columna en el puente de Medellín por la feroz resistencia de los gubernamentales y los intensos ataques de la aviación.

21  Diario de Lisboa, 18 de agosto de 1936.

22  Diario de Lisboa, 20 de agosto de 1936.

23  Este vehículo fue matriculado en el mes de abril de 1929 a favor de José Bigeriego Márquez. Cfr. Boletín Oficial de Badajoz, 21 de mayo de 1929.

24  L’Intransigeant (París), 27 de agosto de 1936.

25  PILO ORTIZ, Francisco, DOMÍNGUEZ NÚÑEZ, Moisés, DE LA IGLESIA RUIZ, Fernando La matanza de Badajoz ante los muros de la propaganda, Madrid, Libros Libres, 2010, p. 297.

26  L’Intransigeant (París), 27 de agosto de 1936.

27  NEVES, Mário, La matanza de Badajoz. Crónica de un testigo… op. cit. p. 52.

28  El propio Lisardo Sánchez escribió en El Adelanto (de Salamanca) el 22 de agosto de 1936 que «el 17 [de agosto] presencié la llegada de dos aviones rojos que bombardearon Badajoz, pero llegaron tres de la base de Mérida y les hicieron huir; uno de ellos aterrizó en la finca “La Liviana” y era un gran aparato francés, que transportado en dos camiones, estuvo expuesto el día 18 en la Plaza de San Juan de Badajoz».

29  L’Intransigeant (París), 18 de septiembre de 1936.

30  AUGUSTO, José, Jornal de um correspondente da Guerra em Espahna, Lisboa, Edita Empresa Nacional de Publicidade, 1936, p. 44. Cfr. L’Intransigeant (París), 27 de agosto de 1936.

31  DORED, John, For meg er jorden rund… op. cit.

32  NEVES, Mário, La matanza de Badajoz. Crónica de un testigo… op. cit. p. 60.

33  Le Petit Marocain (Casablanca), 15 de septiembre de 1936.

34   En 1966, con ocasión del 30 aniversario del inicio de la Guerra Civil española, Pathe Magazine produjo un documental titulado «Les plus terrible des guerres civiles». En esta retrospectiva se rindió un homenaje a su «cameraman d’honneur» René Brut. Éste participó en el documental titula- do «Il y a 30 ans… La Guerre D’Espagne» (editado el 29 de abril de 1966). Parte del relato de René Brut se puede visionar. Sin embargo, en otro documental producido por Pathe y titulado «Compilation Espagne». En este documento gráfico expuso parte de su peripecia en Badajoz.

35   NEVES, Mário, La matanza de Badajoz. Crónica de un testigo de uno de los episodios más trágicos de la Guerra Civil de España (agosto de 1936), Mérida, Editora Regional de Extremadura, 1986, p. 60.

36    En un artículo titulado «Pionnier du journal  filmé»  y  subtitulado «René Brut, cameraman d’honneur» publicado en la revista Pilote (16 de agosto de 1962, núm. 147, p. 28) repasa las etapas de su vida profesional. Un párrafo trata de la guerra civil española, expresa que el film salió por Lisboa: «Pendant la Guerre d’Espagne, il filme des exécutions en masse de républicains. Il envoie sa bobine à Paris par le Portugal». Sin embargo, el historiador Pierre Marqués Posty ha afirmado sin pruebas que las imágenes salieron por Gibraltar: «…Accusé d’avoir fait parvenir à Paris, à sa rédac- tion, par Gibraltar, des clichés de la répression de Badajoz est arrêté à Séville …» (Espagne 1936, correspondants de guerre: L’ultime dépêche, París, Harmattan, 2008, p. 115). La salida natural de los artículos que querían evitar la censura era ora Gibraltar ora Tánger, por ello los rebeldes creye- ron en principio que las imágenes de Brut habían salido por El Peñón.

37  Revista Cinemonde núm. 413. Declaración de René Brut publicada el 17 de septiembre de 1936, pp. 669 y s. (Biblioteca Nacional de Francia, microfilm MICR D-556).

38   CORREIA, Félix, Quem vem lá? Gente de Paz! Gente de Guerra!, Lisboa, edición del autor, 1940. p. 93.

39   BARRAGÁN-LANCHARRO, Antonio Manuel, y DOMÍNGUEZ NÚÑEZ, Moisés. «Algunas notas sobre la estancia del General Franco en Cáceres… op. cit.

40  NEVES, Mário, La matanza de Badajoz. Crónica de un testigo… op. cit. p. 61.

41  ESPINOSA MAESTRE, Francisco, La columna de la muerte. El avanceop. cit. p. 256.

42   ESPINOSA MAESTRE, Francisco, Contra el olvido. Historia y memoria de la Guerra Civil. Barcelona, Crítica, 2006 p. 98.

43  Las memorias del Coronel Puigdengolas están difundidas en la parte correspondiente a su actuación en Badajoz en este sitio web http://www.kaosenlared.net/noticia/defensa-badajoz-agosto-1936- segun-coronel-puigdengolas

44  Cfr. ESPINOSA MAESTRE, Francisco, La columna de la muerte. El avanceop. cit. p. 256.

45  PILO ORTIZ, Francisco, DOMÍNGUEZ NÚÑEZ, Moisés, DE LA IGLESIA RUIZ, Fernando La matanza de Badajoz ante… op.cit.

46  NEVES, Mário, La matanza de Badajoz. Crónica de un testigo… op. cit. pp. 44 y 50.

47  La Vanguardia (Barcelona), 20 de agosto de 1936.

48  Cfr. PILO ORTIZ, Francisco, DOMÍNGUEZ NÚÑEZ, Moisés, DE LA IGLESIA RUIZ, Fernando La matanza de Badajoz ante… op.cit.

49  CABRERIZO PÉREZ, Felipe, La Atenas militarizada, la industria cinematográfica en Gipuzkoa durante la Guerra Civil (1936-1939), San Sebastián, Diputación Foral de Guipuzkoa, 2004, p. 31.

50  Fecha 3 de septiembre de 1936, Pathé, longitud del metraje 125 m, número de identificación Pa. 356. 11 conservado en la Filmoteca española con el código 16.

51   L’Humanité (París), 10 de septiembre de 1936: «A Séville, les rebelles menacent de fusiller un français».

52   CAPARRÓS-LERA, José María, YRAOLA, Aitor, Historia contemporánea de España y  cine, Madrid, Universidad Autónoma de Madrid, 1997 pp. 56 y 57.

53  BOLIN BIDWEL, Luis Antonio, Los Años Vitales, Madrid, Espasa Calpe, pp. 197 y s.

54  L’Intransigeant (París), 18 de septiembre de 1936. El corresponsal del Daily Telegraph Philips Percival añade con respecto al capitán Bolín que éste «ha conseguido que los corresponsales le odien como a la peste. Todos los corresponsales extranjeros le detestaban y temían, en parte porque no permitía visitas al frente salvo con escolta militar»: GARCÍA SANTA CECILIA, Carlos, Corresponsales en la guerra de España (1936 – 1939), Madrid, Fundación Pablo Iglesias e Instituto Cervantes, 2006, p. 32.

55  TENORIO, Rafael. «Las matanzas de Badajoz», en Tiempo de Historia, núm. 56, julio 1979.

56  Revista Cinemonde núm. 413. Declaración de René Brut publicada el 17 de septiembre de 1936, pp. 669 – 670. (Biblioteca Nacional de Francia, microfilm MICR D-556).

57  Ibídem.

58  Le Petit Marocain, (Casablanca), 15 de septiembre de 1936.

59  Cfr. PILO ORTIZ, Francisco, DOMÍNGUEZ NÚÑEZ, Moisés, DE LA IGLESIA RUIZ, Fernando La matanza de Badajoz ante… op.cit. pp. 51 y ss.

60  Traducción de la transcripción de las declaraciones de René Brut en el documental Compilation Espagne (Gaumont Pathé Archives, Compilation Pathé, duración 1: 01:00, Blanco y Negro. Mudo y Sonoro, TC IN: 00:24:06:17, TC OUT: 00:25:56:20, Ref: B 29/D95921) realizada por Camille Bitaud, jefa de ventas de Gaumont Pathé Archives.

61  VILA IZQUIERDO, Justo, Extremadura: La Guerra… op. cit. pp. 72 y s.

62  Cfr. ESPINOSA MAESTRE, Francisco, La columna de la muerte. El avanceop. cit. p. 210.

Oct 012011
 

Fernando Moreno Domínguez.

 

1.  INTRODUCCIÓN

Durante muchos años he tenido que recorrer la provincia de Cáceres, y he llegado a conocer a fondo la red de caminos bruñida en su orografía, así he conocido también su cartografía, y esto me ha proporcionado un conocimiento global de la misma. En este sentido, me gustaría poner de manifiesto la presencia de varios tramos de calzada romana, algunos de ellos inéditos y conectados entre sí por los que fueron antiguos caminos naturales en la prehistoria, que trascurren en línea recta con una intención predeterminada conformando el trazado de la calzada romana  Corduba–Portus Cale.

Mi principal objetivo es dar a conocer estos tramos de calzada romana, que ayudados por otros hallazgos bibliográficos, me han hecho ver el modo en que caminos y libros juntos y en sinergia han compuesto este trazado que ahora les explico.

En esencia, esta prospección se desarrolla sobre la calzada romana Corduba a Portus Cale, ya estudiada en su día por Antonio Álvarez Rojas. Comparto su argumentación y su dirección, también comparto el interés metalúrgico que él le supone a este itinerario; incluso con la variante del trazado que ahora explico se incrementa ese carácter estratégico minero al incluir Villasviejas del Tamuja y su producción de plata a gran escala. El trazado que dicho autor propone transcurre casi paralelo al que yo propongo, si bien difiero en el tramo que va desde Alcántara hasta Villar de Rena, y es en este tramo donde centro este estudio. El trazado que a continuación describo, se desvía hacia el este unos pocos kilómetros en este tramo con respecto a la propuesta de Álvarez Rojas, en el resto del trazado estoy de acuerdo con el antiguo director del Museo de Cáceres, al que agradezco su trabajo pues da sentido a mis hallazgos.

He trabajado con fotografía aérea, sistemas de información geográfica digitalizada, cartografía antigua y actual, revisando todas las ediciones, y buscando la cartografía más antigua posible; documentación de archivo y bibliográfica y, sobre todo, he desarrollado un trabajo de campo pormenorizado cuadrícula a cuadrícula durante varios años.

Es importante hacer constar que la calzada que propongo, al igual que las calzadas que proponen otros autores que pasan por encima del puente de Alcántara, que es donde únicamente coincidimos, no está registrada en ningún itinerario clásico, ni siquiera en fuentes clásicas, tampoco existen miliarios en ninguno de los trazados propuestos por los autores que más abajo menciono. Por estas razones hay que considerarla secundaria a pesar de disponer del mejor puente romano de Hispania.

También importa destacar que el destino final de esta calzada como Oporto, es como decir Bracara Augusta, ya que está a 40 km más al norte que Portus-Cale: la actual Braga fue en época romana sede del Conventus Bracarensis primero y después en época de Diocleciano fue capital de la provincia Gallaecia, y como es lógico las dos capitales de la Baetica y de la Gallaecia debieron estar comunicadas.

En origen, la calzada que nos ocupa es una vía de comunicación natural que conectaba en las edades de los metales, sobre todo desde el Período Orientalizante y la Edad del Hierro, importantes asentamientos como Cancho Roano en Zalamea de la Serena,, La Mata de Campanario, Castillejo de Robledillo de Trujillo, Villasviejas del Tamuja, el Torreón de Abajo (Cáceres), el Risco de Sierra de Fuentes, el propio Cáceres como castro prerromano (hipótesis la de éste último ya barajada por Álvarez Rojas) y además los lugares de Pasto Común, Cabeza de Araya, Cerro de Mariperales, Castillejo de Villa del Rey, Cerro los Pilones y pasando muy cerca del Castillejo de la Orden, y también cerca de la Muralla de Alcántara, entre otros. Tal es así que los romanos se limitaron a crear o reparar los tramos de difícil tránsito, como es el caso de los pasos de sierra, vados y puentes. Por desgracia el expolio ha sido más que considerable, tanto que a 200 m del mismo puente de Alcántara sólo queda la roca viva donde antaño se hallaba la estructura de la calzada.Y esto se repite en todo el trazado, salvo en escasas excepciones donde la abundancia de piedra y el difícil acceso disuadieron a los lugareños de optar por el saqueo de la antigua vía.

2. ANTECEDENTES BIBLIOGRÁFICOS.

J. Ramón Mélida afirmaba que la calzada iba de Cáceres a Alcántara, hipótesis que sigue Roldan Hervás y J.M. Blázquez Martinez y este último afirma que desde Alcántara seguía hasta Viseu, desde aquí en Talabriga, dos posibilidades o bien a Olissipo (Lisboa) o a Bracara Augusta, cercana a Portus-Cale. Por otra parte, J. M. Fernández Corrales sostiene que esta vía partía de Medellín y se dirigía a Cáceres por la carretera de las Torres, y desde aquí llevaba a Alcántara.

Hay numerosas referencias por autores portugueses al trazado desde Mérida a Braga (Javalhoy, Coelho y Soares Mantas) y es muy probable que Córdoba, capital de la Betica, estuviese comunicada con la capital de la Gaellica con anterioridad a la fundación de Mérida. Más adelante veremos que se trata de un camino anterior.

A. Álvarez Rojas la llama calzada del Puente de Alcántara y apunta que se trata de la calzada Córdoba – Oporto, y deja a Cáceres a unos 3 ó 4 km al noreste para dirigirse por Malpartida de Cáceres, Arroyo de la Luz, Brozas y, desde aquí por el Camino de los Charros, hasta Alcántara. Este trazado es avalado por los trabajos de campo de J. Gil Montes, que la llama Vía da Estrela. Este camino desde Malpartida y Arroyo de la Luz por Brozas y el Camino de los Charros tuvo un uso intenso durante más de tres siglos para llevar en carros o carretas la lana de los lavaderos de Malpartida y Arroyo de la Luz hasta la Sierra de la Estrella, concretamente hasta Covilha, donde estaban los centros manufactureros de la lana. Tan intenso uso originó frecuentes reparaciones y enlosados que han llevado al error de creerlo calzada romana, incluso de registrarla en cartografía vigente. He de señalar que a su llegada a Alcántara este trazado sufre enormes subidas y bajadas en el río Jartín. que en el trazado que propongo no se dan; además es poco viable conectar desde este punto con el santuario de la Virgen de los Hitos como propone J. Gil Montes.

3. DESARROLLO

El expolio es una constante en este trazado, así que he estado buscando y encontrando más pistas sobre el desmantelamiento que sobre la propia calzada en buen estado de conservación.

He planteado este estudio sobre una sistemática de trabajo que baraja unas evidencias claras que considero que son argumentos muy contundentes (como por ejemplo tramos de calzada en buen estado, puentes romanos) y que son reforzadas por otros indicios probables (ya sean indicios físicos tales como puentes, caminos con señales de desmonte de calzada; o bien indicios teóricos tales como teorías y trabajos de otros autores y los topónimos); y apoyando a los anteriores, otros indicios (restos romanos próximos, rastreos cartográficos, y señales físicas menos fiables). Así el trazado que propongo quedará con tres categorías: Tramo seguro (1), Tramo probable (2), y Tramo posible (3) deseando que en próximos estudios y quizás con otros métodos, como prospección arqueológica, vuelos aéreos, etc., puedan pasar a Tramos seguros.

4. EVIDENCIAS CLARAS

Se citan en sentido geográfico desde Alcántara a Rena.Calzada cerca del puente de Alcántara hacia Piedras Albas. Se trata de la prolongación de la tabla del puente de Alcántara. Toda ella está ya desmantelada, los pocos restos que quedan son los bordes de la calzada y los trabajos de cimentación de cunetas.Puente de Alcántara. Impresionante cómo se alza cual monumento al in- genio humano de dos milenios de antigüedad, al lado del mísero ejemplo de la condición humana que ha arrasado la calzada que lo cruzaba y le daba sentido.

Restos de calzada cerca de la Virgen de los Hitos. En el llamado aquí camino de Alcántara a Garrovillas. Sobrepasado el santuario de La Virgen de los Hitos, casi enfrente de la entrada de la casa del Cortijo, se aprecia el trabajo de cunetas cimentadas y restos de calzada. Más adelante, cerca del cerro Los Pilones, y del arroyo Corredor, se aprecian los restos de un vado empedrado que es en verdad la calzada romana seccionada por el arroyo donde se ve su estructura. Un poco más adelante en la Dehesa de Ruipáez (término municipal de Mata de Alcántara) se aprecian varios tramos.

Los nueve tramos de calzada en Cancho Portugués (Navas del Madroño). Por estar en una zona de mucha piedra suelta y de Rivero se han salvado de la barbarie. El enclave por donde discurre es el llamado Cancho Portugués, en el cerro de Cabeza de Araya, donde nacen las dos Riveras de Araya; el primero de ellos antes de llegar al cruce que en dirección Norte (como buen camino de trashumancia) se dirigiría al Vado de Acehuche. Los restantes, algunos en muy buen estado de conservación, van sorteando los bloques graníticos del canchal, con pendiente suave hasta bajar al llano.

Colonia Norba Caesarina. Como comento a continuación, Clemente Roswag (1853) describe la calzada que iba desde Villasviejas del Tamuja a Cáceres. Si Cáceres es punto seguro del recorrido, además de ser colonia romana, entonces, si trazamos una línea recta entre Cáceres y Alcántara (52km.) resulta que dicha línea pasa por encima de los nueve tramos del Cancho Portugués y que el punto medio de esa línea está apenas a un kilómetro del primer tramo de los nueve existentes, y allí hay restos que parecen romanos (Pontón de la Nava).

Restos de Calzada en La Mingajila (Cáceres)

Villasviejas del Tamuja. Este tramo ya fue descrito en el año 1853 por el ingeniero civil de minas D. Clemente Roswag, como recientemente recoge A. González Cordero.

Restos de calzada en el camino de Salvatierra de Santiago a Robledillo de Trujillo

Calzada en Puerto Viejo de Robledillo de Trujillo (Cáceres). Son casi 700 metros. de calzada con conservación irregular, pero hay tramos muy buenos. Por las características geográficas del Puerto Viejo, con 490 msnm, resulta ser el mejor paso de la Sierra de Montánchez, en igual rango que el Puerto de la Cagaluta que está a 700 metros de él. Los otros pasos de esta sierra son el Puerto de Santa Cruz, que también corona a 490 msnm. pero se aleja de la dirección que pretende esta calzada. El Puerto del Burro, con 572 msnm, es más abrupto y más elevado. El Puerto de Valdemorales corona a 590 msnm. Es por éste por donde A. Álvarez propone el paso de la calzada. Y el puerto del Jabalí con 576 msnm y alejado de la dirección.

Restos de calzada en el sitio de Camino de Santa Ana (Escurial). Aquí sólo quedan los bordes.

Todos estos tramos de calzada coinciden en su anchura de cinco metros y medio.

5. INDICIOS PROBABLES

Éstos lo son en tanto se alinean en rectitud con los tramos evidentes

En el siglo XVI, en1594 en el Libro de los Millones, se citaba a Navas del Madroño como Venta del Madroñal, esto significa que ya era en épocas medievales cruce de varias cañadas trashumantes: la que iba de Cáceres a Alcántara y la que iba de Alburquerque a Garrovillas o al vado de Alconetar; fuera quizás en época romana una posible mansio a mitad de camino entre Alcántara y Cáceres.

La calzada realiza el paso por la Falla de Plasencia, cerca de Cabeza de Araya, en Navas del Madroño, por el único punto donde no hay río, concretamente entre el Cancho Portugués y los cercados de Gamboa. Esto es de gran importancia a la hora valorar el trazado óptimo del itinerario entre Alcántara y Cáceres. Por otro lado esta falla representa un corredor prehistórico ya descrito por A. Álvarez Rojas et al . que conectaba la meseta desde Gredos hasta el cabo de San Vicente en el sur de Portugal. Desde este lugar hay numerosos asentamientos cercanos : siguiendo hacia el suroeste, por la Rivera de Araya entrante en Salor Sansueña a unos 12km; Cerro del Águila, y Sierra del Aljibe de Alis da a 16 km.; a 600 metros al norte Cabeza de Araya con sus dos castros (bronce final y en mi opinión también hierro inicial) y hacia el noroeste siguiendo el cauce de la otra Rivera de Araya entrante en Tajo ( se trata de dos ríos diferentes con un mismo nombre), Pasto Común, Pico del Águila (calcolítico), Valle- luengo (tardorromano), Castillones de Araya (hierro inicial), Alconetar (hierro pleno); Turmulus (romano) en el río Tajo, y Cerro del Garrote (calcolítico); y representa este lugar la conexión de esta vía con el vado de Alconetar y la Vía de la Plata, a través del corredor del Dique de Plasencia.

Los lugareños de Navas del Madroño han transmitido de generación en generación que ésta es la calzada (en el Cancho Portugués) que se dirige a Alcántara.

Entre Navas del Madroño y Cáceres, a lo largo de varios kilómetros sirve de separación entre los términos municipales de Arroyo de la Luz y Casar de Cáceres, así como entre los de Cáceres y Casar de Cáceres, situación que se prolonga en el arranque del camino de Botija, donde sirve de deslinde a los términos municipales de Cáceres y Torreorgaz. De manera análoga también en Los Alijares y Las Caballerías la calzada separa términos municipales. Como apunta el ingeniero Isaac Moreno Gallo, el que las viejas calzadas romanas sirvan de linderos entre términos municipales o de diócesis es algo común.

Otro dato histórico que fundamenta la pervivencia de este trazado es que la Encomienda de Alcántara tuviera en la comarca de la Serena propiedades y, ambas, debían de estar conectadas por una vía precedente. El hecho de que fuera camino usado en la Edad Media por la Orden de Alcántara para gobernar y defender estos territorios puede estar avalado por la existencia de dos “Hospitales medievales”: uno en Salvatierra de Santiago y otro en Robledillo de Truji- llo donde la calle Hospital señala su antigua ubicación.

Hasta el siglo XVIII estaba prohibido murar las fincas. Una vez levantada esta prohibición se ejerció una presión brutal para extraer toda la piedra medianamente preparada de, por ejemplo, calzadas y puentes en desuso, de forma especial en tierras donde las piedras sueltas en superficie son escasas, como es el caso de algunas zonas de la penillanura cacereña. Así se explica que en paisajes berroqueños, y de difícil acceso, sea más fácil encontrar restos claros de calzada y quizás otras ruinas, ya que hay más materiales para la construcción de muros y cercas, y por ello la calzada ha sufrido un menor expolio. Como ya dijimos, solo se conservan algunos tramos en zonas de sierra de difícil acceso y, sobre todo, de difícil saqueo y con abundancia de materiales de construcción entorno a ellos.

Relacionada con la prohibición de murar estuvo la trashumancia, y unido a ella, el hecho de ser todas las comarcas, por las que discurre esta calzada, eminentemente ganaderas. La combinación de ambos factores ha dado lugar a que la calzada no se haya conservado de igual forma que otras vías romanas que cruzan la España agrícola. En aquellas zonas castellanas vinateras y de “pan llevar” el laboreo afectó de manera limitada a la traza de las calzadas, que eran aradas pero no arrasadas, que es lo que sucede en nuestro caso, donde los elementos que componen la vía han sido reutilizados para construir presas, molinos, casas, tinados y, sobre todo, para levantar cercados, que más que para guardar el ganado, se alzaban para evitar que los rebaños trashumantes penetraran en huertas, sembrados, y pastos, escasos por otra parte debido a la pobreza propia de estos suelos, de escasa potencia además de ácidos. Estas características edafológicas del suelo, unidas a una climatología semiárida, de irregular pluvimometría, han hecho que en estas comarcas tuviesen durante siglos un único y estacional uso: la ganadería trashumante.

Los trazados de muchas de las actuales carreteras, siguiendo el criterio de unir pueblos de una comarca en torno a una sola carretera y así optimizar recursos, son obra de la época de los Borbones. Esto se observa en la carretera de Alcántara, y en la carretera de Botija. Sin embargo, anteriormente se seguían otros criterios, buscando la línea recta, y así cada pueblo tenía su camino hacia el pueblo que era cabecera de la comarca. En mi opinión, parece que los humanos tenemos una manera especial de fijar en nuestra memoria un camino que aprendemos por primera vez, como si quedase muy bien “impreso en nuestra mente” y luego ya nos cuesta trabajo rectificarlo y admitir que hay otros; y lo fijamos de tal modo que nos parece que por sentido común un camino ha de ser como lo hemos aprendido y fijado, y no como la orografía aconseja que debe ser.

6. OTROS INDICIOS

LISTADO DE TOPÓNIMOS:

Virgen de los Hitos1 . Alcántara.

Arroyo Corredor2. Alcántara.

La Carriona. De la misma raíz y significado que el topónimo precedente.

Venta del Madroñal. Navas del Madroño

Barrio del Gallo3. Navas del Madroño.

Pontón de la Nava. Navas del Madroño.

Cancho Portugués. Navas del Madroño.

Cercados de la Calzada. Navas del Madroño.

Los Galeses. Navas del Madroño.

Gamboa. Navas del Madroño.

Majano de Antonio Maria. Casar de Cáceres.

Piedra Hincada. Salvatierra de Santiago.

Calle Travesía del Hospital, en Robledillo de Trujillo.

Valle de los Machones. Robledillo de Trujillo.

Camino la Venta. Escurial.

Calle Portugal. Escurial.

Vereda de la plata.

Carril de Alcántara.

7. RUINAS Y RESTOS ROMANOS PRÓXIMOS A LA CALZADA

Vado con restos romanos cerca de la Virgen de los Hitos. Alcántara.

Vega de las Marquesas. Brozas.

Ejidos de Navas del Madroño.

Navas del Madroño.

Pontón de la Nava. Navas del Madroño.

Fuente del Pilar. Arroyo de la Luz

Charca del Saguazal. Arroyo de la Luz.

Vega de Pasto Común. Arroyo de la Luz.

Alto de Campanario. Casar de Cáceres.

Casa La Parra. Arroyo de la Luz

Pozo Morisco. Casar de Cáceres

La Doblera (Solana del Casar). Casar de Cáceres.

Las Viñas de la Mata. Cáceres

Casa Quemada. Cáceres.

Casa Martín. Cáceres

Marradas de la Sociedad. Cáceres.

CÁCERES.

La Alberca. Cáceres

Castillo de la Señorina, Cáceres, que no es sino un fortín romano de vigilancia de la calzada ubicado en un pequeño altozano en el puerto de la Señorina

Las Trescientas. Cáceres.

Madrilejos. Cáceres.

Palazuelo. Cáceres.

Alto de la Mingajila.

Villasviejas del Tamuja.

Botija Fontorro. Botija.

Fortín Romano de vigilancia en  Salvatierra de Santiago.

Gibranzos. Robledillo de Trujillo

La Malena. Robledillo de Trujillo.

Alijares. Robledillo de Trujillo

Caballerías. Ibahernando.

Calamochas. Villamesías. Creo que es en este sitio donde se cruzaban la calzada objeto de este estudio y la que desde Mérida se dirigía a Caesaraugusta, pasando por Trujillo se dirigiría después hacia Villamesias (Los Osarios) hacia aquí se dirige el llamado camino de La Venta, y no se sabe cual es esa venta, seria las Calamochas, mansio que después se llamó La Venta

Pozo la Venta. Escurial.

Deshijos. Escurial.

8. LA DESCRIPCION DE CLEMENTE ROSWAG

En una obra que no ha llamado la atención, seguramente por parecer que se trata de un informe de minería, gracias al trabajo de A. González Cordero ( El castro de Botija y sus minas. Una revisión historiográfica de Clemente Roswag. 2009) he podido acceder a esa información tan valiosa en mi trabajo, pues C. Roswag, ingeniero civil de minas, hace un estudio pormenorizado de la explotación minera romana del distrito minero de Plasenzuela-Botija, contabilizando más de 2500 bocas de minas, con el propósito de reprocesar las escorias que dejaron los romanos o bien encontrar nuevos filones y ponerlos en explotación. También describe el yacimiento arqueológico y lo adscribe a la época romana, por las herramientas de minería que se encontró, y los hallazgos frecuentes de monedas y otros objetos romanos. Llegó a participar en una sociedad minera que perseguía los fines antes mencionados, pero los inicios de esa sociedad no fueron buenos y debió de ir a visitar a uno de sus socios varias veces, llamado German Petit (coto Petit de Arroyo de la Luz) que vivía en Arroyo del Puerco. Comenta que hay caminos importantes, estratégicamente conectados, con la Vía de la Plata hacia poniente, hasta Cáceres, para dar salida al mineral, o a la plata explotada en la zona. Él debió recorrer varias veces ese camino o calzada del que hablamos, hasta llegar al Coto Petit, cerca de Arroyo de la Luz y a 2 kilómetros escasos de esta calzada.El hecho de producirse plata a gran escala en esta zona, y que se trasportase por esta calzada hacia el sureste y hacia noroeste, puede estar avalado por la existencia de fortines romanos que vigilaban dicha calzada, el de Salvatierra de Santiago (González y Alvarado, 1987,566) y el del Puerto de la Señorina a 8 km de Cáceres (que domina casi todo el trazado entre Villasviejas y Cáceres) (Ortiz 1995)

Antonio González Cordero, en comunicación personal, señaló que Clemente Roswag estuvo buscando conexiones de la citada calzada hacia el sur, para dar salida a la producción minera romana, y parece ser que encontró algo, Tamuja arriba, en el Puerto del Burro a 577 msnm (término municipal de Zarza de Montánchez) que es por donde corona la sierra de Montánchez, conocida en la zona como Vereda del Contrabando, pero parece ser que lo descartó por abrupta y poco probable. Parece ser que no encontró el paso del Puerto Viejo a 490 msnm y su calzada situado a 7 km más al Este.

9. ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE LOS VIAJES Y LOS CAMINOS ANTIGUOS

El aspecto que más define los viajes son las velocidades que se alcanzaban. Un rebaño se desplaza a razón de 3 ó 4  km por hora, un carro de bueyes alcanza los 4 ó 5 km/h un carro ligero va a 5 ó 6 km/h, y una caballería, a 6 ó 7 km/h, la caballería ligera va a unos 10 ó12km/h, a estas velocidades no se pueden desviar de la ruta a no ser que sea imprescindible. Todo ello hace que se imponga la línea recta como la mejor solución, es obvio. Es curioso como hoy en día todavía se aprecia en la cartografía, como se distinguen los caminos antiguos por su rectitud de los remozados con sus curvas y adaptaciones a otros criterios. Los automóviles actuales pueden hacer todo tipo de requiebros sin demora considerable.

Como estas vías mantienen su trayectoria (Isaac Moreno Gallo) durante kilómetros y kilómetros una vez encontrado un tramo seguro tenemos ya de por sí la dirección en la que va a continuar debido a este mantenimiento explícito de la trayectoria; hasta que encontremos otro tramo seguro o probable.

Muchas cañadas reales o cordeles de la trashumancia se establecieron sobre antiguas calzadas, pero hay algunas características propias para diferenciarlas: la calzada lleva una dirección que procura mantener en todo su recorrido, la cañada en cuanto a su dirección suele ser Norte-Sur; además las cañadas suelen buscar zonas ricas en pastos. Las huellas que dejan los rebaños de la trashumancia en la roca viva son la marca de muchas veredas que pueden entrecruzarse haciendo un dibujo que parece una madeja. Las marcas que se encuentran en las calzadas son originadas por carros, dejando dibujada en la roca patrones paralelos.

Además de buscar la línea recta hay que cuidar los medios de transporte, los animales han de beber en el recorrido, comer, evitar puertos difíciles de elevadas pendientes y ríos peligrosos. Se estudiaban los puertos más favorables y los pasos de ríos más practicables y una vez definidos, entre ellos se pretendía la línea recta, así quedaría un buen camino recto y acompañado de puntos de agua, y alrededor de estos, buenos pastos.

Con estos preceptos se ha ido tejiendo una red de caminos con una fuerte organización radial, en cada centro de comarca, castros prerromanos, colonias o prefecturas romanas y luego las ciudades y los centros señoriales o comarcales. Pero también cada propio municipio tiene su red radial. Así el camino que se sale de esa red radial es digno de tenerlo en cuenta en este tipo de averiguaciones pues obedece a otros fines o destinos fuera de la red radial más cercana. Así cada municipio tiene su propio camino hacia la capital o ciudad señorial que aún hoy se ven en la cartografía actual: camino de Arroyo de la Luz a Cáceres, camino de Brozas a Cáceres, camino de Navas del Madroño a Cáceres, camino de Garrovillas a Cáceres, etc… La mayoría de las carreteras actuales obedecen a criterios de optimización de la inversión viaria., por ejemplo la carretera de Cáceres a Alcántara viene recorriendo los pueblos de la zona y alargando el recorrido, este tipo de carreteras suelen ser de la época de los Borbones.

Los caminos o vías de comunicación antiguas, como es obvio, se caracterizan por su desgaste y su deterioro, y asociados a éste hay una serie de características que los definen. Así, el desgaste en los collados y pasos elevados hasta llegar a la roca viva muchas veces conlleva el salirse un poco en principio o mucho más tarde del camino originario, lo que acaba mellando la línea de horizonte por donde pasa ese collado. Este hecho es muy significativo y llega en muchas ocasiones a establecer caminos paralelos e incluso variantes como sería un camino para invierno y otro para verano. En mi opinión el topónimo La Doblera hace referencia a este hecho.

La erosión en los collados propia de un camino natural hay que distinguirlo de otro fenómeno que se aprecia cuando una calzada es desmantelada para extraer sus piedras. Ya se mencionó anteriormente la prohibición de murar fincas que cuando se despenalizó originó un saqueo de ruinas, calzadas, puentes y otras fuentes fáciles de piedra medianamente trabajada. En algunos casos se ha comprobado que desde la calzada se han levantado dos paredes asentadas sobre las últimas hiladas de piedra del borde de la calzada, lo que hace que esta primera hilada característicamente guarde un mismo nivel entre ellas.

Otra característica que acompaña a los trazados antiguos es la presencia alrededor del camino de señales de extracción de rocas para producir reparaciones o la creación de la propia calzada, pueden ser pequeñas canteras o simplemente recoger la piedra suelta de la zona limítrofe, son las denominadas pedreras, que han acabado como los llamados chabarcones para que el ganado abreve, Esto ha ocasionado el hecho de que en algunas calzadas, casi periódicamente, se originen charcos en invierno que se originaron con este fin.La presencia regular de puntos de agua es otra característica obvia. Estos itinerarios a veces están también acompañados de chozos: no toda la gente que viajaba dormía podía pagarse una noche en una o una mansio o una statio. Los más humildes dormían al raso, o quizás en chozos o bohíos.

Sabemos que en época romana se produjo una distribución del territorio de forma reglada y sistemática por primera vez, hay numerosos estudios que lo demuestran. De manera implícita a estos repartos del territorio se produjo la organización cuadrangular de caminos y cruces de éstos, dando un patrón reticular sobre la red pecuaria y la red viaria, originado la mayoría de los cruces de caminos con una angulación de 90 grados, con cuatro salidas desde el centro del cruce. Estos cruces son indicativos de caminos muy antiguos. Hay de hecho cruces de caminos antiguos que aparentemente tienen sólo tres salidas desde su centro, pero rastreando en la cartografía antigua, o en la historia “local” se adivina el cuarto unos kilómetros más adelante con algún indicio, ya sea de topónimo o evidencia de cordel o camino importante. Cuando un gran camino ya sea cordel, cañada, vía natural de comunicación, calzada o camino real, atravie- sa un pueblo, o asentamiento humano, deja una organización interna en ese poblado, como ya indicaba Hubner, que es una pista para el rastreo de estas vías en la cartografía actual.

Por último, la toponimia, la tradición oral es de suma importancia. No deja de sorprenderme y maravillarme el hecho de que los nombres de nuestros ríos, los ríos de estas comarcas que abarcan este estudio, con raíces prerromanas, demuestra que a lo largo de la historia estas comarcas siempre han estado pobladas y por ello no se perdió el nombre de esos ríos. Son nombres preciosos: Tajo, Tamuja, Gibranzos, Magasca, Jartín, Jumadiel, Araya.

