Oct 072013
 

Juan Francisco Arroyo Mateos.

 INTRODUCCIÓN

¡Santos de la antigua Lusitania! ¡Santos extremeños! Se trata de un tema poco frecuente. La santidad parece interesar a muy pocos. Otra cosa seria hablar de literatura, de bellas artes, de política, de deportes, de agricultura y actualmente de ecologismo.

Sin embargo no hay nada mejor y mayor ante Dios que la Santidad.

Ya puede uno ser muy sabio en todo, muy diestro, muy acaudalado, muy conocido o afamado, muy aplaudido por el mundo y hasta estar dotado de una gran belleza física. Si le falta únicamente la santidad de vida, todo lo demás, como dijo el rey Salomón, es vanidad de vanidades y todo vanidad.

Porque la santidad es y significa honradez ética, pero de una ética no laica y atea, sino de la que también tiene en cuenta a Dios, otorgándosele el debido puesto que debe ocupar en la vida individual y social, como Creador y Señor del universo. Santidad es pureza de costumbres sin detestables corrupciones e inmoralidades. Es tener paciencia en los infortunios y otras desgracias a veces súbitas e impensadas. Es revestimos de una invicta mansedumbre ante las ofensas y calumnias. Es perdonar a los enemigos hasta incluso dar la vida por ellos, como hizo Cristo y lo practicaron los santos mártires. Es obediencia a los legítimos superiores en lo justo; y a toda ley social asimismo justa; pero sobre todo es ser cumplidor de algo que lo resume todo, como son los diez divinos Mandamientos y los cinco de nuestra Santa Madre la Iglesia, fundada por Cristo para que todos puedan pertenecer a ella y obedezcan a los que son sucesores y representantes suyos en la Jerarquía católica. Santidad, para decirlo de la manera más abreviada y evangélica, consiste en amar a Dios sobre todo lo demás y al prójimo como a nosotros mismos.

SANTIDAD EN LA HISTORIA

¿Hubo personas santas en los tiempos pasados? ¿Las hay en la actualidad? Siempre hubo hombres y mujeres santas que tuvieron como ideal el mejor comportamiento moral con miras a lo trascendente, es decir, buscando ante todo cumplir la voluntad del Altísimo, para así amarle con obras y en verdad y merecer de esta manera al mismo tiempo la recompensa eterna o Cielo de los bienaventurados por El prometido.

Desde los comienzos del Cristianismo la santidad ha abundado en todas las regiones en que fue predicado el Evangelio; y no una santidad fácil sino perseguida por paganos y todo tipo de anticristianos, que es lo mismo que decir una santidad heroica hasta el derramamiento, en ocasiones, de toda la sangre para ser fiel a Cristo.

Como prueba fehaciente ahí están los miles y millones de seguidores del Salvador que fueron mártires en los primeros siglos de la Iglesia, cuando los sucesivos y crueles emperadores romanos se propusieron acabar con todos los vestigios del Cristianismo.

SANTIDAD EN EXTREMADURA

Viene ahora la pregunta clave de nuestro trabajo: ¿Ha habido y sigue habiendo santidad en nuestra región extremeña? Si para saberlo nos acercamos a grupos de gente vulgar, preguntándoles sobre cuántos santos conocen de Extremadura, veremos que hay quienes no responden con nada o, a lo sumo, contesta alguno diciendo que San Pedro de Alcántara. Para el gran vulgo sólo cuenta, pues, referido Santo, como único florón de santidad regional.

Dirijámonos después a personas de la élite cultural y les interroguemos lo mismo. Observaremos entonces que tan solo añaden el nombre de Santa Eulalia de Mérida y algunos, muy pocos, el de San Juan Macías.

Por tanto, para la mayoría de los extremeños sólo existen en nuestra región estas tres glorias de santidad: San Pedro de Alcántara, San Juan Macías y Santa Eulalia emeritense.

Pero hubo muchos, muchísimos más santos, y de gran relieve, en nuestro devenir histórico, aunque para demostrarlo tengamos que remontarnos a los remotos albores de la propagación y establecimiento de la Iglesia en nuestra Patria.

Recordemos, a este respecto, cómo el apóstol Santiago el Mayor se embarcó para España poco tiempo después del gran día de Pentecostés, que tan gran transformación obró en los discípulos del Señor.

Esto ocurrió en el año 33 de nuestra Era, después de haber subido Cristo al Cielo. Por ello, probablemente Santiago se encontró entre nosotros el año 34. Y, como regresó más tarde a Jerusalén, en donde fue martirizado o decapitado el año 44, según algunos historiadores; dedúcese que la estancia del Hijo del Trueno en nuestra nación fue de unos 10 años.

Ahora bien, imitando Santiago el ritmo con que Jesucristo evangelizó ciudades y hasta aldeas de Palestina en sólo unos tres años y medio, es de suponer que nuestro Patrón apóstol predicase, durante un mayor número de años, en casi todos los núcleos de población de España, deteniéndose un poco más en aquellas ciudades elegidas para ser capitales de diócesis.

Tengamos en cuenta además que Santiago no vino solo, sino acompañado de otros seguidores y discípulos ya del Resucitado, que le ayudaban en todo y eran materia apta para ponerlos luego al frente de las primeras comunidades cristianas. Aumentaban así las conversiones y nuevos discípulos suyos, máxime al no sólo escuchar la doctrina evangélica, sino a la vez contemplar los numerosos y grandes milagros que sin duda él realizaba por doquier.

Hubo con esto una gran maduración de circunstancias, que la acentuó el apóstol San Pablo y sus discípulos acompañantes, cuando éste cumplió su propósito de acercarse o venir a España.

De aquí que no deba parecer rara la pronta evolución y establecimiento de la Iglesia en nuestro país, viéndose colocados obispos, con bastante presteza, en las regiones y ciudades más estratégicas en orden al apostolado, como lo eran Coria, Ambracia o Plasencia, Paz Augusta o Badajoz y la Archidiócesis de Mérida. Practicábase ya entonces una labor de conjunto, y por eso no era difícil observar que los prelados procedían de muy distintas latitudes del mundo cristiano.

Todo lo cual sirva para entender cómo en Extremadura pudo haber, muy bien y desde muy pronto, esos destacados Obispos y feligreses de temple heroico, de que nos hablan los, para mí, muy respetables Cronicones históricos antiguos, aunque ahora debamos alzar muy alto nuestra voz para condenar a muchos de esos críticos sin escrúpulos que, por una nonada o algunos errores y compresibles discordancias, tiran por la borda todas las demás noticias no queriendo saber nada de tan meritísimas históricas fuentes y ni siquiera de sus autores, que, aunque cometieran algunas equivocaciones propias de hombres mal informados, y casi siempre en lo accesorio, es justo concluir que transmitieron la verdad en lo esencial.

Y precisamente lo esencial son, por lo menos, siquiera los nombres de muchos Obispos de los primeros siglos, así como también las fechas aproximadas en que desempeñaron su labor pastoral, amén de otros datos relevantes de sus cometidos apostólicos.

Aquí, consiguientemente, para que resulte un compendio biográfico capaz de ser aceptado incluso por los más exigentes supercríticos, vamos a ceñirnos a esos datos estimables como esenciales o difícilmente falsificables y presumiblemente veraces, citando, aunque de manera muy sucinta, a toda una bastante olvidada y desconocida pléyade de santos y santas de Extremadura, inspirándonos de modo singular en la obra «La Soledad Laureada», del siglo XVII, que publicó el sabio o muy erudito Fray Gregorio de Argáiz, cronista que fue de la Orden Religiosa de San Benito, no sin poseer un gran espíritu crítico, pero de buena tinta o nada enterrador y displicente de lo que consideraba cierto o, en ocasiones, siquiera verosímil, que lo más acertado es exponerlo como muy probable, y no negarlo del todo y sepultarlo para siempre en el silencio.