El nombre del camino puede aludir a algo de manera inequívoca, por ejemplo, camino del río, y la mayoría de las veces se llaman con el punto de destino, las ciudades están donde acaban los caminos, sólo las grandes vías reconocidas y algunos cordeles o cañadas reales tienen un nombre especial que se va manteniendo o variando poco a pesar de recorrer varias poblaciones. De este modo, resulta muy significativo que en el pueblo de Escurial, con calles muy tortuosas, la única calle (antiguo camino) que es recta se llame calle Portugal, coincidiendo con el trazado de esta calzada que desde Córdoba va a Portugal (concreta- mente hasta la ciudad de Oporto, antigua Portus Cale, puerto de la cala)

10. TRAZADO DE LA CALZADA DESDE ALCANTARA A RENA

La calzada, siempre descrita en el sentido que este epígrafe reza, vendría del puente de Alcántara por la actual carretera que baja de Alcántara hasta el puente y toma el camino de la Virgen de los Hitos. Dejando esta ermita a mano derecha, continúa por el que se llamaba camino de Garrovillas, resto de calzadas y cunetas, dejando a izquierda el cerro de Los Pilones. En esta zona hay varios tramos en la dehesa de Ruipaez La vía sobrepasa el pantano de Mata de Alcántara a la altura de la presa y la actual carretera de Villa del Rey a Mata de Alcántara. Discurre por las tierras altas de la dehesa de Mata, pasa a la Dehesa de Villa del Rey y llega al alto de la Covacha, que aquí se llama camino de Alcántara a Navas del Madroño. Pasa por el Tobal, Cabeza Jartín, fuente de la Colada, el Orillal , desviándose en este lugar a la izquierda para cruzar la Rivera de la Mata, por encima de La Hacienda de San Gregorio y por debajo de las Marquesas (donde se aprecian restos romanos en superficie). Cruza la rivera por un puente de grandes losas de granito para encaminarse a las Peñas de la Ceñida, donde vuelve a llamarse camino de Alcántara; tramo con evidencias de desmantelamiento. Pasa junto el cerro de Mariperales (asentamiento de la Edad del Bronce y del Hierro inicial) dominando el punto más alto de esta parte del recorrido y llega a Navas del Madroño por el barrio del Gallo (del latín callis, que luego sufre una derivación fonética frecuente de “c” a “g”) topónimo, como ya dijimos, asociado a las calzadas romanas. Sale de Navas del Madroño, localidad denominada en el siglo XV Venta del Madroñal (quizás se ubicó aquí una antigua mansio justo en la mitad de camino entre Alcántara y Cáceres, concretamente a 25 y a 27 kilómetros de cada uno respectivamente). Desde aquí, por el Parador, transcurre unos metros por la actual carretera de Cáceres, hasta el Rincón de los Curas, ahora va por el Cordel de Cáceres, pasa por el Pontón de la Nava (puente de lanchas de granito sobre el Jumadiel que aquí se llama regato de los Noques). Aquí entronca la vereda de Brozas, entra en el Cancho Portugués, con 9 tramos de calzada empedrada bien visibles. El primero de ellos se encuentra antes de llegar al cruce que se dirige al Norte, hacia Acehuche, por lo que no es cierto que esta calzada fuese a Acehuche, como se afirma en la entrada sobre el municipio de Navas del Madroño en Wikipedia. Sigue su recorrido pasando por los cercados de la Calzada, la finca los Galeses y los cercados de Gamboa (topónimo de clara raigambre lusa); pasa la falla geológica de Plasencia por el único sitio donde no hay río (los dos ríos que recorren esta falla se llaman igual, Rivera de Araya, si bien, antiguamente, a una se la denominaba Rivera de Araya entrante en Tajo y a otra Rivera de Araya entrante en Salor). Desde aquí vuelve a recibir el camino viejo de Brozas, lo que sugiere que los caminos de Brozas buscan este itinerario y no el paso por la Vega de Araya (finca Ballestera); entra en la dehesa de Navas del Madroño y se dirige al Saguazal por el Camino de Navas al Casar de Cáceres. A este tramo los lugareños le siguen llamando Cordel de Cáceres. Aquí se aprecian restos de calzada con bastante claridad. Pasa junto la fuente del Pilar (donde son visibles restos romanos y prerromanos) para entrar, un poco más adelante, en la dehesa de Pastos Común (nuevamente se hallan restos romanos en superficie y de una explotación minera), penetrando en la Dehesa Zafrilla con el nombre de camino de Navas a Cáceres. Deja a la izquierda el Alto de Campanario, con restos romanos, probablemente sean los restos de alguna torre de vigilancia por la cota elevada que ocupa, algo inusual en construcciones romanas. Seguidamente pasa junto a los cercados de Perero (nuevamente se constatan restos romanos). Desde este punto y durante varios kilómetros sirve de separación a los términos municipales de Casar de Cáceres y Cáceres, fruto de las segregaciones que se hicieron por orden de Sancho IV. Pasa junto a la casa del Mae Mae, cerca del Pozo Morisco (con presencia de restos romanos que curiosamente han pretendido esconder entre las peñas cercanas), pasa por el Majano de Antonio María, curioso nombre justo donde se cruza con la carretera de Arroyo de la Luz a Casar de Cáceres, pasa por la Doblera donde se bifurca el llamado Camino de Brozas, quizás porque pasaba por mejores fuentes y abrevaderos, lo que terminó por convertir a esta derivación en la mejor opción para el verano y, sobre todo, cuando el centro de Cáceres se trasladó hacia el oeste de la zona monumental. Esta opción más al Oeste, ha sufrido muchas obras y acometida de aguas y su rastreo ha quedado muy comprometido; sobre la cartografía es la opción más recomendable. No descarto que hubiesen sendas variantes: una para el verano por tierras bajas, con buenas y abundantes fuentes de agua y pastos frescos, y otra de invierno por tierras altas y, por tanto, de difícil inundación. El otro trazado, más viejo, y por tanto creo que es el original, discurría por la separación de los términos municipales Cáceres y Casar de Cáceres hasta llegar a Santo Toribio. Este tramo conserva muchas evidencias del camino antiguo, incluso la “caja” que queda en el terreno tras desmantelar la calzada. Desde Santo Toribio se dirige hacia la zona del antiguo Seminario, coincidiendo en la llegada con la Vía de la Plata, hasta llegar a Cáceres donde estaba la Colonia Norba Caesarina.

El hecho de ser Cáceres una colonia romana hace poco probable que una calzada de largo recorrido, como esta de Córdoba a Oporto, no la cruzase y la dejara de lado, desplazándose de ella 3 ó 4 kilómetros. Los restos de calzada, desmontada, entre Cáceres y Santo Toribio así lo demuestran. La descripción de la calzada desde Botija a Cáceres de C. Roswag también asevera que la calzada debía de pasar por Norba Caesarina. Y en este orden de cosas no hay que dejar de tener en cuenta que los viajes largos, o sea, las calzadas de largo recorrido han de estar bien estructuradas, han de tener sus mansio bien definidas y seguro que Norba o Castris debió ser sin duda mansio.

La distancia entre Alcántara y Cáceres sería de unos 55 kilómetros, mucha distancia para una sola jornada. El punto medio está en el llamado Pontón de la Nava, a menos de 1 kilómetro de la mitad justa, o quizá dos kilómetros más adelante en el propio Navas del Madroño (Venta del Madroñal). La presencia de un ara funeraria en el municipio y otros restos invitan a pensar en esta opción.

Sale la calzada de Cáceres coincidiendo con la que iba hasta Medellín, hasta rebasar el puerto de la Señorita, vigilado por el fortín romano allí existente, y se separa en dirección a Botija, siguiendo el camino de Cáceres a Botija, desaparecido tras la reordenación parcelaria de la zona, llega al alto de La Mingajila la Ventosa, pasa el vado del Tamuja, cercano al yacimiento de Villasviejas del Tamuja, pasa por El Mercadillo, El Campamento, Botija, carretera a Salvatierra de Santiago, donde en la zona más alta del pueblo se encuentra el fortín romano conocido como Canchuelo, se encamina hacia Robledillo de Trujillo por el camino vecinal de Salvatierra a Robledillo, aquí hay varios tramos con los bordes en buen estado, pasa por Robledillo de Trujillo, donde hay una calle que se llama Travesía del Hospital (los hospitales eran más hospedaje que centro de sanación), y desde aquí por El Baño, Valle de los Machones, hacia el Puerto Viejo, donde hay un buen tramo bien conservado, con un impresionante trabajo de cimentación de cunetas que baja la Sierra de Montánchez hasta los Alijares y Las Caballerías , con otro tramo de calzada. Pasa el rio Búrdalo a escasos metros del yacimiento de las Calamochas, posible mansio en el cruce con la calzada que va de Mérida a Trujillo, por el camino de Santa Ana se conservan los bordes de la calzada y algunos atisbos de la estructura, llega a Escurial. Los tramos de Salvatierra, los de Robledillo, los de Villamesias y el de Escurial son muy similares entre sí, parece que los ha ejecutado el mismo “jefe de obras”. En Escurial atraviesa por la calle Portugal, va hacia los Deshijos y ya va buscando el Camino de Alcántara que acaba por el paso de La Barca en Rena. El nombre de este camino es un aval más de este postulado que propongo. Una vez que llega a los regadíos del Guadiana resulta muy difícil el rastreo, por lo que de aquí hacia el sur no he realizado trabajo de campo, sí bibliográfico y cartográfico.

11. EL PASO POR EL GUADIANA Y EL ZUJAR

El mejor vado natural del Guadiana de esta zona es sin duda el de Medellín, esto está más que probado, pero no hay que descartar el vado o zona de paso de Villanueva de la Serena, ya sea por Entreríos cruzando separados Zujar y Guadiana, o por Rena y el paso de la Barca. A favor de esta afirmación están los cordeles y coladas de la trashumancia que hacia estos pasos se dirigen: Cordel de la Plata, siguiendo éste en dirección sur y conectando después con la vereda del Rey, se llega hasta La Mata de Campanario, y Cancho Roano en Zalamea de la Serena, Colada de Guadalupe, Colada del Camino de Pela, y el que parte del paso de la Barca , Camino de Alcántara.

Una vez cruzado el río Guadiana se dirige por el cordel de La Plata hasta La Haba y luego probablemente por la colada de Zalamea de la Serena, o por la senda del Rey, y buscando Puerto Hurraco para pasando por Monterrubio de la Serena entrar en Andalucía.

12. ANTES DE CALZADA CORREDOR NATURAL PROTOHISTÓRICO

Quizás sea más significativo el hecho de ser corredor en la Prehistoria y Protohistoria que ser calzada romana no catalogada ni mencionada en ningún itinerario clásico porque el hecho de ser el mejor puente romano obliga a poner encima una calzada , una vía de comunicación natural que el propio puente acredita que debió existir. (Giral, L.1988; 112-112)

Por otro lado se trata del corredor natural más favorable entre la cuenca media del Guadalquivir, conectado ya a las influencias mediterráneas, la comarca de la Serena, las Vegas Altas del Guadiana, la Penillanura Cacereña, La Beira portuguesa y la zona Atlántica de Oporto y Braga.

En diferentes tramos del recorrido de esta Calzada, ya en su paso por la Serena, ya a la salida de Rena, ya desde Escurial hacia el Norte, ya de Botija a Cáceres, o de Cáceres a Alcántara, es también cordel, cañada, o vereda de trashumancia; entonces, siendo vía de trashumancia, siendo calzada y conectando los castros y poblados de la Prehistoria, con abundancia de hallazgos arqueológicos, se dan los tres preceptos que el profesor Martín Almagro-Gorbea afirma que han de darse para ser considerado como vía de comunicación de la Prehistoria.

Ya desde el Neolítico se apunta la posibilidad de trasvase de cultura. Según los estudios hechos sobre los dólmenes de Magacela (Navarro,F.J. et al. 1950), de la desembocadura del Zujar (Leisner, G- y V., 1956; taf 70), el de Miajadas (Leisner, G.y V. 1956), y los dólmenes de la zona de Alcántara, y su estudio y comparativa de materiales de los ajuares hacen pensar en su uso como marcas de territorio y parecen indicar intercambio de materiales (Eduardo Galán Domínguez y Ana M. Martín Bravo: Megalitismo y zonas de paso en la cuenca extremeña del Tajo).

La distribución de la ubicación de los hallazgos arqueológicos, cerámicas griegas, escarabeos de oriente, los vasos áticos de Cancho Roano (s. V a.C.), de imágenes de dioses, y de ritos funerarios, permite rastrear las colonizaciones griegas y fenicias desde el sur y sureste, principalmente con fines comerciales y de transporte del estaño extraído en superficie de Lusitania desde los siglos VIII –VI a.C. El poeta Avieno utilizando fuentes fenicias, griegas y romanas habla de un camino que en cuatro días unía Cádiz con la desembocadura del Tajo, posiblemente para el intercambio o comercio del estaño de la costa Atlántica (Cornualles, Bretaña francesa y Galicia) para evitar el problemático paso por el Cabo de San Vicente. ; seria un camino paralelo y con igual razón de ser que el que nos ocupa. Relacionado con las guerras Púnicas se menciona una vía que desde Genil y Guadajoz iba el importante palacio-santuario de Cancho Roano en Zalamea de la Serena, donde se creía que se controlaba el comercio de mercurio, pues también se hace mención a una vía que desde el Levante iba a Almadén y desde allí a Cancho Roano.

El hecho de poder poner en una misma línea recta los más importantes centros de población y difusores de influencias y cultura de la prehistoria ex- tremeña es algo tremendamente importante a mi juicio. La importancia de Cancho Roano, como enclave protohistórico destacado, y luego otros enclaves de mucha importancia como La Mata de Campanario, el oppida de Magacela, Villasviejas del Tamuja con su potencial minero y ceca que acuña moneda y que sabemos cómo se ha distribuido, El Risco de Sierra de Fuentes, el Torreón de Abajo, como otro importante foco de comercio y difusión de cultura, dejando cerca el Aljibe de Aliseda , con sus influencias tartesicas y orientalizantes, también está cerca Sansueña, Pasto Común, Cabeza de Araya, y los pasos del río Tajo cercanos a Alcántara anteriores a la construcción del puente (castillejo de la Orden y Morros de la Novillada por un lado y, por otro, la Muralla de Alcántara ), además de que todos ellos se encuentren unidos por un trazado situados en una línea casi recta, con apreciable idoneidad de los pasos estratégicos elegidos, nos aproximan a la compleja red caminera de comunicaciones de la época.

En cuanto a la orografía se puede apreciar en el mapa nº 2 como discurre por las tierras altas de la penillanura Cacereño-Trujillana sin apenas complicaciones de ríos y pasos difíciles de sierra. Se aprecia como evita los ríos discurriendo por las partes altas de las cuencas fluviales. Esto convierte a este corredor natural en una opción segura incluso con condiciones meteorológicas adversas.

13. RELACION DE CASTROS Y POBLAMIENTOS CERCANOS A LA CALZADA EN DIFERENTES ÉPOCASLa mayoría de los castros que a continuación se relacionan, han sido descritos y fechados por A. M. Martín Bravo, se ordenan según su cronología, y se acompaña la distancia entre el castro y el trazado de la calzada, seguido de si hay o no avistamiento desde el castro a la calzada o corredor natural.

CASTROS DEL BRONCE FINAL:

Castillejo de Robledillo de Trujillo . 1km. Sí avistamiento

Castillejo I, Robledillo de Trujillo.(M. Rubio Andrada, et al) .1km. Sí avistamiento

Castillejo Plasenzuela.4.5km.

El Risco, Sierra de Fuentes.1.4km. Sí avistamiento. La Montaña, Cáceres. 1.6 km. Sí avistamiento.

Pasto Común. Navas del Madroño. 3.5 km. Sí avistamiento. Cabeza de Araya, Navas del Madroño. 0.6 km. Sí avistamiento . La Muralla, Alcántara. 9 km.

Castillejo de Villa del Rey. 3.5 km. Sí avistamiento.

En este periodo empiezan a disminuir las influencias atlánticas y aumentan las influencias de la ría de Huelva y desde el Mediterráneo (Ana M. Martín Bravo,1999; pág. 102), pero hay que tener en cuenta que las estelas de la zona central de la cuenca cacereña del Tajo son las de cronología más antigua (Almagro –Gorbea (1977:186) y Celestino (1990 y 1995:70) en función de los objetos que en ellas se representan, extendiéndose con el tiempo a la zona del Guadiana y Guadalquivir, donde aparecerán luego tipos más complejos (Almagro-Gorbea, 1977:191; Celestino, 1990:54).

En esta época la cuenca extremeña del Tajo, a pesar de ser territorio interior se convirtió en zona estratégica de paso entre Andalucía y la Meseta y las zonas estanníferas y auríferas del Noroeste. (Ana M. Martín Bravo, 1995: pág 115)

HIERRO INICIAL CASTROS Y POBLAMIENTOS:

La Muralla de Alcántara. 9 km. No avistamiento.

Los Manchones. Mata de Alcántara. 3.5 km. No avistamiento.

Holguín. Brozas. 1.6 km. . Sí avistamiento.

Cerro de Mariperales. Navas del Madroño. 0.6 km. Sí avistamiento.

Dehesa de Manzano. Navas del Madroño. 1.7 km. No avistamiento.

Pasto Común. Navas del Madroño. 3.5 km. Sí avistamiento.

Cabeza de Araya.  Navas del Madroño. 0.6 km. Sí avistamiento.

El Risco de Sierra de Fuentes.1.4 km. Sí avistamiento.

Torreón de Abajo. Sierra de Fuentes. 3.5 km. Sí avistamiento.

Mención especial hay que hacer de varios hallazgos, los botones cónicos, encontrados en Cabeza de Araya son idénticos a los encontrados en Cancho Roano. De manera análoga los asadores de bronce del Risco de Sierra de Fuentes parecen proceder de la misma fábrica, pues son idénticos, a los estudiados en  Cancho Roano.

HIERRO PLENO:

Morros de la Novillada. Alcántara. 7 km. No avistamiento.

Castillejo de la Orden. Alcántara. 5 km. No avistamiento.

Castillejo de Villa del Rey. 3 km. Sí avistamiento.

Sierra del Aljibe, Aliseda. 16 km. Sí avistamiento.

Sansueña, Aliseda,. 9km.No avistamiento.

Villasviejas del Tamuja.0.0 km. 4.5 km. Sí avistamiento.

Castrejón. Plasenzuela. 4.5 km. No avistamiento.

Castillejo de Salvatierra. Robledillo de Trujillo. 0.5 km. Sí avistamiento.

Sierra de Santa Cruz. 11 km. Sí avistamiento.

En Villasviejas del Tamuja se acuñó moneda, era la ceca de Tamusia, este dato además de realzar la importancia de Villasviejas, nos ha proporcionado saber como se ha repartido esta moneda en los hallazgos de otros castros y oppida, por ejemplo, castillejo de la Orden en Alcántara (Blázquez Cerrato, 1995).

Como se ha podido apreciar, este corredor natural prehistórico recorre en diagonal toda la “mesopotamia extremeña”, de río a río, y durante más de 200 km. por toda Extremadura.

Desearía que este estudio supusiera al menos una pequeña aportación a la divulgación de nuestro patrimonio histórico con el fin de contribuir a su conocimiento y puesta en valor de manera que pueda conservarse y no caiga el olvido.

En Navas del Madroño y en Santa Ana las escombreras amenazan su trazado.

14. BIBLIOGRAFÍA

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image002

Lám. 1. Trazado de la calzada entre Córdoba y Oporto

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Lám. 2. Trazado en toda Extremadura (200 km). Se aprecia la falla geológica Dique de Plasencia

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Lám. 3. Tramo Alcántara-Escurial (Obsérvese como discurre por tierras elevadas evitando ríos y riveras).

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Lám. 4. Tramo Escurial-Monterrubio

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 Lám. 5. Calzada en Alcántara, Obsérvese el desmantelamiento de la calzada hasta la roca viva

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 Lám. 6. Alcántara y el Puente

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Lám. 7. Obsérvese cimentación del borde y capas superiores (Alcántara, pasada la ermita de la Virgen de los Hitos)

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 Lám. 8. Tramo empedrado y alzado en el Cancho Portugués (Navas del Madroño)

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 Lám. 9. Último tramo de calzada en Cancho Portugués (Navas del Madroño)

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 Lám. 10 Restos de calzada en Saguazal y Cabeza de Araya al fondo (Arroyo de la Luz)

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 Lám. 11. Calzada en el Puerto de la Señorina (Cáceres).

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 Lám 12. Calzada en Salvatierra de Santiago, en lado izq. se intuye le borde.

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 Lám. 13. Calzada y cimentación de cuneta en el Puerto Viejo de Robledillo de Trujillo.

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 Lám. 14. Borde de calzada en Escurial.

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1  Hitos =miliario.

2  A las calzadas se las llamó en una época carreras.

3  La raíz latina callis significa camino.

Oct 012011
 

Jesús Carlos Rodríguez Arroyo.

Durante meses y meses, Franco no se atrevió a movilizar su retaguardia. Lo hizo finalmente, movido por la presión que creaba la aguda escasez de material humano………..

Franz Borkenau “El Reñidero Español”, pág. 224

 

1. INTRODUCCIÓN

Una vez iniciado el conflicto armado de 1936 que derivó en la división del Estado Español en dos entes claramente diferenciados, la reorganización que siguió a continuación en ambas zonas evolucionó de diferentes formas.

Si bien en un inicio se puede apreciar un vacío del poder legal del Estado tanto en la zona del Gobierno legítimo de la República1 como en la zona del ejército sublevado que favoreció la actuación descontrolada de los grupos extremistas de ambos bandos, muy pronto uno de éstos emitió una serie de leyes (Decreto de Unificación, Bando de Guerra, Decreto de Bienes Incautados) con el fin de someter jerárquicamente a las organizaciones afines a su ideología; mientras que al otro le fue a lo largo de todo el conflicto bélico imposible someter a los dictados oficiales a las diferentes organizaciones que decían defender al gobierno republicano.

El panorama político de los años previos al conflicto armado estaba plagado de infinidad de partidos políticos, organizaciones sindicales y grupúsculos paramilitares que eran el fiel reflejo de la profunda fragmentación ideológica que se vivía en el seno de la sociedad española.

En un primer momento esos partidos, en algunos casos minoritarios, así como las organizaciones sindicales y paramilitares fueron las que impidieron o favorecieron con su actuación el triunfo de unos o de otros en determinadas zonas.

En el caso concreto de Sierra de Gata, comarca extremeña que por aquel entonces englobaba a diecinueve localidades, con una población aproximada de unas treinta mil personas, el control de la misma fue llevado a cabo por la actuación coordinada del cuerpo de carabineros, guardia civil y organizaciones afines a los sublevados (Falange Española, Requetés y J.A.P). En concreto la persona que se encargó de la toma de control de los consistorios locales y de la sustitución de las corporaciones municipales, en la mayor parte de los casos, fue el capitán de carabineros Jesús Corbín Ondarza; que al mando de unos ciento ochenta individuos2 aseguró una zona geográfica vital para el ejército sublevado en la provincia de Cáceres.

2. FASE INICIAL

Podríamos decir que ésta iría desde los momentos previos a las elecciones de febrero del treinta y seis hasta finales de octubre de ese mismo año.

En esta primera etapa tendríamos que distinguir a su vez dos tipos de actuaciones en función de dos periodos el anterior y posterior a la fecha del golpe de estado. Antes del golpe de estado las milicias nacionales, Falange Española y Comunión Tradicionalista, realizaron básicamente labores de proselitismo político, intervención en actos electorales, captación de nuevos miembros, hostigamiento a los representantes públicos de las corporaciones municipales frente populistas y enrarecimiento de la vida social municipal.

En el periodo posterior al 18 de julio de 1936 su actuación se basó en tareas de apoyo a las fuerzas sublevadas como labores de vigilancia, represión contra antiguos miembros de organizaciones frente populistas, toma de poder y participación activa en la gestión de los consistorios serragatinos.

Durante ese periodo es en el que los obreros y sus dirigentes que más se habían significado en los años previos durante las huelgas obreras y los conflictos entre patronos y obreros que se produjeron en esta comarca desde 1931 hasta 1936 se echaron al  monte con la esperanza de que el gobierno republicano fuese capaz de restaurar el orden público y político, y de esa manera   se garantizase su integridad física.

Pero las fuerzas del orden público que deberían haber garantizado la seguridad de esas personas se habían coaligado con los golpistas y con sus grupos afines permitiendo la actuación descontrolada de estos últimos. La mayor parte de los asesinatos, torturas y abusos extrajudiciales se cometieron durante esta fase.

Se observa también durante esta fase primigenia como el miedo, más que los fundamentos ideológicos, provocó una afiliación masiva a organizaciones como Falange Española y de la J.O.N.S. Esta organización tenía una presencia antes de la sublevación armada más bien minoritaria en la comarca (sedes en Hoyos y Eljas3); mientras que los requetés eran una organización puramente testimonial y de carácter individual. Siendo los principales partidos políticos de este enclave montañoso la Derecha Local Agraria, Izquierda Republicana, P.R.R.S., Unión Republicana y las organizaciones obreras afectas a la U.G.T. El Partido Comunista tenía también una presencia residual (dos radios, uno en Hoyos y otro en Cadalso4). Por todo ello se puede decir que la comarca tenía un marcado perfil político que oscilaba desde un rancio conservadurismo decimonónico, pasaba por un republicanismo arrollador y finalizaba en un socialismo progresista incipiente.

En el caso concreto de Falange la irrupción de este partido en la escena política española se produjo en octubre de 1933 en el teatro de la Comedia. Anteriormente los grupos de extrema derecha eran los liderados por Ramiro Ledesma Ramos y el doctor Albiñana. Será en ese año cuando se constituya el primer Comité Provincial de Mandos en la capital de la provincia de Cáceres cuyos miembros eran Manuel Medina Bejarano, José Luna Meléndez y Alfonso Bardají Buitrago. Estos dos últimos se convertirían en los máximos responsables de la organización cacereña.

Falange nacía en la antesala de las unas elecciones nacionales, las de noviembre de 1933, en las que las fuerzas conservadoras arrebatarían el poder a las organizaciones izquierdistas.

Una vez aprobados los estatutos de Falange en Cáceres en el año 1933 el Comité de Mando envió una primera circular oficial transmitiendo órdenes a los jefes de organizadores de partido a los que se había nombrado oficialmente; entre ellos aparece citado como jefe del Partido Judicial de Hoyos Fausto Valiente, de profesión abogado.

Desde el primer momento tuvieron infinidad de problemas para encontrar personas que se pusieran al frente de la organización en los partidos judiciales, por ello es especialmente significativo que una persona como Fausto Valiente decidiese aceptar ese cargo en una zona de la geografía extremeña como era la Comarca de Sierra de Gata en la que el caciquismo y la amplia presencia de las sociedades obreras dejaban pocas oportunidades a las nuevas organizaciones políticas.

La primera localidad de Sierra de Gata en la que se produce un incremento significativo de militantes es en Eljas. En las fichas que se cumplimentaron y que se enviaron el doce de abril de 1937 a los mandos territoriales figuraban nueve individuos cuya fecha de adhesión a Falange es de las más antiguas de toda Sierra de Gata, seis de enero de 1934. Como se puede apreciar, eran anteriores al mitin de José Antonio en Cáceres. Junto con la localidad de Hoyos, en la que se encontraba Fausto Valiente, son las dos localidades serragatinas en las que Falange Española fue pionera, extendiéndose desde allí a otros núcleos de población.

En marzo de 1934 Alfonso Bardají manifestó su decisión de abandonar su cargo como Jefe Provincial de Falange en Cáceres ya que los Jefes de Madrid no estaban de acuerdo con la evolución de la organización en la capital de la provincia. Durante la primavera y el verano de 1934 la situación de la organización en la provincia de Cáceres era desastrosa, según manifestaba Bardají, había una total indisciplina pues no se enviaban las fichas de los militantes a la Jefatura Territorial y lo más grave para la organización era que no se enviaban las cuotas recaudadas en las localidades, y ello a pesar de la grave crisis económica por la que atravesaba la organización tanto a nivel nacional como provincial. A finales de mayo este jefe pensaba que Falange desaparecería de la provincia; ya que a lo anteriormente descrito se unió el que los capitalistas de derechas les abandonaron.

Una vez materializada la escisión con el otro líder del fascismo español, Ramiro Ledesma Ramos, José Antonio Primo de Rivera protagonizó otro acto de propaganda en el Cine Norba de Cáceres en el que ya le acompañaba Manuel Mateo (individuo procedente del Partido Comunista de España); este último se convirtió en el sustituto de otro de los grandes protagonistas del fascismo español, Nicasio Álvarez de Sotomayor (antiguo militante anarquista).

Por esas fechas, abril de 1935, Falange española contaba con unos quinientos afiliados en la provincia de Cáceres. Cantidad claramente insignificante si se compara con los miembros de otras organizaciones.

Mientras tanto un personaje clave en la historia de Falange en Sierra de Gata al que el Jefe Territorial de Falange Española y de la J.O.N.S le encomendó en septiembre de 1935 la reorganización nuevamente de Falange en el partido de Hoyos, según consta en su ficha de adhesión a esa organización, fue Andrés Navarro Nogales. Natural de Brozas y de profesión agricultor se incorporó a Falange en octubre de 1933 aunque su carnet lo obtuvo de manos del Capitán José Luna (Jefe Territorial de Falange en la provincia de Cáceres, después de Bardají) en febrero de 1934. Según se decía en su informe no había pertenecido a las J.O.N.S aunque sí al Somaten durante la dictadura de Primo de Rivera, había sufrido persecución por su ideología. En febrero de 1936 fue nombrado apoderado de la candidatura de Falange de las J.O.N.S en la localidad de Villasbuenas de Gata, localidad en la que residía; y se le permitió hacer propaganda de esa organización por todo el partido de Hoyos, zona de la que era secretario general.

La fecha en la que se le encomienda a este personaje la reorganización de la Falange en esta comarca es especialmente relevante pues coincide con el año en el que un importante miembro de la unificada Falange Española y de las J.O.N.S, Nicasio Álvarez de Sotomayor, vecino de la localidad serragatina de Cilleros y mano derecha de Ramiro Ledesma Ramos fue expulsado junto a este último y a Onésimo Redondo de la organización que presidía José Antonio Primo de Rivera en enero de 1935. Siendo éste acusado por una parte de la cúpula dirigente fascista de haber provocado una escisión, o cisma, dentro de Falange Española con la intención clara de debilitarla al pasar a ser considerado, después de este suceso, un infiltrado comunista5.

Las tareas de proselitismo político a favor de Falange de Andrés Navarro Nogales en la comarca tuvieron un éxito sin precedentes en la localidad de Cilleros donde se afiliaron masivamente nada más y nada menos que quince personas en octubre de 1935. Figuraban entre los nuevos miembros de esa organización en esa población individuos que se declaraban abiertamente enemigos de Nicasio Álvarez de Sotomayor, como Félix Martín Asensio. Se puede asegurar casi con total seguridad que es una de las primeras localidades de Sierra de Gata, después de Eljas y Hoyos, en la que Falange Española y de las J.O.N.S. empezó a desarrollarse y a afianzarse antes del conflicto bélico.

El nueve de febrero de 1936 José Antonio acude por última vez a Cáceres para participar en un acto junto a Manuel Mateo y José Luna en el cine Norba. Unos meses antes y después de las elecciones de febrero de 1936 se incrementó el número de afiliados a Falange, sobre todo fagocitando las bases de las J.A.P. (Juventudes de Acción Popular); aunque esas filiaciones seguían teniendo un carácter marginal dentro de la sociedad serragatina, al igual que sucedía con los Requetés.

Será después del 18 de julio de 1936 cuando se produzca una afiliación masiva de individuos de toda clase social, siendo especialmente importante entre los meses de septiembre a diciembre de 1936. Sin duda  ese incremento exponencial de adhesiones se vio favorecido por las terribles escenas que se vivieron en las localidades serragatinas entre los meses de julio a septiembre de ese año, en las que se cometieron todo tipo de actos ignominiosos contra todos aquellos que se habían significado políticamente a favor del Frente Popular en las últimas elecciones y en las movilizaciones obreras de años pasados.

Un hecho digno de resaltar en esa captación y aceptación de nuevos afiliados en el seno de Falange Española es la incorporación de antiguos miembros de organizaciones opuestas a los sublevados, y que en los años previos al golpe de estado habían participado en las huelgas locales de las poblaciones de Sierra de Gata, o en las negociaciones de las bases laborales que tuvieron lugar en cada uno de los municipios de Sierra de Gata durante el periodo 1931-1936.

Ambas partes se retroalimentaron. Por un lado la escasez de personal de las organizaciones afines a los sublevados y de un ejército involucionista6 se solucionaría con una ubérrima masa de personas con las que cubrirían las nuevas necesidades de personal que se avecinaban ante un conflicto militar de larga duración. Para ello en esta primera fase y a pesar de que en las fichas personales de los nuevos afiliados se señalaba el pasado izquierdista de muchos de ellos esa información fue obviada por los mandos territoriales durante esta etapa preliminar del conflicto bélico. Por otro lado todos aquéllos con un pasado izquierdista o frentepopulista que se acercaban a las sedes locales de Falange de Sierra de Gata para afiliarse no buscaban otra cosa que un salvavidas, que como bien dijo Queipo de Llano no consistía ni más ni menos que en ponerse la camisa de Falange7.

Hay ejemplos claramente llamativos como el sucedido en Villasbuenas de Gata donde entre el uno de julio de 1936 y noviembre de ese año se afiliaron a la Primera Línea de Falange de esa localidad doce antiguos miembros de la sociedad obrera afecta a la U.G.T. “La libertad” (Teodoro Martín Varas, Casimiro Moreno Marín, Marcelino Martín Vara, Teófilo Lozano Hernández, Pedro Lozano Hernández, Hipólito Lozano Hernández, Juan Lozano Hernández, Felipe Vázquez Hernández, Celedonio Puente Fabián, Camilo Pacheco Romero, Pedro Pérez Parra, Fructuoso Pérez Casto) según dejaba constancia en sus correspondientes fichas de incorporación a Falange el jefe local de esa organización, en las mismas además omitía las palabras “camarada de confianza”; término que si aparecía reflejado en las fichas de los otros miembros que se afiliaron por esas fechas a esa organización y que habían tenido un pasado derechista.

Otro ejemplo de ese camaleonismo que se basaba en un instinto claro de supervivencia fue la afiliación a Falange de dos miembros del antiguo radio comunista de Cadalso (Mariano Murguía Gómez y Floro Lázaro Calvo). Aunque estos no fueron los únicos comunistas que ingresaron en unidades de Falange Española en Sierra de Gata; así en la localidad de Hoyos en diciembre de 1936 estuvo como asistente en la constitución del sindicato Amanecer, vinculado a la C.O.N.S. (Central Obrera Nacional Sindicalista), el miembro del Radio Comunista de esa localidad Pedro Torrecilla Seco. En Descargamaría según el informe del Jefe de las Milicias de esa localidad, Felipe Delgado, se comunicaba a la Jefatura Provincial de Milicias de Falange de Cáceres de la moviliza-ión de tres individuos entre los que había dos antiguos comunistas (Vicente Gómez, presidente del radio comunista y Eugenio García).

Pero también se incorporaron individuos desde otras organizaciones políticas izquierdistas como fue el caso de los vecinos de Eljas Serafín Rodríguez Asensio y Agapito Urbano Payo, que procedían de Izquierda Republicana. Este último había sido uno de los organizadores de este partido en esa localidad el cinco de mayo de 1936 ostentado el cargo de secretario.

En Villanueva de la Sierra, como en las anteriormente descritas, también se produjeron nuevas afiliaciones a Falange de individuos con pasado socialista. Ese dato transcendental se encargó el jefe local de esa organización de que quedase perfectamente reflejado en las fichas de adhesión de los mismos. Ese es el caso de Honorio Rubio Aparicio y de Melecio Martín Ángel que se incorporaron el catorce de noviembre de 1936. Lo mismo sucedió en Perales del Puerto donde el Jefe Local de Falange se encargó de que quedase igualmente reflejado en las fichas de nuevos adheridos a Falange su anterior pasado político. Ese fue el caso de Andrés Valencia Acuña, Marcos Valle Rodríguez, Pedro de Sande Rodríguez y Marcelino Morán Mateos.

En otras localidades como Acebo algún que otro nuevo afiliado, aunque no había pertenecido a ningún partido político mal visto por los sublevados, decidió presentarse voluntario ante el temor de que la ola de represión desatada contra algunos miembros de su familia, que si se habían significado políticamente dentro de la ideología izquierdista, le pudiese afectar. Este fue el caso de Isidoro Párraga Mateos que vio como su cuñado, su hermano y su hermana fueron víctimas de una violencia desmedida al ser acusados de socialistas y comunistas. Eso fue lo que le llevó a alistarse en la milicia acebana siendo destinado a los Flechas Negras combatiendo más allá de la Guerra Civil, pues acabó sirviendo directamente a las órdenes de Benito Musolini en Italia; siendo condecorado por ello.

El epicentro de la represión en la que colaboraron activamente los miembros de las milicias nacionales serragatinas fue la localidad de Cilleros y de Hoyos. En Cilleros se concentraron tropas de las fuerzas del orden, del ejército y de las organizaciones paramilitares afines a los sublevados para dar caza a un personaje que les podía causar serios problemas debido al ascendiente que conservaba entre buena parte de las masas obrera serragatinas y a su preparación intelectual, Nicasio  Álvarez de Sotomayor. Una vez capturado y eliminado físicamente, a principios de agosto de 1936, se desató una ola de represión en esa localidad y en el resto de las diecinueve localidades serragatinas8. La localidad de Hoyos fue especialmente importante pues en ella se encontraba la cárcel comarcal de la que se sacaban extrajudicialmente a los detenidos para que fuesen torturados o eliminados físicamente mediante la entrega a los jerarcas fascistas de alguna de las localidades próximas a esta población; o bien mediante el preaviso a los extremistas de derechas de su liberación; sin que los encarcelados tuviesen conocimiento de ello, y así ser cazados en cualquiera de las carreteras que recorren la comarca.

En este periodo inicial el desconcierto y la descoordinación camparon a sus anchas y ello se puede comprobar en el hecho de que en algunas localidades como Cadalso se pidiese autorización el veintidós de septiembre de 1936 para formar un partido afín a los requetés, organización por otro lado con una representación testimonial en toda la comarca pues hasta esa fecha tan sólo tenían una presencia relativa en la localidad de Gata. Igualmente sucedió con J.A.P. (Juventudes de Acción Popular) cuyo centro de actuación se limitaba a la localidad de Cilleros. Tendrían que transcurrir unos cuantos meses de conflicto hasta que desde el mando central de las fuerzas sublevadas se pusiese fin a la tradicional individualidad impregnada de fuertes dosis de populismo caciquil serragatino.

Mediante el decreto de la Junta de Defensa Nacional número 108 del trece de septiembre de 1936 se procedió a la ilegalización e incautación de bienes de las organizaciones que habían formado parte del espectro político nacional y que no estaban vinculadas a las fuerzas afines golpistas. Esa incautación de bienes en Sierra de Gata, principalmente de organizaciones sindicales, eliminó material y económicamente la presencia de las organizaciones opuestas a los golpistas y favoreció en ambos aspectos a las organizaciones afines a los sublevados que se encontraron con un patrimonio que de otro modo no habrían podido conseguir. Como se observa la primera medida lograda con este decreto fue anular la actividad de las organizaciones opositoras en la zona controlada por los llamados nacionales; atribuyéndoles a esas organizaciones todos los males a los que se había visto sometida España en los años previos al golpe de Estado, y la responsabilidad política del golpe de estado. Por ese motivo además de imp dirles su actuación política se les incautaron todos sus bienes que ascendió a un total aproximado de cuatro mil novecientas ochenta y nueve pesetas con veinte céntimos9.

Los falangistas serragatinos asaltaron las sedes de las organizaciones obreras locales destruyendo en las plazas públicas las banderas, retratos de líderes obreros, libros de actas y enseres. Quizás fruto todo ello de un paroxismo que les hizo buscar obsesivamente depósitos de armas que se creía existían en esas sedes y que al no ser localizados, pues no existían, derivó en la destrucción de todo aquello que encontraron a su alcance.

3. FASE INTERMEDIA

Esta etapa va desde principios de 1937 hasta enero de 1939. Es probablemente la etapa más interesante y en la que se produce el punto de inflexión que llevará  a un lento declive de las Milicias Nacionales.

Se venía de una etapa de gran improvisación en la que las organizaciones paramilitares de extrema derecha llevaron la iniciativa en la mayor parte de los casos, y en otros fueron un apoyo imprescindible para las fuerzas sublevados. Sin embargo a medida que avanzaron los años del conflicto armado y en el que el Gobierno Republicano cada vez estaba más debilitado y se empezaba a vislumbrar los primeros indicios de una victoria por parte de la mal llamada “España Nacional” organizaciones como Falange Española y los Requetés se fueron quedando relegados a un segundo plano.

En el año 1937 se firmaron dos decretos que son básicos en el reordenamiento de la zona que había quedado en manos de los militares sublevados. El primero de ellos es el Decreto Ley del diez de enero de 1937 por el que se creaba la Comisión Central Administradora de Bienes Incautados y Comisiones Provinciales. Con este decreto se ordenaba, entre otras cuestiones, la incautación de los bienes de las personas que se hubiesen opuesto por acción o por omisión a la sublevación. De este decreto fue víctima Isaac Enrique Paino, empresario que lideró a los obreros de Villamiel desde el año 1931 a 1934 y que debido a la delación de un familiar cercano, Esteban Guillén Valiente (Juez Municipal de Villamiel), fue multado por el Jefe de la 7ª División Militar el diecinueve de octubre de 1937 con la cantidad de 150.000 pts, al considerársele, con sus actuaciones políticas, culpable de la ruina en la que había quedado España.

A pesar de haber pasado catorce meses en prisión, de haber pagado dos mil pesetas, de haber donado joyas en los primeros momentos de la sublevación armada a las fuerzas golpistas, y de que incluso dos de sus hijos servían en el frente a favor de los militares llegados desde África la multa no le fue retirada; aunque sí rebajada a la cantidad de veinte mil pesetas. En ello, entre otras cosas, influyó lo desproporcionado de la sanción, todos los argumentos anteriormente expuestos por el defensor del encartado, y el apoyo por escrito a su favor que redactó el alférez de la Falange de Villamiel Sabino Pérez.

Otra víctima de este decreto fue el maestro de San Martín de Trevejo, Pedro Rivero, que después de ser fusilado según sentencia del veintiséis de febrero de 1937 por haber realizado propaganda marxista en esa localidad serragatina, fue condenado el diecisiete de diciembre de 1941 en otro juicio al pago de una multa de trescientas pesetas. Hasta el veintinueve de septiembre de 1959 no se anuló la citada multa al ser declarado insolvente. Con ello se buscaba extender la condena a todos sus herederos y de esa manera hacer responsable de la actuación política de esa persona a familiares y amigos.

Pero la norma más importante en la retaguardia franquista fue el Decreto de Unificación publicado el diecinueve de abril de 1937 en Salamanca. Mediante el mismo se decretaba la disolución de todos los partidos políticos existentes en la zona sublevada, creándose un Partido Único que surgió de la fusión de Falange y los Requetés. Falange aportaría las masas juveniles y los Requetés la sagrada tradición española, la espiritualidad. Su norma programática serían los veintiséis puntos de Falange. Ambas organizaciones pasaron a denominarse Falange Española Tradicionalista y de la J.O.N.S. Temporalmente se les permi- tió conservar sus emblemas y signos exteriores. Con esta norma se eliminó, en la zona controlada por los nacionalistas, las divisiones parlamentarias; y las diferencias existentes entre Falange, Acción Popular y Tradicionalistas, quedando todas ellas subrogadas al objetivo esencial y de lucha común10.

En la provincia de Cáceres en general y en Sierra de Gata en particular esta orden de fusión no generó conflictos dignos de señalar; ya que como bien aclaró el capitán José Luna en una reunión que mantuvo en mayo de 1936 con el comandante Joaquín González Martín, con el capitán Alfonso Pérez Virieta, con Francisco Visedo y con el enlace de los futuros sublevados en Valladolid, Eloy de la Pisa Bedoya en la que se planificó la sublevación en Cáceres, Falange Española en Cáceres sólo contaba con unos cientos de afiliados y los Requetés eran algo simplemente simbólico11.

Esto último se puede comprobar en la escasez de datos que sobre organizaciones como Requetés y J.A.P. se pueden encontrar entre la documentación que se conserva en el Archivo Histórico Militar de Ávila y que se refiere a Sierra de Gata. Tan sólo se conserva una notificación en la que se ordenó la incorporación en julio de 1937 a un Tercio del requeté de Cadalso del vecino de esa población Vicente Acosta Pérez y al requeté de Gata del vecino de esa población Ceferino Ascenso Rodríguez; ya que de lo contrario incurrirían en un delito juzgado por un tribunal militar.

Aunque hubo algún que otro individuo como, Leonardo Repilado Domínguez, jefe de las milicias de la organización J.A.P. de Cilleros que seguramente en un acto de protagonismo y de querer seguir ejerciendo cierto poder se resistió a dejar de usar los emblemas de la organización de la que era el jefe local; haciendo caso omiso a la orden de unificación hasta que fue seriamente advertido por la Jefatura Territorial de Falange Española en septiembre de 1938.

La tarea fundamental encomendada durante este año 1937 a las agrupaciones falangistas serragatinas fue la de captación y envío de nuevos miembros a las nuevas unidades que se iban creando en el frente (Flechas Negras, Verdes y Azules).

Durante este año se siguió tolerando y admitiendo el que muchos de los nuevos afiliados que acabaron en la Primera Línea de Falange Española de las J.O.N.S. hubiesen tenido un pasado izquierdista. De esta manera descubrimos el caso asombroso en el que el Jefe local de Villasbuenas de Gata, Ángel Domín guez, se encargó de informar que doce falangistas de la Primera Línea habían pertenecido a la asociación obrera afecta a la UGT “La Libertad”. O la comunicación del treinta de enero de 1937 en la que el jefe Provincial de las Oficinas de la Primera Línea de Falange Española de la provincia de Cáceres delegaba en el Jefe Local de esa Organización de Descargamaría, Demetrio Martín, el que unos individuos procedentes de organizaciones de izquierdas, y que a esas fechas se encontraban recién incorporados en la Segunda Línea de Falange de esa localidad, pudiesen pasar, como ellos querían, a la Primera Línea de esa organización.

Pero además dentro de las tareas de recursos humanos que se les encomendó, una vez silenciada y atemorizada la oposición política, figuraban gestiones como el control de los soldados que volvían de permiso, la búsqueda de desertores, el abono de los correspondientes salarios a los vecinos de las localidades serragatinas que tenían algún familiar en el frente.

Esa última tarea que era la gestión económica de los salarios de los voluntarios falangistas que se encontraban en el frente encomendada a los jefes falangistas locales derivó en algún que otro caso de estafa y apropiación indebida como por el que fue sutilmente acusado el jefe local de Falange de Acebo, Telesforo Costa Horna. Los combatientes José Puerto, José Fernández y Jesús Perales denunciaron que sus familiares no recibían el subsidio que les correspondía por estar ellos en el frente y del que dependía la subsistencia de los miembros de sus familias. Este jefe de Falange, responsable de buen número de los crímenes torturas y violaciones que se llevaron a cabo en las localidades de Sierra de Gata, se había aliado con el jefe de Falange de Robleda, Julio del Corral Mateo, y de Peñaparda, Félix Rodríguez Martín; con el objetivo de extorsionar económicamente a todo aquel que caía entre sus manos. Así se pudo demostrar en el juicio del dieciocho de septiembre de 1937 en el que fue conde- nado a treinta años de cárcel, por asesinar extrajudicialmente a un vecino de Peñaparda por simples cuestiones personales de uno de ellos12. En el mismo juicio confirmó que había asesinado de la misma manera al menos a otros tres vecinos izquierdistas entregados a él por el sargento de carabineros responsable de la cárcel de Hoyos en presencia del Jefe de Falange de esa localidad, Fausto Valiente.

En cambio otro jefe local de esa organización, Felipe Núñez de Robledillo de Gata, denunció el veintinueve de marzo de 1937 ante el Jefe Delegado de Primera Línea el que las familias de los voluntarios de esa localidad que se encontraban en la vanguardia de la organización llevaban sin cobrar el subsidio durante bastante tiempo, habiéndoselo reclamado a la Junta Auxiliar, negándose ésta a abonarlo. Esta situación derivaba en que los familiares de éstos se viesen en la obligación de pedir limosna de casa en casa, hecho que al Jefe Local de esta Falange le parecía vergonzoso.

Indudablemente en un tema tan delicado como era el cobro de un subsidio por parte de los familiares de los individuos que se encontraban en el frente los Jefes Locales actuaron de diferentes maneras como se ha visto. Algunos antepusieron sus intereses económicos a los principios ideológicos. Pero lo cierto es que la escasez de fondos económicos de los sublevados era generalizada y ello a pesar de contar con el apoyo económico de las oligarquías agrarias locales que realizaron colectas y donaciones a lo largo de todo el conflicto armado, organizadas fundamentalmente desde los consistorios locales. Una de ellas tuvo lugar el quince de diciembre de 1936 en el Ayuntamiento de Cilleros donde se recaudaron cuatrocientas cuarenta y ocho pesetas a favor de las fuerzas sublevadas13.

Pero aparte de las colectas voluntarias en los municipios serragatinos también se impuso desde el mando central de las fuerzas sublevadas colectas obligatorias a favor de los las ciudades liberadas, o postulaciones llevadas a cabo por organizaciones como el Auxilio Social para proveerse de fondos. Además los representantes municipales se veían en la obligación de informar de aquellos vecinos que se negaban a contribuir a las citadas colectas. Ese caso se vivió en la localidad de Acebo en donde el alcalde tuvo que redactar el diecisiete de diciembre de 1938 un informe de todos aquellos vecinos que no habían contribuido con el veinte por ciento para el socorro de las ciudades liberadas.

Por otro lado las postulantes del Auxilio Social ejercían una presión directa sobre la ciudadanía y no dudaban en denunciar a aquéllos que se negaban a recibir el emblema del Auxilio Social a cambio de una aportación económica. Esta situación fue la que vivió el vecino de Acebo, Primitivo Cáceres Rodríguez, el treinta de agosto de 1938 cuando se negó a recibir el emblema del Auxilio Social a cambio de una donación económica.

No sólo los voluntarios en el frente y sus familiares padecían la terrible situación económica en la que se encontraban las fuerzas, sino que incluso los voluntarios que se encontraban en la Segunda Línea se encontraron con la duda de si tenían que costearse de su propio bolsillo los viajes por servicios oficiales que realizaban en los coches de línea de una localidad a otra; o que los pagasen desde la Jefatura Provincial. Esta situación la denunció el Jefe Local de la Falange acebana, Antonio Fernández, el veintiséis de abril de 1937 al Jefe Provin- cial de esa organización.

La precariedad económica era tan grave que incluso el Jefe Local de Cadalso, Felipe Rodríguez Acosta, el ocho de abril de 1937 preguntó al Jefe Delegado de Oficinas de la Primera Línea si el vestuario de los voluntarios de esa Primera Línea serragatina se lo debían costear ellos mismos o se lo proporcionarían los almacenes de la Milicia.

Pero no sólo existió una carencia de recursos económicos en la retaguardia franquista en Sierra de Gata, sino que además existió una escasez de personal en la Segunda Línea que se puso de manifiesto en varias ocasiones. El diecisiete de abril de 1937 desde la Falange local de Acebo se informó de la imposibilidad de poder atender la petición de enviar más camaradas a una bandera de esa organización por no contar con más individuos; ya que existía un exceso de voluntarios de Falange en el frente, en concreto treinta y nueve, además de otros vecinos de esta localidad que se encontraban en las filas del ejército. Ese exceso de hombres en el frente, según este Jefe Local, había provocado el que en la localidad apenas quedasen hombres a los que encomendar las tareas de los servicios propios del pueblo, así como las labores del campo.

En la localidad de Gata sin embargo se quejó el veintiuno de noviembre de 1937 el Jefe Local de esa Falange, Cecilio González, porque sólo contaba con veinte escopetas del calibre doce y dieciséis para realizar las tareas del servicio de frontera para un total de veinte hombres diarios, lo cual consideraba que eran pocas armas.

En la localidad de Villamiel el responsable de esa Falange informó el siete de diciembre de 1937 al Comandante Jefe de las Milicias Nacionales de Cáceres de no poder poner freno al contrabando que se daba en esa localidad próxima a la frontera de Portugal, debido a la escasez de personal y de recursos económicos que obligaba a los pocos camaradas que realizaban esa labor en esa población a simultanear la vigilancia de la frontera con las tareas del campo ante la falta de recursos económicos de éstos y de esa Falange.

Fausto Valiente, Jefe Local de la Falange de Hoyos, el veintidós de febrero de 1937 fue incapaz de precisar al Delegado de Oficinas de Primera Línea el número de falangistas que realizaban las tareas de vigilancia de fronteras y el armamento que portaban. Argumentaba que debido a que dichas tareas las tenían que realizar conjuntamente los de Primera y Segunda Línea y compatibilizarlas con las labores del campo, esto les obligaba a que se turnasen cada tres días; lo que provocaba un número bastante impreciso de los que las realizaban. En cuanto al armamento decía que tan sólo contaban con seis rifles tigres y cuatrocientos cartuchos, siendo el resto del armamento escopetas inservibles.

Esa tarea de la vigilancia de fronteras en otros casos fue considerada excesiva por el Jefe Provincial de Falange como fue el caso de Cilleros donde el diecinueve de enero de 1937 el jefe local de esa Falange informaba de que el considerado exceso de fuerzas en labores de vigilancia de la frontera se debía a una exigencia del Sargento de Carabineros, Comandante Militar de esa localidad. Se puede deducir de esta nota y de la situación que describían los anteriores jefes de Falange de las otras localidades que la Frontera con Portugal en Sierra de Gata tenía una importancia secundaria para los sublevados; por lo que no les interesaba ni dotarlos económicamente, ni con personal. Para estos últimos todos los recursos se debían centrar en la Primera Línea y más concretamente en el frente de guerra.

En cuanto al control de los soldados que volvían del frente Falange Española realizó un control cuasi policial en la Retaguardia como se desprende de los sucesivos informes que se conservan. En Cadalso el Jefe Local de Falange informó el doce de abril de 1937 de que en esa villa eran desconocidos los dos desertores que eran reclamados por el Jefe Delegado de las Oficinas de Primera Línea. En cambio alguno que otro, a pesar del rígido control, pudo escapar a Portugal y de esa manera no incorporarse a filas; así sucedió en Valverde del Fresno, según informó el Jefe local de esa población, el catorce de agosto de 1937 al Comandante Jefe de las Milicias de Cáceres.

En Descargamaría en cambio se solicitó al Camarada Jefe Provincial de Primera Línea el treinta de septiembre de 1937 el que se confirmase que tres de los individuos que acababan de llegar a la localidad habían sido licenciados de la Primera Línea situada en Malpartida de Cáceres al haber sido dados por inútiles. Esa solicitud se debía a que ninguno de ellos traía justificante alguno de su inutilidad y licenciamiento.

En otro casos se pedía antecedentes o información sobre algún incidente en el que se había visto involucrado algún voluntario de Falange fuera de su loca- lidad como fue el informe que tuvo que dar el veintiocho de octubre de 1937 el Jefe de Falange de Robledillo de Gata al jefe Provincial de las Milicias de Cáceres. En el mismo se decía que un Flecha Negra de la localidad había salido de allí hacia Cáceres y que al llegar a esa ciudad le pidieron la documentación y acto seguido fue detenido sin saber el motivo, para posteriormente ser trasladado a su centuria desde la cárcel.

Uno de los problemas de los que se quejó el primer jefe de Falange en la provincia de Cáceres, Alfonso Bardají, en el año 1934 fue que la organización en esa provincia era un desastre; ya que según él no se enviaban datos de los afiliados, ni las cuotas que éstos pagaban a la jefatura provincial14. A esta situa-ión, que se había venido repitiendo desde esa fecha, se le puso fin en el año 1937; cuando ante la seriedad del conflicto armado y ante el sometimiento de todas las organizaciones y partidos políticos al férreo control de las fuerzas militares se institucionalizó y exigió a todas las delegaciones de Falange y a sus responsables la confección de unas fichas sumamente detalladas de todos aquéllos voluntarios de la organización, esto no era ni más ni menos que parte del proceso de militarización impuesto a la sociedad civil.

Esas fichas, principalmente, de los voluntarios que se incorporaban a la Primera Línea de Falange Española Tradicionalista de las J.O.N.S. permite realizar una análisis exhaustivo de los integrantes de esa organización. En primer lugar señalar que las adscripciones más antiguas a ese partido en la Comarca de Sierra de Gata son las de los vecinos de Eljas que se afiliaron en gran número en enero de 1934. Según su jefe local, Alejandro Ramos Urbano, contaba con cincuenta y dos hombres en el pueblo y hasta ciento catorce los tenía en diferentes frentes (soldados y falangistas).

Les siguen en antigüedad los vecinos de Cilleros donde también se produjo una afiliación en masa el quince de octubre de 1935. Entre los nuevos afiliados cabe destacar la incorporación del alcalde de la localidad, Félix Martín Asensio, y posteriormente en octubre de 1936, la del Juez Municipal, Enrique Guillén Bacas, ambos enemigos irreconciliables de Nicasio Álvarez de Sotomayor. Es quizás la Falange local de Sierra de Gata con mayor número de afiliados, todos ellos entre octubre de 1935 y noviembre de 1936.

En la localidad en la que se afiliaron más personajes de clase media, pequeños empresarios, propietarios y funcionarios fue Perales del Puerto, afili ción de todos ellos posterior al dieciocho de julio de 1936. En total se incorporaron dos escribientes, un dependiente de comercio, un sastre, un barbero, un secretario del juzgado y responsable de la estación municipal de telefonía, un chofer, un guarda municipal, dos carpinteros y un estudiante; frente a un total de trece obreros, tres labradores y un albañil. Aparte del perfil socioeconómico que se desprende de los afiliados de esta localidad es importante señalar que en las citadas fichas el Jefe Local de la organización se encargó de plasmar directa e indirectamente el pasado político de cada uno de ellos; pues puntualizó que cuatro de los obreros adheridos habían pertenecido a organizaciones de izquierdas antes del Alzamiento. Por otro lado en las fichas de todos aquellos que habían pertenecido siempre a partidos de derechas se encargó de puntualizarlo y además añadió que el maestro local acreditaba la buena  conducta del afiliado, información que omitió en la ficha de los de pasado izquierdista.

Empero el caso más asombroso es el de de Villasbuenas de Gata donde el afiliado más antiguo es un forastero procedente de Brozas, Andrés Navarro Nogales, que se incorporó a Falange en octubre de 1933, de profesión agricultor. El resto de los afiliados lo serían entre el uno de junio de 1936 y el uno de julio de 1936; sin embargo será el uno de noviembre de 1936 cuando esa falange local experimente un crecimiento exponencial debido principalmente a la incorporación masiva de miembros de la organización socialista “La Libertad”, nada más y nada menos que doce de sus miembros se pasaron a la Primera Línea de Falange Española. En total, frente a veintiocho jornaleros, de los cuales diez tenían pasado izquierdista, había un maestro, un herrero, un cartero (pasado izquierdista), un alabardero, y dos agricultores (uno de ellos con pasado izquierdista).

Acebo cuenta en su haber con un ejemplo curioso de ese camaleonismo político; ya que un personaje clave de Falange Española en Sierra de Gata como fue Andrés Navarro Nogales se convirtió en consuegro de Jesús Estévez Pérez médico de esa población serragatina. Este último personaje fue uno de los líderes de los obreros de esa localidad junto con el tío Calero con quien fundó en el año 1931 la asociación obrera afecta a la UGT “El Despertar de Jálama”, además dirigió y convocó todas las huelgas obreras en ese enclave rural durante el periodo 1931-1936. Posteriormente, en la década de los 50 del siglo XX, este médico se convirtió en alcalde franquista en la localidad de Acebo.

En Villanueva de la Sierra es donde menor número de obreros se incorporaron a la Primera Línea de Falange. De las siete fichas que se conservan en dos de ellas se dice que sus propietarios se afiliaron antes del golpe de estado, afiliándose el resto después. Entre esos siete voluntarios hay dos estudiantes, un chofer y un comerciante siendo los otros dos un bracero y un labrador.

En Acebo siguió sin confeccionarse las fichas que se les enviaba desde la jefatura Provincial pero si se envió una relación de todos los incorporados a la Primera Línea desde noviembre de 1936 hasta enero de 1937. En ella se puede observar que el estrato socioeconómico principal era el de los jornaleros, diecisiete en total, frente a un barbero y un maestro.

En Villamiel de las fichas que se enviaron el diecisiete de febrero de 1937 tan sólo dos de los voluntarios pertenecían a Falange con anterioridad al 18 de julio de 1936; quizás puede que en ello influyese el que uno de los personajes locales, Sabino Pérez, que luego desarrolló una actividad represiva muy dinámica estuviese en la cárcel de Cáceres hasta que se produjo el golpe de estado. Sabino Pérez se convirtió en el Delegado del Comandante Jefe Provincial de Milicia Nacional dedicándose a reclutar pueblo por pueblo a todos los varones de entre dieciocho y treinta años para incorporarlos al frente. Era alguacil del Ayuntamiento de Villamiel, con anterioridad había pertenecido al Partido Republicano Radical Socialista; para finalmente acabar en las filas de Falange.

Del resto de las localidades no se conservan las fichas de los falangistas que engrosaron las filas de la Primera Línea de esa organización paramilitar. Empero se puede deducir de las que se han analizado que la mayor parte de los voluntarios se incorporaron una vez iniciado el conflicto armado, y más concretamente entre los meses de septiembre y noviembre de 1936; en ello influyó sin duda las terribles escenas que se vivieron en cada una de las localidades serragatinas.

Además se deduce que el grueso de los voluntarios pertenecía a las capas sociales más desfavorecidas, siendo el componente bracero-jornalero el mayoritario como se ha visto. Muchos de ellos con una motivación ideológica más que sospechosa. Este hecho se puede ver más claramente, y sirve como ejemplo extensible al resto de las localidades de Sierra de Gata, en la relación de individuos pertenecientes a la Falange de Villasbuenas de Gata que se concentraron a las órdenes y disposición del Jefe Local de Falange de Malpartida de Cáceres siguiendo instrucciones de la Jefatura Territorial de Cáceres. En ese documento de treinta y siete individuos movilizados, treinta y dos eran jornaleros, uno labrador, dos carteros, un herrero y un guarda municipal.

La aceptación durante este año 1937 en la Primera Línea de individuos con un pasado izquierdista, como los jefes locales se encargaron de recoger en las fichas que enviaban a la jefatura provincial, se debió fundamentalmente, como se ha relatado anteriormente, a la escasez en estos primeros instantes del personal humano necesario que demandaban las fuerzas sublevadas para poder incorporarlos al frente y reorganizar así las diferentes secciones necesarias para que un ejército fuese operativo y pudiese resistir un conflicto armado que prometía dilatarse en el tiempo15.

El caso más sorprendente, como se ha visto, fue el que se produjo en Villasbuenas de Gata. Pero existe otro todavía más anecdótico y es el certificado del veinte de agosto de 1937 en el que el Comandante Jefe Provincial de las Milicias Nacionales, Isidro Navarro Manzanares, emitió en Cáceres para que los siguientes falangistas de Cadalso de Gata pudiesen cobrar el subsidio de procombatiente: Cesáreo Carvajal, Eugenio Calvo Montejo, Floro Lázaro Calvo, Marino Murguía Gómez. Estos dos últimos pertenecieron al Radio Comunista de Cadalso, siendo Marino Murguía el secretario administrativo y Floro Lázaro el integrante de Comisión revisadora; ambos tuvieron amplias relaciones con el dirigente comunista Máximo Calvo.

Tanto Mariano (Marino) Murguía Gómez como Floro Lázaro Calvo se encontraban presos en la cárcel de Hoyos en octubre de 1936, según consta en la circular enviada por el Gobernador Civil de Cáceres al Comandante de la guardia civil del puesto de Perales del Puerto, al Alcalde de Hoyos y al Jefe de Falange de esa localidad donde se encontraba el citado presidio. En la circular se les ordenaba a estos representantes del orden público que pusieran de inmediato en libertad a una serie de presos entre los que se encontraban Mariano Murguía y Floro Lázaro una vez hubiesen sido castigados convenientemente, con el objetivo de desocupar la cárcel que se hallaba sobreocupada y en la que se corría el riesgo de que apareciesen serios problemas sanitarios.

A pesar de la orden del Gobernador Civil hasta el veintinueve de diciembre de 1936 no fueron puestos en libertad un determinado número de presos entre los que se encontraban Mariano Murguía y Floro Lázaro. Éstos finalmente ante la experiencia vivida seguramente cuando regresaron a Cadalso vieron como su única opción para salvar su vida afiliarse a las unidades de la Milicia de Falange de la localidad.

Hubo otros individuos que se incorporaron a la Primera línea después de haber denunciado a otros vecinos; este fue el caso de Jesús Zanca Prieto de Hoyos quien en diciembre de 1936 denunció a Lino Cordero Susaño cuando éste se interesó en Perales del Puerto por la situación de unos amigos suyos de Hoyos que ideológicamente pertenecían a partidos de izquierda, los Aluquemas. El treinta y uno de julio de 1937 el jefe de Falange de Hoyos, Fausto Valiente, se encargó de enviar una nota a la Jefatura Provincial comunicando la incorporación de este individuo a esa sección a las órdenes del Jefe Provincial de Milicias de esa Organización.

A medida que el conflicto armado avanzaba y el ejército sublevado iba consolidando los territorios conquistados a las fuerzas leales a la República la incorporación de nuevos voluntarios a los distintos cuerpos de ejército y a las organizaciones paramilitares afines aumentaba. Muchos de estos nuevos integrantes, a diferencia de los incorporados inicialmente, tenían una motivación ideológica mucho más definida que se había radicalizado, si cabe aún más, a raíz de las represalias sufridas a manos de los grupos de extremistas y de paramilitares de extrema izquierda.

Ese hecho no pasó desapercibido por parte de los mandos militares que automáticamente iniciaron una labor de depuración que hasta entonces no se habían atrevido a realizar. Durante todo el año 1938 y principios de 1939 se actuó en dos frentes, según se desprende de la documentación analizada. En primer lugar se procedió a sustituir a algunos Jefes locales de las milicias de Falange debido a sus actuaciones delictivas como fue el caso del Jefe local de Falange de Acebo, León Telesforo Costa Horna, que debido a que fue condenado en sentencia firme el dieciocho de septiembre de 1937 a treinta años de prisión por un delito de adhesión a la rebelión se tuvo que nombrar a otro  Jefe de Falange para esa localidad que garantizase el orden en la misma y velase por los intereses de los sublevados.

En otras ocasiones la incompetencia que derivaba en graves casos de indisciplina y desorganización obligó a la sustitución de algunos de esos jefes locales de milicias, ese fue el caso que se dio en Villanueva de la Sierra. Debido a la caótica situación que se vivió durante todo el año 1938 en la Falange de esa localidad y a la falta de compromiso y prestigio social del Jefe de esa organización, Julián Izquierdo Simón, el Teniente Coronel Jefe Provincial se vio en la obligación de destituirlo el veinte de enero de 1939 ordenando que se nombrase a otro que reuniese mejores condiciones sociales y morales, así como mayor entusiasmo con la causa. El nuevo que fue nombrado tampoco lo debió realizar excesivamente bien pues el veintiséis de marzo de 1941 se denunciaba el estado deplorable y de abandono en el que se encontraba esa Falange, proponiéndose como nuevo sustituto a Miguel Cordero Domínguez.

Otras veces se tomaron medidas contra la actuación desproporcionada y el abuso de autoridad de algunos individuos que aupados a la jefatura de una organización que infundía más miedo que respeto aprovechaban su cargo para intimidar a ciertos vecinos de las localidades donde ejercían su poder; además de mostrar una conducta moral y político social contraria a los incipientes principios que quería imponer en toda España el llamado Movimiento Nacional. Esta situación fue la que se vivió en enero de 1939 en la localidad de Villamiel donde al Coronel Jefe Provincial no le quedó más remedio que pedirle informes al cura párroco de la población sobre la conducta moral y político social del Jefe local de milicias de Falange de esa localidad, Eusebio León Asensio, que había sido denunciado por varios vecinos de Villamiel los cuales habían sufrido las amenazas y coacciones del mismo cuando éste se encontraba en su estado habitual de embriagadez.

El cura párroco confirmó que ese individuo solía embriagarse según le confesaron en el pueblo; aunque el Jefe Local de Falange y el alcalde negaron en otros informes tal extremo y achacaron el incidente a un enfrentamiento personal entre el jefe de milicias y Cecilio Ladero, uno de los amenazados, y que todo se debió a una cuestión monetaria por la cuota del plato único. Aunque todos confirmaron el incidente y el estado de ebriedad en ese momento de ese Jefe de Milicias.

En Cilleros el caciquismo histórico que había dominado la escena política local en los años previos al golpe de estado se supo infiltrar en el nuevo escen rio político. El Anterior alcalde, Félix Martín Asensio, que había protagonizado infinitos enfrentamientos con las fuerzas izquierdista locales con el fin de mantener los privilegios de unos pocos se aupó a la jefatura de la organización como encargado de las milicias locales. Sin duda en ello influyó su prematura afiliación a Falange en octubre de 1935 cuando contaba con treinta y tres años, y su colaboración con los oligarcas locales en la preparación del golpe de estado en la población; como fue denunciado por el alcalde frentepopulista, Victoriano Marcos, el dieciséis de junio de 1936. Sin embargo el doce de abril 1938 su gestión y su manera de actuar fue denunciada por el anterior jefe de las milicias de A.P. y alcalde de la localidad Leonardo Repilado Domínguez, quien solicitaba instrucciones de cómo debía actuar al haber sido restituido el citado Jefe de Milicias a quien calificaba de ser un cacique de primer orden y que de no ser sustituido se podría generar un disgusto muy serio en la localidad.

En Cilleros buen número de estos nuevos falangistas como el Juez Municipal Enrique Guillén Bacas, o el nuevo alcalde Leonardo Repilado Domínguez tuvieron hermanos en organizaciones izquierdistas como Izquierda Republicana (Joaquín Guillén Bacas y Andrés Repilado Domínguez) que había sido constituida el veinticinco de abril de 1936 en esa localidad. Lo que demuestra una vez más que este conflicto armado fue una guerra entre hermanos como bien se ha sostenido durante décadas.

En otras ocasiones los familiares de algunos de estos nuevos jerarcas no mostraban el mismo grado de compromiso. Este fue el caso del hermano de este Jefe de Milicias de Cilleros, Agustín Martín Asensio, que el cuatro de marzo de 1937 regresaba desde Mérida junto con otros falangistas de la localidad argumentando que les habían dado de baja en el frente por inútiles sin aportar documento que lo acreditase.

Como se observa con todos estos casos es que en los momentos iniciales a las fuerzas rebeldes no les quedó más remedio que contar con algunos personajes de dudosa moralidad, compromiso e ideología que en nada se diferenciaban con aquellos a los que los militares rebeldes acusaron de haber cometido todo tipo de tropelías en la Zona Republicana, fusilándolos por ello. El caso más aberrante fue el de uno de los Jefes de Milicias de Falange de la localidad de Acebo, Santiago Puerto, que en una noche de excesos de alcohol en uno de los casinos de la localidad se jactaba públicamente de haber asesinado a noventa y nueve personas. Su estado de ebriedad le hizo confiarse en que su arma reglamentaria estaba descargada y acercándosela a la sien aseguraba que con él serían cien. Efectivamente por obra del destino con él fueron cien pues el martillo del arma detonó un cartucho que se conservaba en la recamara cayendo fulminado en el acto. Según el testimonio de algunos vecinos izquierdistas de la localidad si el accidente hubiese sucedido en otro sitio ello habría desencadenado una ola de represión entre el vecindario de ideología izquierdista al haberles achacado a ese colectivo la muerte de ese Jefe de Milicias.

En Villasbuenas de Gata algunos de los dirigentes falangistas que asesinaron al alcalde frentepopulista de la localidad y a otros vecinos de la misma se dedicaron posteriormente a extorsionar económicamente a algunos vecinos de esa población independientemente de la ideología política que tuvieran.16

Otros Jefes de Milicias no fueron sustituidos a tiempo y siguieron cometiendo todo tipo de fechorías y vanagloriándose de ellas, pero algunos de los que padecieron sus actuaciones, o familiares de éstos, no dudaron en vengarse. Este fue el caso del Jefe de Milicias de Falange de Villamiel, Sabino Pérez Estévez, que fue asesinado en una de las calles de esa localidad serragatina de noche en el año 1948 por el familiar de uno de los represaliados17.

En segundo lugar las fuerzas militares rebeldes decidieron acometer en julio de 1938 una depuración política de elementos izquierdista incorporados como voluntarios falangistas largamente demorada, y de la que se era plenamente consciente como se ha visto a lo largo de todo este trabajo; ya que se había ido plasmando en las fichas de esos nuevos voluntarios de Falange remitidas a la Jefatura Provincial por los Jefes Locales.

La depuración política definitiva llevada a cabo en 1938 fue una muestra inequívoca de la situación tan débil en la que se habían encontrado hasta esa fecha los sublevados en la provincia de Cáceres al carecer de los medios humanos necesarios para afrontar el conflicto bélico que habían provocado; ya que de haber sido de otra forma no habrían esperado hasta las Navidades de 1937 para asesinar a infinidad de personas a las que se las vinculó con el llamado Complot de Máximo Calvo. Entre ellos se encontraban un buen número de soldados que pertenecían a unidades instaladas en la provincia de Cáceres y a los que se les acusó de frentepopulistas18. A partir de esas fechas se acometió esa depuración entre la tropa bajo su mando.

El veintisiete de julio de 1938 se contestaba desde Acebo a un requerimiento enviado desde la jefatura Provincial en el que se les exigía a los mandos falangistas locales que se depurase a los voluntarios de esa Falange que antes del dieciocho de julio de 1936 no habían tenido un pasado nacionalista.

En esa misma fecha los responsables de la Falange de Eljas confirmaban que todos los voluntarios falangistas que prestaban sus servicios en el frente habían pertenecido a partidos de orden antes del día del “Alzamiento Nacional”.

En la localidad de Valverde del Fresno se pidió los antecedentes de los voluntarios falangistas unos meses antes , el cuatro de mayo de 1938.

Los jerarcas falangistas de la localidad de Villamiel no dudaron en denunciar ante el requerimiento de la Jefatura Provincial el pasado socialista del vo- luntario falangista Cecilio González Iglesias.

Este cambio de actitud se observa más nítidamente en la localidad de Descargamaría en la que como se ha visto anteriormente, en el año 1937, el Jefe Local de Falange, Demetrio Martín, informaba de unos voluntarios falangistas con pasado izquierdista que iban a ser incorporados a la Primera Línea y a los que se le recomendó desde Cáceres que tan sólo se les realizase una pequeña vigilancia. Empero en 1938 ese afán depurativo determinó que el nueve de agosto de 1938, atendiendo a una circular de la Jefatura Provincial de Milicias de Falange de Cáceres, el Jefe de las milicias de Descargamaría, Felipe Delgado, denunciase a tres individuos movilizados por Falange que habían pertenecido al Frente Popular. Estos eran: Vicente Gómez (Presidente de la Célula Comunista), Eugenio García (comunista) y Macario Iglesias (socialista).

Otras veces la delación de la supuesta ideología política de algunos voluntarios se debía a los antecedentes o la actuación de algún familiar. Este fue el caso que se dio en Hoyos cuando el Jefe de Milicias de Falange de la localidad, Felipe Hernández Viejo, informó el cuatro de agosto de 1938 al teniente Coronel Jefe Provincial de la Milicia de Falange y de las J.O.N.S. de Cáceres que de los cuatro individuos que ordenaba se incorporasen a su destino, uno de ellos, Ramón Liébana Martínez, tenía un hermano que se había incorporado a las unidades de Falange de Hoyos y estando en el frente se había pasado al enemigo.

No sólo la Primera Línea de Falange vivió esa depuración sino que la Segunda Línea de Falange también sufrió ese proceso, aunque parece ser que de una manera un poco más laxa como se observa por la nota enviada el diez de agosto de 1938 por el teniente Coronel Jefe Provincial en la que le ordenaba al Jefe Local de Falange de Hoyos que debía de dar los nombres de todos aquellos falangistas con pasado izquierdista, y separar de esa Segunda Línea a todos aquellos que por su conducta o antecedentes implicasen un peligro. Los demás aunque tuviesen un pasado izquierdista y demostrasen un fiel acatamiento a la causa nacional se los había de mantener; aunque les debían proporcionar los nombres para que fuesen investigados.

La extensión del calificativo frentepopulista se ampliaba a la etapa anterior a la constitución de ese agrupación de las fuerzas políticas de izquierdas que se acordó para presentarse a la elecciones de febrero de 1936, de tal manera que todo aquel que hubiese pertenecido a fuerzas políticas de izquierdas entre los años 1931-1936 era calificado de frentepopulista. Este hecho se puede ver claramente en Gata que ante ese requerimiento generalizado y obligatorio que se ordenó el veinte de julio de 1938, se informó al Teniente Coronel Jefe de Milicias de Cáceres que en el servicio de fronteras había un falangista que había pertenecido al Frente Popular hasta el uno de febrero de 1933, dándose de baja voluntariamente y siendo adicto al Glorioso Movimiento.

Sin embargo en esa misma localidad el nueve de julio de 1938 se ordenó la incorporación de los falangistas mayores de dieciocho años entre los que aparecía un joven, Agustín Peñalva López, que era familiar del maestro nacional Emiliano Peñalva Conde que fue presidente de la casa del pueblo y que durante el Frente Popular se mostró muy activo.

El hecho de que hubiesen combatido en el frente, es decir en Primera Línea, y que después pasasen a desempeñar labores en la Segunda Línea, más concretamente en el servicio de fronteras no fue óbice para que fuesen depurados. El caso más claro se observa en el municipio de Perales del Puerto en el que ante la nota recibida el veinte de julio de 1938 el Jefe Local denunció el pasado socialista de varios falangistas que habían estado en el frente (Pedro Martín Vidal, Andrés Valencia Acuña, Marcos Valle Rodríguez) y que seguían realizando labores por orden del alcalde de la localidad, Valeriano Moreno, en esa Segunda Línea en las labores de control de frontera. El día veintiocho de julio de 1938 se le ordenó a ese alcalde el que se diese de baja del servicio de frontera a esos individuos.

4. ETAPA FINAL

Esta etapa coincide con el final del conflicto armado que se produjo el uno de abril de 1939. Es una fase en la que se inició el desarme de las llamadas Milicias Nacionales, la desmovilización de todos los voluntarios que combatieron en los diferentes frentes de guerra y el cómputo de los fallecidos y mutilados que había dejado el conflicto por localidades.

En marzo de ese año se comenzó a solicitar localidad por localidad de Sierra de Gata el cómputo de todos los fallecidos habidos en las Milicias Nacionales durante el conflicto armado, aunque cuando se comenzó a contabilizar en firme fue en abril de ese año.

De la documentación analizada las localidades que más víctimas registraron fueron Gata con diecinueve fallecidos, quince por heridas sufridas en acción de guerra y cuatro por enfermedades. A continuación le sigue Cadalso con catorce personas entre las que se encuentra Marcial (Marino) Murguía Gómez secretario administrador del radio comunista de Cadalso. En Descargamaría se contabilizaron siete fallecidos y en Villamiel otros tantos.

Curiosamente las localidades donde Falange arraigó más temprano en Sierra de Gata: Eljas, Hoyos y Cilleros, o no hay documentación como es el caso de Eljas y Hoyos, o el número de fallecidos fue muy bajo como es el caso de Cilleros, donde tan sólo comunicaron la muerte de cuatro personas (uno perteneciente a la Falange Riojana, dos pertenecientes a los Flechas Negras y uno perteneciente al Tercio Sangüesa).

La única población, de la documentación consultada, que comunicó que de la localidad no había fallecido voluntario alguno de las Milicias Nacionales fue Robledillo de Gata, según nota de su alcalde Eleuterio Rodríguez el día tres de abril de 1939.

Perales del Puerto informó del fallecimiento de un voluntario de las Milicias Nacionales y de dos voluntarios declarados como inútiles a causa de la guerra. Villanueva de la Sierra informó de un voluntario falangista fallecido en combate en la localidad de Cedillo. Valverde del Fresno informó de dos muertes, uno fallecido en el frente de Madrid y el otro por una enfermedad adquirida en campaña.

Villasbuenas de Gata a pesar de contar en el frente con treinta y seis voluntarios el diecisiete de enero de 1937 según informó el alcalde de esa localidad, Ángel Domínguez; tan sólo comunicó el tres de abril de 1939 el estado de inutilidad de tres voluntarios de las Milicias nacionales; por lo que se entiende que al igual que en Robledillo de Gata no debió haber fallecidos en la población.