SANTOS Y SANTAS DE CORIA

San Pío, primer obispo cauriense. -En tiempos de Jesucristo había en Judea numerosos romanos, muchos de los cueles se llamaban Pío. Convirtiéronse al Señor no pocos, que hasta descollaron y merecieron ser elegidos como discípulos o propagadores del Evangelio. Uno de éstos fue el que llegó a ser primer obispo de Coria, porque era discípulo directo de Santiago, al cual, sin duda, junto con otros, lo trajo consigo al venir a España; en donde, tras algunas incursiones apostólicas en cooperación con San Pedro Bracharense, también destacado adalid evangélico, terminó, por fin, ser colocado como Pastor u Obispo de de la demarcación o cual diócesis cauriense, parece que hasta por designación del propio Santiago Apóstol en el año 37 de nuestra Era. Fue muy activo, porque, entre otras cosas, organizó el cabildo con el debido número de clérigos, vida común, y especiales reglas y forma de vivir de aquellos tiempos, ajustándose a lo que igualmente se hizo en Toledo, Mérida, Braga y otras ciudades episcopales. En los distintos apostolados diocesanos trabajó más de veinte años, predicando y logrando convertir a un gran número de hebreos y gentiles. Y terminó por glorificar a Dios con la palma del martirio, pero no en Extremadura, sino en la villa de Peñíscola, de Castellón de la Plana, a la que viajó, junto con otros colegas u Obispos, para celebrar un Concilio. El Gobernador, que ordenó su muerte se llamaba Haloro, quien, como se ve, cumplía fielmente las despiadadas órdenes del cruel Emperador Nerón. Advirtamos que este San Pío de Coria no debe confundirse con otro del mismo nombre, pero de Sevilla o Ciudad Hispalense.

San Evasio. -Procedía de Galicia, en la que por algún tiempo pastoreó la diócesis de Tuy, hasta que faltando en la diócesis placentina su primer obispo San Epitacio, víctima también del martirio, fue trasladado a Plasencia, de la que así llegó a ser su segundo obispo. Se le comisionó para que a la par atendiera la de Coria tras la muerte del referido San Pío en la región levantina. Fue asimismo, por ello, segundo obispo cauriense terminando igualmente por ser mártir el año 85, durante la persecución de Domiciano. Se dice que «vino a morir en el Casar, cerca de la Villa de Cáceres», que es (era en el siglo XVII, en que esto se escribió) Cabeza de uno de los seis Arciprestazgos de Coria; y si allí ejerció actos pontificales (pues se habría desplazado a predicar, administrar confirmaciones, etc.) muy bien puede ser tenido por Obispo de Coria -afirma el P. Argáiz- como también lo prueba D. Joan Solano.

San Jonás. -Era discípulo de San Dionisio Areopagita, pero que por motivos apostólicos fue llamado o él mismo se acercó espontáneamente a España y muy en concreto a nuestra región extremeña, opinando don Joan Solano que fue Obispo de Coria o al menos un cual predicador o misionero, al que se le atribuye con certeza haber evangelizado en la ciudad de Cáceres, disfrutando de tan gran salud, que se dice vivió más de cien años, es decir, quizás hasta el 115, que es cuando fue nuevo Obispo cauriense Néctor, el cual pudo ser sucesor suyo en su probable labor de Prelado. No nos consta que fuera mártir.

San Próculo. -Regentó la diócesis de Coria como Obispo en el año 170, más sufrió el martirio en una de las persecuciones de aquella época, aunque ello no aconteciese por nuestros lares, sino en el desplazamiento que hiciera a Pon-ferrada del Bierzo, porque hay un escritor que lo identifica con el San Próculo que, junto con Santa Domina, fue martirizado por entonces, el 176, en tierras leonesas.

San Rufo. -No se trata ahora de ningún Obispo, sino de un seglar virtuoso que era hijo del Jefe o cual Alcalde de Coria llamado Gentilio; pero que fue tan adicto a la Fe cristiana en contra quizás del paganismo de su padre, que no sabemos por qué especial pretexto inmediato, se le condenó a sufrir el martirio. Ocurrió en el año 228.

San Félix, San Fortunato y San Aquileo. -Tampoco nos referimos ahora a prelados, sino a tres atletas de Cristo, al parecer simples ciudadanos laicos, que, por circunstancias que desconocemos, merecieron en Valencia de Alcántara (Cáceres), en el año 255, la corona de los mártires.

San Leodegario. -Este sí que fue obispo cauriense en el año 300, sucediendo a otro llamado Jacobo; pero que no transcurridos muchos meses, murió pronto en ese mismo primer año de su pontificado, haciéndoselo invicto mártir de la Fe que profesaba, cuando sobrevino la terrible persecución de Diocleciano.

Santa Máxima. -No todos los grandes santos extremeños son varones. También hay mujeres heroicas, y una de ellas fue la muy olvidada, desconocida, nada honrada ni venerada Santa Máxima, que tuvo por timbre de gloria ser Esposa de Cristo, es decir, Religiosa o Monja de la Orden Carmelitana. Residió en un Convento, quizás todavía algo identificable, aunque ya desfigurado y perteneciente a otra entidad cauriense. Un autor escribió: «Máxima Virgo Cauriensis, ex oppido Tanagri Romae patitur». Con lo que se quiere dar cuenta que fue mártir, pero no en España sino allá por Roma, en el año 362, explica el Padre Argáiz, bajo la persecución de Juliano el Apóstata, cuando a la sazón la santa, por razones que no nos constan, se encontraba entonces en la Ciudad Eterna.

Santa Majencia. -He aquí otra no menos olvidada fémina extremeña, de la que se sabe que era ama de casa natural de Coria; pero que por los avatares de la vida emigró a Trento. Había dado a luz un hijo que fue Obispo y Santo, es decir, San Vigilio, que ejerció su misión pastoral en y desde referida población italiana. De tal palo tal astilla. ¿Cuan santa no seria su madre? Un autor la califica de «santa canonizada» o reconocida entonces así por la Iglesia, y hasta no falta quien la considera mártir de Cristo, inmolada hacia el año 400.

Santa Vincencia o Vicenta. -Llegados al siglo V se produjo durante él la invasión de España por los Bárbaros y, mediante éstos, hubo un gran dominio de los herejes arrianos, que entre otras cosas negaban la Divinidad de Jesucristo y hasta obligaban, por ello, a las gentes a rebautizarse con su particular o nuevo bautismo herético. Más, en Coria, encontraron valiente resistencia en una dama que no estaba casada, sino que era virgen o soltera, no afirmándose que fuera Monja. Ella no quiso, pues, rebautizarse, a pesar de que la amenazaran con quitarle la vida. Y como no se rindió ante tales pretensiones, le propinaron el martirio. Esta mujer fuerte extremeña fue la asimismo poco o nada recordada Santa Vincencia o Vicenta, Virgen y Mártir de Coria.

San Bonifacio. -La Orden de San Benito se extendió pronto por toda la Iglesia dando grandes frutos de santidad, uno de los cuales fue el monje San Bonifacio, que, procedente del Real Monasterio de San Martín de Dumio, se le nombró para obispo de Coria, llegando a asistir como tal al IV Concilio de Toledo en el año 633. Fue, por tanto, un obispo cauriense Santo, no mártir sino confesor, que ocasionalmente murió en Toledo y, por privilegiada concesión, se lo sepultó en la iglesia de Santa Justa de dicha ciudad Imperial, ocurriendo esto por el 636.