Además las nuevas autoridades quisieron eliminar cualquier posibilidad de revueltas; así una vez finalizada la guerra y ante la terrible situación económica en la que había quedado el país, en el que se vislumbraba una dura posguerra debido a las grandes carencias y necesidades que iban a ser la tónica general durante bastantes años estos iniciaron un progresivo desarme de todos los voluntarios que habían pertenecido a las milicias nacionales.

Entre las escaseces que eran crónicas en la comarca y que iban a seguir siéndolo por mucho tiempo se encontraba el trabajo. Buena parte de los propi tarios de tierras que apoyaron a los sublevados en esta guerra y que antes de la misma se negaban a dar trabajo a los obreros continuaron en la misma postura una vez finalizado el conflicto bélico. La diferencia es que ahora le negaban el trabajo a los excombatientes, como sucedió en San Martín de Trevejo donde Carmen Manzano Chamorro era denunciada por el alcalde por su actitud hostil a la hora de dar jornales a los desempleados de la población entre los que había un buen número de excombatientes19. Y eso que entre los objetivos que se habían fijado los líderes sublevados se hallaba el que el trabajo se encontrase garantizado y protegido, como se encargó de difundir por radio el general Mola el dos de marzo de 193720

En Acebo el veinticinco de septiembre de 1939 se entregaron diez escopetas en el puesto de la guardia civil de Perales del Puerto. En Eljas se entregaron el veinte de septiembre de 1939 tres rifles en la comandancia de Valverde del Fresno. Los falangistas de Villamiel entregaron el veintiuno de septiembre de ese año sus armas y trofeos en el cuartel de la guardia civil de Cilleros. El dieciocho de septiembre de 1939 los falangistas de Hoyos entregaron los rifles procedentes de la Jefatura Provincial de Falange en el puesto de Perales del Puerto, en total seis rifles y quinientos dos cartuchos. Los falangistas de Hernán Pérez en cambio comunicaron el dieciocho de septiembre de 1939 que no tenían ni armamento ni trofeos de guerra.

A pesar de la finalización del conflicto armado no se bajó la guardia en cuanto a la actuación de determinados voluntarios; así en Gata desde el Ayuntamiento enviaron los datos relativos a un voluntario de las Milicias de esa localidad, Santiago Cantero Salvador, al Gobernador Militar de la Provincia quien había ordenado su ingreso en la prisión de Valladolid. Este detenido puede que fuese familiar de Felipe Cantero Sánchez (presidente de la agrupación socialista de Gata y el último alcalde democrático de la localidad).

5. CONCLUSIONES

Sierra de Gata se encontraba muy alejada de las líneas del frente, es la reta-guardia clásica de cualquier conflicto armado. Con una frontera con Portugal totalmente segura por la que era imposible la entrada o salida de personas y de armamentos sin el consentimientos de los sublevados o de las fuerzas del orden salazaristas. Debido a estos motivos no se vivió la guerra en su sentido pleno sino el tipo de conflicto bélico tradicional de las zonas en las que las guerras ya han finalizado o que están recién conquistadas; donde la represión de todos aquellos que se oponen a los nuevos gobenantes impera por todos los rincones siendo llevada a cabo por los grupos paramilitares afectos a los sublevados. En sierra de Gata el número de fallecidos de ideología izquierdista a causa de la represión política durante los primeros meses de conflicto ascendió aproxima- damente a unas sesenta y cinco personas21frente a un fallecido de ideología derechista. La mayor parte de estos asesinatos extrajudiciales fueron perpetrados por los grupos paramilitares afines a los golpistas, más concretamente por la Segunda Línea de Falange Española.

Esa Organización era una fuerza política marginal prueba de ello es que en las elecciones de febrero de 1936 no consiguió ni un diputado en el parlamento22; ya que alcanzó unas cifras ridículas de votos23 . En febrero de 1936 Falange tenía unos cinco mil miembros, en la primavera de ese año contaba con unos sesenta mil militantes en toda España, en agosto la cifra se elevaba a un millón de voluntarios y finalmente durante los dos años siguientes de conflicto armado llegó a contar con dos millones de militantes24 .

Sin embargo, sean unas cifras u otras, todo ello da una idea de la evolución que tuvo esa organización a nivel global. En el caso concreto de Sierra de Gata sucedió lo mismo, fueron infinidad las personas las que se afiliaron con una más que sospechosa voluntariedad a la misma; ya que hasta esa fecha ni se habían planteado adherirse a ese partido político, como lo demuestra la escasa implantación del mismo antes del golpe de estado en esta comarca extremeña.

Ese déficit histórico de miembros que tenía Falange Española desde sus orígenes en la provincia de Cáceres en general y en Sierra de Gata en particular es lo que la obligó a la aceptación de nuevos supuestos voluntarios de la más diversa procedencia; ya que no sólo fueron aceptadas personas que con anterioridad habían pertenecido a los llamados partidos de orden (CEDA, J.A.P.) sino, que se vieron en la necesidad de admitir, al menos durante la primera fase del conflicto armado, a infinidad de personas procedentes de partidos de izquierdas, tales como Izquierda Republicana, U.G.T., Partido Socialista Obrero Español y Partido Comunista de España; de igual forma que sucedió en otras zonas de la llamada España Nacional.25

Un hecho relevante derivado de esa escasez de personal afín a las fuerzas sublevadas fue también el admitir como dirigentes locales de Falange en Sierra de Gata a un buen número de personajes que no cumplían los estrictos requisi- tos puritanos y de compromiso exigidos por las organizaciones englobadas en las llamadas Milicias Nacionales. Por ello y a medida que la guerra se iba decantando a favor de las fuerzas sublevadas muchos de ellos fueron sustituidos por otros que garantizasen con su comportamiento y conducta los nuevos principios ideológicos que iban a imperar a partir de entonces en la llamada España Nacional, y por tanto que sirviesen de modelo a las sociedades en las que ejercían su autoridad.

Esa carencia de personal en las filas de Falange Española se agravaba aún más dentro de su componente femenino. La Sección Femenina comenzó su andadura en los primeros meses de 1936 con una gran falta de medios intentando captar nuevas afiliadas tanto entre las señoritas del pueblo como entre las labradoras-jornaleras. De entre toda la documentación manejada no se ha encontrado ningún documento referido a las secciones femeninas de localidades de Sierra de Gata durante estas fechas; aunque si las hay posteriores como la de Acebo en la que se comunicó la participación de la Sección Femenina de esa población en una exposición de artesanía en el año 1952.

Las fuerzas sublevadas utilizaron dos estrategias claramente diferenciadas ambas encaminadas a la consecución de un único objetivo, el proveerse del capital humano necesario para afrontar un conflicto bélico, con el que al menos al principio no contaban que se iba a producir; ya que daban por hecho que con un golpe militar sería suficiente, como en otras ocasiones, para someter al país.

Esas estrategias consistieron por un lado en la articulación de un sistema de terror basado en la violencia física con la que se procedió, en primer lugar, a la eliminación de todos aquellos dirigentes y personajes que más se habían significado en los conflictos obreros en los años previos al golpe de estado. En segundo lugar se procedió a extender un sistema de torturas, vejaciones y violaciones entre la población de ideología izquierdista o frente populista. Con estas dos actuaciones se buscaba dejar a las masas obreras inoperativas al carecer de dirigentes que las organizasen, y al haber padecido directamente la extensión de ese terror de la nueva España Nacional.

Por otro lado se implementó un sistema coactivo y coercitivo que consistió en sancionar y en convertir en sospechoso a todo aquél que demostrase públicamente poco entusiasmo por las fuerzas sublevadas, como le sucedió a la vecina de Acebo, Petra Blas Valiente, cuando expresó en público su pesar por la incorporación a filas de dos de sus hijos. Debido a ello fue acusada de enemiga del nuevo régimen y estuvo a punto de dar con sus huesos en la cárcel municipal sino hubiese intercedido por ella otra vecina de la localidad afecta a los sublevados.

La más mínima sospecha, la delación, las envidias, las rencillas personales, la participación política de tiempos pasados bastó para caer en desgracia y ser acusado de traición por los integrantes ( hombres, mujeres y niños) de los grupos paramilitares de extrema derecha afectos a las fuerzas sublevadas; que de esa manera se convertían en la policía del nuevo régimen. La extorsión y las sanciones económicas derivadas de la actuación de los integrantes de estos grupos de extrema derecha sirvieron para proveer de recursos económicos a las fuerzas sublevadas y para arruinar a aquellos considerados elementos desafectos al nuevo Régimen.

En definitiva estas dos estrategias sirvieron, en términos generales, para que, ante el miedo a ser acusado de enemigo del nuevo régimen, el número de afiliaciones a las organizaciones denominadas Milicias Nacionales tuviese un incremento exponencial en los meses siguientes al llamado “Alzamiento Nacional”.

La militarización de la sociedad civil, así como la implantación de una estructura de terror de la que no estaba libre ningún ciudadano fue lo que decantó la balanza en los primeros meses a favor de los sublevados en determinadas zonas geográficas de España.

Debido a que el golpe de estado de julio de 1936 fue llevado a cabo por militares todos esos grupúsculos afines a los golpistas se tuvieron que someter a los dictados de éstos y más concretamente a partir del Decreto de Unificación que instauraba la idea del partido único. Es por este motivo y por la declaración del estado de guerra por el que desde un inicio la zona que quedó en manos de los sublevados actuó de una manera coordinada tanto administrativa como militarmente.

Falange Española se convirtió de la noche a la mañana en la organización única y mayoritaria en las diecinueve localidades de Sierra de Gata, haciéndole una competencia testimonial otras organizaciones afectas a los sublevados como los requetés que prácticamente no existían en la comarca. Esa exclusividad le permitió desarrollar su actividad y su competencia de una manera plena, absoluta y libre sin que fuese cuestionada en ningún momento por nadie.

Sierra de Gata, como otras zonas que quedaron bajo la denominación de la España Nacional, contribuyó en los primeros meses del conflicto con ingentes cantidades de capital humano, así como de materias primas y recursos económicos, que eran canalizados a través de los consistorios que se encontraban bajo mando de corporaciones municipales impuestas por los sublevados. Esa acaparación de recursos, en concreto de personas para enviarlas al frente, provocó que en la retaguardia franquista de esta comarca se produjesen frecuentes quejas de los jerarcas falangistas a sus superiores por la aguda la escasez de personal que padecían y que les impedía poder realizar tareas tan serias como el control de fronteras y las labores del campo conforme a las necesidades del momento.

La composición social mayoritaria de los integrantes de las Milicias Nacionales en Sierra de Gata fue fundamentalmente obrero-jornalera; debido principalmente a la estructura económica de esta zona geográfica y a la escasa implantación que tenían las citadas organizaciones en esta comarca con anterioridad a la sublevación armada; ya que éstas tuvieron mínimo calado entre los comerciantes, pequeños propietarios y profesiones liberales en los años previos al golpe de estado; bien porque éstos pertenecían en su mayor parte a partidos como la Derecha Local Agraria o bien a partidos republicanos como el P.R.R.S.

Además las diferentes falanges locales de Sierra de Gata se encargaron de la gestión del pago del subsidio de los combatientes a sus familiares. Controlaron a los combatientes que volvían de permiso del frente. Realizaron tareas de control de la frontera hispanolusa en colaboración con fuerzas de seguridad como los carabineros y la guardia civil. Pero sobre todo realizaron una labor policiaca informando del perfil ideológico de todos aquellos que se alistaron en las filas de su organización.

Esos informes de ese pasado ideológico de los nuevos voluntarios que era enviado a la Jefatura Territorial de Milicias de Primera Línea de Falange sirvieron para, que una vez vislumbrada la victoria final del conflicto bélico a mediados de 1938, se iniciase un proceso depurativo entre las filas de Falange que hasta esa fecha había sido imposible llevar a cabo.

Pero a pesar de esa entrega de las organizaciones de Milicias Nacionales en los primeros instantes del conflicto armado éstas no obtuvieron la recompensa esperada o que ellos creían merecer; ya que una vez finalizada la guerra se procedió al desarme de las mismas, a la desmovilización y desmilitarización de todos sus miembros. Aunque se les encomendó una última tarea administrativa, la contabilización de todos los fallecidos entre sus filas en la guerra.

Por toda la documentación analizada procedente del Archivo Histórico Militar se pude concluir finalmente que la puesta en marcha y posterior actuación de las organizaciones incluidas en las llamadas Milicias Nacionales fue fruto de una gran improvisación inicial que tuvo que ser simultaneada con un conflicto bélico que absorbió ingentes cantidades de recursos, principalmente humanos. Debido a esa improvisación inicial Falange Española, como organización única en Sierra de Gata, desarrolló diferentes tareas dependiendo de la evolución del conflicto armado, es decir pasó de ser una organización paramilitar-represiva nada más iniciarse el golpe de estado a una organización puramente burocrática- policiaca nada más finalizada la guerra.

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1 DE FONTERIZ, Luis. Red Terror In Madrid. Londres 1937. Pág. 18.

2  Diario Extremadura 02/09/1936.

3   AYALA VICENTE, Fernando. Partidos y Élites Político-Sociales en la Provincia de Cáceres durante la II República (1931-1936). Universidad de Extremadura, Cáceres 2002, pág. 85

4  Ibidem. pág. 101.

5   RODRÍGUEZ ARROYO, Jesús Carlos. Nicasio Álvarez de Sotomayor Gordillo Aguilar, alias “Ángel Aguilar”. Revista de Estudios Extremeños. Diputación de Badajoz. III volumen año 2010.

6  BORKENAU, Franz. El Reñidero Español. Pág. 224

7  JACKSON, Gabriel. La República Española y la Guerra de Civil. Edt. Crítica. Pág. 266

8  Testimonio aportado por el vecino de Cilleros Antonio Mateos.

9  RODRÍGUEZ ARROYO, Jesús C. Movimiento Obrero y Represión Fascista en Sierra de Gata 1931-1936. Muñoz Moya Editores Extremeños. Pág. 230.

10   BRASILLACH Robert y BARDÈCHE Maurice. Historia de la Guerra de España. Valencia 1966. Pág.162.

11  ARRARÁS, Joaquín. La Cruzada Española. Volumen IV, tomo 15. Pág. 166

12  Expediente nº 1247, Telesforo Costa Horna y Otros. Juzgado nº 8 Salamanca, causa 728/37, caja 113, orden 1247, balda 1627.

13   RODRÍGUEZ ARROYO, Jesús C. Nicasio Álvarez de Sotomayor Gordillo Aguilar “Ángel Aguilar”. Del Anarcosindicalismo al Nacional-Sindicalismo. Revista de Estudios Extremeños III 2010. Pág. 1285

14  GARCÍA GUTIÉRREZ, José María y POLANCO MELERO. La II República y la Guerra Civil en la Villa de logrosán. Editora Regional de Extremadura. Mérida 1995. Pág. 137

15  BORKENAU, Franz. El Reñidero Español. Pág. 224

16  Testimonio aportado por Jesús Montero Blanco.

17  DOMENÉ SÁNCHEZ, Domingo. Los Partidos Políticos en Villamiel durante la Segunda República. Revista Alcántara nº 72, 73.Pág. 60.

18  CHAVES PALACIOS Julián. Tragedia y Represión en Navidad. Institución Cultural el Brocense. 2008

19  RODRÍGUEZ ARROYO, Jesús C. Movimiento Obrero y Represión Fascista en Sierra de Gata 1931-1936. Muñoz Moya Editores Extremeños. Pág. 131

20   BRASILLACH, Robert y BARDÈCHE, Maurice. Historia de la Guerra de España. Valencia 1966. Pág. 163

21  Fuente Universidad de Extremadura. Memoria Histórica de Extremadura

22   RIVAS, Fernando. El Frente Popular, antecedentes de un alzamiento. Editorial San Martín. Madrid 1976. Pág.89

23  VENEGAS, José. Las Elecciones del Frente Popular.  Cuadernos de Cultura Española, Buenos Aires 1942.Pág. 64.

24  JACKSON, Gabriel. La República Española y la Guerra Civil. Ediciones Crítica. Pág. 363

25  JACKSON, Gabriel. La República Española y la Guerra Civil. Pág. 275

 

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Teodoro Agustín López López.

1.  DATOS BIOGRÁFICOS

Nace en Sevilla el 27 de diciembre de 1532 y muere en Valencia el 6 de enero de 1611. De posición social noble, su padre, Per Afán de Ribera, era duque de Alcalá, marqués de Tarifa y posteriormente al nacimiento de Juan, virrey de Cataluña y de Nápoles; y su madre, Teresa de los Pinelos, pronto murió, siendo muy niño y creció sin amor materno. Aprendió las primeras letras en Sevilla, orientado por su padre hacia el estado eclesiástico, en el 1536 recibe la Tonsura clerical con dispensa para que pudiera acceder a los beneficios eclesiásticos1.

A los doce años su padre lo envía a Salamanca para estudiar cánones y gozar del fuero universitario y le da por ayo “un sacerdote religioso y pío el más virtuoso que puedo haber  en su  estado: llamóse el licenciado Truxillo”2.

El 1544 en la Universidad de Salamanca comienza tres cursos académicos 1544-47, matriculándose en la facultad de Derecho. Estudia Decreto (dos años), Decretales (tres años) y dialéctica jurídica. ¿Por qué no termina? Lo hacía por su padre, dice Covarrubias.

Posteriormente, tiene un cambio vocacional. Frecuenta los estudios de Artes o Filosofía durante los cursos académicos 1547- 50 con las disciplinas de Súmmulas, Lógica magna y Filosofía moral y natural, cuya asistencia obligatoria era de  seis meses. Sus profesores  son Francisco Sancho, magistral, Miguel Palacio y Francisco Miguel Tour, consiguiendo el grado de bachiller en Artes o Filosofía.

La teología fue su fuerte durante siete años, y es dispensado durante otro tiempo debido a su preparación o comportamiento de asistencia, en donde estudia cuatro libros de la Sentencia de Pedro Lombardo y cuatro de la Summa Theologica de Santo Tomás (Cátedras de Prima y Vísperas y otra de Sagrada Escritura) y frecuenta la cátedra de Dialéctica en las prácticas. Obtiene el grado de Bachiller y el de Licenciatura el 31 de mayo de 1557 en la capilla de Santa Bárbara ante los grandes maestros Sancho, Soto Mayor, Melchor Cano, Domingo de Cuevas, actuando como padrino Domingo de Soto. No es doctor por ser una graduación más festiva que académica porque su austeridad personal no acepta. Fue un teólogo escolástico tomista con gran vinculación afectiva e intelectual con sus maestros. Según la Constitución de Martín V, al hablar de los Bachilleres en Teología podemos concluir que el 31 de mayo de 1557 ya estaba ordenado in sacris, requisito para la graduación. Tras un breve paréntesis de ministerio presbiteral en Sevilla, vuelve a la Universidad de Salamanca. Por la carta de su padre, en la que decía “si quisiere des estar en Salamanca y leer una cátedra y predicar sería lo que más me convendría a mí y a vos…” no se prueba que fuera catedrático. No tenemos ninguna otra documentación que lo acredite que al menos fuese  catedrático sustituto3.

Sacerdote a los 25 años, no si antes, el 7 mayo de 1557 obtiene en Sevilla por D. Diego Ruiz, obispo de Sadoy4 el título de beneficio de las Sagradas Ordenes para pasar a recibir el grado de licenciatura.

Por Bula de Pío IV, el 27 de mayo de 1562, Juan de Ribera, que no había cumplido los treinta años de edad, es obispo electo de Badajoz y consagrado por D. Pedro Guerrero, Arzobispo de Granada, en Sevilla. Partió a su diócesis y tomó posesión el 27 de agosto inmediato. El 26 de julio de 1562 su  antecesor

D. Cristóbal de Rojas y Sandoval, toma posesión por poderes en  Córdoba el 23 de agosto de 1562, entrando en la diócesis el 28 de febrero del siguiente año5.

El 30 de abril de 1568 Pío V le da el palio como Patriarca latino de Antioquia al obispo de Badajoz, de quien dice: lumen totius Hispaniae, lumbrera de toda España. Permanece en Badajoz hasta 20 de marzo de 1569 en que se tras- lada a Valencia, siendo sustituido por D. Diego de Simancas.

Su juventud y preparación integral le llevaron a desempeñar una intensa labor apostólica en su nueva diócesis, cuyos límites por el oeste era Portugal (Obispados de Évora, Yelves y Portalegre); Andalucía (Arzobispado de Sevilla) por el sur y el Priorato de San Marcos de León por el este. Cinco veces más pequeña que el territorio actual. Era sufragánea del Arzobispado de Santiago de Compostela. Existían dos arciprestazgos (Alburquerque y La Parra), cinco vicarías (Barcarrota, Burguillos; Fregenal, Jerez y Villagarcía). Había villas que pertenecían a entidades administrativas distintas: Fregenal, Higuera la Real y Bodonal de la Sierra, pertenecientes a Sevilla en lo temporal y al obispo de Badajoz en lo espiritual. Igualmente Puebla del Maestre. Villagarcía y la capilla de San Juan Bautista en la iglesia matriz de Llerena eran enclavadas en el territorio del Priorato de San Marcos de León.

2. PERSONAJES CONTEMPORÁNEOS

Coetáneos a D. Juan de Ribera es Luís de Morales, fue llamado “Divino Morales”6, quien nos ha dejado la primera pintura del joven obispo de Badajoz: sus facciones revelan a un hombre de nervio, pero limpio de excitación exterior, contemplativo y apóstol, con aires de alta nobleza y finos modales, así como el juicio particular de su vida7; otro contemporáneo suyo fue el polifoniíta Juan Vázquez nacido a principio del s. XVI, que tal vez oiría sus villancicos creados antes de su llegada como maestro de capilla en Badajoz; Fray Luís de Granada y Juan de Ávila, antiguos amigos no coincidieron en su pontificado, y otros santos, músicos y humanistas.

Es claro que en la década anterior al Memorial de Fray Alonso de La Fuente a Felipe II transcurre, durante el pontificado de Ribera en Badajoz, la herejía de los alumbrados. Los avisos que dio a los curas y confesores revelan que ya en 1562 existía: «Una de las cosas principales que tengo que advertiros y,- por ser tan principal, será la primera- es que tengo entendido que hay algunos entre vosotros que sólo tratáis con gente recogida y virtuosa, y a los demás menospreciáis y repudiáis como gente que no siente con vuestro parecer y que van contra él, no siendo el suyo tan sano y santo como el vuestro. Otros, al revés, a la gente recogida tenéis por hipócrita y extremada. La opinión de los unos y de los otros la tenemos por indiscreta y reprobada, y deseamos que nuestro Señor os diese espíritu para abrazar todo género de gentes y condiciones, sueltos y recogidos, sanos y enfermos, sabios e ignorantes, santos y que no lo sean, de manera que les hallasen debajo de vuestras alas abrigo los buenos, remedio y medicina los enfermos y perdidos, pues a todos somos deudores y de todos nos han de pedir cuenta y todos están a nuestro cargo»8.

Sin entrar en un tema polémico la ciencia moderna de la psiquiatría y la psicología nos pueden iluminar, aplicando los datos a la fenomenología religiosa y, en concreto, comprenderemos mejor tanto la inquietud de Fray Alonso de la Fuente, como los prudentes avisos de D. Juan de Ribera a los sacerdotes pacenses9.

3. CAMINO DE LOS ALTARES

En 1746 se inicia el proceso de canonización del Venerable Siervo de Dios, cuyas virtudes en grado heroico aprobó Clemente XIII el 8 de diciembre de 1759, previa la Junta de Cardenales en la Corte Romana el 17 de noviembre anterior, en que este Cabildo y Ciudad celebraron función del Espíritu Santo para el mejor acierto de la Sagrada Congregación. El 16 de enero inmediato en sesión ordinaria del cabildo de Badajoz se leyó la carta del Colegio del Corpus de Valencia con el Decreto de la aprobación de las Virtudes del V. y D. Juan de Rivera, de que remite dos ejemplares. El Cabildo acordó que se responda la enhorabuena a dicho colegio y se cante el domingo Te Deum con Misa, y la noche antes haya luminarias con repique de campanas, se participe a la ciudad la noticia y se avise  al Obispo  Pérez Minayo por si gusta asistir10.

Hernández Tolosa, cronista capitular principia su Libro de noticias con la jornada de acción de gracias de este modo: “A las oraciones del día 19 de enero, se iluminó la torre de nuestra Santa Iglesia catedral, como así mismo las dos torres de la Ciudad, esto es, el reloj y la de la Audiencia con repique de sus respectivas campanas y el Palacio episcopal con hachas y la casa del Sr. D. Diego Notario, canónigo”11.

Al día siguiente, domingo del mismo mes y año de 1760, hubo una función muy solemne en la Santa Iglesia Catedral: “tomose media hora y concluidas las horas canónicas y la misa conventual, se manifestó a su Divina Majestad, y se cantó el Te Deum y concluido se cantó la Misa de la Santísima Trinidad, presidida por D. Francisco Pérez Cañabate, canónigo”. Participaron El Sr. Obispo y Alcalde mayor con gran  afluencia de fieles de la ciudad12.

En el cabildo pleno de miércoles 27 de abril de 1796 se abrió y leyó carta del Colegio del Corpus Christi de Valencia, en la que les participa la agradable noticia de haberse aprobado por la Sagrada Congregación los milagros del Venerable Siervo de Dios D. Juan de Ribera, obispo, que fue de esta ciudad, y Sus Señorías acordaron que se responda a la misiva, expresando el gran júbilo y satisfacción, con que el cabildo ha recibido la grata noticia13. La Beatificación fue presidida por Pío VI el 18 de septiembre de 1796.

El 23 de febrero de 1859 el obispo D Fray Manuel García Gil, al ser promovido al arzobispado de Zaragoza, lega al cabildo su retrato y una reliquia del Beato Juan de Ribera. El 6 de mayo del mismo año los canónigos le dan las gracias por dicha donación y por el estuche para colocarla14, colocándola en el oratorio contiguo a la sacristía el 17 de diciembre del mismo año.

Por acuerdo del cabildo del 7 de marzo de 1908 se envía al beneficiado D. Ramón Alarcón con la reliquia del Beato Juan de Ribera a Almendralejo en consideración a la especial devoción que ha manifestado Mons. Soto Mancera sobre su santo antecesor15.

El  27 de  marzo  de 1960,  a las  once y  media, organizado por  el obispo D. José María Alcaraz y Alenda, se celebró solemne Te Deum en acción de gracias por la próxima canonización del Beato Juan de Ribera con asistencia de capitulares, autoridades y fieles. Fue canonizado por Juan XXIII, el 12 junio de 1960, mientras que en la catedral se ofició de Pontifical un solemne Te Deum y exposición de S.D.M., después de la Misa vespertina. Previamente, en la víspera, se anunció este acontecimiento con repiqueteo general en todas las iglesias, y al Te Deum asistieron además del Cabildo, autoridades y muchos fieles. Siguió un triduo solemne en la catedral, al que asistimos los seminaristas16. Mons. Alcalá y Alenda le dedica una capilla lateral junto a la puerta del Cordero en la que preside una  imagen de tamaño natural del Santo, obra del valenciano Rodillas.

3.1.  Predicador y apóstol

El Munus docendi del obispo lo forman variados elementos: unos, le será dotados como fruto de su formación, de su inteligencia y de su experiencia; otros, serán la búsqueda diligente del orador en los libros. “El que ha de ejercitar tan alto oficio (como es el de predicador) menester es que sepa. Y no puede saber sino estudiando y trabajando y estando de noche y de día sobre los libros, con los cuales ha de tener mucha amistad y poca, o ninguna, con las calles y plazas y negocios de fuera” es aviso y consejo de Fray Diego de Estrella17.

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Lám. 1. Retrato de D. Juan de Ribera por Luís de Morales. Museo del Prado.1563.

3.2.  Sermonario pacense

Recogemos el tema de sus sermones, cuyo contenido analiza San Fran- cisco Javier en los avisos que ofrece al predicador, a saber, la Invención al elegir el texto sagrado, el argumento y materia de la doctrina evangélica, y la Disposición lo hermoseará con orden y distinción18.

Herrero Salgado estudia sobre Las citas en los sermones del Siglo de oro, como sistema de relaciones19. El texto citado es un viaje de acercamiento y de rejuvenecimiento que realiza la cita desde la lejanía en el tiempo hasta la proximidad. Observamos que cada sermón es un mosaico de citas bíblicas: del A. T. Proverbios (1)  y Salmos (3) y del N.T. ( Mt, (38), Lc. (32), Jn (23), Mc (1) Hech. (5) y otras de Santos Padres. Aparecen modelos de fe, Abrahán, de obediencia, como Isaac, de castidad, y José entre otros. La cita puede ser una sentencia breve, o frase más amplia o un ejemplo, en total  son 103 y 7 sin texto las que utiliza.

Las funciones de las citas son de ornato-estético o de autoridad, siendo eje vertebrado del sermón, que parte de un tema y gira hasta final en torno a ese tema o una frase de la Sagrada Escritura, tomada generalmente del Evangelio de día. Al decir de Fray Juan de Segovia, es «como el quicio para la puerta sobre el que ha de girar toda la oración». La cita es un alarde de erudición y supone la lectura de un texto plagado de intromisión en latín, que obliga a la mayoría de los lectores a andar por los sermones como en zancos.

Durante el periodo que nos ocupa aún no había aparecido el Misal tridentino (1570). Juan de Ribera utiliza el «Missale se (cund) num alme/ Pacensis ecclesie con/ suetudinem» impreso en Sevilla por Juan Cromberger el 15 de Octubre de 1529. Este Misal consta de cuatro partes: 1. Las Misas dominicales, ferias y los demás que se contiene en el dominical; 2. Las fiestas de todo el año según el orden de los meses; 3. Los formularios comunes. 4. Un elenco de misas  votivas, bendiciones y preces.

De los varios ejemplares conservados, hoy sólo existen dos: uno en la Biblioteca Nacional20 y otro en el Colegio- Seminario del Corpus Christi de Valencia. 21,

No entramos si Ribera fue exegeta o aficionado. La predicación del Patriarca mana de la Liturgia, pues casi siempre  empieza con un texto evangélico de la misa, cuyo comentario es objeto de la homilía. Sus sermones no nos ofrecen piezas terminadas. Nunca pensó en publicarlos, ya que se trataban de esquemas personales que utilizaba a la hora de preparar sus predicaciones22.

Las citas bíblicas que aparecen en los sermones originales, hacen referencias al capítulo correspondiente sin añadir el versículo. La primera división de la Biblia en capítulos fue realizada por Esteban Langton (+1228), gran canciller de la Universidad de París, mientras que la división en versículos la hizo en 1528 Santos Pagnino en su versión. En 1555 Roberto Estienne hizo otra división en versículo del NT23. De aquí que la edición crítica hecha por el canónigo archivero Robres añada a los capítulos citados los respectivos versículos en notas a pie de página con su traducción.

3.3.  Señorial

 Tabla I

Tabla 11-1

1*.“He aquí que tu rey viene a ti, manso y montado sobre un asno, sobre un pollino hijo de borrica” (Mt 21,5); 2*.“Decid a la hija de Sión: He aquí que tu rey viene a ti, manso y montado sobre un asno, sobre un pollino hijo de borrica” (Mt 21,5).3* “Decid a la hija de Sión: He aquí que tu rey viene a ti, manso y montado sobre un asno, sobre un pollino hijo de borrica” (Mt 21,5). 4*. ”Habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas, y sobre la tierra perturbación de naciones, aterradas por los bramidos del mar y la agitación de las olas, exhalando los hombres sus almas por el terror y el ansia de lo que viene”. 5* De extremo juicio. 6*. ”Habiendo oído Juan en la cárcel las obras de Cristo, envía por sus discípulos a decirle: ¿Eres tú el que viene o hemos de esperar a otro? (Mt. 11, 2-3). 7*. ”Habiendo oído Juan en la cárcel las obras de Cristo, envía por sus discípulos a decirle: ¿Eres tú el que viene o hemos de esperar a otro? (Mt. 11, 23). 8* ”No temáis, os anuncio una gran alegría, que es para todo el pueblo: Os ha nacido hoy un Salvador, que es el Cristo Señor, en la ciudad de David” (Lc 2, 10-11) 9* “Gloria a Dios en las alturas y paz en la tierra a los hombres de buena voluntad” (Lc 2, 14). 10* “Vamos a Belén a ver esto que el Señor nos ha anunciado”   (Lc 1, 15) . 11*:”Cuando se hubieron cumplido los ocho días para circuncidar al Niño, le dieron el nombre de Jesús” (Lc 2,21). 12*. ”Nacido, pues, Jesús en Belén de Judá en los días del rey Herodes, llegaron del Oriente a Jerusalén unos Magos, diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer?, porque hemos visto  su estrella al oriente y venimos a adorarle” Mt 2, 1-2. 3*.” Nacido, pues, Jesús en Belén de Judá en los días del rey Herodes, llegaron del Oriente a Jerusalén unos Magos, diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer?, porque hemos visto su estrella al oriente y venimos a adorarle” Mt 2, 1-2. 14*.”Hijo, ¿por qué nos has hecho así? Mira que tu padre y yo, apenados andábamos buscándote “(Lc 2, 48). 15*. “Cuando era ya de doce años, al subir sus padres, según el rito festivo, y volverse ellos, acabados los días, el niño, Jesús se quedó en Jerusalén, sin que sus padres lo echasen de ver” Lc 2, 43. 16*Tema: “El reino de los cielos es semejante a un amo de casa que sale muy de mañana a justar obreros para su viña”. (Mt 20,1). 17* “El reino de los cielos es semejante aun amo de casa que salió muy de mañana a ajustar obreros para su viña (Mt 20,1). 18*. “El reino de los cielos es semejante a un amo de casa  que salió muy de mañana a ajustar obreros para su viña” (Mt 20,1)24

Tabla II

Tabla 11-2

19* Tema: Entonces fue llevado Jesús por el Espíritu al desierto para ser tentado por el diablo. Y habiendo ayunado cuarenta días y cuarenta noches, al fin tuvo hambre (Mt 4, 1-2). 20*. Entonces fue llevado Jesús por el Espíritu al desierto para ser tentado por el diablo. (Mt 4, 1). 21*. Entonces fue llevado Jesús por el   Espíritu al desierto para ser tentado   por el diablo.   (Mt 4, 1). 22*Partido de aquí Jesús, retiróse hacia el país de Tiro y de Sidón, cuando he aquí que una mujer cananea,venida de aquel territorio, empezó a dar voces diciendo: Señor, hijo de David, ten lástima de mí. (Mt 15,21-22). 23* ”¡Oh mujer, grande es tu fe¡ Hágase contigo como tu quieres (Mt 15, 28)24*.“He aquí que una mujer cananea, venida de aquel territorio empezó a dar voces diciendo: Hijo de David, ten lástima de mí” (Mt 15, 28). 25*.Estaba expulsando a un demonio mudo, y así que salió el demonio, habló el mudo. Las muchedumbres se admiraron (Lc 11,14). 26*.Estaba expulsando a un demonio mudo, y así que salió el demonio, habló el mudo. Las muchedumbres se admiraron (Lc 11,14). 27*. Estaba expulsando a un demonio mudo, y así que salió el demonio, habló el mudo. Las muchedumbres se admiraron (Lc 11,14).28*.”Después de esto partió Jesús al otro lado del mar de Galilea, de Tiberiades. (Io 6, 11). 29*.”Después de esto partió Jesús al otro lado del mar de Galilea, de Tiberíades. (Io 6, 11). 30*. ”¿Quién de vosotros me argüirá de pecado? Si os digo de verdad, ¿Por qué no me creéis?” (Io 8,46). 31*.”¿Quién de vosotros me  argüirá de pecado? Si os digo de verdad, ¿Por qué no me creéis?” (Io 8,46). 32*. ”¿Quién de vosotros me argüirá de pecado? Si os digo de verdad, ¿Por qué no me creéis?” (Io 8,46). 33*.“Antes del día de la Pascua, viendo Jesús que llegaba su hora de pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, al fin extremadamente los amó” (Io 13, 1). 34*.“Antes del día de la Pascua, viendo Jesús que llegaba su hora de pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, al fin extremadamente los amó” (Io 13, 1). 35*.“Antes del día de la Pascua, viendo Jesús que llegaba su hora de pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, al fin extremadamente los amó” (Io 13, 1).36*.“Antes del día de la Pascua, viendo Jesús que llegaba su hora de pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, al fin extremadamente los amó” (Io 13, 1).37*.” Llegada ya la tarde, /…./ vino José de Arimatea, /…/ que se atrevió a  entrar  a Pilato y pedirle el  cuerpo de Jesús”. Mc 15, 42-43). 38*.Pasión de Nuestro Señor Jesucristo según Juan25.

Tabla III

Tabla 11-3

39*.»El primer día de la semana, muy de mañana, vinieron al monumento, trayendo los aromas que habían preparado, y encontraron removida del monumento la piedra, y entrando, no hallaron el cuerpo del Señor Jesús. Estando ellas perplejas sobre esto, se les presentaron dos hombres vestidos de vestiduras deslumbrantes. Mientras se quedaron aterrorizadas y bajaron la cabeza hacia el suelo, les dijeron: ¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive? No está aquí. Ha resucitado. (Lc 24,1-6).40*.»María se quedó junto al monumento, fuera, llorando» (Io 20,11).41*.»María se quedó junto al monumento, fuera, llorando» (Io 20,11).42*.»Se acercaron a la aldea donde iban, y el fingió seguir adelante. Obligaron le diciéndole: Quédate con nosotros, pues el día ya declina». (Lc 24,28-29) No hay seguridad sino en el cielo.43*.»La tarde del primer día de la semana, estando cerradas las puertas del lugar donde se hallaban los discípulos por temor de los judíos, vino Jesús y, puesto en medio de ellos, les dijo: La paz sea con vosotros» (Io 20,19). 44*.»Yo soy el buen pastor y conozco a las mías, y las mías me conocen a mí» (Io 10,14) Nombres de Cristo.45*.»Yo soy el buen pastor; el buen pastor da la vida por sus ovejas» (Io 10,11) El Buen Pastor. 46*.»Todavía un poco, y ya no me veréis, y todavía otro poco, y me veréis» (Io 16,16) Como el oro en el crisol.47*.»Todavía un poco, y ya no me veréis, y todavía otro poco, y me veréis» (Io 16,16) Se va, pero para volver.48*. Diciendo esto y viéndole ellos, se elevó, y una nube le ocultó a sus ojos» (Act. 1,9) por la Pasión, a la Asunción.49*.»Y viéndole ellos, se elevó, y una nube le ocultó a sus ojos» (Act. 1,9) Subió con virtud propia suya. 50*.Sin texto. Cristo nuestro abogado ante el Padre.51*.»Cuando llegó el día de Pentecostés, estando todos juntos en un lugar, se produjo de repente un ruido como de un viento impetuoso, que invadió toda la casa en que residían. Aparecieron, como dividas, lenguas de fuego, que se posaron sobre cada uno de ellos» (Act 2,1-3) Consume, limpia, alumbra, embriaga. 52*.Sin texto. En lenguas de fuego. 53*.Yo dispongo del reino a favor vuestro  como mi Padre ha dispuesto de él a favor mío, para que comáis y bebáis a mi mesa en mi reino» (Lc 22,29) Mucho cuesta el sacramento.54*.»Cuando llegó el día de Pentecostés, estando todos juntos en un lugar» (Act 2,1) El más alto Amor. 55*.» Me ha sido dado todo poder en el cielo y n la tierra» (M 28,18).26.