San Bonifacio Mártir. -Después de la invasión de los Bárbaros llegó en su día la de los sarracenos o mahometanos, quienes también motivaron persecuciones contra los seguidores de Cristo, uno de los cuales muy destacado de entonces era el prelado de Coria San Bonifacio, el que vivió por el año 714, y que apresado por los moros, fue muerto y ganó la corona de la inmortalidad con el martirio, que lo sufrió por la zona de la Vera, en Cuacos, cerca de Jarandilla (Cáceres), junto con otros obispos de distintas diócesis españolas.

Santa Deodevota. -La persecución árabe arreció en muchas diócesis por el año 735, que es cuando estuvo de rey o califa en Córdoba el cruel Abdemelich. Coria no se libró de estos desmanes, porque por lo menos consta que fue víctima de martirio la virgen o monja Santa Deodevota por no querer acceder, en materia de castidad, a los proyectos impúdicos de sus perseguidores. No está claro que el Convento cauriense donde residía fuera el mismo que el de la otra ya mencionada Religiosa Carmelita Santa Máxima, porque se la considera como perteneciente a la Orden Benedictina, aunque no falte la opinión de que aquellas primeras Monjas del Carmen, se pasaron u optaron por empezar a someterse y cumplir la Regla de San Benito.

San Eugenio. -Fue monje de la Orden de San Benito que más tarde, hacia el año 776, se le eligió para ocupar la sede episcopal de Coria; pero que no se libró de la furia de los sarracenos por cuando éstos sufrían cada vez más derrotas, ya que entonces, como en represalia, decidieron quitar del medio a algunos miembros más representativos del ideal cristiano, terminando por fijarse, entre otros, en el referido Obispo cauriense, quien a mano de esos verdugos, acabó sus días dando su vida por Cristo, razón por la que se le conoce con la denominación de el Monje y Mártir San Eugenio.

Santa Olalla. -¡Increíble! Porque esta Santa Olalla, hija de Liberio, no es ni nada menos que la intrépida mártir Santa Eulalia de Mérida; pero a la que cabe también justamente suponerla, por su nacimiento, como gran gloria de la ciudad de Cáceres y, por ende, de la diócesis cauriense; puesto que, según prueba el historiador pacense Joan Solano, era ella natural de Ponciano, granja, quinta o casa de campo bastante cercana a la capital cacereña, aunque años más tarde, llegado el momento oportuno, por cuando la persecución de Daciano en el 304, se desplazase a Mérida, en donde consumó su martirio. No nos detenemos en más datos, porque esta Santa es de las más conocidas por los extremeños.

Santa Julia. -Vivió entonces en Ponciano junto con Santa Olalla o Eulalia por ser de la misma familia, o una sirvienta, o por otros motivos que no hemos logrado averiguar. Lo cierto es que murió también mártir en Mérida muy poco después que aquélla, aunque por no haber sido su martirio tan lleno de circunstancias espectaculares, se la haya recordado y se la conozca menos. Es igualmente Joan Solano quien explica pormenores sobre ella, demostrando asimismo que es una Santa de procedencia cacereña y orgullo, por tanto, de la diócesis de Coria, en el mismo sentido con que San Lorenzo, mártir en Roma, es a la vez preclarísimo honor para España, y sobre todo para Huesca, que es donde nació de sus padres Orencio y Paciencia.

San Félix de Cáceres. -Se lo considera como educador o maestro seglar de la al parecer casa señorial del aludido Liberto, padre de Santa Olalla, siendo probable que por allí no faltasen obreros del campo y sus parentelas para el cultivo de la tierra y otros menesteres; todas las cuales personas necesitaban a alguien que las instruyese en lo principal y necesario de saberse. El designado para esta labor educacional fue San Félix, quien por residir asimismo en Ponciano, cerca de Cáceres, (de donde quizás era natural, pues no henos leído en qué localidad nadó), debe ser tenido, por ende, como Santo perteneciente a la diócesis de Coria, por más que, andando el tiempo y encargándose de asistir en Mérida a Santa Eulalia y a Santa Julia, dice el historiador Gil González, él «también fue mártir», afirmación que corrobora el Doctor Beuter (Lib. II. Cap. 25).

San Donato. -Todo este personal que residía en Ponciano y sus aledaños necesitaba además, evidentemente, algún preceptor espiritual o sacerdote que los catequizara, celebrase cultos en la Capilla que seguramente por allí existía y les prestase las otras atenciones propias de Capellán y no sabemos si de Párroco, que también lo pudo ser San Donato, si al mismo tiempo y por escasez de clero, atendía a algún núcleo urbano o parroquia de la próxima capital cacereña. Referido Santo puede, pues, asimismo, ser enrolado entre los pertenecientes a la diócesis cauriense, dado a que muchas de sus actividades apostólicas las llevó a cabo en ella, aunque, por otra parte, naciera en Trujillo; pero que, por cuando Santa Eulalia fue víctima de la violencia en el año 304, también aquél recibió la palma del martirio en Mérida. Ha tenido honores de Santo en Plasencia y en Trujillo el día 12 de diciembre, que ignoramos si perduran en algo; de lo que concluye el pacense historiador Joan Solano que: «Esperamos que en el mismo día la Santa Iglesia Catedral de Coria y la Villa de Cáceres han de celebrar a San Donato como Santo suyo» (Cf.: Santos de Cáceres. Pag. 239).

San Vigilio. -Cuando hablábamos sobre Santa Majencia, decíamos que había dado a luz un hijo que fue San Vigilio. Ahora bien, ¿lo tuvo ya en Coria antes de partir para Trento? Es una cuestión que convendría clarificar para estar en lo cierto de que dicho Santo no sólo era oriundo, sino hasta natural de la ciudad cauriense y, por ello, poderlo enumerar entre quienes componen el catálogo de proceres de Santidad de la región extremeña.

San Pedro de Alcántara. -Nació este Santo en el año 1499 en Alcántara (Cáceres). A los 18 años de edad ingresó en la Orden de San Francisco de Asís, tomando el hábito religioso en el Convento de los majarretes de Valencia de Alcántara. Hizo estudio de Leyes en la prestigiosa Universidad de Salamanca, y llegó a ser predicador infatigable por tierras incluso de Portugal, pues hasta lo tuvo como director espiritual el rey portugués D. Juan III el Piadoso. También fue solicitado como confesor por el Emperador Carlos V, en Yuste. A él se le debe la trascendental Reforma de los Descalzos de la Orden Franciscana, acometida en el acusadamente diminuto Convento de El Palancar, sito junto al pueblo de Pedroso de Acim (Cáceres), dando origen a los Frailes alcantarinos que tanta gloria dieron a la Iglesia con sus Santos V Misioneros. Además apoyó decididamente la Reforma Carmelitana de Santa Teresa de Jesús, quien lo escogió por consejero espiritual. Trató muy de cerca a San Francisco de Borja, San Juan de Ribera, Fray Luís de Granada y San Juan de Ávila. Disfrutó del don de altísima contemplación y éxtasis, viéndoselo a menudo arrobado por los aires. Durante su vida obró Dios milagros muy estupendos. Sus penitencias rigurosísimas asombran a todo el mundo, habiendo quienes afirman que ningún Santo le iguala en mortificación. Y en cuanto escritor compuso el precioso libro «Tratado de la oración y meditación», que tuvo numerosas ediciones y fue traducido a varios idiomas. Lleno de méritos murió, por fin, en Arenas de San Pedro (Ávila), en octubre de 1562, a los 63 años de edad. Su cuerpo descansa, cerca de esta ciudad abulense, en un Santuario con hermosa capilla, obra de D. Ventura Rodríguez, que está atendido por los PP. Franciscanos. Tras de su muerte se apareció a Santa Teresa para decirle, entre otras cosas, aquello de: «¡Bendita penitencia que tanta gloria me ha merecido!». Por último, en vista de los muchos y grandes milagros obrados por su Intercesión, fue beatificado por el Papa Gregorio XV, en 1622, y canonizado en 1669 por Clemente IX. En nuestra nación de España, lo nombró y honra como Patrón Extremadura; y la Diócesis de Coria-Cáceres como Patrón diocesano, y algunas poblaciones como Alcántara y Arenas de San Pedro (ésta desde el 1622), lo proclamaron clamorosamente como hijo predilecto y Patrón local.