Tabla IV

Tabla 11-4
56*.»Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida» (Io 6,56).57*.»Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida» (Io 6,56).58*.Sin texto. Disposición para el sacramento.59*.»El que come  este pan vivirá para siempre» (Io 6, 58).60*.»Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida» (Io 6,56).61*»El que come este pan vivirá para siempre» (Io 6, 58).62*.»Se acercaban a El todos, publicanos y pecadores para oírle, y los fariseos y escribas murmuraban, diciendo.63*.»Sed misericordiosos, como vuestro Padre es misericordioso. No juzguéis y no seréis juzgados» (Lc 6,36- 37).64*.»Dos hombres subieron al templo a orar, el uno fariseo el otro publicano. El fariseo, en pie, oraba para sí de esta manera: ¡Oh Dios¡, te doy gracias de que no soy como los demás hombres, rapaces, injustos, adúlteros; ni como este publicano. Ayuno dos veces en las emana, pago diezmo de todo cuanto poseo.» (Lc 18, 10-14)

65*.»Dichosos los ojos que ven lo que vosotros veis; porque yo osa digo que muchos profetas y reyes quisieron ver lo que vosotros veis, y no lo vieron; y oír lo que oís, y lo lo oyeron. Levantó se  un doctor de la Ley para tentarle, y le dijo: Maestro, ¿qué haré para alcanzar la vida eterna? El le dijo: ¿Qué esta escrito en la Ley? ¿Cómo lees? Le contestó diciendo: Amarás la Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con toda tu mente y al prójimo como a tí mismo. Y el dijo: Bien has respondido. Haz esto y vivirás» (Lc 10, 23-27).66*.»Nadie puede servir a dos señores /…/ No os inquietéis» (Mt 6, 24-25).67*.»Pasando Jesús de allí, subió en una barca, hizo la travesía y vino a su ciudad. Le presentaron un paralítico a costado en su lecho» (Mt 9, 1-2).68*.» Iba Jesús a una ciudad llamada Naín. Iban con él sus discípulos y una gran muchedumbre. Cuando se acercaban a las puertas de la ciudad, vieron que llevaban un muerto, hijo único de su madre, viuda» (Lc 7, 11- 12).69*.»Entonces se retiraron los fariseos y celebraron consejo sobre cómo le cogerían en alguna cosa. Enviaron le discípulos suyos con herodianos para decirle: Maestro, sabemos que eres sincero y que con verdad enseñas el camino de Dios, sin darte cuidado de nadie, y que no tienes acepción de personas. Dinos, pues, tu parecer: ¿Es lícito pagar tributo al Cesar o no? (Mt 22, 15- 17).70*.»Había un cortesano cuyo hijo estaba enfermo en Cafarnaum. Oyendo que llegaba Jesús de Judea a Galilea, salió a su encuentro y le rogó que bajase y curase a su hijo, que estaba para morir (Io 4,46-47).71*.»Se asemeja el reino de los cielos a un rey que quiso tomar cuentas a sus siervos» (Mt 18,23).72*.»Se asemeja el reino de los cielos a un rey que quiso tomar cuentas a sus siervos» (Mt 18,23)27.

3.4.  Fiestas y santos

Tabla V

Tabla 11-5

73*.»Su padre y su madre estaban maravillados de las cosas que se decían de El. (Lc 2,33). 74*.»Así que se cumplieron los días de la purificación, conforme a la Ley de Moisés, le llevaron a Jerusalén para presentarle al Señor (Lc 2,22).75*.»Así que se cumplieron los días de la purificación, conforme a la Ley de Moisés, le llevaron a Jerusalén para presentarle al Señor (Lc 2,22).76*.»Fue enviado el ángel Gabriel de parte de Dios a una ciudad d e Galilea llamada Nazaret a una virgen desposada con un varón de nombre José, d ela casa de David; el nombre de la virgen era María” (Lc 1,26-27),77*,”María se puso en camino y con presteza fue a la montaña (Lc 1,39),78*,» Genealogía de Jesucristo, hijo de David, Hijo de Abraham”(Lc 1,1),79*,»Bienaventurado quien me escucha, y vela a mi puerta cada dçia, y es asiduo en el umbral d e mis entradas. Porque el que me halle a mí, encontrará la vida y alcanzará el favor de Yavé (Prv 8,34-35),80*. Si alguno me sirve, que me siga, y donde yo esté, allí estará también mi servidor (Io 12,26).81*.»Padre nuestro, que estás en los cielos” (Mt 6,9).82-85*.»De cierto no permitirá Yavé que permanezca el cetro de los impíos sobre la suerte de los justos” (Ps 124,3).86*.»Los que confían en Yavé son como el monte Sión que es inconmovible y permanece para siempre; nunca jamás será derrocado el morador de Jerusalén. Circuida está Jerusalén de montes, y el Señor es el antemural de su pueblo desde ahora y para siempre” (Ps 124,1-2).87* «Les son perdonados sus muchos pecados, porque amó mucho. Pero a quien poco se le perdona, poco ama” (Lc 7,47) 88*.»3ª Sermón..»Si no hiciereis penitencia todos igualmente pereceréis” (Lc 13,5).89*. «Si no hiciereis penitencia todos igualmente pereceréis” (Lc 13,5)..90*. El ejercito de Dios.91*. «Padre nuestro, que estás en los cielos” (Mt 6,9).92*. “Señor, enséñanos a orar” (Lc 11,1).93*.»Saliendo de allí Jesús, se retiró a los términos de Tiro y de Sidón.94* Una mujer cananea de aquellos lugares, co- menzó a gritar, diciendo: Ten piedad de mí, Señor, Hijo de. David” (Mt 15,21- 22).95*.»Los abandoné a su obstinado corazón, que siguieran sus consejos” (Ps 80,13).96*.»Nadie, después de haber encendido una lámpara la cubre con una vasija, ni la pone debajo de la cama, sino que la coloca sobre el candelero para que   los que entren la vean” (Lc 8,16). 97*.Papel dado en este concilio provincial.98*.Acta notarial del concilio. 99*.»Entonces el reino de los cielos será semejante a diez vírgenes, que tomando sus láparas salieron al encuentro del esposo y de la esposa” (Mt 25,1)28.

Tabla VI

Tabla 11-6

100*.Sin texto. Plática en día de San Mauro.101*.»Nadie enciende la lámpara y la pone bajo el celemín (Mc 4,21).102*.»Saulo, respirando amenazas de muerte contar los discípulos del Señor, se llegó al sumo sacerdote pidiéndole cartas de reconciliación para las sinagogas de Damasco, a fin de que si allí se hallaban quienes  siguiesen  este camino, hombres o mujeres, los llevase  atados a Jerusalén. (Act 9,1-3)..103*.»Vosotros sois la sal  de la tierra; pero  si la sal se desvirtúa ¿con qué se salará? Para nada aprovecha ya, sino para tirarla y que la pisen los hombres. Vosotros sois la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad asentada sobre un monte, ni se enciende una lámpara y se la pone bajo el celemín, sino sobre el candelero, para que alumbre a todos lo que están en la casa. Así ha de lucir vuestra luz ante los hombres, para que viendo vuestras obras buenas, glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos (Mt 5,13-16).104*.»El que practicare y enseñare, éste serás grande en el reino de lo s cielos (Mt 5,19).105*.»Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvirtúa ¿con qué se salará? Para nada aprovecha ya, sino para tirarla y que la pisen los hombres» (Mt 5,13).106*. «¿Quién piensa que será mayor en el reino de lo cielos? (Mt 18, 1).107*.»Designó el Señor otros setenta y dos y los envió delante de sí, a toda ciudad y lugar donde Él había de venir (Lc 10,1).108*.»¿Quién será el más grande en el reino de los cielos?” (Mt 18,1).109*.»Le llegó a Isabel el tiempo de dar a luz y parió un hijo” (Lc 1,87).110*.»Hubo un hombre enviado de Dios, de nombre Juan” (Io 1,6).111*.»Tomó Jesús a Pedro, a Santiago y a Juan, su hermano, y los llevó aparte a un monte alto, y se transfiguró ante ellos, brilló su rostro como el sol” (Mt 17,1-2).112*. «Le invitó un fariseo a comer con él, y entrando en su casa se puso a la mesa” (Lc 7,1).113*.»Le son perdonados sus muchos pecados, porque amó mucho” (Lc 7,47).114*.»He aquí que llegó una mujer pecadora que había en la ciudad, la cual sabiendo que estaba a la mesa en la casa del fariseo, con un frasco de alabastro de ungüento, se puso detrás d e Él, junto a sus pies, llorando y comenzó a bañar con lágrimas sus pies y los enjugaba con los  cabellos de su cabeza y besaba sus  pies y los ungía con el ungüento” (Lc 7,37-38)29

Tabla VI bis

Tabla 11-7

115*.»Yo soy la vid verdadera y mi Padre es el viñador”(Io 15,1).116.*.»Mirad que no despreciéis a uno de esos pequeños, porque en verdad os digo que sus ángeles ven de continuo en el cielo la faz de a mi Padre, que está en los cielos” (Mt 18,10). 116*.» Por aquel tiempo tomó Jesús la palabra y dijo: Yo te alabo Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque ocultaste estas cosas a los sabios y discretos y las revelaste alos pequeñuelos. Sí, Padre, porque así te plugo” (Mt 11, 25-26).117* Vosotros sois la sal de la tierra. Y si la sal se hace insípida ¿con qué se le volverá el sabor? Para nada sirve ya, sino para ser arrojada y pisada de las gentes. (Mt 5,13). 118*.»Viendo a la muchedumbre, subió al monte, y cuando se hubo sentado, se le acercaron los discípulos y abriendo Él su boca les enseñaba, diciendo: Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos, es el reino de los cielos” (Mt 5,1-2). 120*.»Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios” ( Mt 5,8).121*.»Viendo a la muchedumbre subió a un monte y, cuando se hubo sentado, se le acercaron los discípulos; y abriendo Él  su boca le ensañaba” (Mt 5, 1-2). 122* Es semejante el reino de los cielos a un tesoro escondido en el campo, que si lo halla un hombre ,lo encubre y, gozoso del hallazgo, va y vende todo cuanto tiene y compra aquel campo. (Mt 13, 44) 123*. «Es semejante el reino de los cielos a un tesoro escondido en un campo, que quien lo encuentra lo oculta y lleno de alegría, va, vende cuanto tiene y compra aquel campo” (Mt 13, 44).124*.»Es semejante el reino de los cielos a un tesoro escondido en un campo, que quien lo encuentra lo oculta y lleno de alegría, va, vende  cuanto tiene y compra aquel campo” (Mt 13,44). 125*.»lo oculta y lleno de alegría, va, vende cuanto tiene” (Mt 13,44).126*.»Es semejante el reino de los cielos a un tesoro escondido  en un campo, que  quien lo encuentra lo oculta y lleno de alegría, va, vende  cuanto tiene y compra aquel campo” (Mt 13,44)30.

3.5.  Ministro de los divinos misterios

La sucesión apostólica de D. Juan de Ribera, como obispo de Badajoz, entronca con D. Pedro Guerrero Mendoza, arzobispo de Granada y la continúa, en Valencia como celebrante principal en 1570 con la consagración de su antiguo visitador general de Badajoz Pedro Coderos, obispo Titular de Cristópolis y auxiliar de Valencia hasta el 1579, que pasa a ser arzobispo de Otranto (Italia). También consagra a Bernardino Gómez Miedes, obispo de Albarracín; a Alonso Ávalos, obispo titular de Coron y auxiliar de Valencia; a Feliciano Figueroa, obispo de Segorbe; a Francisco Virgili, obispo de Lérida y el mismo día a Alfonso Coloma, obispo de Barcelona; a Vicente Roca de la Serna, obispo de Albarracín; a Tomás Espinosa, Obispo titular de Marruecos y auxiliar de Valencia; a Felipe Marimón, obispo de Ampurias Tempio (Cerdeña); a Miguel Angulo Gómez de Carvajal, OS, obispo titular  de Coron y auxiliar de Valencia y en la misma ceremonia a Pedro Ginés  Casanova, obispo de Segorbe31.

Su santidad ontico-sacramental se proyecta en su vida episcopal. El Episcolopogio pacense del siglo XVIII nos relata: “Fue muy devoto del Santísimo Sacramento del Altar…..así borrando de su escudo las armas gentilicias, que sus progenitores habían usado y adquirido, puso en lugar de ellas un Cáliz y una Hostia, para que supiesen todos que no tenía más sangre, que la de Cristo y que esta sola hacía mas aprecio, que la ilustre de sus mayores; y  para que el fuego interior de su devoción le avisase más sus afectos, organizó el escudo con dos armas o traseros con llamas, significando que le abrasaban o lo que deseaba quemarse en ellas”32.

La preparación de la misa diaria era de una hora en su aposento. Celebraba con gran devoción y sosiego, con gran edificación de los feligreses. Si la celebraba en su oratorio, duraba dos horas, y necesitaba de un lienzo donde enjugar sus lágrimas y, por no ser molesto, al paje, que le ayudaba, o porque no fuera testigo de las mercedes, que Dios le comunicaba, le ordenaba que, respondiendo al prefacio, saliese del oratorio, y después le hacía señal con la campanilla para que volviese. Ordinariamente celebraba en la catedral. Tampo- co faltaban los consejos a los ordenandos, que debían instruirse no sólo en las ceremonias sino también en la preparación y acción de gracias. Se inclinaba a que algunos clérigos no dijeran la misa diaria, si no se pudiera entender su vida y el poco fruto, que de ella sacan al no decirla con la disposición debida y menos por el estipendio o limosna33.

Se sentaba en el confesionario colocado en la capilla del Santísimo y administraba el viático a cualquier hora a los feligreses. Daba la catequesis y decía que no se explicaba que la misma estuviese en mano de los sacristanes.

Su ejemplar vida de piedad se proyecta en su caridad con los pobres, por lo que es llamado «Padre de los pobres». Todos los días daba de comer a doce pobres, pudiéndose llevar las sobras a sus casas. Iba a las ferias de Zafra y Mérida a comprar paños y lienzos y vestidos para darlos a todos, e incluso a los pobres vergonzantes daba otros regalos. Un año de mala cosecha vendió toda la plata de su casa y compró trigo  para repartir a los pobres34.

Como en toda España, las fiestas del Corpus Christi – miscelánea de lo sacro y profano- tuvieron en Badajoz  una tradición multisecular, pero en el tiempo de Juan de Ribera marcó un impacto mayor35. Solano de Figueroa dice que «fue devotísimo del admirable sacramento de la eucaristía y asistía con tanto zelo y fervor a su festividad que aunque la hallo festejada, añadió el modo y el culto, con que oy se soleniza, no inferior ninguna de las ciudades de España»36

Los festejos se iniciaban el jueves del Corpus y duraban toda la Octava. Durante la semana acudían gentes de los pueblos vecinos de las aldeas de Telena, Talavera. La Albuera, Villar del Rey, La Roca y Portugal, atraídos por los festejos en honor del Sacramento, especialmente por los autos sacramentales y los villancicos.

Muy de mañana se cantaban los Maitines y las demás horas canónicas, y celebrada la Misa se sacaba la procesión con la Custodia, colocándose el Sacramento en un tablado con dosel junto a la torre, y a continuación se representaban los autos y comedías que duraban toda la mañana. El itinerario procesional era como sigue: desde la plaza mayor  subía por las calles de  las Carnicerías y Zapatería hasta la Plaza Alta, donde hacía estación. Sobre un altar situado delante de las Casas de la Ciudad se colocaba el Santísimo, y tras el canto de un villancico (motete) se volvía por las calles de Mesones y la Soledad hasta el campo de San Juan. El recorrido se engalanaba con toldos y colgaduras, como un enorme palio por el que pasaba el cortejo presidido por el Sr. Obispo y el Cabildo catedral.

La custodia plateresca fue obra del orfebre vallisoletano Juan de Burgos que la ejecutó entre 1558 y 1559, de plata sobredorada, muestra una extensa colección de relieves de escenas del Antiguo y Nuevo Testamento, inspirados en grabados de la época. Apenas tres años de construida la custodia nuestro Obispo Ribera pudo ya adorar en ella a Jesús Sacramentado.

Las representaciones teatrales se hacían en un entarimado de la Plaza, junto al del Santísimo y frente a él se sentaban las autoridades eclesiásticas y civiles en sendas tribunas y el pueblo estaba sentado o de pie. Los autos y obras de vida de santos eran verdaderas catequesis para el pueblo, los cuales costeaba el cabildo catedral. Comedias y entremeses profanos «de capa y espada» eran encargadas por los gremios de artesanos de barberos, zapateros..37. No faltaron los seises y ministriles, que creará el Obispo en 1565.

4. CABILDO CATEDRAL

El cabildo de canónigos es el más cercano colaborador del Obispo, como consejero y responsable del culto divino en su sede episcopal. Todos constituidos in sacris con derecho a voto38

D. Juan de Ribera tiene que afrontar dos problemas capitulares: uno, los recles, ya que el 17 de marzo de 1541 el cabildo acuerda que se pida a Paulo III un mes más de gracia o recle; y por ello se añadirán por el cabildo diez capellanes en el coro sobre los nueve de la Constitución y el otro de la capellanía que después fundó D. Benito de Aguilar. El 15 de febrero siguiente se recibe una Bula del Papa a consecuencia de su suplicación hecha a S.S. en que les concede tres meses más de recles si aceptan y se manda añadir los diez capellanes conforme está determinado. El veintitrés del mismo mes se acuerda que no se admita ni un mes de más de los tres concedidos por el Papa, de forma que cada año sean 120 días, cuya gracia se extendió después en 1542 hasta seis meses; pero al cabildo, pareciéndole demasiado, sólo usó de ella por lo respectivo de cuatro meses, teniéndose que enfrentar D. Juan de Ribera con su cabildo al aplicar las nuevas normas tridentinas; segundo, el problema de la residencia de coro con los canónicos de oficio, Baltasar de la Torre, magistral y Soto Calderón, doctoral, que ejercían otros cargos inquisitoriales incompatibles fuera de la diócesis en Toledo y Murcia, respectivamente; pero la Bula de Pío V de tres de octubre de 1567, llamada en el cabildo como “Calderina”, tras varias consultas realizadas por los interesados al Rey Felipe II y a los profesores de Salamanca se implantó con la anuencia de D. Juan de Ribera.

También tuvo importancia para la dignidad del culto catedralicio el personal auxiliar: especialmente la capilla de música que corría a cargo del maestro de capilla quien la dirigía en todas las funciones que celebra el Cabildo, y el organista, el teñidor del órgano y afinador. Los componentes de la misma son los cantores bajos, contraltos, altos, tenores y sochantres que cantan los papeles propios de su voz en todas las funciones litúrgicas y misas y las voces blancas de niños triples. Los clerizones servían los libros cantorales.

Otros oficios se repartían en la fiesta de San Juan Bautista para buen funcionamiento de la catedral: Pesquisidor de pan; pertiguero de silencio y vigilante del silencio; repartidor de uvas y restituciones; cuidador del reloj, el responsable de las sepulturas de la catedral y Santa María del Castillo y el perrero 39.

Una veintena de capellanes de coro han de de decir dos misas semanales cada semana para servir las capellanías que tiene el cabildo por el orden señalado40.

5. PASTOR Y REFORMADOR

Apenas había transcurrido un año desde la finalización del Concilio de Trento y sus decretos han sido publicados, la Iglesia española los acepta el 17 de septiembre 1564. Por tanto, corresponderá a cada diócesis dar forma concreta a estas disposiciones, para responder más correctamente a las necesidades del clero y los fieles con sus respectivos sínodo. En efecto, D. Juan de Ribera convocó tres sínodos diocesanos y asiste como obispo sufragáneo al Concilio provincial compostelano en Salamanca.

5.1.  Sínodos

5.1.1.  Sínodo diocesano del 1565

La noticias que conservamos son: «entró luego el obispo Don Juan de Ribera en este cuidado y despachó convocatorias para el de 1565 y el 8 de marzo de mismo año se ordenó en cabildo que se le asistiesen el Dr. Soto Calderón y los licenciados Andrés Sánchez Carrasco y Andrés de Zúñiga, todos tres canónigos41» El tesoro de sus cristianas enseñanzas se perdió; mas  el Dr. Solano en su Historia    cap. 16 & 3 num. 171 que inserta un tanto  que tuvo impreso y para muestra del gran celo del Obispo Ribera. Son dieciséis constituciones que entresacó de las sesenta y dos que contenía este  Sínodo:

1. Mandamos que en todo nuestro obispado se haga el bautismo por infusión y no por inmersión. 2. Que las parteras sean instruidas por los curas en la forma del Bautismo y en que necesidad deben bautizar, que en cuando se tema que no habrá lugar de llamar al cura u otro clérigo que bautice. 3.Que los que fueran padrinos en casa, se inscriban en el libro del Bautismo como se inscriben los que son en la iglesia y si los que fueron del Bautismo en casa, se pudieren haber, no sean otros los de los exorcismos. 4. Que no se admitan en los bautismos y velaciones padrinos menores de 18 años ni madrinas menores de 15. 9. Que los que tienen por pasar fuera del Reino y otras cosas veladas, no pueden ser absuelto hasta que dejen el tal oficio.10. Que ningún clérigo confiese a legos si no fuese en iglesias donde hubiere Santísimo Sacramento.12. Que los curas por sus personas hagan los padrinos por sus parroquias.13. Que los curas empadronen a todos los de edad de 7 años arriba para que se confiesen y tengan cuidado de los examinados por sí o por personas suficientes para ver si podrán comulgar y cuando.14. Que los clérigos se reconcilien de rodillas antes de revestir para celebrar. Y prevean y registren los misales antes de ir al Altar.19. Que no cumplan con el precepto de la comunión, si no fuere en su parroquia. 23. Que si algún enfermo pidiere el Santísimo Sacramento de la Eucaristía, habiéndolo recibido en aquella enfermedad, se la dé el cura, a lo menos una vez cada mes. 31. Que las Bendiciones Nupciales a ninguna persona se le dé de noche. 37. Que la noche del Santo Nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo ningún clérigo diga misa hasta que se acabe la del gallo, y que todas la misas de aquel día ninguno la pueda decir de noche. 41.Que todos los domingos el cura o en su lugar el predicador sea obligado a declarar un mandamiento o artículo de fe o algún sacramento o cualquiera otra cosa que pertenezca a la doctrina cristiana. 45. Que los curas visiten cada semana a los hospitales de sus parroquias y no dejen de acoger en ellos vagabundos, ni hombres ni mujeres, que no le conste ser casados; y así mismos visiten todos los pobres de las dichas parroquias, y procuren prever sus necesidades. 51. Item mandamos que todos los sábados de cada año canten los curas en sus iglesias la Salve a Ntra. Sra. A este modo (dice el autor referido) va el V. Prelado mandando otras cosas de reformación y acaba el cuaderno con estas palabras: Imprimieron los presentes capítulos sinodales en la muy noble y muy leal Ciudad de Badajoz en la imprenta y oficina de Francisco Rodríguez Mercader, el primer día de abril de mil e quinientos y sesenta y cinco años, añadiendo que puso el Obispo precepto de obediencia y pena de dos ducados por cada vez, que  algunos de  los sesenta y dos se quebrantasen.

5.1.2.  Sínodo provincial compostelano de 1565

El 7 de septiembre del corriente año el arzobispo metropolitano de la provincia eclesiástica de Santiago de Compostela D. Gaspar de Zúñiga y Abellaneda convocó sínodo a celebrar en Salamanca por su situación geográfica para los sufragáneos y fue admitido por el embajador de Felipe II, el Conde de Monteagudo con los prelados que según el orden de su consagración episcopal es como sigue: Pedro Ponce de León, de Plasencia; Diego Sarmiento, de Astorga; Francisco Maldonado, de Mondoñedo; Pedro González de Mendoza, de Salamanca; Álvaro de Mendoza, de Ávila; Francisco Delgado, de Lugo; Juan de Ribera, de Badajoz; Diego de Torquemada de Tuy; Diego Simancas, de Ciudad Rodrigo, Juan Manuel, de Zamora; y Fucio, de Orense. También fueron convocados los cabildos y nombrados los comisarios respectivos. Fue por Badajoz Francisco Guerrero en votación secreta del cabildo pleno, el de 13 de julio de 1565, y el cabildo del 9 de agosto pidió el Obispo Ribera que le acompañasen otros, a lo que respondió que eligiese a los que gustase, porque todos estaban dispuestos, y nombró a Andrés Carrasco. No sabemos si también se encontraba entre los elegidos el Deán Juan Leguizamo, clérigo in sacris, del que sólo consta que se le negó los frutos por esta ausencia de acuerdo con los catedráticos de Salamanca: ya que era el presidente del coro y sólo podría faltar  en excepcionales ocasiones.

Comenzó el día de la Natividad de Ntra. Sra., el 8 de septiembre, en la Iglesia Catedral con gran solemnidad y gran concurrencia de gente. Después la prédica del Arzobispo Metropolitano y comenzó la 1ª Sesión con la profesión de fe de los obispos y rubrican todos ellos los decretos del Concilio de Trento. Se suspendieron otros actos hasta que los procuradores de la Santas Iglesias tuviesen poderes cumplidos para participar. El día de Todos los Santos, el obispo de Badajoz Juan de Ribera «con tanta piedad, elegancia, devoción y aplauso que lo advirtió el Concilio por la singular grandeza de este día como se recoge en estas palabras: Kalendis Novembris, cum in cathedralem convenissent Patres et orator Regis, concionem habuit Joannes Ribera Pacensis Episcopus, atque pluses procuradores Ecclesiarum , qui speciale ab illis mandatum habebant, suo et Ecclesiarum nomine Tridentinum receperunt, fidemque Catholicam sunt professi.

La 2ª Sesión tuvo lugar el 25 de marzo de 1566 en que se leyeron cuarenta y dos decretos santos y convenientes para todos, y particularmente para el gobierno y ceremonias de las Iglesias catedrales.

La 3ª Sesión fue el 27 de abril del mismo año en la Dominica del Buen Pastor y predicó D. Juan Manuel. Obispo de Zamora. Además asistieron D. Juan de San Millán que lo era de León y D. Jerónimo de Velasco, de Oviedo, en el noveno lugar firma Joannes de Ribera episcopus Pacensis. Gil González habla de trece  obispos, porque omitió al obispo de Mondoñedo por encontrarse enfermo y fue advertido por el mismo concilio para evitar duda.

Las intervenciones del joven obispo Ribera fueron dos: una, sobre el estado episcopal, en donde defiende que el obispo es más padre que juez; moderación y austeridad de vida, residencia y vigilancia pastoral, catequesis a todos los feligreses y dispensador de los misterios divinos; otra, sobre el espinoso asunto de la reforma episcopal, Carranza, inmunidad eclesiástica, seminarios para nobles, cuidado inteligente para los pobres, magisterio de la Iglesia en las escuelas, atención a la pobreza de las monjas y creación de seminarios42.

Los decretos conciliares fueron recibidos satisfactoriamente, no obstante, alegaron algunas dudas; pero Pío V las sosegó, modificó y declaró por el Breve de 12 de Octubre de 1562 con estas palabras: «Perpetuo inviolabiliter et firmiter observare debere, illos que (habla de los Prebendados) vello? unquam tempore ab illis resitere, aut reclamare non posse; sed ad omnium et singulorum premissorum veram observationem tenere, et efficaciter obligatos existere:  ac ad id senteciis, et censuris ecclesiásticis ac etiam pecuniariis panis cogi et compelli posse per episcopos prefatos». Santa es la autoridad que tiene este concilio, que ratificó Pío V el 12 de octubre de 1569. Todas las iglesias sufragáneas tendrán una copia de sus constituciones. Pero en nuestros archivos no existieron dichas constituciones. Recientemente he podido archivar una copia del mismo43.

Las actas sinodales tienen tres partes: unos tres capítulos de la Actio Prima; otros cuarenta y dos de la Actio Secunda y por ultimo cuarenta y dos de la Actio Tertia. Traducimos dos textos sinodales: 1.”Procuren los Obispos, según lo expuesto en el Concilio de Trento crear, lo antes que puedan, colegios y seminarios para niños, mejorar los existentes y continuar los mejorados” (nº IV). 2. “Adviértase a los fieles en la solemnidad del Cuerpo de Cristo, que cultiven en lo posible el recuerdo de tan inmenso beneficio con devoción interna y suntuosidad y culto externo, que no estorben nada que pueda interesar a la veneraci6n de este Sacramento, con luces, instrumentos músicos y adorno de las calles. Prevean los obispos que todo se realice con orden y sin confusión, que se realice una única procesión, a la que deben asistir los fieles de toda clase, por los lugares fuera de la Iglesia que el prelado o su vicario general juzguen convenientes. Los mismos Prelados, el clero y el pueblo deben procurar el silencio y la realización de los divinos oficios, para que no desaparezca la solemnidad, pero, de tal modo transcurra que no se escandalice a nadie” (nº X).

5.1.3.  Sínodo del 1567

Tras volver del concilio Provincial, dispuso que hubiese capilla de Ministriles en esta iglesia para que los oficios divinos se celebrasen con más autoridad y festejo, ya los había el 7 de junio del mismo año.

Poco después convoca un segundo sínodo como consta por las Actas Capitulares del sábado, 22 de noviembre de 1567, aunque no se descubre de él ninguna otra memoria: “Este día y cabildo los dichos señores a los magníficos y muy reverendísimos Don Juan Leguicamo, deán y el licenciado Çuniga, canónigo para que vayan a hablar al Sr. Obispo sobre el mandamiento que su Señoría Reverendísima dispuso para que asistiesen a la celebración del sínodo que quiere promulgar en la segunda semana de Adviento”44

5.1.4.  Sínodo del 1568

En los Sermones publicados por D. Ramón Robres, encontramos en el tomo V el sermón nº 328, págs. 294-297, que erróneamente se dice predicado en el Concilio Provincial Compostelano (que fue en 1565 no en 1568), no es así, ya que este sermón corresponde al predicado en el Sínodo diocesano de Badajoz de 1568. Es un error tal como lo tiene corregido el Profesor Miguel Navarro Sorní y gentilmente me ha proporcionado su investigación, que agradezco45. Confirmamos dicha hipótesis con la copia del sínodo que ahora encuentro en donde se dice que el último día pronunció el sermón sinodal, el día 17 de febrero, martes.

Las fuentes que hoy disponemos para conocer el Sínodo son: Copia de las personas que vinieron al Sínodo de Don Juan de Ribera, obispo Badajoz y como se hallaba el Vicario de Jerez y algunos curas de aquella ciudad 1568. Badajoz y julio 12 de 175546.

Primero. Convocatoria: Juan Sánchez Valverde notario apostólico, y pro vicario de la Audiencia Episcopal de la ciudad de Badajoz, certifico y doy fe que en un proceso y autos y están en el archivo de la audiencia que se titula sínodo del Sr. Obispo Juan de Ribera, que lo fue de este obispado que pasó ante Rodrigo Cavellos, notario, que comienza sínodo del obispo mi Señor la septuagésima de mil quinientos sesenta y ocho años ante dichos autos están los  autos del tenor siguiente:

Nos Don Juan de Ribera por la gracia de Dios y de la Santa Iglesia de Roma, obispo de Badajoz, del Consejo  de  S. M. . los venerables  hermanos nuestro Deán y Cabildo de nuestra Santa Iglesia Catedral y a los venerables arciprestes y vicarios, curas beneficiados, del dicho nuestro obispado, salud y gracia bien sabéis como habiendo señalado tiempo y día para celebrar el sínodo por causas justas legítimas en el prorrogamos el término y suspendimos la asignación del día para cuando con más cuidado y comodidad pareciese que vos podría convenir y ahora para que haya efecto determinamos que fuese ahora en la dominica de septuagésima a quince días del mes de febrero del presente año para el cual día vos apercibimos, citamos e llamamos según es común en nuestras cartas convocatorias que nos fueron notificadas más largamente se contiene de la fecha en Badajoz = a cuatro días del mes de enero de 1568. El Obispo. Por mandato del Obispo Mi Sr. Rodrigo Cevallos y clérigo notario47

Segundo. En el mismo documento se conserva la relación nominal de asistentes al sínodo, como aparecen en el Apéndice I.

Tercero. “Actos sinodales del que celebró el Señor D. Juan de Ribera por los años 1568 y es el original según se hizo y reserva en el archivo de la dignidad de este obispado para antigua memoria de un prelado y varón tan justo, docto y timorato48.

No se ha podido encontrar hoy el contenido del texto sinodal, pero fue utilizado el 1960 por Pedro Rubio Merino, archivero diocesano y posteriormente citado por Robres, en el legajo que dice: “Del sínodo se conserva poco. Tal vez sólo un decreto por duplicado con el nombramiento de los primeros jueces sinodales, que reciben el nombre de jueces apostólicos, designación que se hace para cumplir lo así dispuesto por el tridentino. Cuatro fueron los nombrados, todos canónigos, y entre ellos el Deán de la S. I. Catedral, D. Juan Leguízamo. A renglón seguido se nombran también ocho examinadores sinodales, función para la que son llamados algunos curas de reconocido prestigio en la diócesis. Cierran esta parte original de Sínodo unas notas manuscritas, en las que el notario apostólico nos ha trasmitido el diario interno de la asamblea. Por ellas sabemos que el sínodo duró tres día; del domingo al martes inclusive, que por la mañana se celebraba un acto religioso, con sermón, en la Catedral del Señor San Juan y por la tarde se tenía la sesión de estudio con asistencia de todos los sinodales” 49.

Las peticiones presentadas al sínodo por los curas, por los concejos y por las entidades religiosas diocesanas se recogen en el documento. El concejo de Oliva de Jerez pide » en la gran necesidad de sacerdotes  que padece este pueblo para administrar los sacramentos»; el concejo de Talavera pide la creación de otra parroquia para poder atender a las necesidades espirituales del pueblo, que pasa, dice, de 500 vecinos. Se lamentan de la escasez de clero.

Las peticiones del cura de Talavera, D. Juan de Zafra se centran en el descanso dominical, misa “pro populo”, ceremonias litúrgicas, uso de misales y licencias para celebrar.

D. Pedro Álvarez de Tena, arcipreste de Fregenal, eleva al sínodo 27 peticiones la mayoría sobre la administración de los sacramentos. El canto litúrgico le preocupa y pide que se le exija a los ordenandos.

D. Francisco Corzano, arcipreste y cura de Alburquerque solicita la redu ción de los santos propios ,porque esta el calendario saturado. Hay poco sacerdotes para atender las dos parroquias, cuyo número asciende a nueve mil almas de confesión50.

El cuestionario presentado por el licenciado Peñafiel es de gran interés por su estructuración de cuantas propuestas fueron sentidas a la aprobación del sínodo. Todas están pensadas en la reforma de la disciplina eclesiástica según los decretos del Concilio de Trento y las constituciones de sínodos pacenses anteriores. Entre ellas se regula el uso del hábito talar, la administración de los sacramentos, el rezo del oficio divino, los cultos, los espectáculos públicos, se prohibían las corridas de toro, urja la residencia de los curas en sus feligresías, se dé una organización diocesana al ejercicio de la caridad, se prohibía a los confesores aceptar regalos de los penitentes, que se fomente entre los fieles la frecuencia de los sacramentos y que se eviten los pecados públicos de los esclavos, de los que “en este Obispado, dice, hay más que en otras partes por

estar en la raya de Portugal”51.

El decreto final lleva estampada la firma autógrafa del Obispo, seguida de la de los asistentes. Su contenido dispositivo resulta casi totalmente ilegible por el mal estado de conservación ya en el año 1961.

Recientemente se ha publicado una obra con motivo del  IV centenario de su muerte, que ahora celebramos y no se recoge los Sínodos Pacenses, que ya publicamos En este periodo de 1562-1568 lo sustituyen con los Sínodos Valencianos que celebró el Arzobispo Ayala, su antecesor. 52.

6. VISITAS PASTORALES

La práctica medieval de las visitas pastorales toma cambiar conciencia de la necesidad de reforma en el siglo XV para conocer mejor el estado material y espiritual de los obispados. Pero las directrices, que habían de seguirse para la realización de las mismas, las da el Concilio de Trento en el Decreto de Reforma de la Sesión 24 (11 de noviembre de 1563), cap. 3. En efecto, D. Juan de Ribera las ejecuta en su programa pastoral.

No se han conservado en las parroquias libros de visita, excepto en Burguillos del Cerro53, que nos sirve para el estudio del pontificado de D. Juan de Ribera. No obstante, encontramos actas de visita en los libros de bautismo en donde aparecen observaciones a los formularios de inscripción y la preocupación de que hay que abrir los libros parroquiales de matrimonio.

Las visitas pastorales fueron realizadas por D. Juan de Ribera o su visitador general D. Pedro Coderos, actuando Rodrigo Cavellos, presbítero, notario apostólico y escribano de la Audiencia episcopal de Badajoz por Merced de Su Ilustrísima Señoría, o Alonso Hernández, su homólogo. Fue un importante instrumento de control de la vida parroquial en todos sus aspectos, incluidos sus protagonistas: el clero y los fieles.

La documentación encontrada en cuanto al número de visitas realizadas por el Obispo no coincide con las historiadas por algunos autores. Los fondos hallados hoy en los archivos parroquiales pacenses arrojan datos desiguales. En algunos casos sólo se conservan referencias a la revisión de los libros sacramentales, excepto en la Parroquial de Santa María de la Encina de Burguillos del Cerro y la de Valencia del Mombuey, consecuentemente la más extensa en información.

1.  Ceremonial de las visitas: Todas son comunes con algunas variantes como fue la de Salvatierra de los Barros: Ego Dei nomine. El visitador después de celebrar la Misa visitó al Santísimo Sacramento, de la manera siguiente: puesta una capa blanca y los clérigos con sobrepellices y la cruz puesta y cuatro hachas encendidas y de rodillas todos y el pueblo congregado dijeron el salmo Ad te levanto oculos meos y la oración Deus, concorda fidelium, acabada abrió el Sagrario que está en medio del altar, el cual estaba con llave y dentro el cofre estaban dos relicarios de plata el uno ochavado y el otro redondo y en uno de ello estaba el Santísimo Sacramento de la Eucaristía en dos formas de Hostias grandes y sin muchas pequeñas y el dicho Sr. Visitador mostró el Santísimo Sacramento al pueblo y después se  volvió a poner en el dicho relicario y a cerrar el cofre en el sagrario  donde estaba y este sobre un ara de piedra blanca y unos corporales y cerró el sagrario con llave durante lo cual los clérigos estuvieron cantando el Pangue lengua gloriosi, Después se hizo la procesión a la pila del santo bautismo cantando el himno del Veni Creador los santos oleos de los enfermos y de los catecúmenos, los cuales estaban en sus ampollas de plata distinta y apartadamente bien y decentemente y con abundancia de óleo y la pila tenía su cubierta de palo y con una red de alo con su llave con su llave cerrada, después se dijo un responso general Fidelium Deus y luego se dijo una conmemoración a la bienaventurada Santa Marta cuya advocación es las iglesia mayor de esta villa y así se acababa la visita a la cual se hallaban presente el cura, beneficiados, sacristán, alcaldes y todo el pueblo y luego se dijo la misa mayor con sermón del Visitador y se leyó la carta de edicto de los pecados públicos”.