Hay un matiz provechosísimo, pero poco meditado y profundizado, con relación a este Santo. Es aquella revelación o promesa divina que recibió Santa Teresa, dejándola consignada por escrito en su propia Autobiografía mediante las siguientes palabras:

«Díjome una vez el Señor que no le pedirían cosa en su nombre (=en nombre de San Pedro de Alcántara) que no la oyese (=concediere oportunamente). Muchas que le he encomendado pida al Señor las he visto cumplidas. Sea bendito por siempre. Amén». (Autobiografía de la Santa. Cap. 27).

Según se observa, ninguna gracia o favor, por extraordinario que sea, exceptuó el Altísimo, siempre que la oración fuera practicada con las debidas condiciones; y, por consiguiente, a los devotos del Santo está implícitamente prometido de suyo, o por lo menos, todo esto:

1º.- Merecerán fundadamente ser socorridos con todo género de bienes, tanto temporales como espirituales, y estar auxiliados contra toda clase de auténticos males de alma y cuerpo, cuales pueden ser los de muertes repentinas o en imprevistos accidentes.

2º.- Obtendrán pronta y perfecta salud o la curación de toda suerte de enfermedades por incurables que naturalmente éstas sean, excepto cuando, por ocultos juicios de Dios, no sea mejor lo contrario en determinadas personas, a las que les convenga seguir sufriendo o subir pronto al Cielo.

3º.- Gozarán de una especial protección divina en todos los otros peligros y circunstancias difíciles de la vida, la cual les será prolongada por muchísimos años, cuando así convenga para mayor bien del alma devota y el fiel cumplimiento de los designios de Dios.

4º.- Triunfarán de sus vicios, saldrán de pecados, se revestirán de virtudes, sentirán gran gusto en practicar buenas obras, se habituarán a vivir siempre en gracia de Dios y terminarán por arribar a una elevadísima santidad.

5º.- Alcanzarán oportunamente el don de santa castidad, previos los correspondientes auxilios y luces espirituales encaminadas a ello, si se es fiel a las inspiraciones de la gracia, obedeciéndose a otras providencias del Señor para conseguir y luego no malograr tan delicada y subidísima gracia.

6º.- Disfrutarán de una buena y santa muerte, recibiendo bien los últimos Sacramentos.

7º.- Lograrán la conversión y salvación de cualquier alma pecadora, aunque ello se retardare a su última hora como en el Buen Ladrón.

8º.- Serán preservados de ir al Purgatorio, como ocurrió también con referido San Dimasel Buen Ladrón, siempre que no tentaren a Dios descuidando lo que se les inspire en orden a disponerse lo mejor posible a su entrada en la eternidad.

9º.- Gozarán de una gran gloria en el Cielo, sobre todo si además propagan este culto a San Pedro de Alcántara, ya que entonces son también causa muy principal de todos los bienes que esta devoción produzca en otros.

10º.- Y no se verán privados de ninguna otra gracia, tanto para sí mismos y los suyos: Paz en sus familias; como en bien de otros prójimos por los que rueguen, pues ningún límite, repetimos, puso el Señor en cuanto a gracias concedibles por mediación de su fiel siervo San Pedro de Alcántara, cuyo culto y devoción deseó así, sin duda, el Altísimo que se extendiera y se consolidase en todas partes. (Cf. Promesas del Señor a los devotos de San Pedro de Alcántara. Pág. 13-15. Librería Cerezo, de Cáceres).

ULTIMAS OBSERVACIONES

Porque no lo permite la ya larga extensión de este trabajo de investigación, nos hemos ceñido por ahora a recordar los nombres y algunos datos más importantes y esenciales de sólo los grandes Santos, no de toda la región extremeña, sino sólo de la Diócesis de Coria-Cáceres Son todos de primerísima magnitud, porque, exceptuando a San Pedro de Alcántara y pocos más, los restantes fueran mártires de Cristo, que, por esto profesaron el mayor amor que, según el Evangelio, es dar la vida por Dios y el prójimo. Omitimos, pues, detenernos a mencionar a otras personas destacadísimas en santidad, pero que todavía ninguna que sepamos ha llegado a la equivalencia o categoría de Santos canonizados, aunque haya algunas que urgentemente debieran canonizarse, como es Gil Cordero, el pastor al que se le apareció la Virgen de Guadalupe, puesto que vemos en él no inferiores méritos para ello, que los que la Iglesia ha tenido en cuenta para beatificar en mayo de 1990, al devoto indio mejicano Juan Diego, que tanto paralelismo guarda con el mencionado cacereño. Lo mismo cabe pensar del eremita Francisco de Paniagua, el introductor en la capital cacereña de la devoción a Nuestra Señora de la Montaña, porque este humilde siervo de Dios motivó así para bien espiritual de Cáceres y toda su provincia, no menor obra buena que la que otros hacen al fundar una Congregación Religiosa.

En nuestro afán por conseguir la pronta beatificación y canonización de Gil Cordero escribimos a la Sagrada Congregación para la Causa de los Santos, de Roma, adjuntándole una semblanza de la Vida y milagros del referido vidente de la Virgen Guadalupana, esbozo que es el mismo que enviamos, en el año 1990, para participar en los XVI Coloquios Históricos de Extremadura, en Trujillo (Cáceres), y que en vista de esto, es probable que lo edite oportunamente la muy digna Diputación Provincial de Cáceres en un nuevo Tomo, como ya lo hizo en un primer volumen respecto a los trabajos, que distintos investigadores le remitieron para los anteriores Coloquios del 1989.

Y obtuvimos grata respuesta, que la fotocopiamos en la página siguiente. Véasela, pues, a continuación.

Roma, 18 de junio de 1991

Distinguido Señor:

Aprecio sinceramente el detalle que Vd. ha tenido, al enviarme su trabajo sobre Gil Cordero y su devoción a la Virgen Santísima. Le comunico que, si se desea dar comienzo a una Causa de Canonización de Gil Cordero, habrá de dirigirse al Obispo de la diócesis en la que éste murió. Pido al Señor que, por intercesión de su Madre Santísima, bendiga sus trabajos y le acompaño con mi oración.

Edward Nowak Arz. tit. de Luni, Secretario

Sr. D. JUAN FRANCISCO ARROYO MATEOS C. Carretera, 7 10950 BROZAS (Cáceres) (España)

POSTERIOR CARTA AL EMMº. SR. CARDENAL ARZOBISPO DE TOLEDO

Enseguida nos dispusimos a escribir a este Purpurado, porque, a tenor de la reproducida carta procedente de Roma, compete a la Curia Arzobispal Toledana iniciar y concluir el Proceso de Beatificación de Gil Cordero, ya que éste falleció en Guadalupe, y esta localidad y su gran Monasterio pertenecen a la jurisdicción de la Archidiócesis de Toledo.