A veces administra el sacramento de la Confirmación a muchos hijos de vecinos del pueblo cuyos nombres quedaron asentados en el libro de los Bautizados y su Ilustrísima Señoría dijo misa  en Valencia del Mombuey.

2. Estado de las cuentas de las Iglesias parroquiales. D. Juan de Ribera manda se tome cuentas a los mayordomos de la Iglesia de San Juan, en Burguillos del Cerro, Miguel Hernández, que fue desde el día de San Juan de 1565 hasta el mismo del de 1566, presentando los Alcance: 1500 mrs. de la visita anterior, de petitorio durante su mayordomía y de limosna 1941 mrs. recibo de limosnas 967 mrs.; recibo de sepulturas1500 mrs.157 fanegas de trigo vendidas a 50 fanegas y otras 400 fags, a cinco reales que ascendió 3685; 29 de cebada vendidas dan 1441 mrs, de centeno 4 fags, a cuatro reales y medio 1381 dan son 612 mrs; de centeno 4 fags a cuatro reales y medio El salario del sacristán que ascendía a 1634 mrs. Y el del organista a 2006 mrs. Todos como consta por los recibos. Después tomo cuenta al mayordomo de Santa María de la Encina Bartolomé S.. Borrego durante el mismo periodo anterior

Igualmente halló su Ilustrísima por Mayordomo de la Iglesia parroquial de Valencia del Mombuey y presente Diego Herrándes Naharro, vecino de la dicha villa, al cual su Señoría mandó se le tome cuenta del tiempo de su mayordomía del periodo 1566 al 1568, en  la manera siguiente:

De alcance 40.561 maravedíes, de petitorio y limosnas 10.787 mrs.; de condenaciones 598 mrs; de censos 3.148 mrs; de sepulturas 1.962 mrs. y de cargo 59.166 mrs.

Descargo en obra de albañería (sic) de la iglesia y en subsidio salario de sacristán y maestros y gastos por menudo 37.641 mrs. y por el recibo es alcanzado el dicho Diego Hernández Naharro, mayordomo, 21.525 mrs. quien juró que la dicha cuenta es buena, verdadera y si en algún tiempo a su noticia viniere deber algo se lo pagará por su persona y bienes.

3. Mandatos de las visitaciones pasadas son revisadas para ver si se han cumplido para la buena gobernación y administración de las iglesias, por eso mando Su Señoría se guarden los mandamientos según el contenido de ellos y las penas  en ellos contenidas.

En Burguillos ordena que hayan de tener libros de recibos para asentar por sí el petitorio, las limosnas, sepulturas, censos, las fanegas de trigo, cebada y centeno y el repartimiento de los mismos que cupieren a la iglesia de primicias. Así que se anoten en el libro los gastos ordinarios y los salarios especificadamente so  pena de diez ducados para los pobres en la distribución.

Finalmente Su Señoría da licencia al mayordomo que pueda gastar lo que fuere menester y comprar y hacer un atril de madera para el coro de la dicha Iglesia, el cual haga con el parecer de la dicha iglesia y luego que ponga toda la diligencia en que se haga. Y así fue acabada la dicha visitación en seis de noviembre de 1566 y lo firmo Su Señoría de su nombre el Obispo de Badajoz.

En el año de 1568 el ocho de julio su Ilustrísima Señoría habiéndose informado de la persona de Diego Hernández y que el oficio de mayordomo lo ha hecho bien y fielmente, dijo que lo nombraba y nombró nuevamente por mayordomo de la dicha iglesia y para usar el dicho oficio le dio poder cumplido, así en juicio como fuera de él. Luego el dicho Diego Hernández aceptó el dicho oficio de mayordomo e hizo el juramento que en tal caso se requiere. Y su Ilustrísima Señoría lo firmó54.

Hay Parroquias que sólo se conservan referencias a la revisión de los libros sacramentales, como aparece en la Visitación de Solana de los Barros: «En la villa de Solana diócesis de Badajoz a dos días del me de enero de mil quinientos y sesenta y siete el Ilmo. y Rvdmo. Sr. Don Juan de Ribera, obispo de Badajoz del Consejo de Su Magestad etc. mi Señor, en presencia de mí, Rodrigo Cavellos, clérigo, notario apostólico y escribano de su audiencia episcopal visitando la dicha villa mandó revisar este libro de baptizados de la iglesia parroquial de dicha villa y mandó Su Señoría al cura o al que bautizare que cuando bautizaren a alguna criatura avisen a los padrinos e madrinas de la cognición espiritual que se (anote) el baptismo. E firmólo el dicho día mes e año. Y doy fe. EL OBISPO  DE BADAJOZ, firmado y rubricado”55.

No falta  la inclusión de algunas  correcciones o la invitación a seguir en el buen orden encontrado en las mismas. Así hemos podido verificar dichas actas de visitación en las parroquias de Jerez de los Caballeros, Atalaya, Zafra, Almendral, Higuera la Real, Fregenal de la Sierra, Valverde de Leganés, Santa Marta y Almendral. Al contrario no aparecen en el libro bautismal de la parroquia de Valverde de Burguillos. En la de Villalba se  ha perdido el libro de bautismo, mientras que en Alburquerque sólo se encuentra una copia mandada hacer por D. Matero Delgado en s. XIX y el original en malísimo estado pero con la vista legible. Parecidas circunstancias ocurrió en La Morena que Salazar hace la copia del libro primero de bautismo ante su estado calamitoso.

También se presenta el esquema de acta de inscripción en las parroquias de Salvaleón y Salvatierra, a saber, “En tantos días del mes de tal año bautizo fulano a fulano hijo de fulano y fulana, fue su padrino fulano y su madrina fulana y les amonesto la cognación espiritual conforme al santo concilio tridentino y luego lo firme el y luego lo firme el que bautizare y el sacristán de la dicha iglesia”56.

Pero será en Feria en donde encontramos el formulario oficial para las inscripciones de las actas matrimoniales, como sigue: «En estos días de tal mes de tal año. fulano desposó a fulano, hijo de fulano y a fulana, hija de fulanos. por palabras de presente. estando por tal parte y fueron testigos y fírmelo al cabo de ellos. Doctor Coderos57.

En las visitas pastorales vemos que varias de ellas fueron realizadas también por el Doctor Pedro de Coderos, visitador general del todo el obispado de Badajoz, como son las de Burguillos del Cerro, Alburquerque, Feria, Zafra. Higuera la Real, Salvaleón, Salvatierra, Santa Marta, Valencia del Ventoso y Talavera. Pero nunca administra el sacramento de la Confirmación.

Cuando el visitador Dr. Coderos era quien actuaba, también existen mandatos sobre la residencia de coro y el vestir con sobrepellices. Los domingos y días festivos dos parte de clérigos asistan a la Iglesia de Santa María de la Encina y una tercera a la de San Juan, en caso contrario el arcipreste de Burguillos informaría oportunamente. Hernan Sánchez que siempre se ausenta en las vistas con un viaje a Granada no se le deje celebrar hasta tanto no presente autorización de licencia de su Majestad. Finalmente manda al arcipreste o vicario de la villa que procedan contra los mayordomos anteriores para hacerle pagar todos los maravedíes y trigo y al actual de Santa María que hagan unos cajones y que los cálices estén siempre en casa de un clérigo y se encargue de ellos y no en la casa de ningún seglar so pena de dos ducados a cada mayordomo que lo contrario hiciere. Dado en la villa de Zafra a doce de octubre 1565 por el visitador.

De este breve excursus se desprende que las vistas pastorales implica distintos ángulos de estudio: religioso, jurídico, económico, sociológico, pastoral… Además de la revisión del conjunto de bienes y su administración, principalmente aparece el cuidado por la dignidad de los sacramentos, aspecto omitido por muchos estudiosos.

6. APÉNDICE I

Memoria de los arciprestes, vicarios, curas beneficiados del obispado de Badajoz que estuvieron en el sínodo que el Ilmo. y Rvdmo. D. Juan de Ribera, obispo de Badajoz, mi Sr. celebró en la ciudad de Badajoz en 15 días de febrero de mil quinientos sesenta y ocho años

BADAJOZ. Las dignidades Juan de Leguizamo, Deán; Francisco de Cevallos, Arcediano; Rodrigo de Chávez, Chantre; Francisco de la Amaya, Tesorero; Baltasar de Aguilar, Prior. Los canónigos Rui Pérez de Monroy; Fernando Muñoz; Diego de Aguilar; Gonzalo de Hoces; Licenciado Carrasco; Baltasar Calderón; Alonso de Silva; Licenciado Zúñiga; Hernán Vargas; Alonso Lucas; Francisco Guerra; y los racioneros Blandianesde León; Vasco Núñez de Balboa; Melchor Briceño; y Alonso Hernández de Figueroa.

JEREZ. Lic. Pedro Rodríguez de Capilla, vicario de Jerez; Bachiller Diego Sánchez, arcipreste de Alburquerque; Lic. Fernando de Cantillana, vicario de la villa de Fregenal; Ldo. Cristóbal de Toro, arcipreste de la villa de la Parra; Bachiller Miguel Alonso, vicario de la villa de Burguillos; Ldo. Gonzalo Hernán- dez de la Paz, vicario de la villa de Bancarrota; Alonso Hernández, vicario de la villa de Villagarcía; Francisco Sánchez, cura de San Miguel de Jerez; Gómez de la Vega, cura de Santa María de Jerez, no vino y envió poder con Gonzalo Méndes; Gonzalo Hernández y Alvar Méndez, beneficiados simples de la dicha Iglesia; Baltasar Martínez y Francisco Gallego, cura de S. Bartolomé y de Santa Catalina, de Jerez, respectivamente.

FREGENAL. Pedro Alvarez de Tena, Ldo. Cantillana y Benito Sánchez de Bustos beneficiado de Santa María y Santa Catalina, de Fregenal, respectivamente.

ALBURQUERQUE. Juan Rol Palomeque y Francisco Corzano, cura de Santa María San Mateo, de Alburquerque; Alonso de Aldana, y Antonio de Sotomayor, beneficiado simple, de Alburquerque de la Codosera, respectivamente.

ZAFRA. Ldo. Garcia de la Paz, cura de Zafra; Bachiller Francisco Hernández y Ldo Caro, beneficiados simples de Zafra.

BARCARROTA. Jorge González y Mº Fernando Alvarez, cura de Santiago y de Ntra. Sra. de Soterraño, de Bancarrota; Gonzalo de León, beneficiado simple de la Iglesia del Soterraño; Rodrigo Merlin y Vasco Marín, beneficiados simples de la Iglesia de Santiago; Bachiller Juan Ramos, cura beneficiado de Villar del Rey; Bachiller Juan Corchero, cura de Mançanete; Juan de Zafra, Beneficiado de Talavera; Ldo. Lorenzo Blanco, beneficiado de Valverde de Badajoz; Bachiller Rui Pérez, cura del Albuera; Bachiller Alonso de Salvatierra, beneficiado de Villa de la Torre; Bachiller Juan Martínez, beneficiado de San Pedro de Almendral; Ldo. Rubiales, teniente cura de Santa Marta; Ldo. Nicolás Lucas, cura de Villalba; Bachiller Bonillas, teniente de beneficiado simple; Hernán García, beneficiado de Solana; Francisco Rodríguez, cura de Corte de Peleas; Bachiller Pedro López, cura de Salvaleón; Bachiller Gutierre de Monroy, teniente beneficiado de Salvaleón; Bachiller Rodrigo Vázquez, cura de la Morera; Bachiller Rodrigo Mexía, cura de Salvatierra; Ldo. Zapata con su poder; Pedro Sánchez y Juan Muñoz Galindo, tenientes de beneficiado de la villa de Salvatierra y de la Parra, respectivamente; Ldo. Fernando de Estrado, cura de Feria; Ldo Francisco Diosdado, cura de Halconera; Bachiller Gonzalo de Valencia, cura de Villagarcía; Antonio de Robledo, cura de Valencia del Ventoso; Alonso de León, beneficiado de Bodonal; Rodrigo López, cura de Marutera?; Bartolomé Vázquez Machuca, beneficiado de la Higuera, cerca de Fregenal; Cristóbal Rodríguez Morejón, cura de la Puebla del Conde. D. Juan Hernández de Segura y Gonzalo Ramírez, beneficiados de Santa María y San Juan de Burguillos; Juan Hernández de Andrade, beneficiado de Atalaya y Alvar Núñez, beneficiado de Valverde de Burguillos; Bachiller Francisco Rodríguez Mulero, su coadjutor; Diego Torvisco, cura del Valle de Matamoros; Cristóbal Martín, cura de Santa Ana; Bachiller Diego Hernández, beneficiado de Oliva; Rodrigo Infante, cura de Zahinos; Bachiller Lope Moreno, cura de Valencia de Mombuey; Marín Pérez, beneficiado de Villanueva del Fresno; Pedro Díaz, Beneficiado de Cheles; Gonzalo de Hernández, beneficiado de Higuera de Vargas; Francisco Pérez Beneficiado de Alconchel; Alonso González, cura de Telena; y los medio racioneros Alonso Yañez, no estuvo presente; Juan Díaz, D. Juan Peinado, Juan Alonso Rico Vaio, Benito Díaz y Juan Carreto.

PODER DEL CURA DE SANTA MARÍA, DE JEREZ.

Ante la obligación de asistir al Sínodo Gómez de la Vega, cura de Santa María de Jerez, tengo poder y valgo a Vos Pedro Méndez, clérigo presbítero y beneficiado de esta Iglesia Santa María para que por y en mi nombre comparezcáis ante Su Ilustrísima Juan de Ribera y ante sus oficiales y ante quien más convenga y presentar ante todas las cosas un testimonio autorizado de mi enfermedad. En forma de testimonio de lo cual otorgué esta carta   de poder ante el notario y testigos de su contenido, que es hecho en la ciudad de Jerez en la casa de dicho Gómez de la Vega en doce días del mes de febrero de mil quinientos sesenta y ocho años y lo afirmo aquí y en mi nombre y yo y el dicho notario doy fe que conozco al dicho otorgante que aquí firmo su nombre que es el contenido en este poder y testigos que fueron y testigos fueron presentes a lo que dicho es Alonso López y Benito Vázquez, vecinos de dicha ciudad. Firmado y signado en testimonio de verdad Pedro Méndez, clérigo apostólico notario.

REQUERIMIENTO QUE HIZO GÓMEZ DE LA VEGA A UN NOTARIO PARA REMITIR AL OBISPO D. JUAN DE RIBERA.

Notario que soy presente dedme por fe y testimonio  en manera que haga fe en pública forma a mí Gómez de la Vega, cura de Ntra. Sra. Santa María de esta Ciudad de Jerez del Obispado de Badajoz en como yo habiendo sido citado y llamado por parte de su Ilustrísima Don Juan de Ribera, obispo de Badajoz para que me hallase presente al Sínodo que su Ilustrísima quiere celebrar en el domingo de septuagésima que e quince de febrero de este presente año de sesenta y ocho y de cómo teniendo preparada su ida al llamado de justicia ha sido Dios servido he caído en cama enfermo hoy domingo ocho de febrero año susodicho donde no me levanto de enfermedad de gota de que tengo con pie hinchado en tal manera que no puedo cumplir por mi persona lo que me es mandado por su Señoría, así como os costa a Vos el dicho notario y a los testigos que son presentes por vista de ojos de mi enfermedad de no me poder levantar de esta cama donde estoy enfermo con protestación que hago que siendo Dios nuestro Señor servido deme dar salud de me presentar ante su Señoría si necesario fuere y su Señoría lo mandare y de modo así lo pido y requiero me lo da por testimonio para guarde de mi derecho para que en mi nombre mi procurador se presente ante su Señoría y ruego a los presente me sean testigos. Y yo Pedro Méndez, clérigo apostólico notario doy fe y verdadero testimonio que el dicho Gómez de la Vega, cura de Ntra. Sra. Santa María de esta dicha villa de Jerez está enfermo de gota donde el domingo ocho de febrero de este presente año, el cual dicho Gómez de la Vega, cura hizo nuestra ante mí el dicho notario y ante Pedro Méndez Ramiro y ante García González gorfon ? el mozo en el dicho domingo de el pie derecho hinchado de la dicha gota y así mismo doy fe que de pedimiento del susodicho cura fue llamado a las casas de su morada hoy jueves doce de febrero de este presente año de mil quinientos y sesenta y ocho donde lo hallé acostado en su cama mal dispuesto de la dicha gota con el pie en sí mismo muy hinchad de que no se podía levantar de la cama donde estaba echado y acostado testigos que fueron presentes a todo lo que di es los susodichos que a doce días de dicho mes y año ut supra y en testimonio de verdad lo firmo de mi nombre y signé con mi signo acostumbrado y lo hice escribir y escribí del pedimento de dicho Gómez de la Vega, cura según como ante mi pasó en testimonio de verdad Pedro Méndez, clérigo apostólico notario

7. APÉNDICE  II.

Carta a sacerdotes pacenses

Presentamos esta carta testamento de D. Juan de Ribera a los presbíteros de Badajoz, dada a final de su Pontificado, que puede enriquecernos en nuestros días. Aquel principio filosófico se hace una vez más verdad: «los problemas son eternos, pero las soluciones nos temporales».

Advertencias, que nuestro Venerable Don Juan, gobernando la Iglesia de Badajoz, dio por escrito a todos los Curas y Confesores de su Diócesis.

“Una de las cosas principales, que tengo que advertiros, y por ser tan principal, será la primera, es, que tengo entendido, hay algunos entre vosotros, que solo tratáis con gente recogida y virtuosa, y a los demás menospreciáis, y repudiáis, como a gente, que no siente con vuestro parecer, y que van contra el, no siendo el suyo tan sano y santo, como el vuestro Otros al revés a la gente recogida tenéis por hipócrita, y extremada. La opinión de los unos, y de los otros tenemos por indiscreta, y reprobada y deseamos que nuestro Señor os diese espíritu para abrazar todo género de gentes, y condiciones, sueltos, y encogidos, sanos y enfermos, sabios e ignorantes, santos y que no lo sean, de manera que hallasen debajo de vuestras alas abrigo los buenos, remedio y medicina los enfermos y perdidos, pues a todos somos deudores, y de todos nos han de pedir cuenta, y todos están a nuestro cargo.

Deseo también, que os aprovechéis de las Religiones, y de su buen ejemplo, como de gente, que está puesta en estado perfecto y si alguna vez, se sintiese en alguno de ellos alguna flaqueza, que en los hombres suele haber, se la encubriésemos, procurando remediarla, y poniendo los medios más secretos, que fuese posible, y que tratásemos de ser tan ejemplares, que ellos tuviesen, en que nos imitar, y que así anduviésemos todos a porfía sobre qual guardara mejor su instituto.

Damos muchas gracias a nuestro Señor, y nos habéis puesto en obligación, por lo que por vuestras manos nuestro Señor ha hecho en nuestro Obispado acerca de la frecuencia de los Sacramentos, y haberse de alguna manera quitado el abuso de jurar: os rogamos mucho, que llevéis adelante esta santa obra, animándolos a todos a la frecuencia de las Confesiones y Comuniones, pues entendéis el gran fruto, que con esto se hace.

Llevaréis también adelante el enseñar la doctrina Cristiana, guardando lo que os está mandado. Procuraréis, que no paren en sólo saberla de coro, sino que la entiendan, declarándoles las circunstancias de los pecados, y dándoles a entender los Artículos de la Fe, para que sepan y estén ciertos y firmes en lo que creen.

Renovaréis muchas veces la Cofradía de los Juramentos, y donde no la hay, la instituiréis; animándolos a que ejecuten en sí las penas de ellas, aunque sean en sí voluntarias, y que se saluden con la salutación: Loado sea Jesu Christo: también que lleven adelante las santas Cofradías del Santísimo SACRAMENTO y de las ánimas del Purgatorio.

Visitais las cárceles y Hospitales,consolándolos a todos y favoreciéndolos. entenderéis en hacer amistades, procurando con toda diligencia, que si posible fuere, no hubiese enemistad y rencor, en todo el pueblo, atajando los pleitos, pues todo está en nuestra cuenta.

Mucho hay, que advertir a los Confesores, y no se podrá de decir todo: pero deseamos estéis advertidos, que sois Jueces, Médicos, Padres, y Pastores, que es donde está la llave de salir el ganado gordo, o macilento, bien curado o sobresanado. Magnum podus, et admirabile Sacramentum, animae suscitatio, dice San Bernardo. Y si ha de ser Padre: Oportet quod habeat semen verbi Dei, y calor espiritual para engendrar; y si Medico, que sepa tomar, y conocer el pulso y que conocida la enfermedad, tenga botica con medicinas y remedios para curarla. Que no se contente con solo ser Juez y tener vistos los méritos de la causa, sino que tenga sabidas las leyes y pragmáticas por donde la ha de sentenciar. Que llore y gima en su rincón, considerando como un Dios tan bueno es tan ofendido, como si fuera un Dios de palo. Témome mucho, que el descuido grande, que en esto hay, y la negligencia así de parte de los penitentes, como de los Confesores, no ponga en aventura mucha parte, o la mayoría de los Confesiones y que los unos y los otros no salgan los culpados de ellas.

Convendría mucho, que un día en la semana todos los Confesores de cada lugar se juntasen, y tratasen como se deben haber en los casos más comunes en aquel lugar: y de los remedios para los pecados, y de los modos para provocar a la contrición y devoción y que cada uno se dijese con que se ha hallado mejor; para que fuesen todos de un parecer, y cada uno se ayudase de la industria del otro. Pero se ha de advertir, que en el tratar estos negocios, no se han de poner casos, por donde se descubra el secreto de la Confesión y en estas conferencias convendría señalar uno que presida: y los casos dudosos se nos podrán consultar, para que de acá se les envíe resolución; y se han de tratar estos negocios con humildad y sin contienda.

Otro si, que desde la Septuagésima adelante los Domingos, y fiestas, a cierta hora se catequice la gente, de quien no se espera, que traerán la preparación necesaria para confesarse a su tiempo, diciéndoles de que , y como se deben aparejar: y al que a esto no se hallase presente, el Confesor tuviese cuidado particular de, cuando viniese a sus pie, ordenarle lo que deben hacer para aparejarse, y tener alguna contrición de sus pecados, pues este es el oficio principal del Confesor.

Querría veros, hermanos carísimos, con sentimientos y dolor de la perdición de las almas de los próximos, como de la vuestra propia, y que se cargase mucho la mano en esto de venir aparejados.

Somos informados, que algunos Confesores confiesan muchas personas en un día de las que se confiesan de año en año, los cuales sospechamos, que no hacen enteramente su oficio, así en el examen de los pecados, como en instruirlos; porque en siendo tan largo el tiempo, que no se confesaron, y la costumbre de pecar tan común, no se puede hacer este oficio bien tan en breve, os avisamos, que tendremos a los tales por insuficientes.

En la frecuencia de las Comuniones conviene, que se mire mucho y aunque algunas personas particulares se les pueda conceder el comulgar a menudo, no conviene a todos los que lo piden: convendrá darnos aviso de las que comulgan más frecuentemente que de ocho a ocho días.

Tendréis mucha cuenta con advertirnos de las personas que murmuran o tratan sueltamente de la frecuentación de los Sacramentos, porque convendría llamarlas, y entender de ellas como sienten de los Sacramentos, y de lo que tiene ordenado la Santa Madre Iglesia: y advertiréis al pueblo como se nos mandado esto.

Relación tenemos, que algunos Sacerdotes con decir cada día Misa se confiesan muy de tarde en tarde y no siendo de los más recogidos, dan nota a los que lo entienden, nos avisaréis de los que de estos fueren notados.

Asimismo nos avisaréis de los ordenados de orden sacro, que van ascendiendo a mayores órdenes, si tienen cuentan con frecuentar los Sacra- mentos, y de la esperanza, que dan con sus obras, de que serán útiles en la Iglesia, porque acá tengamos cuenta en admitirlos, o excluirlos, cuando vengan”58.

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Lám. 2. Bula de Pío IV, por la que se le nombra obispo de Badajoz. 156259.

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 Lám. 3. Sermón pronunciado en la Fiesta de San Juan 156360.

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1  Diccionario de los Santos, L. Galmés, tomo II,   pág. 1341

2  González Dávila, Gil.  Teatro. Teatro Eclesiástico de la Ciudad  y Santa Iglesia de Vadajoz, vidas de sus obispos, y cosas memorables de su obispado pág. 59

3  “Salmanticensis”, 7 (1960). Los estudios del Beato Juan de Ribera en la Universidad de Salamanca por Florencio Marcos Rodríguez.

4  Ximenez Juan , Vida y Virtudes del Venerable Siervo de Dios el Ilmo y Exmo Señor D. Juan de Ribera, Patriarca de Antioquia, obispo de Badajoz, y después arzobispo de Valencia, su Virrey, y Capitán  General, Fundador del Real Colegio del Corpus Christi.. Roma 1734, págs 15.

5  Gómez – Bravo, Juan. Catálogo de los Obispos de Córdoba II, pág. 469.

6  Solís Rodríguez, Carmelo. Luís de Morales. Fundación Caja Badajoz. Badajoz 1999.

7  El libro de las constituciones  de la Hermandad Sacerdotal de San Pedro  de Fregenal de la Sierra en una letra miniada esta representado D. Juan de Ribera con los ornamentos pontificales.

8   Ximenez Juan,   Adverencias a los curas  y confesores de su diócesisen  Vida y virtudes  de  Don Juan Ribera, o. c., págs.. 324-327.

9  Alvaro Huerga. Historia  de los Alumbrados I. Los  Alumbrados de Extremadura (1570-1582). Fundación Universitaria Española Madrid 1978, pág-65.

10  Archivo Capitular de Badajoz. Actas capitulares Año 1760.

11  A.C.B. Libro de Noticias de Don Leonardo  Hernández Tolosa, da principio  año de 1760-. Serie libros manuscritos nº XL, Fol.. 3. ,

12  Ibídem. fol. 3 vto..

13  Ibídem. Actas capitulares Años 1795-1779.

14  Ibídem, Actas capitulares 30 de junio de 1859

15  Ibídem, Años 1906-1909, fol. 109 vlto.

16  Ibídem. Actas capitulares Años 1956-1960.


17  Estella, Fray Diego de, Modo de predicar. Madrid CSIC 1951.

18  Borja, San Francisco de, Tratado breve  y provechoso del modo de predicar el santo evangelio. Madrid, 1908, pág 17.

19  Herrero Salgado, Felix, Las Citas en los sermones del Siglo de Oro. Criticón  (Toulouse),  84-85, 2002, pp. 63-79.

20  Biblioteca Nacional. Signatura R 4771=308, Madrid.

21  López López Teodoro Agustín: Los «propios » de los santos  en la Archidiócesis de Mérida. Badajoz en Apuntes para la historia de la Archidiócesis de Mérida -Badajoz. nº 3, p. 239.

22  Navarro Sorní,  Miguel,   San Juan de Ribera y la Biblia,  en  el Tesoro de la Palabra. Valencia 1998, pág. 83.

23  García-Moreno, Antonio. La Neovulgata. Madrid. 2004, pág. 158.

24  Robres Lluch, Ramón. San Juan de Ribera, Sermones. Tomo I, Valencia 2002.

25  Ibídem. Tomo II.

26  Ibídem. Tomo III.

27  Ibidem. Tomo IV.

28  Ibidem. Tomo V.

29  Ibidem. Tomo VI.

30  Ibidem Tomo VI, bis.

31    Guitarte  Izquierdo,  Vidal.   Episcopologio    Español  (1500-1699)    Roma    1994,    pág.  73, 81, 98, 111, 13, 114, 121, 122, 124 -126.

32    Biblioteca Nacional. Historia de Badajoz desde los tiempos más remotos, con cinco disertaciones eruditas acerca de la antigua Lusitania y Extremadura” Manuscrito del siglo XVIII. Signatura 18260 fol 298 vlto.

33  Ibídem fol 298 r. y vlto.

34  Ibídem fol 300-301.

35    Alminar nº 6 junio de 1979.  En Fiestas del Corpus  en Badajoz por  Carmelo Solís Rodríguez, pág. 23 .

36    Solano de Figueroa, Juan,  Historia  eclesiástica  de la ciudad y obispado  d Badajoz, 2ª Parte, I, pág. 317.

37   Alminar o. c. pág. 23

38  A.C.B. Actas capitulares. Años 1549-1572. Los prebendados de su tiempo fueron: Dignidades: D. Juan de Leguizamo, Deán de Badajoz; D. Francisco de Cevallos, Arcediano; D. Juan de Ceballos, Maestrescuela; D. Rodrigo de Chaves Tablada, Chantre; D. Francisco de la Amaya, Tesorero; D. Garçia de Loaisa Giron, Tesorero; D. Baltasar de Aguilar Rupérez de Monroy, Prior38; D. Luís de Leguizamo, Arcediano de Jerez. Canónigos: D. Rui Pérez de Monroy, D. Hernando Muñoz Rupérez de Monroy, D. Diego de Aguilar, D. Gonzalo de Hoçes, D. Rodrigo Pérez Monroy, Lic. Andrés Sánchez Carrasco, D. Alonso Lucas, Dr. Tomás de Soto Calderón, canónigo doctoral, después Arcediano de Jerez, D. Baltasar Calderón, D. Alonso de Silva, D. Lic Çuniga, D. Hernán Vargas, D. Lic. Andrés de Zúñiga, D. Alonso Lucas, D. Baltasar de Torre, magistral, D. Fernando Vázquez, magistral, D. Francisco Guerrero y Dr. San Clemente y Racioneros: D. Vasco Núñez de Balboa, D. Alonso Hernández de Segura, D. Melchor Briceño, D. Alonso Hernández de Figueroa, y D. Blandianes de León.

39   Ibídem. Cabildo de San Juan Año 1568. Hernández, pesquisidor de pan; Bachiller Juan de Trejo, teñidor de órgano, Loys, afinador; pertiguero de silencio y vigilante del silencio Francisco Tosino y Miguel Sánchez Cazorla, capellanes, respectivamente; para repartidor de uvas Alonso Hernández, capellán y restituciones Fernando de Zafra, capellán de coro; Pedro S. Martínez, cuidador del reloj ; maestro de capilla Luís de Quiñones con sueldo de 100 ducados; Juan de Trejo, organista, clérigo presbítero. Cantores con sueldo de 4000 maravedíes a los bajos, Baltasar Lases, Juan Moreno; contralto,  Baltasar Ramos, Fernando Perera y Juan  Hernández; altos,  Francisco  de Zafra, Juan Orgado, clérigos; tenores Alonso Hernández y Andrés Gómez; Sochantres, Baltasar Casas y Alonso de Vargas, clérigo; el niño Francisco, triple; Duarte y Manuel, clerizones; para las sepulturas de la catedral y Santa María del Castillo Blas Hernández; Francisco Pérez, perrero.

40  Ibídem. Los Capellanes de coro son Juan Fernández, Francisco González, Francisco de Paz, Juan Zambrano, Juan Moreno, Miguel Gómez, Bachiller Zafra, Serván Martín, Juan Benítez, Tosino, Alonso Hernández, Morcillo, Miguel Sánchez, Rebollo, Gaspar Rodríguez, Cabildo, Casas, Andrés Gómez y Juan Morgado.

41  Biblioteca Nacional, o.c. fol. 292

42   Robres Lluch, Ramón. San Juan de Ribera, Valencia 2002, Tomo introductorio, págs. 11-115.

43    Summa Conciliorum Hispaniae.  Notas  de P. Matías de  Villnuño. Tomo III. Madrid 1785. Págs 481-526.

44  A.C.B Actas capitulares. Años 1549-1568, fol 300 vlto. .

45  Correspondencia personal de 5 de abril de 2011.

46  Achivo del Seminario de Badajoz s/c.

47  Ibidem. s/c.

48  Archivo diocesano de Badajoz- Sala I, est. 3. tabla C, legajo 19, n. 142 (antigua ubicación)

49  Revista de Estudios Extremeños. en San Juan de  Ribera, obispo de Badajoz, por Pedro Rubio Merino. Año 1961. Tomo XVIII núm. I Pág. 40.

50  Ibídem. pág. 41

51  Ibídem pag. 42

52  Lux  totius Hispaniae.  El Patriarca Ribera. Cuatrocientos años después.  Coordinados Emilio Callado Estela. Universidad de Valencia. 2011.

53  Archivo Parroquial de Santa  María de la Encina de Burguillos del Cerro, Visita y Memorias (1538-1607).

54  A. C. B. Pergaminos. Carpeta XVI.

55  Archivo parroquial de Solana. Libro de Bautismo I, fol. 54.

56   Archivo Parroquial de Salvatierra. Libro I de Bautismo. Años 1548-1585.

57   Archivo Parroquial de Feria. Libro de casados y velados. Libro I Años 1564-1671.

58  Vida y Virtudes del Venerable Siervo de Dios el Ilmo y Exmo Señor D. Juan de Ribera, o.c. págs 324-327.

59  Archivo Secreto Vaticano. Reg. Vat., 1893 ff. 212r-213v., Reg. Vat., 2006, ff 107 r.

60  Biblioteca del Real Colegio-Seminario del Corpus Christi de Valencia. MS. 48, F. 34v-36.

Oct 012011
 

Esteban Mira Caballos

 1.  INTRODUCCIÓN

La presente comunicación pretende dar a conocer un total de siete documentos inéditos sobre el padre del conquistador del imperio inca, localizados en el Archivo General de Navarra, concretamente en el fondo Rena. Se trata de un conjunto homogéneo, inventariado en los catálogos del archivo navarro. Por tanto no se puede decir que fuesen desconocidos, pues estaban a disposición de los usuarios en dicho repositorio. Sin embargo, además de permanecer inéditos, no habían sido usados por los biógrafos de Francisco Pizarro. Por ello, su puesta en circulación tiene el interés añadido de que, hasta la fecha, apenas disponíamos de fuentes primarias sobre el enigmático Gonzalo Pizarro, padre del conquistador.

A través de las biografías sobre Francisco Pizarro se habían deslizado un puñado de datos sobre su progenitor, a saber: que éste era a su vez hijo de Hernando Alonso Pizarro y de Isabel Rodríguez, que tuvo al menos once hijos con varias mujeres diferentes –véase el cuadro I- y que luchó en servicio de la Corona en los tres conflictos sucesivos más importantes de su tiempo: la guerra de Granada, la de Italia y la de Navarra. De los biógrafos del conquistador el que más se extendió en sus comentarios sobre su progenitor fue Bernard Lavallé quien, pese a ello, se limitó a decir en relación a Navarra que conocíamos su presencia por la crónica de la contienda1. Sin embargo, conviene no pasar por alto una cuestión: en este pequeño reino pirenaico permaneció, de manera más o menos continua, al menos la última década de su vida, es decir, los años comprendidos entre 1512 y 1522, y lo único que teníamos hasta la fecha de dichas andanzas eran unas pocas referencias en algunas crónicas. La escasez de fuentes primarias que permitieran documentar su presencia, primero en las guerras de Italia junto al Gran Capitán, y luego en Navarra en el tramo final de su vida, había provocado que sus biógrafos tomasen su participación en ambas campañas con muchas reservas.

Los manuscritos localizados, transcritos y publicados en el apéndice documental nos permiten documentar fehacientemente al trujillano en el reino de Navarra tal y como sostenían las fuentes cronísticas.

2. LOS PIZARRO DE TRUJILLO

El estudio de los Pizarro resulta especialmente dificultoso por tratarse de un apellido relativamente común. Debido a ello, encontramos a numerosas personas con dicho patronímico, tanto en España como en las Indias, que nada tienen que ver con la estirpe trujillana2.

Asimismo, el caso de los Pizarro es muy significativo de lo dispar y tendenciosa que puede ser la historiografía, dependiendo de los intereses y de la formación del biógrafo. Durante siglos, sus detractores, entre ellos Francisco López de Gómara que atacaba a todo aquel que suponía una amenaza para la gloria de su idolatrado Hernán Cortés, difundieron sus falsos orígenes como porquero. Según este cronista, y siguiéndolo a él una buena parte de la historiografía, fue abandonado en el umbral de una iglesia, sobreviviendo gracias a una cerda que lo amamantó. Luego se ganó la vida pastoreando piaras de cerdos, los mismos con los que convivió desde su nacimiento. Obviamente, esta versión, narrada en estos términos no son más que fabulaciones inventadas por sus detractores.

En el otro extremo se sitúan los apologistas que, cómo no, limpiaron de cualquier miseria todo su linaje familiar, remontándolo a los tiempos de Don Pelayo3. Ni que decir tiene que se trata de una costumbre redundante por parte del más pícaro de los hidalgos, es decir, el de remontar su ascendencia hasta las montañas de Covadonga para intentar dar el máximo lustre a su estirpe. En una época donde la sangre lo era todo, intentar convencer de un pasado cristiano, del lado de grandes leyendas como don Pelayo o el Cid Campeador no era una cuestión baladí. Los propios Pizarro se encargaron de insistir en la supuesta ascendencia asturiana de su estirpe, donde lucharon junto a don Pelayo por la independencia de la Patria4. Posteriormente participaron en la batalla de las Navas de Tolosa (1212) y, finalmente, en la reconquista de Trujillo, el 25 de enero de 12325. Esta extraordinaria versión de los hechos no constituyen más que la otra cara de la moneda de la leyenda porcina.

Los orígenes familiares de Francisco Pizarro eran los que eran, ni más ni menos. Al parecer el apellido es de origen gallego, aunque estaban asentados en Trujillo desde el siglo XIII. Aunque es muy probable que hubiese algún Pizarro en las tropas que ocuparon Trujillo en la reconquista, del primero que tenemos constancia documental es de Rodrigo Alfonso Pizarro y de su hermano Martín que aparecen en un manuscrito de 13916. Ya en el siglo XV nos consta que el abuelo del conquistador, Hernando Alonso Pizarro, resultó elegido regidor por el linaje de los Altamirano7. Junto a los Añascos, los Bejarano, Los Altamirano, los Vargas o los Tapia, gozaban de una posición privilegiada en la ciudad8. Los Pizarro eran tenidos por algo más que hidalgos, es decir, por caballeros. El llerenense Luis Zapata, que vivió una parte de su vida en la corte de Felipe II, al referirse a los orígenes de los Cortés y los Pizarro, escribió que mientras los primeros eran pobres hidalgos de Medellín los segundos eran caballeros de Trujillo. El comentario marca bastante bien la diferencia; ambas estirpes pertenecían al estamento nobiliar pero la estima de los Pizarro era bastante mayor, probablemente porque desde el bisabuelo al mismísimo Francisco Pizarro habían luchado de forma destacada en las guerras emprendidas por la Corona de Castilla.

Ahora bien, dentro de ese mismo estamento privilegiado al que pertenecían los Pizarro, es cierto que había familias con más poder como los Añasco, los Altamirano, los Chávez, los Bejarano y los Orellana. Así, mientras que los Bejarano colocaron su escudo nada menos que en la Puerta del Triunfo, los Orellana lo situaron junto al de los Reyes Católicos en la puerta de Santiago. Por otro lado, los Pizarro no poseían entonces ningún palacio, sino un par de casas solariegas blasonada. Una se ubicaba justo al lado de la iglesia de Santa María, en intramuros, la que erróneamente se identifica como la casa de Gonzalo Pizarro. Y la otra, propiedad del padre del conquistador, se situaba en la plaza del Arrabal, al parecer muy cerca de la carnicerías públicas donde, décadas después, Hernando Pizarro mandó construir su fabuloso palacio.

No parece que gozaran de una gran fortuna; en el testamento y mayorazgo de Gonzalo Pizarro se cita una buena propiedad en La Zarza y su casa solariega. No parece que tuvieran muchas más posesiones. Sin embargo, esas propiedades con ser pocas eran bastante más de lo que poseía la mayoría. De hecho, en 1591 se censaban en Trujillo 200 vecinos hidalgos frente a 1.300 pecheros, es decir, el 13,33%. Ello equivale a decir que poco más del 10% de la población gozaba de una situación de privilegio.

3. GONZALO PIZARRO Y LAS GUERRAS DE ITALIA

Gonzalo Pizarro Rodríguez de Aguilar (1446-1522), apodado El Largo por su estatura y después El Tuerto porque perdió un ojo en combate9, era un hidalgo medio que gozaba de cierto prestigio por haber luchado en las guerras de Italia junto al Gran Capitán. Éste y Gonzalo Pizarro fueron coetáneos, aunque el de Trujillo era siete años mayor y, curiosamente le sobrevivió otros siete años10. Como es bien sabido, el afamado cordobés, había luchado en la reconquista de Granada y, poco después, se reincorporó a las guerras de Italia.

En 1496, las tropas francesas enviadas por Carlos VIII se hicieron fuertes en Nápoles, pues los Anjou siempre reivindicaron la plaza. Pero, Fernando el Católico no estaba dispuesto a consentirlo por lo que envió allí al futuro Gran Capitán, Gonzalo Fernández de Córdoba. Pese a disponer de menos tropas que los franceses, reintegró el reino de Nápoles a la soberanía de los Reyes Católicos, empezando por Calabria, ocupada en ese mismo año. Posteriormente derrotó a los franceses en Atella, obligando al duque de Montpensier a capitular el 27 de julio de 1496. Parecía increíble que el aparentemente inexpugnable ejército francés hubiese sido humillantemente derrotado por un entonces desconocido hidalgo español11.

Esta rápida y aplastante victoria fue posible gracias a que inauguró una nueva forma de combatir que revolucionó los campos de batalla europeos. Como es bien sabido, fue el creador del modelo de escuadrón que dividía a los hombres en pequeños destacamentos de infantería, con gran movilidad y muy disciplinados. Esta nueva forma de combatir acabaría a medio plazo con aquellos grandes y pesados ejércitos, donde la caballería era la pieza esencial. Con Gonzalo Fernández de Córdoba la infantería se impuso definitivamente a la vieja caballería medieval. La primera guerra de Italia, finalizó en 1500 cuando se firmó el tratado de Granada por el que Nápoles se repartiría entre España y Francia. Tras alcanzar dicho acuerdo la guerra se dio por finalizada y el Gran Capitán regresó a España12.

Sin embargo, no tardaron en estallar nuevamente las hostilidades, pues este supuesto reparto no fue más que una tregua encubierta, pensada por ambos contendientes para ganar tiempo. Así que en ese mismo año, el Gran Capitán regresó a Italia, ya como lugarteniente de las tropas en Italia y con la intención de hacer efectiva la toma de Apulia y Calabria que, según el Tratado de Granada, pertenecían a los Reyes Católicos. El cordobés zarpó de Málaga, en junio de 1500, con una gran armada y gran cantidad de piezas de artillería y artilleros, con el objetivo inicial de combatir a los turcos en Cefalonia pero, poco después, tras comenzar la guerra con Francia, se dirigieron a Nápoles13. Luego llegaría la guerra con los franceses porque Fernando El Católico también quería los territorios centrales. Los triunfos del Gran Capitán frente a franceses y sicilianos sonaron en toda Europa, por su capacidad estratégica para derrotar a sus adversarios, incluso en aquellas ocasiones en las que se encontraba en inferioridad numérica.

Pues, bien, Gonzalo Pizarro no era cualquier soldado sino uno de los capitanes de confianza de Gonzalo Fernández de Córdoba. En las crónicas del Gran Capitán, firmadas por Antonio Rodríguez Villa, aparece citado reiteradamente. Se habla del trujillano como uno de los capitanes de infantería del Gran Capitán, los cuales eran todos –afirma- varones de muy gran virtud14. Estuvo presen- te al menos en las decisivas batallas de Ceriñola (abril de 1503), Garellano (a finales de ese mismo año), Gaeta (el 2 de enero de 1504) y en la defensa del cerco de Rocaseca15 en las que los franceses fueron totalmente derrotados. Debió ascender por méritos de guerra, pues en los últimos combates en Italia deja de aparecer como capitán y se menciona con el rango de coronel.

En 1507, debido a la vinculación de los Fernández de Córdoba con el bando de Felipe el Hermoso, el monarca aragonés obligó al Gran Capitán a regresar a España, instalándose en Loja16. Sabemos con certeza que en el ejército que trajo Fernández de Córdoba hasta Burgos estaba lo mejor de su tropa, entre ellos el capitán Pizarro y un tal Luis Pizarro del que desconocemos su vinculación exacta con el trujillano17. Pese a los recelos del rey católico, aquel ejército regresó triunfante, después de haber sorprendido a toda Europa con una estrategia militar que le dará a España la primacía militar al menos hasta el primer cuarto del siglo XVII. El trujillano volvía a su ciudad natal con todos los honores. Allí permanecería durante más de un lustro.

4. LA GUERRA DE NAVARRA

Cuando todo parecía augurar el final de la carrera militar del trujillano, éste sorprendió a todos enrolándose en las guerras de Navarra. En 1512, cuando estalló la primera de las guerras tenía 66 años, una edad considerable para aquella época. Está claro que era un hombre muy activo –y en ello su hijo Francisco se parecía a él- por lo que cambió una vejez tranquila y sosegada por otra bien distinta al frente de un ejército.

Los últimos años de su vida los pasó en el antiguo reino de Navarra. Se alistó junto al duque de Nájera, cuando éste fue nombrado virrey. Los Reyes Católicos siempre habían pretendido la incorporación de este pequeño reino para completar la unidad de España18. La realeza Navarra, temiendo con razón a España, había basculado hacia Francia, tratando de conseguir apoyos que hicieran viables su independencia. Castilla aprovechó la primera excusa que se le ocurrió para intervenir. Ello ocurrió en 1512 cuando depuso al último rey Juan de Albret y convirtió su reino en un protectorado asociado a la corona castellana. Sin embargo, por un lado la familia Albret, apoyada por Francia, no renunció nunca a sus derechos dinásticos, y por el otro, el objetivo último de Castilla no era otro que su anexión.

Lo cierto es que el duque de Alba ocupó el reino muy rápidamente, nombrando poco después como virrey a Diego Fernández de Córdoba19. Pero, la resistencia de los Albret, con el apoyo de Francia, se prolongaría hasta 1522. En este intervalo se produjeron nada menos que tres guerras, al fracasar reiteradamente los intentos de llegar a un acuerdo que satisficiera a las dos partes20. En el tratado de Noyon (1516) se determinó la necesidad de entablar conversaciones entre la familia Albret y Francia por un lado, y Castilla por el otro. En mayo de 1519 se reunieron las partes en Montpellier, sin alcanzar un acuerdo21. Pero al menos sirvió para saber definitivamente que las diferencias eran insalvables, pues, ni Castilla estaba dispuesta a ceder en su deseo de anexionar Navarra, ni tampoco Francia en su intento por mantener su influencia sobre el pequeño reino pirenaico.

En 1521 se desarrolló la batalla final, al invadir Navarra un ejército francés formado por 12.000 infantes y 800 caballeros a las órdenes de Andrés de Foix, señor de Esparre, recuperando para Albret tanto la ciudad de Pamplona como Tudela y Estella. Incluso sitiaron Logroño, lo que provocó la reacción inmediata de Castilla que en una gran ofensiva derrotó definitivamente a los franceses y anexionó Navarra22. El pequeño reino del norte formaría parte desde entonces a España, aunque manteniendo su identidad foral.

Trazado el contexto de las guerras de Navarra, pasaremos a responder a la siguiente cuestión: ¿qué papel jugó Gonzalo Pizarro en dicha contienda? Las cartas localizadas, transcritas y publicadas por nosotros en el apéndice documental aportan alguna luz sobre la actuación del trujillano en el antiguo reino de Navarra. Podemos documentar su presencia en dicho reino al menos entre 1515 y la fecha de su fallecimiento en 1522. De los siete documentos, uno está fechado en 1516, otro en 1517, tres en 1519, uno en 1521 y el último en 1522. En el primero de ellos, es decir, el de 1516, el trujillano solicita dinero a micer Juan de Rena, pagador general de las obras reales del Reino de Navarra, para reparar la fortaleza de San Juan y abonar el salario de sus 800 hombres23. Al leer la carta uno tiene la impresión de que el trujillano llevaba ya varios años en Navarra. Pero, es más, en el documento que presentamos en el apéndice III se men- ciona que, junto a Pedro de Malpaso, veedor general de las obras de Su Majestad en Navarra, solicitó un porcentaje de las rentas que se obtuviesen de las minas, que finalmente no se les concedió por el fallecimiento del monarca.

Dado que éste falleció en Madrigalejo en 1516 es obvio que Pizarro debía estar allí desde varios años antes. Lo más probable es que hubiese llegado en 1512, luchando junto al duque de Alba, quien derrotó y expulsó al último rey de Navarra, Juan del Albret24.

El capitán Gonzalo Pizarro debió tener algún problema con el fisco, a costa de 200 ducados que recibió de Juan de Rena probablemente en 1516 para gastarlos en las reparaciones de la fortaleza de San Juan. Al año siguiente de su concesión le fue solicitada la devolución25 y, nuevamente, en 1519. Él siempre respondió que no lo tenía porque lo gastó en cosas que tocan al servicio de Sus Altezas por mandado del señor duque de Nájera, virrey y capitán general del reino de Navarra26. Finalmente se debió dar por buena su respuesta porque, después de más de dos años insistiendo en la devolución, nunca más se le volvió a pedir la cuantía.

Como todos los servidores reales en aquella época, trató de solicitar una merced real, en compensación por los servicios prestados y para completar su salario de capitán que probablemente no era gran cosa. Para ello pidió, junto a Pedro de Malpaso, un porcentaje sobre las rentas de las minas de oro, plata, esmeraldas, cobre, estaño y otros metales que se obtuvieran en el presente o en el futuro en dicho reino27. Como ya hemos afirmado, la muerte de Fernando El Católico, en 1516, dio al traste con su petición. Sin embargo, su amigo Pedro de Malpaso, estando ya Carlos V en el trono, lo volvió a solicitar pero, se olvidó de su antiguo amigo Gonzalo Pizarro, pidiéndolo junto a Miguel de Herrera, camarero de su Majestad. Probablemente pensó que sería más fácil obtenerlo asociándose con este último que tenía bastante más influencia en la Corte. Finalmente se le concedió pero ocurrió lo previsible, es decir, que el trujillano se sintió agraviado y solicitó su parte. Por la carta de concordia se evidencia el problema personal entre dos viejos amigos que quisieron zanjar ante escribano público, en Pamplona el 28 de agosto de 1519. A través de este documento, acordaron que, por cuatro años, Malpaso cediera a Pizarro un 3,25% de su porcentaje del 7,25%28. Sin embargo, no tardaron en saber que las rentas del oro y la plata de Navarra eran tan insignificantes que no merecía la pena disputa alguna. Y es que la explotación de las minas de oro fue una verdadera fiebre en la España del siglo XVI, seguramente por influjo de las Indias, pero se quedó en un mero espejismo. Dado que no había dineros que repartir la concordia era segura. A fin de cuentas, para el trujillano lo más importante era que Pedro de Malpaso reconociera -como hizo- su mal gesto. Tan solo unos meses después, Gonzalo Pizarro renunció al porcentaje a cambio del cobro en efectivo de la insignificante suma de 16 ducados29.

Posteriormente, sí tenemos noticia de la percepción por parte de Gonzalo Pizarro de una cantidad bastante más enjundiosa. De hecho, el 25 de noviembre de 1521 Juan de Rena reconoció una deuda a favor de Gonzalo Pizarro de nada menos que 300 ducados, que el trujillano cobró al año siguiente, otorgando carta de pago en Pamplona el 7 de febrero de 152230. Desconocemos la causa de esta deuda aunque lo más probable es que fuera en concepto de pago de servicios pasados en la larga guerra de Navarra. Lo cierto es que pudo disfrutar muy poco tiempo del dinero, pues fue herido poco después en el sitio de Amaya, falleciendo el 31 de de agosto de 1522.

Al parecer, inicialmente fue inhumado en la capilla del convento de San Francisco de Pamplona pero, varias décadas después, su hijo Hernando trajo sus restos mortales a enterrar a Trujillo, concretamente al convento de Concepcionistas Jerónimas31.

5. CONCLUSIÓN

Aunque Gonzalo Pizarro figuraba en 1486 como regidor del concejo de Trujillo, lo cierto es que pasó fuera de su ciudad natal una gran parte de su vida. Y es que fue ante todo un hombre de armas que se pasó prácticamente toda su vida en los campos de batalla, siempre al servicio de la corona de Castilla. Estuvo ausente de Trujillo durante largas temporadas, especialmente en la última década de su vida. Entre 1512 y 1522 permaneció en Navarra, regresando a casa sólo puntualmente, con permisos temporales. Gozó de cierta hacienda que disfrutó su esposa legítima, Isabel de Vargas, y sus hijos, especialmente los tres legítimos. Murió prácticamente con las botas puestas, como reza el viejo refrán castellano.

Las cartas documentan fehacientemente la presencia de Gonzalo Pizarro en las guerras de Navarra. Ahora bien, seguimos sin tener datos concretos sobre la presencia o no de Francisco Pizarro junto a su padre. De la participación del conquistador en las guerras de Italia no existen indicios suficientes para sostenerlo, pese a que es algo en lo que ha insistido prácticamente toda la historiografía32. Los dos documentos que aluden a tal cuestión son posteriores y ema- nan directa o indirectamente de la opinión de los propios Pizarro, siempre deseosos lógicamente de engrandecer la figura de sus antepasados. Así, en una Real Cédula, fecha el 22 de diciembre de 1537, se aludió a sus servicios que le había hecho así en nuestros reinos como en Italia y otras partes de las nuestras Indias33. En otro manuscrito de los herederos del conquistador se refirieron a su ascendiente en los siguientes términos:

Francisco Pizarro, señor, caballero de la orden de Santiago, después de haber servido en las guerras de Italia y Navarra, con el coronel Gonzalo Pizarro, su padre, y Hernando Pizarro, su hermano, pasó a las islas de Barlovento… 34

Por cierto que se le otorga a Gonzalo Pizarro el mayor rango que ostentó, es decir, el de coronel, que ciertamente gozó en los años finales de la guerra de Italia. Sin embargo, posteriormente en Navarra aparece nuevamente con  el rango de capitán, grado en el que permaneció hasta su óbito en 1522. La presencia de Francisco Pizarro en Italia no ha podido ser verificada documentalmente, aunque no la podemos descartar. En cambio, su presencia en Navarra es totalmente imposible, pues, cuando su padre estuvo allí, entre 1512 y 1522, Francisco Pizarro estaba con total seguridad en las Indias35.

Estuviese o no Francisco Pizarro en alguna fase de las guerras de Italia junto a su padre debemos reconocer que el hecho de que éste tuviese un papel tan destacado junto a los famosos escuadrones del Gran Capitán debió tener trascendencia en la vida de su primogénito. Su padre fue un prestigioso guerrero que formó parte como capitán de aquellos ejércitos que impresionaron a la Eu- ropa de su tiempo. Es impensable que el joven Francisco fuese ajeno a las hazañas de su ascendiente de las que debió oír hablar lo mismo a su propio progenitor que a otros amigos y parientes. Un padre, por lejos que esté de su familia, siempre ejerce una poderosa influencia sobre sus hijos. Es obvio que la elección de la carrera militar por Francisco Pizarro debió estar influencia de una u otra forma por un precedente familiar tan cercano como el de su propio padre. Por ese motivo, a nadie le debió sorprender en Trujillo que Francisco Pizarro eligiera la carrera militar y que, siendo un joven, abandonase la ciudad que lo vio nacer.

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7. APÉNDICES36

Apéndice I

Carta de Gonzalo Pizarro a Juan Rena, sobre los reparos de la fortaleza de san Juan de Pie de Puerto, 3-III-1516

Muy reverendo señor: yo llegué aquí a san Juan y fue(ron) vistos los reparos que están desreparados (sic), la mayor parte por el suelo, sácanse ochocientos hombres de la tropa para guarda de la villa, pagáronse por doce días, creo que cumplidos, se irán a sus mesas si más dinero no les envía porque así lo publican. Yo escribo al señor visorrey suplicando a su merced se me echen aquellas partidas donde más servicio sea porque, estando en esta manera que yo ahora estoy, ni él será servido ni yo muy contento. El señor Campuzano va allá y es registro de todas las cosas de puertos a que en adelante me remito; en todo lo demás, nuestro señor, la muy reverenda persona acreciente con gran dignidad, como por vuestra merced se desea, de San Juan, mi dominio. Las manos de vuestra reverencia beso. (Firma: Gonzalo Pizarro). Detrás: al muy reverendo señor escribano micer Juan de Rena, pagador general de las obras reales del reino de Navarra.

(Archivo General de Navarra, fondo Rena, Caja 24, Nº 23)

Apéndice II

Real Cédula de Juana I y Carlos I , refrendada por el Cardenal Cisneros, dirigida a Gonzalo Pizarro, Illescas 6-VI-1517.

La Reina y el Rey. Gonzalo Pizarro, nuestro capitán, nos vos mandamos que los doscientos ducados de oro que por nuestro mandado recibisteis de micer Juan Rena, pagados de las obras del reino nuestro de Navarra para los reparos de las fortalezas de San Juan del pie del Puerto, los deis y tornéis al dicho micer Juan Rena para que él los gaste en las obras del dicho reino y tomad su carta de pago con la cual y con esta nuestra cédula mandamos que vos sean recibidos en cuenta y que vos no sean pedidos ni demandados otra vez, y no hagáis ende al. Fecha en Illescas, a seis días del mes de junio de mil y quinientos y diecisiete años. Por mandado de la Reina y del Rey, el gobernador en su nombre.

(A.H.N. Fondo Rena, Caja 28, Nº 2)

Apéndice III

Concordia de Gonzalo Pizarro y Pedro de Malpaso, veedor general de su majestad, Pamplona, 28-VIII-1519

Nos Gonzalo Pizarro, capitán de la Reina y del Rey nuestros señores, y Pedro de Malpaso, veedor general de las obras de sus Altezas, decimos que por cuanto en vida del católico rey don Fernando nuestro señor que en gloria sea, entre nosotros hubieron pasado ciertas palabras de asiento y concordia y conveniencia acerca de los mineros que hay en este reino de Navarra donde hay oro y plata y cobre y estaño y azul y otros cualesquier metales y fue de esta manera que yo el dicho capitán Gonzalo Pizarro pidiese merced de los dichos mineros a su Alteza que en tal licencia sea para ambos a dos y que todo el oro y plata y cobre y estaño y azul y otros metales que de los dichos mineros se sacase fuese para ambos a dos por mitad, tanto para el uno como para el otro. Y a causa de la muerte de su Alteza no se pudo haber la merced aunque yo el dicho capitán la pedí y, después de venido el rey don Carlos nuestro señor a estos sus reinos, yo el dicho Pedro de Malpaso me concerté con el comendador Miguel de Herrera, camarero de su Majestad y alcaide de la fortaleza de Pamplona, para que él pidiese a su Majestad la mitad de los dichos mineros. Y a su suplicación, su Majestad nos hizo merced de los dichos mineros al dicho alcaide y a mí por cierto tiempo y según que en la dicha merced se contiene. Y porque vos el dicho capitán Gonzalo Pizarro decís que pretendéis tener derecho a los dichos mineros por el asiento que entre vos y Malpaso, ni embargante que la merced que vos pedisteis no hubo efecto como dicho es, decimos que por quitar todas las diferencias y debates que entre nosotros por la dicha razón podría haber y porque nuestra amistad sea guardada y conservada como hasta ahora que yo el dicho Pedro de Malpaso me obligo de dar a vos el dicho capitán Gonzalo Pizarro de la parte que a mí perteneciese de los veintisiete por ciento que Berenguer de Aoiz, maestro de la moneda de este reino de Navarra, y Sancho de Yesa, recibidor de la merindad de Sangüesa, nos han de dar al dicho alcaide Miguel de Herrera y a mí de todo el oro y plata y cobre y estaño y plomo y azul y otros metales que ellos sacaren de todos los lineros que hay en este dicho reino, descubiertos o por descubrir, conforme a un asiento y capitulación que entre ellos y nosotros pasó ante Juan de Raso, notario vecino de esta ciudad de Pamplona, que dura su arrendamiento de ellos por tiempo y espacio de cuatro años que comienzan a correr desde diez días de este presente mes y año en que estamos y se cumplen a diez de agosto del año venidero de mil y quinientos y veintitrés y es la parte que a mí el dicho Pedro de Malpaso me pertenece de los dichos veintisiete por ciento pagado la ochava parte que a su alteza habemos de dar siete y un cuarto que de los dichos siete y un cuarto que asimismo me pertenece durante los dichos cuatro años os daré tres y un cuarto y han de quedar las cuatro partes de los dichos siete y un cuarto a mí el dicho Pedro de Malpaso. Y yo el dicho capitán Gonzalo Pizarro digo que soy contento y he por bien de recibir la dicha cuantía y que, pasados los dichos cuatro años susodichos, no vos pediré ni demandaré ni otra persona por mí más las dichas tres partes y un cuarto que así me dais, ni otra parte ni cosa ninguna de los dichos mineros ni del oro y plata y cobre y estaño y plomo y azul y otros cualesquier metales que de ellos sacáredes o hiciéredes sacar, ni de cosa alguna contenida en la merced que vos el dicho Pedro de Malpaso y el dicho alcaide tenéis de los dichos mineros. Ni vos seáis obligado a me lo dar, pasados los dichos cuatro años. Y por cuanto en el asiento y capitulación que hicisteis con los dichos Berenguer de Apiz y Sancho de Yesa entran como dicho es todos los mineros que al presente están descubiertos o se descubriesen durante los dichos cuatro años, excepto una fuente que se dice del oro, que está en el término de Valdebaztan o Mayan de la cual en otros tiempos se dice que se sacaba oro, digo que si al presente o de aquí adelante durante el tiempo de la dicha merced que así tenéis de su Alteza quisiéredes hacer abrir la dicha fuente y de ella se sacase oro digo que en esta tal fuente y oro no pretendo ni quiero tener derecho ni parte ninguna sino solamente como dicho tengo de las tres partes y un cuarto que me asignáis de los siete y un cuarto que tenéis de vuestra parte durante los dichos cuatro años y no mas quedando para vos el dicho Pedro de Malpaso las otras cuatro partes restantes en los dichos cuatro años. Y pasados los dichos cuatro años no me habéis de dar ninguna parte de lo que sacáredes o hiciéredes sacar de los dichos mineros, antes todo ello ha de ser para el dicho alcaide y para vos. Y si algún derecho o acción a los dichos mine- ros o fuente o a otra cosa de lo contenido en vuestra merced tengo y pudiese tener desde ahora me aparto y eximo de todo lo que así me podría pertenecer por cualquier razón o título o manera que fuese y hago donación de todo ello a vos el dicho Pedro de Malpaso para ahora y para siempre jamás y obligo mi persona y bienes para lo así cumplir y guardar y que si vos lo pidiere o demandare quiero que me no valga ahora ni en tiempo alguno.

Y yo el dicho Pedro de Malpaso, asimismo, me obligo de dar y acudir a vos el dicho Gonzalo Pizarro las tres partes y un cuarto de las siete partes y un cuarto que como dicho es a mi me pertenecen de los veintisiete por ciento que los dichos Sancho de Yesa y Berenguer de Aoyz han de dar al dicho alcaide y a mí durante el dicho tiempo de los dichos cuatro años y no más tiempo de todo el oro y plata y cobre y plomo y estaño y otros cualesquier metales que ellos sacaren de los dichos mineros. Y entiéndese que durante estos cuatro años vos el dicho capitán Gonzalo Pizarro no habéis de tener que hacer en los dichos mineros ni con los dichos Sancho de Yesa y Berenguer de Aoyz ni con otra persona ninguna salvo que yo el dicho Pedro de Malpaso os tengo de dar de las dichas siete partes y un cuarto que mi me pertenecen las tres partes y un cuarto que como dicho es tengo prometido de vos dar y han de quedar para mi las otras cuatro partes según arriba es dicho y nos damos las dichas partes damos poder cumplido a todas las justicias de los reinos y señoríos de sus altezas para que a cada uno de nos hagan cumplir lo suso contenido y renunciamos todas las leyes y fueros y derechos que en contrario de lo susodicho nos podrían aprovechar. En firmeza de lo cual nos los dichos capitán Gonzalo Pizarro y Pedro de malpaso, hicimos y otorgamos dos escrituras de un tenor firmadas de nuestros nombres para que cada uno de nos tenga la suya y la una de ellas es esta y rogamos al señor micer Juan Rena como a persona que ha entendido en hacer este concierto entre nosotros y a Juan de Vergara que firmasen juntamente con nosotros aquí sus nombres por testigos de lo susodicho. Fecha en Pamplona, a veintiocho días del mes de agosto de mil y quinientos y diecinueve años. Como quiera que arriba dice que yo el dicho Pedro de Malpaso tengo de dar las tres partes y un cuarto de las siete partes y un cuarto que a mi me pertenecen y a vos el dicho Gonzalo Pizarro las tres partes y un cuarto que así tengo de dar según dicho es entiéndese que las daré y pagaré a vos el dicho Gonzalo Pizarro o a quien vuestro poder para ello hubiese. Fecha ut supra va entre renglones. (Firman: Gonzalo Pizarro, Juan Malpaso, y testigos Juan Rena y Juan de Vergara).

Apéndice IV

Cesión de las rentas de minas en Juan de Rena, Pamplona, 9-IX-1519.

En la ciudad de Pamplona, a nueve días de septiembre año del nacimiento de nuestro salvador Jesucristo de mil y quinientos y diecinueve años en presencia de mi Martín Ochoa de Irigoyen, escribano de la reina doña Juana y del rey don Carlos su hijo, nuestros señores, y su notario público en la su corte y en todos los sus reinos y señoríos y de los testigos de yuso escritos, Gonzalo Pizarro, capitán de sus Altezas, dijo que cedía y traspasaba y cedió y traspasó a micer Juan Rena, capellán de sus Altezas que presente estaba, las tres partes y un cuarto que a él le pertenecen de los veintisiete por ciento que Berenguer de Aoyz y Sancho de Yesa han de dar a Miguel de Herrera, alcaide de la fortaleza de Pamplona, y a Pedro de Malpaso, veedor general de las obras de sus Altezas, de todo el oro, plata y cobre y estaño, plomo, azul y otros metales que ellos sacaren o hicieren sacar de todos los mineros que hay en este reino de Navarra, según se contiene en esta escritura firmada de los dichos Gonzalo Pizarro y Pedro de Malpaso y de micer Juan Rena y Juan de Vergara. El cual dicho traspaso dijo el dicho capitán Gonzalo Pizarro que hacía e hizo al dicho micer Juan Rena por cuanto él le había dado y pagado dieciséis ducados de oro que montan seis mil maravedís de los cuales se llamó por contento y pagado y entregado y pasaron de su poder al suyo realmente y con efecto y en razón de la paga de que al presente no parece renunció la ejecución de la non numerata, pecunia de la haber nombrado non visto non dado ni contado ni recibido y las dos leyes del fuero y del derecho la una ley en que dice que el escribano y testigos de la carta deben ver hacer la paga en dineros o en oro o en plata o en otra cosa cualquiera que lo valga…

(AHN. Fondo Rena Caja 83, Nº 8)

Apéndice V

Carta de Juan Rena, veedor de Su Majestad, Pamplona, 19-XI-1519.

En la ciudad de Pamplona, a diecinueve días del mes de noviembre, año de mil y quinientos y diecinueve años, este día en presencia de mi Ginés Martínez de Salazar, escribano de la cesárea y católicas majestades de la reina doña Juana y del rey don Carlos, su hijo, nuestros señores, y de los testigos infrascritos pareció presente el señor micer Juan Rena, capellán de sus católicas majestades y pagador de las obras de este reino de Navarra, estando presente el señor capitán Gonzalo Pizarro, dijo al dicho capitán que ya sabe como de dos años a esta parte le ha dicho y requerido con esta cédula de sus Altezas de esta otra parte contenida por muchas veces que le diese los doscientos ducados como en ella se contiene y que el dicho capitán siempre le ha respondido que los doscientos ducados que él le pide él los ha gastado en cosas que tocan a servicio de sus Altezas, por mandado del señor duque de Nájera, visorrey y capitán general de este reino y por su libranza. Y ahora, el dicho micer Juan nuevamente este dicho día le tornó a requerir con la dicha cédula por delante (de) mi el dicho escribano porque las otras veces se lo había dicho y requerido de palabra que cumpliese lo en la dicha cédula contenido. Y el dicho capitán dijo que era verdad todo lo que arriba se contiene y que ahora nuevamente responde lo mismo y dice haber gastado los dichos doscientos ducados, como el dicho micer Juan ha visto por la dicha libranza que le fue hecha por el dicho señor duque, en cosas cumplideras al servicio de sus Altezas, y que esto daba por su respuesta. Testigos, el capitán Carvajal y el secretario Guillén Ruiz y el contador Diego Manuel, estantes al presente (en) esta dicha ciudad. Va entre renglones y diz dijo vala. Y yo el dicho Ginés Martínez de Salazar, escribano de sus Altezas susodicho en uno con los dichos micer Juan Rena y capitán Gonzalo Pizarro y testigos presentes a todo lo que dicho es y por ende hice aquí este mi signo en testimonio de verdad. (Firma Ginés Martínez de Salazar, escribano)

(A.H.N. Fondo Rena, Caja 28, Nº 2)

Apéndice VI

Reconocimiento de deuda de Juan de Rena a favor del capitán Gonzalo Pizarro, 25-XI-1521.

Yo micer Juan Reyna, capellán de sus Majestades, digo que aseguro a vos el señor capitán Gonzalo Pizarro por la presente que os daré y pagaré trescientos ducados de oro que son ciento y doce mil y quinientos maravedís en fin del mes de enero primero que viene por razón que vos el dicho capitán Pizarro disteis una carta al señor conde de Miranda para los señores gobernadores en que les suplicasteis que la capitanía de Alonso de Valdés la den a la persona que el dicho señor conde les suplicare. Lo cual prometo de cumplir dentro del dicho término y que directa ni indirecta no iré ni vendré contra ello y que dentro de diez días primeros siguientes os daré carta del dicho señor conde de Miranda para que libremente podáis sacar vuestra patente de la dicha capitanía y que el dicho señor conde no será contra vos y si dentro de los dichos diez días no os diere la dicha carta del dicho señor conde que quedo obligado a daros los dichos trescientos ducados de oro al tiempo susodicho, para lo cual os di esta firmada de mi nombre. Hecha en Pamplona a veinticuatro días de noviembre, digo a veinticinco de noviembre de mil y quinientos y veintiún años. (Firma Juan Rena)

Yo don Francisco de Zúñiga y de Avellaneda, conde de Miranda, por la presente digo que me obligo que dentro de diez días de la fecha de ésta daré a vos micer Juan Rena, capellán de sus Majestades, libranza de los señores gobernadores para que de cualesquier maravedís de vuestro cargo deis y paguéis al capitán Gonzalo Pizarro trescientos ducados para en fin del mes de enero primero que viene de mil y quinientos y veintidós años. Y si esta libranza no dieren los señores gobernadores digo que os daré carta firmada de mi nombre, dentro de los dichos diez días, para que el dicho capitán Pizarro pueda libremente sacar la provisión de los señores gobernadores de la capitanía de Alonso de Valdés que Dios haya. De lo cual todo me obligo de sacaros a paz y a salvo. Fecha en Pamplona, a veinticinco de noviembre de mil y quinientos y veintiún años. (Firma Francisco de Zúñiga)

(AHN Fondo Rena Caja 33, Nº 7)

Apéndice VII

Recibo de Gonzalo Pizarro de los trescientos ducados, Pamplona, 7-II-1522. Conozco yo el capitán Gonzalo Pizarro que recibo de vos el señor micer

Juan Rena, capellán de sus Majestades, los trescientos ducados de esta otra

parte contenidos y porque es verdad que los recibí lo firmé de mi nombre, hecho en Pamplona a siete de febrero de mil quinientos y veintidós años. (Firma Gonzalo Pizarro)

(AHN Fondo Rena Caja 33, Nº 7)

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Firma de Gonzalo Pizarro en la carta del 3 de marzo de 1516

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Firma de Gonzalo Pizarro en un documento del 9 de septiembre de 1519.

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Firma de Gonzalo Pizarro el 7 de febrero de 1522, pocos meses antes de su fallecimiento.

Cuadro I: árbol genealógico del capitán Gonzalo Pizarro, con sus once hijos habidos con cinco mujeres distintas.

 cuadro 15-1

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1 LAVALLÉ, Bernard: Francisco Pizarro y la conquista del Imperio Inca. Madrid, Espasa Calpe, 2005, p. 25.

2  Por citar un ejemplo significativo, en 1598 vivía en Granada un Hernando Pizarro que era procurador de causas ante la Chancillería. Carta de poder de Benito González herrador, vecino de Zafra, a Hernando Pizarro, vecino de Granada, y a Lorenzo Collado, vecino de esta villa y residente en Granada para que defiendan a su hijo Antonio Jaramillo, residente en Indias de las acusaciones de Diego de la Barrera, Zafra 8-III-1598. A.M.Z. Rodrigo de Paz Tinoco 1598, fol. 956r..

3  CUNEO VIDAL, Rómulo: Vida del conquistador del Perú don Francisco Pizarro y de sus hermanos Hernando, Juan y Gonzalo Pizarro Martín Alcántara. Barcelona, s/a, p. 41.

4  HUBER, Siegfried: Pizarro. Barcelona, Ediciones Grijalbo, 1966, p. 14.

Ibídem.

6  PORRAS BARRENECHEA, Raúl: Pizarro. Lima, Editorial Pizarro S. A., 1978, p. 7.

Ibídem, p. 9.

8  Repasando los miembros del concejo de Trujillo en la Baja Edad Media encontramos al menos a seis regidores: Ferrán Alonso Pizarro en 1434, Sancho Pizarro en 1480, Alonso Pizarro en 1484, García Pizarro y Gonzalo Pizarro en 1486 y, finalmente, Juan Pizarro en 1511. FERNÁNDEZ- DAZA ALVEAR, Carmen: La ciudad de Trujillo y su tierra en la Baja Edad Media. Badajoz, Junta de Extremadura, 1993, pp. 332-340. Está claro que los Pizarro eran una de las familias que controlaban el concejo local.

9  La historiografía tradicional sostenía que también recibió el apelativo de El Romano. Sin embargo Raúl Porras lo desmiente, pues al parecer se trataba de otra persona del mismo nombre. Y es que este historiador peruano identificó al menos tres homónimos en el Trujillo de finales del siglo XV. PORRAS: Ob. Cit., p. 11.

10  Es decir que el Gran Capitán murió con 62 años mientras que Gonzalo Pizarro vivió 76.

11  SUÁREZ FERNÁNDEZ, Luis: “Política internacional de los Reyes Católicos”, De la unión de coronas al Imperio de Carlos V, vol. III. Madrid, Sociedad Estatal para la Conmemoración de los centenarios de Felipe II y Carlos V, 2001, p. 312.

12   AZCONA, Tarsicio de: Isabel La Católica. Vida y reinado. Madrid, La Esfera de los Libros, 2002, p.542.

13   LADERO GALÁN, Aurora: “Artilleros y artillería de los Reyes Católicos (1495-1510)”, en Guerra y sociedad en la monarquía hispánica, Vol. I. Madrid, Ediciones del Laberinto, 2006, pp. 810-811.

14   RODRÍGUEZ VILLA, Antonio: Crónicas del Gran Capitán. Madrid, Baillo-Bailliere, 1908, p. 141.

15  Ibídem, pp. 191-397.

16  Fernando El Católico viajó a Italia para convencer personalmente el Gran Capitán de su regreso a España, sospechando la posibilidad de que éste pusiese el reino de Nápoles bajo la soberanía de Felipe El Hermoso. Sobre los motivos que llevaron a Fernando El Católico a destituir y apartar de Nápoles al Gran Capitán véanse los trabajos de HERNANDO SÁNCHEZ, Carlos José: “El Gran Capitán y los inicios del virreinato de Nápoles. Nobleza y Estado en la expansión europea de la monarquía bajo los Reyes Católicos”, en El Tratado de Tordesillas y su época, T. III. Madrid, 1995, pp. 1817-1854 y “El reino de Nápoles de Fernando el Católico a Carlos V (1506-1522” De la unión de coronas al Imperio de Carlos V, Vol. II. Madrid, 1999, pp. 79-176.

17  ÁLVAREZ-OSSORIO ALVARIÑO, Antonio: “Razón de linaje y lesa majestad. El Gran Capitán, Venecia y la corte de Fernando el Católico (1507-1509)”, De la unión de coronas al Imperio de Carlos V, Vol. III. Madrid, 1999, p. 410.

18  AZCONA: Ob. Cit., p. 544.

19  ARTOLA, Miguel: La monarquía de España. Madrid, Alianza Editorial, 1999, p. 264.

20  AZCONA: Ob. Cit., p. 546.

21  PÉREZ, Joseph, Carlos V. Madrid, Ediciones Folio, 2004, p. 75.

22  Ibídem, p. 76.

23  Véase el apéndice I.

24  DOMÍNGUEZ ORTIZ, Antonio: España, tres milenios de Historia. Madrid, Marcial Pons, 2001, p. 122.

25  Véase el apéndice II.

26  Véase el apéndice V.

27  Véase el apéndice III.

28  Véase el apéndice III.

29  Véase el apéndice IV.

30  Véase los apéndice VI y VII.

31  CUNEO: Ob. Cit., pp. 51-52.

32  HUBER: Ob. Cit., p. 20.

33  PORRAS: Ob. Cit., p. 107

34  El documento en cuestión lo menciona Agustín Vivas Moreno (1994: 477) quien lo cita a su vez de  Quintana, (1889: 299). VIVAS MORENO, Agustín: “La imagen histórica de la conquista del Perú y la figura de Francisco Pizarro en la historiografía 1875-1915/20”, Actas de los XX Coloquios Históricos de Extremadura. Trujillo, 1994. QUINTANA, Manuel José: “Pizarro” en Vida de los españoles célebres, Biblioteca Clásica, T. XII, Vol. I. Madrid, Imprenta Central, 1889.