Fotocopiamos también seguidamente aludida ulterior carta nuestra, pues contiene y recuerda nuevos puntos de vista que merecen la mayor y más seria consideración para, en cooperación con la Conferencia Episcopal española, alcanzar pronto lo que el Episcopado mejicano supo conseguir recientemente respecto a su paisano el devoto indio Juan Diego.

RESPONDEN DESDE ROMA QUE CORRESPONDE A LA ARCHIDIOCESIS DE TOLEDO INICIAR EL PROCESO DE BEATIFICACIÓN Y CANONIZACION DE GIL CORDERO

JUAN FCO. ARROYO MATEOS NUESTRO HOGAR Brozas (Cáceres) a 9 de julio de 1991 BROZAS (Cáceres)

Emmº. Sr. Cardenal-Arzobispo de TOLEDO

Dignísimo Señor:

Próxima ya la Celebración del V Centenario del Descubrimiento de América, hicimos por investigar sobre el devoto pastor Gil Cordero, al que se le apareció la Virgen de Guadalupe en el año 1326.

De este modo podríamos entender las posibilidades que tiene para poder ser Beatificado dentro de poco por el Papa en España, como lo fue recientemente en mayo de 1990, aunque en Méjico, el también piadoso indio Juan Diego, cuya misión y comportamiento fueron muy semejantes a la de nuestro compatriota Gil Cordero, ya que se le apareció también Nª Sª de Guadalupe, cosechando asimismo luego un gran éxito.

El resultado de nuestras investigaciones lo hemos expuesto en el adjunto trabajo. Y hemos quedado enormemente asombrado de que un hombre de tal talla histórica y espiritual haya venido estando relegado casi al más completo olvido, pues, si se atiende bien a ciertos detalles de su vida tan favorecida por el Cielo y a sucesos incluso después de su muerte, puede fundadamente deducirse que le sobran méritos y motivaciones causadas por Dios en su honor, que ya debieran de haber fructificado desde hace mucho tiempo en su Beatificación y Canonización.

Como botón de muestra está el de la incorrupción de su cuerpo por varios siglos, privilegio sobrenatural raro incluso en grandes Santos.

Profundizamos en nuestro escrito, trayendo cosas muy provechosas, como cuando aludimos a cual una Catequesis de la Virgen de Guadalupe, proclamando ella la Divinidad de Jesucristo, su Maternidad divina, su Virginidad perpetua, etc. Por ello nuestro trabajo hasta podría servir para editar un folleto que, al ponérsele un competente prólogo y broche final, con algunas notas explicativas y alguna enmienda que hiciere falta, resultaría muy provechoso. Se lo podría también publicar en Revistas.

Por todo lo que venimos diciendo, era justo remitir fotocopias de nuestro escrito a algunas personalidades, no olvidándonos de la Sagrada Congregación para la Causa de los Santos, de Roma, por lo que ésta pudiera hacer a favor de la Beatificación de Gil Cordero.

Y nos ha contestado con una carta de la que le adjuntamos aquí fotocopia, porque, en contra de todo lo que yo pudiera pensar y esperar, viene a indicar que la Entidad Eclesiástica que goza del privilegio de incoar el Proceso de Beatificación y Canonización de Gil Cordero no es la Diócesis de Coria-Cáceres, aunque dicho pastor era natural de Cáceres, ni lo es la Diócesis de Plasencia, aunque en aquellos remotos tiempos toda la comarca, entonces deshabitada de Guadalupe, perteneciera a esta referida Diócesis placentina; sino que lo es la Archidiócesis de Toledo.

Se comprende esto meridianamente al decírsenos lo de: «Le comunico que, si se desea dar comienzo a una Causa de Canonización de Gil Cordero, habrá de dirigirse al Obispo de la diócesis en la que éste murió». Es así que falleció en una de las primeras viviendas construidas junto al primitivo Santuario de Guadalupe, que con el tiempo dieron lugar a la puebla de Guadalupe, la cual hoy día pertenece a la Archidiócesis de Toledo.

Luego, según normas eclesiásticas valederas también para toda otra persona digna de Beatificación y Canonización, corresponde en nuestro caso a la Archidiócesis de Toledo, iniciar y ultimar el consabido proceso que lleve cuanto antes al honor de los altares al español Gil Cordero.

¡Felicitamos, pues, cordialmente, a V. Emmª. y su Archidiócesis de Toledo!

Sin más por hoy, muy atenta y reverentemente se despide y saluda a V. Emmº.

Juan F. Arroyo

CONTESTACIÓN DESDE TOLEDO

Muy pocas fechas después se nos respondió con la siguiente y nueva carta que asimismo reproducimos aquí fotocopiada, puesto que demuestra que se recibió lo que habíamos echado en correos, estando así ya nosotros tranquilo de haber hecho de nuestra parte todo lo posible en orden a la pronta y esperada Beatificación y Canonización de Gil Cordero, quedando desde ese momento descargada toda la responsabilidad en las sin duda oportunas y bien llevadas diligencias de la Curia Arzobispal de Toledo y de la consabida Conferencia Episcopal de España.

He aquí ya el texto de aquello con que se nos contestó:

El Canciller-Secretario General del Arzobispado de Toledo saluda atentamente a D. JUAN FRANCISCO ARROYO MATEOS, y le comunica que el Sr. Cardenal Arzobispo ha recibido su carta de fecha 9 de los corrientes y se ha enterado del contenido de sus escritos, por lo que le acuso recibo del mismo por las presentes.

Quedo suyo afmo. s.s.

Toledo, 13 de julio de 1991. Antonio Sainz Pardo

PUNTO FINAL -No parece que nos reste añadir algo más de importancia. Por consiguiente cerramos ahora mismo nuestra aportación; y que ya luego Dios disponga lo que estime justo según los altos o soberanos y secretos designios de su divina Providencia.

BIBLIOGRAFÍA

  • ·     La Soledad Laureada. Por el P. Argáiz, OSB. De por el 1665.
  • ·     Santos de Cáceres. Por Joan Solano. Obra también antigua, Promesas del Señor a los devotos de San Pedro de Alcántara. Por Jeremías López. 1990. Librería Cerezo. Cáceres.
Oct 011991
 

ARRANZ CASTELL, Félix

Se habla de la genealogía de Hernán Cortés y se dice que fue hijo de Martín Cortés de Monroy y de doña Catalina Altamirano o Pizarro Altamirano. Se dice el año que nació (1485) y que fue bautizado en la parroquia de San Martín. Se habla de los bienes que tenía en Medellín y cuando se le nombra marqués del Valle de Oaxaca.

Opta al premio Juan Moreno Lázaro.

ARRANZ CASTELL, Félix

Se habla del testamento otorgado por Hernán Cortés ante el escribano don Melchor Portes un miércoles 12 de octubre de 1547 y en él se cita que estuvo casado dos veces. De la primera mujer, doña Catalina Suárez, deja sólo una hija, doña Catalina, y luego casó en segundas nupcias con doña Juana de Zúñiga, de la que dejó doña Juana y doña María, todas solteronas, y un varón llamado Martín, que a la muerte de su padre tenía 25 años. No obstante le dejó nombrados tutores.

Luego se habla de los hijos de Extremadura que acompañaron a Cortés y cita por orden a los de Cáceres, Alcántara, Brozas, Trujillo, Barcarrota y Lobón, Zafra y Don Benito.