35  Aunque siempre se ha hablado de la presencia de Francisco Pizarro en Santo Domingo junto al Comendador Mayor Nicolás de Ovando, desde 1502, el dato no ha podido ser verificado documentalmente. La primera vez que tenemos certeza de la presencia de Pizarro en las Indias es en 1509 cuando desde Santo Domingo se embarcó en la armada de Alonso de Ojeda. Todo lo referente a su presencia en aquella isla se basa en un único documento, una Real Cédula fechada en 1529 que decía exactamente así: Don Carlos, emperador, semper augustus, por la gracia de Dios… según vuestra petición, Francisco Pizarro, tenéis el deseo de servirnos, al igual que hicieron vuestros antepasados, como habéis venido haciéndolo desde hace veinticinco años, cuando salisteis de este reino para la isla Española junto al comendador de Lares, frey Nicolás de Ovando… HUBER: Ob. Cit., p. 25. En cualquier caso, hubiese pasado a América en 1502 con Ovando o en algún año posterior, en 1512, cuando dio comienzo la primera guerra de Navarra, estaba con total seguridad en las Indias.

36  Hemos seguido las directrices de transcripción de Alberto Blecua en cuanto a modernización de todas las grafías y desarrollo de las numerosas abreviaturas que presenta el texto. BLECUA, Alberto: Manual de crítica textual. Madrid, Castalia, 1983. Y todo ello lo hemos hecho reiteradamente en el texto sin advertencia previa en cada caso. Sin embargo, sí que hemos querido conservar intactas todas las construcciones gramaticales, incluso en los casos en los que hemos encontrado alguna incorrección. Asimismo, hemos creído conveniente colocar la tilde a las palabras que les correspondía llevarlas. También hemos procedido a la revisión, y en su caso rectificación, de los signos de puntuación.

Oct 012011
 

Sebastián Martín Ruano

 1. INTRODUCCIÓN

Aprovechamos este importante foro histórico para recordar la figura del extremeño Joaquín Sama Vinagre1 e intentar hacer algunas aportaciones sobre un aspecto importante de su obra pedagógica, la labor realizada como educador medioambiental. A fin de situar el personaje hacemos una breve semblanza histórica del mismo.

Joaquín Sama nace en 17 de julio de 1840 en San Vicente de Alcántara (Badajoz)2. Estudia derecho y filosofía en Sevilla, ciudad en la que se pone en contacto con los círculos krausistas a través de su profesor Federico de Castro. En 1867 se establece como abogado en San Vicente y organiza una escuela de Latinidades. Ferviente republicano, es elegido alcalde de su pueblo en 1869, implicándose especialmente en la lucha contra el caciquismo y la mejora de las condiciones de vida de la clase obrera. En su gobierno tomó medidas polémicas como la negativa a que se hiciera en San Vicente un cuartel de la Guardia Civil. Algunos autores, en este aspecto, le consideran un heterodoxo y, como tal, un perdedor3.

Por su gran vocación pedagógica oposita y gana la cátedra de Psicología en el Instituto de Huelva, ciudad en la que también organiza una escuela de artes.

En 1876 es separado de su cátedra. Se le acusa del abandono de la misma aunque él alega que sufre problemas nerviosos. En 1876, Francisco Giner de los Ríos funda en Madrid la Institución Libre de Enseñanza (ILE), primero como colegio de enseñanza superior, aunque enseguida derivaría a establecimiento de primeras enseñanzas. Desde sus inicios entra Sama en contacto con la ILE como socio fundador y accionista. En 1879 Giner va de vacaciones a Portugal. Su tren para en San Vicente y convence a Sama para que se incorpore como docente a la Institución. Pronto Sama se traslada a Madrid. En agosto de 1879 figura como profesor de 1ª y 2ª enseñanza. En 1881 es bibliotecario y subdirector de estudios generales. También es profesor en la Escuela Normal Central de Maestras de Madrid. Son años de una gran labor intelectual. Entre sus obras destaca la biografía que hace sobre Pablo Montesino, quizás su más importante trabajo pedagógico4. En la Institución organiza y se pone al frente de numerosas excursiones instructivas y en verano dirige colonias de vacaciones:

“Infatigable en su apostolado, no descansaba nunca; los periodos de vacaciones eran consagrados, casi siempre, a excursiones largas a las costas de Santander, Galicia, Portugal, con alumnos de la Institución; alguna vez prestó también su concurso al Museo Pedagógico, dirigiendo la primera colonias escolar mixta de vacaciones”5

Desde Madrid pide el reingreso a la enseñanza oficial, obteniendo plaza en el instituto de Guadalajara. Sigue su vinculación con la ILE. En el Boletín de la Institución se reconoce la gran actividad desplegada en la capital alcarreña. A pesar del poco tiempo que allí permanecía se notaba “su influjo renovador, llevó allí la familiaridad entre maestros y alumnos; las excusiones de geología, de botánica, de artes; los grandes paseos y juegos al aire libre”6

Sama fallece en Madrid en 1895 víctima de un tumor cerebral y es enterrado en el cementerio civil de Madrid. Desde la Institución se promueve una suscripción a favor de su viuda y sus 7 hijos e hijas.

2. EL TRATAMIENTO EDUCATIVO DEL MEDIO AMBIENTE

Nuestro trabajo busca el análisis del tratamiento educativo del medio am- biente en la teoría y en  la acción pedagógica de Joaquín Sama, enmarcadas en la obra de la Institución Libre de Enseñanza7, donde la labor de este extremeño fue uno de sus más significativos exponentes. Las distancias temporales y de conceptos hacen que éste sea un trabajo difícil. Para facilitarlo podemos aprovechar cualquiera de las definiciones de Educación Ambiental que se hicieron en los organismos internacionales cuando iban enmarcando la teoría y la acción de esta corriente educativa. Éstas podrían servirnos como criterio de comparación8. Es importante que señalemos que la gran diferencia para la búsqueda de paralelismos se sitúa en el punto de partida para el aprovechamiento educativo del medio. La Educación Ambiental surge en los años 60 del siglo XX como consecuencia de las graves crisis ambientales que entonces iban surgiendo y que podían poner en peligro la misma supervivencia del planeta. Estas divergencias medioambientales apenas eran perceptible cien años atrás cuando se inicia y desarrolla la tarea de la Institución. El desigual punto de partida condiciona importantes diferencias éticas, conceptuales y metodológicas. No obstante desde la filosofía de la Educación Ambiental nosotros consideramos este análisis en las actuaciones de la Institución Libre de Enseñanza, especialmente desde la obra de Joaquín Sama.

3. ANTECEDENTES PEDAGÓGICOS

En este trabajo podemos hacer una breve referencia a los antecedentes pedagógicos de la Educación Ambiental y desde esta perspectiva nos encontramos con la figura de Juan Jacobo Rousseau, fundamental en cualquier acercamiento educativo al entorno que se considere. La Naturaleza en Rousseau es la vuelta a lo primitivo, a los espacios más libres en los que se debe llevar a cabo cualquier interpretación educativa. En numerosas ocasiones reconoce Giner su influencia en la pedagogía de la Institución Libre de Enseñanza. En el Congreso Pedagógico Nacional de 1.882,  Giner emplea la clásica frase de Rousseau de que “debe guiarse en todo al niño según la naturaleza” 9 para defender la idea del temprano inicio del educando en el trabajo exterior para que aprenda un oficio en las vicisitudes de la vida y las turbulencias de los tiempos. Fue muy celebrada en ese encuentro la intervención de Joaquín Sama que defiende el procedimiento intuitivo que presenta el ilustre ginebrino para que se aplique “especialmente a la adquisición de los conocimientos que parten de los sentidos”10.

También en este importante evento Sama también defiende con gran vehemencia la aplicación de los métodos froebelianos:

“Jamás agradeceremos lo bastante que los procedimientos de Froebel nos traigan el camino de la razón y de la justicia para con nuestra madre naturaleza”11.

4. NIVEL ÉTICO

Ya en nuestro análisis consideramos que desde un punto de vista ético el medio ambiente es una consecuencia cultural. El ser humano extiende sus formas de vida condicionado por las características específicas del entorno en que desarrolla su existencia. Los dos aspectos de este medio, el creado naturalmente y el generado de forma artificial por la acción humana, son esenciales para su bienestar y para gozar de una serie de derechos, entre los que se debe incluir, como primero, la misma vida12

No encontramos una definición conceptual determinante sobre lo que es el medio ambiente en la Institución Libre de Enseñanza. Hay datos sobre la sensación de la señalada transformación que se ejerce sobre el entorno y así, en algunos de sus escritos, estos hombres y mujeres se adelantan muchos años a la percepción general de la época. Son retazos, pinceladas. Existe alguna manifestación, como las que hace el propio Giner reconociendo las adversas o favorables consecuencias de sus iniciativas en relación con los seres que le circundan:

“La acción del hombre, como causa activa sobre el medio natural, tiene una eficacia que puede ser favorable o adversa a los seres que le rodean, penden, pues, esos, de alguna manera, de las determinaciones que él adopte; la libre actividad humana es medio para sus fines, los condiciona”13.

Según expresa Sama en el Congreso Pedagógico Nacional, la misma Naturaleza puede ser “amiga” o “enemiga” en función de las circunstancias, afirmado que:

“acostumbrados a vivir y a ser influidos durante toda la vida por la naturaleza, necesitamos también ese elemento para nuestra primera educación. Allí, en cambio, en los países del Norte, es ingrata, se opone a la vida, pudiera decirse con algún fundamento que es enemiga del hombre; con ella tiene que luchar constantemente. Aquí es nuestra amiga, nuestra compañera, nos brinda con mano generosa todos sus frutos, todo su ser, ¡Y la consideramos como enemiga, sin embargo!”14.

La actual crisis medioambiental se manifiesta en la progresiva reducción de la habitabilidad de la Tierra a través del triple impacto que condicionan la creciente capacidad de producción del ser humano, su insuficiencia para manejar el consumo y el desproporcionado aumento de la población de la especie15 .

Hemos de tener siempre presente que la Institución Libre de Enseñanza surge y se desarrolla en unos momentos y en un país en el que apenas se advertían las consecuencias medioambientales de unas revoluciones industriales muy localizadas. La toma de conciencia del deterioro medioambiental sólo se adivina en algunos de los escritos de la Institución. Así, denuncia Rafael Altamira la destrucción de bosques por el labrador de la meseta, tradicionalmente poco amigo del árbol:

“La codicia de los hombres, acentuada con motivo del alza de precios que la guerra produjo, está devastando nuestros montes. Aún sin ese aliciente, nuestro labrador de la meseta siempre fue poco amigo del árbol, y el árbol es un elemento esencial, esencialísimo, del paisaje”16.

En la ILE se llegan a proponer soluciones a problemas medioambientales concretos. Así, el decreto que se dicta en 1916 para favorecer el establecimiento de parques naturales es de clara inspiración institucionista. Según el mismo, estos espacios naturales son delimitados para:

“respetar y hacer que se respete la belleza natural de sus paisajes, la ri-queza de su fauna y de su flora y las particularidades geológicas e hidrológicas que encierren, evitando de este modo con la mayor eficacia todo acto de des- trucción, deterioro o desfiguración por la mano del hombre”17.

Problemas rabiosamente actuales que determinan la actuación en el medio ambiente ya se perfilan en la pedagogía de Sama. Así llega a afirmar:

“¿No es un contrasentido hallar nuestras escuelas con la paredes llenas de máximas como Quien maltrata a un animal, no muestra buen natural, para que luchen con la perniciosa influencia de las riñas de gallos, con el tiro de pichón, con las corridas de toros”18 .

Por eso cuando el sanvicenteño elabora un reglamento que sirva para organizar a los obreros en asociación propone en el artículo 41.9 del mismo:

“Que se dificulten cuanto fuese posible, o se prohíban resueltamente, los espectáculos que, como los toros, las carreras y tiro de aves, puedan contribuir a endurecer los sentimientos, sin fortificar el cuerpo ni la salud de los asociados”19

Sama se implica de forma notable en la problemática social de la época que le tocó vivir. Su preocupación por los obreros más necesitados fue capital en su época de alcalde de San Vicente, unas inquietudes que manifestaría a lo largo de toda su vida al poner un gran énfasis en la importancia de la educación para un mayor bienestar20. Escribió Sama numerosos artículos en contra de la pena de muerte21. También tuvo una especial preocupación por la situación social de la mujer, a la que consideraba en las mismas condiciones que al hombre: “La mujer no es, por su naturaleza, inferior al hombre”22. Así, la instrucción popular no debería establecer ninguna discriminación por cuestiones de sexo: “Creemos, pues, que la instrucción popular sólida debe ser igual para los dos sexos” 23

Aunque defendido como tradicional mito pedagógico, hemos de reconocer que la neutralidad en educación no existe24 y la intención de enseñar se encuentra siempre enmarcada en determinadas coordenadas espacio-temporales. Giolitto25 considera que el objetivo principal de la pedagogía del medio ambiente es enseñar a los jóvenes a leer ese medio ambiente para apremiarlos a defenderlo, mostrándoles las aptitudes adecuadas para conseguirlo. Señala la conferencia de Tbilisi que:

“es indispensable una Educación Ambiental que no sólo sensibilice sino también modifique las actitudes y proporcione nuevos conocimientos y criterios”26

La fe en la educación como elemento configurante de la personalidad humana es punto cardinal de la pedagogía institucionista. Es el clásico lema gineriano de FORMAR HOMBRES27. Con la educación se desea transformar la sociedad, por lo que estas metas tienen una significación especial. La educación es la gran herramienta del cambio en los institucionistas. Costa piensa que los males que tiene España provienen del sistema educativo. Para él la única solución para que nuestro país se europeíce es una formación que “transforme y purifique al individuo, a la sociedad y al pueblo”28 .

En esta línea Sama insiste frecuentemente en esta idea de la regeneración del país, a través de la educación:

“Su propaganda electoral consistía en hablar de la educación popular; y antes de acudir al mitin en el teatro, con los discursos y aclamaciones, pasaba por la escuela, llevando en su compañía a las autoridades y a los ricos, y hacía una lección a los niños, de la que pudieron todos deducir el valor y la urgencia que para la nación entraña la función de la enseñanza”29.

La educación era para Sama “un problema decisivo para la vida de los pueblos”30 Un espíritu romántico que asumen los institucionistas y que además les acerca a la Naturaleza con inquietudes nacionales y formativas. No se busca la mera instrucción en el medio. Es una concepción filosófica más amplia que se percibe cuando pretenden que en el contacto con medios abiertos se intenten superar los vicios morales que van destruyendo a las personas31. La educación en el medio es pauta cotidiana de la pedagogía de la Institución Libre de Enseñanza. El campo, la Naturaleza en definitiva, es necesario como primer elemen- to de educación para superar la problemática que se origina en el ambiente. Así lo pregona Sama en el Congreso Pedagógico Nacional, donde asegura que se debe acudir al sistema froebeliano para dar:

“toda la educación al niño en un verdadero jardín, en medio de la naturaleza, y hacer esto en países como el nuestro, donde se marcha con paso rápido desde maltratar la planta y el animal, y asistir con satisfacción al reñidero de gallos y la plaza de toros, hasta la devastación y el incendio de los campos; en un país como este nuestro (…) Lo de enseñar al niño el cultivo de las plantas, el cuidado de los animales, infinitos detalles de piscicultura, jardinería, horticultura, botánica, etc., son detalles secundarios de la cosa, pero no es la cosa entera. (…) Influidos durante toda la vida por la naturaleza, necesitamos también ese elemento para nuestra primera educación”32.

5. NIVEL CONCEPTUAL

En el análisis conceptual consideramos que un aprendizaje implicado con su medio ambiente no deja de ser una elevación progresiva de los círculos de percepción. Los escolares y todas las personas que aprenden pueden ir amplian- do los niveles de apreciación de sus dominios educativos en nuevas oleadas que le harán aprehender la dinámica de sucesivos entornos y le llevarán a una comprensión global de la existencia.

Era una idea que ya estaba presente en la pedagogía de la Institución. Así, en la enseñanza de las Ciencias Naturales se examinan en primer lugar los seres vivos que con mayor frecuencia están a la vista del niño y de la niña. Debe iniciarse esta enseñanza en la escuela, no por los más sencillos organismos vegetales, sino por aquellos más familiares en sus vidas, que son precisamente las plantas superiores, árboles, arbustos, matas, es decir, los organismos vegetales más complicados33. Esta idea de partir de lo próximo para ir construyendo conceptos cada vez más globales lo expresa de forma acertada Sama:

“Deben empezar los párvulos por conocer y examinar los animales que les sean más familiares, extendiéndose después sus conocimientos a los de la región que habitan y hasta los de las comarcas remotas en su propio país, con el propósito de que den más amplia base a sus futuras clasificaciones de la escuela elemental”34.

Los hombres y mujeres de la ILE pensaban que no es posible el conocimiento aislado de los elementos naturales si no en relación con los demás seres. Se considera a la escuela no como un componente separado, sino más bien “la sociedad entera, la Naturaleza entera, en una palabra, el mundo”35 Es lo que en la Institución Libre de Enseñanza a se denomina carácter circular o cíclico de la enseñanza. Cossío cree que con esta visión el alumno percibirá una idea completa de las cosas y adoptará las actitudes necesarias para seguir ampliando el campo de sus conocimientos en los sucesivos entornos36.

Las ideas de complejidad y totalidad están presentes en esta pedagogía en la concepción integral del hecho educativo que se asume. Caso definirá acertadamente como educación integral aquella “que sea a la vez física, intelectual y moral”37. Si la excursión va a ser el momento decisivo para la educación integral, desde la pedagogía de la Institución Libre de Enseñanza se propicia que en la salida los alumnos tengan una visión total de lo que se anda, concediendo la misma importancia al arte que a la Naturaleza, al mundo social que al natural. En el contacto con el medio externo se perciben sensaciones físicas y morales, éticas y estéticas. La excursión puede llega a ser el todo completo que proponía Cossío.

En su obra sobre Montesino, Sama lo reconocía como introductor de la educación integral en nuestro país. La formación debe afectar todas las facetas de la personalidad:

“El alumno, para ser educado, debe, como el profesor, formarse por entero. No se abandonará ningún detalle de su vida … Se procurará que todas las facultades del alumno se desarrollen conjunta y proporcionalmente”38.

En las excursiones que organiza Sama, también se tienen en cuenta las múltiples miradas a aplicar sobre lo visitado. Allí se puede

“estudiar la composición de un terreno, admirar un monumento, analizar un cuadro, contemplar la hermosura de un paisaje, averiguar, en suma, una verdad cualquiera, y tal vez traer un nuevo dato a la cultura general”39 .

6. NIVEL METODOLÓGICO

En el análisis metodológico hemos de tener en cuenta que en el actual momento de la Educación Ambiental, cuando hay un consenso generalizado de su necesidad y cuando su puesta en práctica encuentra numerosas dificultades estructurales, brilla con luz propia la figura del maestro y la maestra como elementos clave para llevar a cabo cualquier proyecto basado en esta filosofía, ya que sobre ellos va a recaer en buena parte el peso de su realización. De poco sirven las normativas legales cuando estamos hablando sobre todo de actitudes. El profesor genera las situaciones educativas idóneas para la adquisición de conocimientos significativos y establece los adecuados canales de comunicación con el alumnado. Él será árbitro, dinamizador e investigador de los procesos que se generan en el aula.

En el momento histórico en el que Joaquín Sama desarrolla su trayectoria vital es el tiempo del “pasas más hambre que un maestro de escuela”, cuando las personas que, mal preparadas, se dedicaban a la enseñanza sufrían situaciones de continua penuria económica, sobre todo en las poblaciones más pequeñas. Desde la Institución Libre de Enseñanza se considera sobremanera la figura del educador y hay una denodada lucha por su dignificación social, como ponen de manifiesto numerosos escritos. Tiene gran importancia su imagen y su obra. De ahí la necesidad tantas veces sentida de enviar a las más apartadas aldeas, las que estaban más alejadas de la acción de la cultura, a los mejores maestros. Así se compensaría un secular abandono con las iniciativas y las capacidades de unos educadores muy cualificados a los que habría que dar las suficientes contrapartidas económicas y morales. Señala Giner:

“Hay que enviar a las peores escuelas, los mejores maestros; con lo cual no se retrasará el estado del espíritu en las ciudades, pero se acelerará la mejora del de las aldeas. Para ello hay que ofrecer a ese personal selecto ventajas materiales y morales que compensen las contrariedades de la residencia en un lugar aislado sin comodidades ni refinamientos”40.

El buen maestro debe tener a la vez capacidad para aprender y para enseñar. Así se dice de Sama:

“siendo alumno en excursiones de arte o geología, maestro después en las mismas enseñanza, encantado siempre con el trabajo, haciendo de su vida entera, en todas sus actividades, órganos para la educación de su país”41

La propensión a la organización de excursiones instructivas va a ser una de las particularidades más distintivas de la presencia de los institucionistas en diversas acciones educativas, pues uno de los signos externos de la nueva formación que propugnaban era precisamente la organización de salidas. Para el profesor de la Institución Libre de Enseñanza, el recorrido es el tiempo más adecuado para llevar a cabo la labor educadora. Escribe Ontañón un emotivo artículo en recuerdo de Joaquín Sama:

“Más aún que en las clases, en las excursiones es donde encontraba Sama ancho campo para su función educadora. Los que, dirigidos por él, hicimos tantas y tantas, las recordamos siempre con encanto, particularmente las de Mineralogía y Geología, de las que volvíamos con los bolsillos llenos de los ejemplares que habíamos recogido (…) se continuaba en la formación de las colecciones de minerales, elemento importantísimo de nuestra actividad infantil, en el colegio y en casa, orgullo de aquellos que podían exhibir, como si fuera un tesoro, la serie completa y bien instalada de los que habían traído de sus excursiones  y obtenido por otros medios”42.

Por eso, desde un punto de vista meramente pedagógico, educación en el medio y sobre el medio son las numerosas excursiones y actividades en el entorno que se programan en la Institución Libre de Enseñanza. Según Sama lo ideal sería dar “toda la educación al niño en un verdadero jardín, en medio de la naturaleza” 43.

Así, la excursión es el más efectivo método de educación regeneradora y el medio es, sobre todo, elemento de reforma moral. Una regeneración que llega al individuo y trasciende poco hacia el entorno. Sin embargo, cuando profundizamos en esta obra, también descubrimos pequeños retazos en los que se descubreuna cierta preocupación por la educación a favor del medio, especialmente cuando atienden algunos problemas sociales. Según Joaquín Sama, cuando la mujer se incorpore plenamente al mundo de la enseñanza se resolverán problemas entonces tenidos como irresolubles como “el amor a la naturaleza”44

Unas renovadas estrategias pedagógicas han de comprender los diversos aspectos ecológicos, sociales y culturales del medio ambiente. Por eso, la Educación Ambiental no pretende la colección de conocimientos dispersos sobre el entorno, ni tampoco alcanzar unos objetivos metodológicos alejados de la realidad. La utilización educativa de espacios próximos al niño y a la niña suponen una vinculación activa con la comunidad. Es, básicamente, una pedagogía de la acción y por la acción.

Como hoy se pretende desde la Educación Ambiental, también los hombres de la Institución apostaban en su día por la actividad en la práctica educativa diaria. Lo hicieron desde el método intuitivo que, para ellos, sería el único método natural. La intuición pone al niño y a la niña en contacto directo con los objetos estudiados. Es Cossío, el que, a lo largo de su vida, profundizará más en las implicaciones educativas del método intuitivo, que en un conocido artículo denomina “El arte de saber ver”. Considera que el contacto con todos los seres es educativo y no se deben poner límites físicos al campo de la educación:

“El mundo entero debe ser, desde el primer instante, objeto de atención y material de aprendizaje para el niño, como lo sigue siendo, más tarde, para el hombre”45.

Devoto Sama de la Pedagogía de Pablo Montesino, a quien considera introductor del método intuitivo en España, resalta con frecuencia su importancia. Para él este método no era una

“ presentación de las cosas puramente materiales, sino de las individuales, sean materiales o no, para elevarse de ellas a las generales”46.

En lógica consecuencia, para Sama “Lo que, … les toca a lo vivo, olvídanlo con gran dificultad”47.

Los institucionistas proponen un conocimiento frecuente y directo del medio natural. Así, Joaquín Sama pide que se presenten los animales a los niños más pequeños con las características propias del lugar en que se crían, influidos

“por la calidad mineralógica y petrográfica de las montañas; todo ello, por supuesto, en los límites y grado en que el párvulo pueda comprenderlo, es decir, en vivo, acompañando a la narración en que se cuenta la vida de un animal, la descripción de todos los pormenores que constituyen el medio de su existencia”48 .

La actividad que propone puede tener numerosas aplicaciones. Así rechaza los antipedagógicos libros de texto y prefiere que sea el propio alumno quien los construya. No quiere un manual que casi nadie entiende: “debe ser éste el diario hecho por el alumno bajo la dirección del maestro”49. La actividad va construyendo el pensamiento. Así, la recogida de materiales mineralógicos dejará cantidad tal de recuerdos

“a todo el medio natural con que el ejemplar mantenía en vivo las múltiples relaciones de su existencia, que difícilmente se borrarán de la memoria de los niños”50

Uno de los artículos que mejor define la propia filosofía vital y el activismo pedagógico de Sama en sus relaciones con el entorno es el titulado “Nuestros alumnos en Portugal”51. En él se empieza hablando de que se buscó para el desplazamiento un precio reducidísimo (32 pesetas). Esta austeridad que a veces raya con la racanería es muy propia de la filosofía krausista de los institucionistas. La enseñanza ha de ser activa, divertida y alegre:

“la afición a las cosas de zoología, pudiera expresar claramente lo mucho que se divirtieron pescando ranas por el procedimiento conocido de la caña con cebo de trapo encarnado, y que venía a poner fácilmente en sus manos los interesantes anfibios que, a fuerza de cuidado y esmero, pueden difícilmente conservarse en el estanque del jardín de la Institución, para estudiar en ellas algún detalle”52.

Esa pesca de ranas con un trapo rojo seguro que tiene su origen en los años infantiles de Sama en San Vicente de Alcántara.

Se puede buscar la enseñanza de forma activa en ámbitos muy alejados de los recintos escolares. También es bueno que se aprecie la sabiduría popular, algo tan querido a institucionistas que se reunían entonando el Ya se van los pastores a la Extremadura. Así en Portugal se visita un taller de alfarería . Allí

“el director puso barro sobre el torno movido con el pie, para que los muchachos vieran salir de entre sus manos una porción de clásicas formas, conservadas religiosamente por la tradición popular”53.

En el relato de la visita al cabo Mondego defiende denodadamente la enseñanza directa en el entorno:

“Puestos los muchachos en lo alto de él con un mapa delante; presenciando desde allí una despejadísima puesta de sol. .. resultaba sin querer una lección más expresiva que la aprendida en un libro y más atractiva que la estudiada tan solo en el mapa… ¡Qué libro tan ilustrado que no se pone ante su vista, llevándolos al Cabo¡”54

7. CONCLUSIONES

Como conclusión general de nuestro trabajo hemos de poner manifiesto la figura del extremeño Joaquín Sama como uno de los primeros educadores medioambientales de nuestro país, con notables paralelismos con lo que hoy se entiende por Educación Ambiental. Sama fue un maestro en el sentido más amplio de la palabra. Defendió firmemente a la educación como el motor de los cambios. Creía en la validez de la educación en el entorno y muchas veces la puso en práctica. Un maestro querido y reconocido por sus alumnos. Para que éstos hablen, consideramos apropiado terminar este trabajo con una cita rec gida en la semblanza que se le hace en el Boletín de la Institución en  un artículo que es buena muestra de tantas de sus actitudes vitales. Estas reflexiones, sin lugar a dudas, bien pueden valer a los educadores y educadoras del siglo XXI:

«Pero lo más valioso, lo más alto e inapreciable, eso anda por ahí desparramado en tantas promociones de alumnos suyos, que se han ido llevando, no dosis más o menos grandes de saber positivo, sino cosas muy íntimas, sentimientos de rectitud para la vida, libertad de pensamiento, amor a la verdad, inclinaciones sanas y tendencias instintivas para considerar la vida más noblemente»55.

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1  La Consejería de Educación de la Junta de Extremadura convoca anualmente los Premios Joaquín Sama a la Innovación Educativa para reconocer trabajos que conjuguen la filosofía de Joaquín Sama con la actualidad del Sistema Educativo Extremeño, realizados por integrantes de la comunidad educativa de la región. Muchos de los trabajos presentados y premiados tratan del aprovechamiento educativo del entorno.

2   Una buena aportación para el conocimiento de la figura histórica de Joaquín Sama fue el libro: OSTO, L. Joaquín Sama. Badajoz. 1991.

3  SÁNCHEZ MARROYO, F. Compromiso ético y lucha política. Joaquín sama y el republicanismo pacense. Actas del Congreso JOAQUÍN SAMA Y LA INTITUCIÓN LIBRE DE ENSEÑANZA DE EXTREMADURA. Mérida. 1997.

4  SAMA VINAGRE, J. Montesino y sus doctrinas pedagógicas.. Barcelona. 1888.

5  ANÓNIMO. Nota necrológica por Joaquín Sama. Boletín de la Institución Libre de Enseñanza. Madrid. 1.895, Nº 418.

6  Ibidem.

7   A esta tarea dedicamos nuestra tesis doctoral “El estudio del medio ambiente en la Institución Libre de Enseñanza. Un antecedente de Educación Ambiental en España” dirigida por la Dra. María Novo Villaverde y el Dr. Manuel de Puelles Benítez, defendida en la Universidad Nacional de Educación a Distancia y calificada con Sobresaliente cum laude. Posteriormente esta obra fue publicada: MARTÍN RUANO, S. El estudio del medio ambiente en la Institución Libre de Ense- ñanza. Un antecedente de Educación Ambiental en España. UNED. Editora Regional de Extrema- dura. Madrid. 2003.

8  El Seminario Internacional de Educación Ambiental que tuvo lugar en Belgrado durante los días 13 al 22 de octubre de 1975 fue organizado por la UNESCO. En dicho Seminario se explicitó que, «La Educación Ambiental pretende lograr que la población mundial tenga conciencia del medio ambiente y se interese por él y por sus problemas conexos y que cuente con los conocimientos, aptitudes, actitudes, motivaciones y deseos necesarios para trabajar individual y colectivamente en la búsqueda de soluciones a los problemas actuales y para prevenir la aparición de otros nuevos.». UNESCO. Seminario Internacional de Educación Ambiental (Belgrado 1975). París. 1977.

9  GINER DE LOS RÍOS, F. Discurso con motivo del Congreso Nacional Pedagógico. Actas de las sesiones celebradas. Madrid. 1882. P. 188.

10   SAMA VINAGRE, J. Discurso con motivo del Congreso Nacional Pedagógico. Actas de las sesiones celebradas. Madrid. 1882. P. 179.

11  Ibidem.

12  NACIONES UNIDAS. (1.982). Declaración sobre el medio ambiente humano. Conferencia de Estocolmo. Junio de 1.972. En Calidad de Vida, Medio Ambiente y Ordenación del Territorio. Textos Internacionales. Diciembre. Madrid. Cotma-Cifca. Vol. I. Pg. 49.

13  GINER DE LOS RÍOS, F. El Derecho en la experiencia y en la idea. De Resumen de la Filosofía del Derecho. Obras Completas. Tomo XIII. Madrid. 1.926, P. 54.

14   SAMA VINAGRE, J. Discurso con motivo del Congreso Nacional Pedagógico. Actas de las sesiones celebradas. Madrid. 1882. P. 179.

15  UNESCO-OEI. Educación y medio ambiente. Conocimientos básicos. Madrid. 1989.

16  ALTAMIRA, R. El paisaje y los parques nacionales de España. Boletín de la Institución Libre de Enseñanza,. 1.921. Nº 736.

17  LEY DE 7 DE DICIEMBRE DE 1.916. Creando los parques nacionales. Gaceta de 8 de diciembre.

18   SAMA VINAGRE, J. XXVIII Como puede la educación social contribuir al bienestar de las clases obras. En SAMA VINAGRE, J. Indicaciones para filosofía y pedagogía. Madrid. 1893. P. 375.

19  SAMA VINAGRE, J. XXIX Proyecto de reglamento para una asociación de obreros. En SAMA VINAGRE, J. Indicaciones para filosofía y pedagogía. Madrid. 1893. P. 398.

20  SAMA VINAGRE, J. XXVIII Como puede la educación social contribuir al bienestar de las clases obreras. En SAMA VINAGRE, J. Indicaciones para filosofía y pedagogía. Madrid. 1893. P. 371.

21  SAMA VINAGRE, J. VII Discusión acerca de la pena de muerte. En SAMA  VINAGRE, J. Indicaciones para filosofía y pedagogía. Madrid. 1893. P. 67.

22  SAMA VINAGRE, J. X La educación física de la mujer. En SAMA VINAGRE, J. Indicaciones para filosofía y pedagogía. Madrid. 1893. P. 135.

23  SAMA VINAGRE, J. XX Las escuelas de artes y oficios. En SAMA VINAGRE, J. Indicaciones para filosofía y pedagogía. Madrid. 1893. P. 292.

24 En el Foro Global, paralelo a la cumbre de Río se afirma que “la educación ambiental no es neutra, sino que realmente requiere de una cosmovisión, de un modelo del mundo y, consecuentemente, de un modelo educativo innovador y transformador” NOVO, M. (1.995). La educación ambiental. Bases éticas, conceptuales y metodológicas. Madrid. 1995. P. 68.

25  GIOLITTO, P. Pedagogía del medio ambiente. Barcelona. 1984. P. 56.

26  UNESCO. La Educación Ambiental. Las grandes orientaciones de la conferencia de Tbilisi. París. UNESCO. 1980. PP. 18-19.

27 “Giner pensaba que la España futura, si ha de ser como la sueñan tantos patriotas convencidos de que su fórmula no está en el pasado, sino en el presente y en el porvenir, hay que edificarla sobre “hombres”, es decir, sobre individuos que tengan la conciencia de su dignidad y de su responsabilidad, el libre juego de su espíritu, el poder creador de una cultura honda y seria y la conducta noble de un criterio ético que no se dobla ante las solicitaciones del egoísmo” ALTAMIRA, R. Giner de los Ríos, educador. Valencia. 1.915, P. 36.

28  COSTA, J. Los siete criterios de gobierno. Mensaje de la cámara Agrícola del Alto Aragón. En Reconstrucción y europeización de España. Volumen VII de la biblioteca Costa. Huesca. 1924. P. 24.

29  .ANÓNIMO. Nota necrológica por Joaquín Sama. Boletín de la Institución Libre de Enseñanza. Madrid. 1.895,. Nº 419. P. 34.

30    SAMA VINAGRE, J. XV Nuestra educación nacional y la cuestión obrera. .En SAMA VINAGRE, J. Indicaciones para filosofía y pedagogía. Madrid. 1893. P. 222.

31 “El niño aldeano vive en un ambiente natural y social de una potencia educadora mucho mayor que le ha tocado en suerte al niño de la ciudad (…) El ideal educativo, desde el punto de vista del ambiente, sería que el niño pudiera vivir en la aldea hasta los 15 años próximamente, y que a esta edad pudiera pasar a la ciudad: cosa que, de hecho, habrá sucedido a una parte de los hombres que viven en las ciudades”. HOMS, H. La educación extra-escolar. Boletín de la Institución Libre de Enseñanza. Madrid. 1912. Nº 627.

32   SAMA VINAGRE, J. Discurso con motivo del Congreso Nacional Pedagógico. Actas de las sesiones celebradas. Madrid. 1882. P. 179.

33   RUBIO, R. La botánica y su enseñanza. Boletín de la Institución Libre de Enseñanza, Madrid. 1891. Nº 346.

34  SAMA, J. Conferencias normales. Sobre la enseñanza de párvulos. La enseñanza de la zoología. Boletín de la Institución Libre de Enseñanza. Madrid. 1.886. Nº 216.

35  ANÓNIMO. Nota necrológica por Joaquín Sama.  Boletín de la Institución Libre de Enseñanza. Madrid. 1.911, Nº 612.

36  COSSÍO, M. B. (1.882). Discurso con motivo del Congreso Nacional Pedagógico. Actas de las

sesiones celebradas. Madrid. 1882. P. 86.

37  CASO, J. La educación integral. Boletín de la Institución Libre de Enseñanza. Madrid. 1889. Nº 291.

38   SAMA VINAGRE, J. XIV Proyecto de bases para un institución de enseñanza en Bilbao. En SAMA VINAGRE, J. Indicaciones para filosofía y pedagogía. Madrid. 1893. P.184.

39  Ibidem. P.194.

40  GINER DE LOS RÍOS, F. Educación y enseñanza. Obras Completas. Tomo XII. Madrid. 1933. P. 260.

41  ANÓNIMO. Nota necrológica por Joaquín Sama. Boletín de la Institución Libre de Enseñanza. Madrid. 1.895, Nº 419.

42  ONTAÑÓN, J. Joaquín Sama. Boletín de la Institución Libre de Enseñanza. Madrid. 1.930. Nº 840.

43   SAMA VINAGRE, J. Discurso con motivo del Congreso Nacional Pedagógico. Actas de las sesiones celebradas. Madrid. 1882. P. 179.

44  SAMA VINAGRE, J. IX Participación de la mujer en el profesorado. En SAMA VINAGRE, J. Indicaciones para filosofía y pedagogía. Madrid. 1893. P 109.

45  COSSÍO, M. B. Carácter de la pedagogía contemporánea. El arte saber ver. Boletín de la Institución Libre de Enseñanza. Madrid. 1.879. Nº 66.

46  SAMA Y VINAGRE, J. “Proyecto de bases para una Institución en Bilbao. Boletín de la Institución Libre de Enseñanza. Madrid. 1881. Nº 109.

47  SAMA Y VINAGRE, J. Lección de mineralogía a los párvulos. Boletín de la Institución Libre de Enseñanza. Madrid. 1893. Nº 400.

48  SAMA, J. Conferencias normales. Sobre la enseñanza de párvulos. La enseñanza de la zoología. Boletín de la Institución Libre de Enseñanza. Madrid. 1886. Nº 216.

49  SAMA VINAGRE, J. XIII Conferencia normal acerca de la enseñanza de la mineralogía a los párvulos. En SAMA VINAGRE, J. Indicaciones para filosofía y pedagogía. Madrid. 1893. P. 191.   50 Ibidem. P.178.

51  SAMA, J. (1.895). Nuestros alumnos en Portugal. Boletín de la Institución Libre de Enseñanza. Madrod- 11895. Nº 419.

52  Ibidem.

53  Ibidem.

54  Ibidem.

55  ANÓNIMO. Nota necrológica por Joaquín Sama. Boletín de la Institución Libre de Enseñanza. Madrid. 1.895, nº 418.

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