Después se habla de cómo era la casa donde nació y vivió Hernán Cortés, puesto que se conoció hasta 1809. Después se habla del expolio yanqui que consistió en unos dos millones de kilómetros cuadrados, aproximadamente.

Opta al premio Juan Moreno Lázaro.

LOZANO RAMOS, José
RAMOS RUBIO, José Antonio

De todos es conocida la abundante documentación existente en el Archivo Municipal y en los parroquiales sobre la historia de Trujillo. No obstante, nuestra ciudad conserva en algunos domicilios particulares parte de esa rica documentación, inédita, por algún motivo u otro que no vienen al caso, ha sido recogida y conservada para su posterior divulgación y puesta en conocimiento de todos cuantos historiadores o estudiosos de nuestra rica historia quieran hacer uso de tal información.

Pretendemos presentar en estos XX Coloquios Históricos de Extremadura algunos de los documentos que se consideraban perdidos y que con la información que nos facilitan podemos conocer aún más aspectos de la historia de Trujillo que hasta ahora nos eran desconocidos.

En el pequeño inventario que hemos realizado se ha tenido muy en cuenta la importancia del documento en sí, lo que supuso y las implicaciones que conllevó en la vida social de nuestra ciudad extremeña, así como otros aspectos que radican en su curiosidad.

PÉREZ REVIRIEGO, Miguel
«RAFAEL GÓMEZ CATÓN»

Aún en la actualidad, la vida y obra de Rafael Gómez Catón (Fregenal de la Sierra, 1890-1961), son prácticamente desconocidas, algo inexplicable si se tiene en cuenta la calidad de su producción. Dotado de una extraordinaria sensibilidad, fue un hombre inquieto y bohemio, pintor autodidacta, viajero infatigable, amigo de intelectuales y artistas… Según referencias familiares recogidas del mismo pintor, pensaba donar todas sus obras a la ciudad de Fregenal, habilitándose como casa-museo su residencia en la calle Segura, proyecto que, posteriormente, no llegó a realizarse. La familia guardó las obras e hizo posible que se conservaran en buen estado. La colección constaba de algo más de 300 óleos sobre lienzo/ tabla u otros soportes (algunos de ellos inacabados), bocetos preparatorios, dibujos, apuntes, cuadernos de notas… Si tenemos en cuenta que Catón no vendió ningún cuadro en vida, dada en parte su desahogada posición económica, se trataría, prácticamente, de la totalidad de su producción.

«EPIGRAFÍA FREXNENSE»

Recogemos en este trabajo una serie de inscripciones halladas en Fregenal de la Sierra (Badajoz), datables desde la época romana (no se han descubierto piezas anteriores a ese periodo) hasta principios del siglo XIX. Buena parte de éstas han desaparecido ante la desidia y el abandono que han padecido (y aún siguen padeciendo, desgraciadamente) muchos de nuestros monumentos. En cualquier caso, conocemos algunos de estos textos a través de diversos investigadores.

Se trata generalmente de piezas romanas halladas en la vecina Nertóbriga, datadas hacia los siglos I y II de nuestra era, aunque no faltan textos de los siglos VI (antigua ermita de San Miguel), XVIII y XIX; estos últimos relacionados con distintas obras de interés público, básicamente fuentes y otras construcciones destinadas al mejoramiento de los servicios de la población.

FERALES FIQUERES, Rosa
RAMOS RUBIO, José Antonio
MARTÍNEZ DÍAZ, José María 
«EL PINTOR JUAN DE RIBERA»

Sorprende encontrar un panorama rico en pinturas murales, tan escasamente conocido en Cáceres ciudad y su provincia.

En el siglo XVI, tenemos la presencia en Extremadura de un pintor muy poco conocido, natural de Cáceres, que nos ha dejado varias obras de pintura mural al fresco a lo largo de diferentes localidades de nuestra región: ermita de San Jorge en Cáceres (1565), la bóveda de la capilla mayor de la parroquia de Portaje(1577), y restos de pinturas murales localizadas tras el retablo mayor de Torrejoncillo (1580), así como el altar del Calvario en la iglesia de Mata de Alcántara (1585).

Pretendemos en estos XX Coloquios Históricos de Extremadura dar a conocer la personalidad artística de un destacado pintor de murales al fresco, que trabajó para una clientela religiosa, manteniéndolo activo en la segunda mitad del siglo XVI, mostrando su importancia como eslabón pictórico en el desarrollo de las artes plásticas de la región.

SORIA SÁNCHEZ, Valentín
«TRUJILLO EN EL SIGLO XV Y GUTIERRE DE TOLEDO, OBISPO DE PLASENCIA, HIJO DEL PRIMER DUQUE DE ALBA Y CONDE DE CORIA»

1.?El investigador extremeño Domingo Sánchez Loro en cierta ocasión me comentó que los datos económicos tienen interés. En estas notas voy a relacionar algunos datos en la vida de Gutierre de Toledo, hijo del duque de Alba y conde de Coria. Fue obispo de Plasencia. En los detalles que vamos a citar se ve las gestiones y los pasos y los gastos que se iban haciendo en Roma y en España.

2.?El 21 de septiembre de 1989, en Salamanca, se imprimía un libro de Ángel de Vaca y José Antonio Bonilla. El título es «Salamanca en la documentación medieval de la Casa de Alba». En las citas daremos la página del libro y el documento.

3.?El 15 de agosto de 1477, Sixto IV en Roma, le otorga por bula la maestrescolía de la Universidad de Salamanca. En la bula le indica que durante siete años haga el doctorado en la Facultad de Derecho Civil y Canónico de Salamanca.

4.? Pronto, el 4 de septiembre de 1477, un breve de Sixto IV a García Álvarez de Toledo, duque de Alba en el que se indica que atendiendo a la petición del rey don Femando V y de otras personas otorga la maestrescolía de la universidad salmantina a su hijo Gutierre de Toledo. La petición había sido presentada en Roma por el obispo de Coria, Francisco.

«DICCIONARIO EPIGRÁFICO DE INSCRIPCIONES DE EXTREMADURA»

A lo largo de varios años he venido recogiendo inscripciones de Extremadura. En estas notas tenemos algunas de las epigrafías que pueden componer un diccionario breve.
Abadía: TREVIAE/VEGETAE/MATER. TERRAE/COCCEIA/ . SEVERA/ÑOR BENSIS. (1)
DMS/SEVERVSFILIVS/TANGINIANXI/HSESTTLMATERFC.(2)
Abertura: T.CAEPASIVS/MAXVMVS/H.S.E. (3)
Abertura: FVGINVS/AVG.F.H.S.E./LIS.ET.FRA/RANGETVS. (4)
Acci (Guadix): DMS/STIFPV/RESTITV/TVSHSE/ (ST)T. (5)
Ahigal: REINS/ILIMARVS/V.S.L.M. (6)
S.PATRI/ETMATR/DESVO/FACIEND/VMCVR.(7)
CAESVESDPROELDEPIVDICAN. (8)
Albalá: TERTIA.N/ORBAN/A.DOTA/HIC.S.E. (9)
Alcántara: C.AELIVS/AMILCAR.F lOVIRE/PVLLSORI/IVRE/VSSL/MATESAL.Ol)
Alcollarín: CELTIATVS/VERIATI.F./H.S.E.S.T.T.L. (12)
Alconétar: VIVR/NA/C.L./SIC/AL/CC/VIN. (13)
TI.CAESAR/ DIAVGVSTIF/ AVGVSTVSPONTIFMAX /TRIBP -OTESTXXVII. (14)
E/Q/TECIIVS/PERSECVLACOF/AERIREDEFENSO/MQV -OQVEIAM/QVISEXM. (15)
DIDIA.L.F.SE/VERINA.EX.TESTAMENTO.F.C. /MARTTVS.P – OMPEIVS.PRISCVS/ET… SEVERINVS/HERE. (16)
PRECARIOCOERENSIVN/ETCALOTESIVMCALVR/IETPA-LATENSESUSISVNT. (17)
FLACCV/ARCATON/MAGIL/MIROBRIG/ENSIS/ANXXX-V/HSES/CONLEGAE/F.C. (18)

ARROYO MATEOS, Juan Francisco
«VEINTIDÓS GRANDES SANTOS EXTREMEÑOS DE LA DIÓCESIS DE CORIA-CÁCERES»

Siempre se ha dicho que quien busca halla. Una prueba de ello es este trabajo, para el que se ha necesitado consultar libros históricos de hace varios siglos. Como estamos acostumbrados a casi sólo hablar de San Pedro de Alcántara, debe sorprender a muchos el gran número de grandes, pero olvidados, santos extremeños de la diócesis de Coria-Cáceres, acerca de los cuales el autor se ciñe a ofrecer los datos esenciales de su vida. Y para que todos pensemos que se trata de una investigación seria, lo mejor es dar a conocer aquí sólo los nombres de aludidos bienaventurados, que son los siguientes: San Pío mártir; San Evasio; San Jonás; SanPróculo; San Rufo; San Fortunato; San Aquileo; San Félix valentino; San Leodegario; Santa Máxima; Santa Vicenta; San Bonifacio confesor; San Bonifacio mártir; Santa Deodevota; San Eugenio; Santa Olalla; Santa Julia; San Félix de Cáceres; San Donato; San Vigilio; Santa Majencia y San Pedro de Alcántara. Por últimoalúdese al muy canonizable Gil Cordero, dándose cuenta de algunos pasos dados en orden a su pronta beatificación.

CARRASCO MONTERO, Gregorio
«VENTURAS Y DESVENTURAS DE UN PUENTE»

La lírica no ha regateado medidas para cantar obra colosal, desafiante de tiempos y de bravuras cósmicas. Así: Mirad cual esa espléndida corona/ que holgadamente cine el sacro río/ y que en su afecto pío/ labrarle quiso el inmortal Trajano/ a los siglos pregona/ del vencedor romano/ el pujante y pasmoso poderío.
De una a otra ribera trasegaron los siglos historia y comercio, religión y cultura, guerra y barbarie, ganados trashumantes y carretas desajustadas con el sudor yquejío de hombres y pueblos.

Terminada la colosal obra fue siempre admirada, cantada, estudiada, y después y ahora fotografiada y filmada, pero también, en parte, destrozada. Referencias andan sueltas en documentos y archivos. Sería bueno un libro, ¿publicación periódica?, que recopilase toda noticia relacionada con el mejor puente romano-extremeño. En nuestro tiempo no se le olvidó y se crea un premio a nivel internacional.

Tampoco cuerdas dejaron de rasguear para cantarlo poetas del nuestro hoy inmediato. Así lo hicieron catorce para que, a verso por barba, resultase el soneto con que terminamos este avance:
¡Qué rabia de granito en oleaje!/ ¡Qué murallón dentado sobre el río!/ Se incendia soledad de escalofrío,/ asombro del abismo y del paisaje./ ¡Qué brida, sujetando el abordaje// para domar el ímpetu bravío!/ ¡Oh, quilla penetrante de navío/ rompiendo en blanco fleco el espumaje!/ Todo ante ti se desdibuja y mengua./ Quiero cantarte con sublime lengua/ tu eternidad titánica y silente./ Eres pincel de piedra en tu monte/ haces vivir ensueños de horizonte/ bajo los arcos graves de la frente.

SÁNCHEZ GONZÁLEZ, Juan 
«REFLEXIONES SOBRE EL IV Y EL V CENTENARIO DEL DESCUBRIMIENTO DE AMÉRICA: EXTREMADURA ENTRE LA DESCONSIDERACIÓN Y EL LUGAR DE ENCUENTRO»

Cuando apenas faltan meses para la segunda conmemoración del Centenario del Descubrimiento de América, quizá pueda resultar interesante reflexionar sobre cómo vivieron y pensaron los hombres de finales del siglo XIX, no sólo por las consabidas y reiteradas alusiones a las enseñanzas que nos proporciona el conocimiento histórico, sino más bien por la necesidad de asumir y superar permanencias y lugares comunes a que constantemente se ve abocado el género humano.

Evidentemente, los condicionantes que influyeron en los españoles y extremeños de fines de la pasada centuria son muy diferentes a los actuales, por muchos paralelismos que quieran establecerse. Pero, si en términos absolutos esta realidad es innegable, en términos relativos y comparados quizá pudiera pensarse que la situación no ha variado tanto y que ciertas correlaciones puedan todavía resultar legítimas.

A esclarecer estos aspectos y reflexionar sobre ellos, desde la objetividad e independencia de criterio que no excluye el respeto debido a las personas e instituciones que actualmente se ocupan de la organización del Centenario, va destinada esta comunicación.

PELEGRI PEDROSA, Luis Vicente
«LOS CAPITALES INDIANOS EN CASTUERA (BADAJOZ) Y SUS FORMAS DE INVERSIÓN DURANTE EL SIGLO XVII»

Los capitales enviados a Castuera por los emigrados a las Indias durante el siglo XVII ascendieron a más de tres cuartos de millón de reales, y tuvieron tres formas de inversión: fundaciones pías, donaciones y mecenazgo, e inversiones directas de la tierra. La primera forma fue la dominante, y supuso la canalización de más de la mitad de estos capitales a través de fundaciones pías creadas por los mismos indianos, y que utilizaron el censo consignativo como instrumento financiero. Por ello, ambos elementos son piezas claves en la inversión de este dinero indiano, que tuvo tantas formas de inversión efectiva como aplicaciones le dieran los censatarios que recurrían a estas fundaciones en busca del crédito hipotecario que supone el censo consignativo. Como consecuencia de éste fueron hipotecadas numerosas tierras. Sin embargo, sus réditos promovieron todo un sistema de beneficencia apoyado en diversos objetivos píos, entre los que destaca la dotación de parientas pobres.

El mecenazgo ejercido por los indianos de Castuera supuso un necesario remozamiento de las iglesias de esta localidad. Y la tercera forma de inversión sólo afectó al único indiano de esté siglo que retomó, y se canalizó hacia el terrazgo castuerano. Los capitales censales indianos de Castuera, y las fundaciones a las que pertenecieron, fueron de mayor potencial que el capital autóctono de esta misma índole. Con ello queda patente el potencial en Castuera de estos capitales arribados desde las Indias cuyo estudio hemos abordado del siguiente modo:

I.?Introducción, fuentes y método.

II.?Los capitales indianos y sus formas de inversión.

1.-Las fundaciones indianas como entidades financieras.

a) Cuantificación y definición de las fundaciones.
b) Los capitales líquidos.
c) Los capitales inmobiliarios.
d) Patronos y capellanes. La administración.

2.-Donaciones y mecenazgo.

3.-Las inversiones directas en la tierra.

III.?El censo consignativo como instrumento financiero.

1.-Cuantía y ritmo del capital censal indiano.

2.-Principales.

3.-Hipotecas.

4.-Los motivos del crédito a censo.

«EL MECENAZGO DE LOS INDIANOS DE CASTUERA (BADAJOZ) EN AMÉRICA Y EN EXTREMADURA DURANTE EL SIGLO XVII»

La reconstrucción y el ornato de las iglesias de Castuera, durante el siglo XVII, fue una de las formas de inversión de los capitales remitidos desde las Indias por los emigrantes de esta localidad. Aunque estos mismos favorecieron la construcción de varios edificios religiosos en América, el mecenazgo ejercido en su lugar de origen fue muy superior. Como forma de mantenimiento de unos vínculos afectivos, de alarde de la posición social obtenida, y como ejercicio de la beneficencia. El mecenazgo a las iglesias castueranas tuvo dos aspectos, uno inmobiliario destinado a su necesaria reparación, y otro mobiliario, orientado a su dotación con objetos de culto. Los envíos de objetos suntuarios y de arte también beneficiaron, aunque en menor medida, a los familiares de los indianos de Castuera. El estudio de este fenómeno, que subraya una vez más las relaciones entre América y Extremadura, lo hemos vertebrado en los siguientes aspectos:

1.-El mecenazgo de los indianos de Castuera en América.

2.-E1 mecenazgo indiano en Castuera.

2.1.-El mecenazgo inmobiliario.
2.2.-E1 mecenazgo mobiliario.

A. – Inventario de las donaciones.

– Orfebrería y objetos de plata.
– Tejidos y vestimentas litúrgicas.
– Retablos y pinturas.

B. – Mantenimiento y cuidado de las donaciones.

3.-Los envíos suntuarios a particulares.

LÓPEZ LÓPEZ, Teodoro Agustín 
«EL CONVENTO FONTANÉS DE LA PURÍSIMA CONCEPCIÓN EN LA ÉPOCA MODERNA: 1618-1835»

Las listas «oficiales» no siempre recogen todos los casos reales. En los elencos de los conventos concepcionistas antiguos no aparece el existente en Fuente del Maestre. Una nueva prueba de toda esta realidad silenciada constituye las fuentes documentales, encontradas y disponibles.

En un intento de presentar los grandes marcos estructurales hemos estudiado: el cambio de regla de la comunidad primitiva, el análisis de las instituciones del gobierno conventual y sus actividades económicas. Concretamente, tres son las partes en que se divide el trabajo.

La primera, la NUEVA FUNDACIÓN está centrada, casi de modo exclusivo, en el seguimiento de las escrituras de dotes, cuyo sujeto de derecho eran las mismas monjas. El privilegio papal por el que se concedía cambiar el antiguo hábito por el de la Concepción se aplica aquí.

La estructura institucional del convento constituye la segunda de las partes a que antes nos referíamos. Estudiando cada una de las tres variables democráticas (población, estamentos y jerarquía), la estructura socio-vocacional de las gentes que allí residían y su dinámica propia.

Por fin, la vida económica, en que se estudian bienes y rentas. En ella se analiza los censos, tierras y limosnas y otros temas relacionados con los salarios, obras y demás.

Esta etapa fue sofocada por las leyes desamortizadoras; pero sesenta años después Madre Filomena de Bustamante con monjas trujillanas de San Pedro supo instaurar.

MURGA ALCÁNTARA, Juan García
«BALCONES Y VENTANAS DE ÁNGULO EN EXTREMADURA»

Estudio de ventanas y balcones de esquina, elemento arquitectónico que aparece con cierta frecuencia en edificaciones del siglo XVI en algunas zonas de Extremadura y que, con ejemplos importantes, da carácter propio a la arquitectura civil regional. Se expone el posible origen italiano del hueco angular, en Venecia a lo largo del siglo XV, y su traslado a España sería una huella más del italianismo del renacimiento español. Igualmente, se profundiza en el carácter simbólico y denotativo de este detalle arquitectónico, sus zonas de expansión dentro de la región extremeña, tipología de los vanos de ángulo existentes y principales ejemplos concretos, con persistencia cronológica a lo largo del siglo XVII e incluso del XVIII, constituyendo uno de los elementos de la arquitectura regional que más ha llamado la atención de estudiosos, viajeros e investigadores desde la época del neoclasicismo hasta nuestros días.

SÁNCHEZ LÓPEZ, Martiria
«LA VERA Y SU APORTACIÓN A LA CONQUISTA Y EVANGELIZACIÓN DEL NUEVO MUNDO. EL PADRE JUAN DE ESCOBAR»

Después de una introducción donde se expone la importancia de la aportación de La Vera a la gesta americana, se habla de los conquistadores veratos más importantes. El capítulo siguiente está dedicado a los evangelizadores religiosos que salieron de cada pueblo hacia América y Filipinas. Hay otro capítulo en el que se estudia la labor del Padre Juan de Escobar, misionero en el Perú.

La comunicación termina con una valoración de esta aportación. Se adjunta una fotocopia de un documento de 1688.

SORIA LEÓN, Manuel
«COSTUMBRES CHINATAS»

Malpartída de Plasencia, situada a unos 7 kilómetros de Plasencia, sigue manteniendo sus costumbres muy vivas. Algunas de estas costumbres se remontan varios siglos antes que el nuestro, pero en sus calles se siguen viviendo las costumbres populares y prueba de ello es la realización de este trabajo que recuerda y actualiza dichas costumbres.

Se podrán ver a partir de varios focos como son en las fiestas, en las matanzas, en las defunciones, etcétera. Es decir, Malpartída de Plasencia vive plenamente sus costumbres a lo largo de todos los acontecimientos populares que pasan en todo el año, desde que empieza hasta que termina.

Aparte del estudio exhaustivo de estas costumbres se hace también una pequeña localización del término y una cronología histórica desde casi la época prehistórica.

RODRÍGUEZ PULGAR, María del Carmen
«RECONSTRUCCIÓN EFECTUADA EN EL PUENTE ROMANO DE ALCÁNTARA EN EL SIGLO XIX»

Podíamos decir que el puente de Alcántara es, sin duda, una de las obras más importantes del antiguo imperio, así como una de las obras más atrevidas dentro de la ingeniería romana y, por supuesto, uno de los ejemplares mejor conservados y conocidos.

A simple vista, parece que poco pueda añadirse a un tema tan tratado como interesante, sin embargo teníamos pendiente uno de sus más recientes capítulos, el que trata de la última reparación efectuada de 1856-1859. Uno de sus arcos fue volado durante la guerra de la Independencia y reparado de forma muy meticulosa por el ingeniero don Alejandro Millán y Sociats.

La reparación era conocida en el mundo arqueológico, se especulaba sobre cómo se había hecho, pero hasta ahora no hemos podido contar con los planos utilizador por su reparador. Por medio de ellos hemos podido conocer el tipo de «wagones» utilizados, los bancos de piedra, las trógolas y grúas empleadas y además el presupuesto de la obra desgranado en jómales, materiales, útiles, destajos, etcétera.

MARTÍN BELTRÁN, Mercedes
«DESTINO DE HERNÁN CORTÉS»

No escapa a ningún entendimiento humano que todos venimos a la vida por una voluntad misteriosa, para un fin.
Bien es verdad que tenemos el don de la libertad; pero no con poder para desviarse de los caminos trazados, para los que fuimos creados. Hay unos más marcados que otros; son acontecimientos que unos tras otros marchan, hacen cadenas.
Hernán Cortés nace en una de las épocas más trascendentales de España. Es por entonces cuando se rompen moldes, cambian los pensamientos, el mundo evoluciona con grandes filósofos, poetas, guerreros, escritores y, para colmo de todo, se descubre un Nuevo Mundo.

Cristóbal Colón lleva a cabo gesta más importante de la historia. Las grandes epopeyas son sus protagonistas, en su mayoría, personas sencillas y sin saber cómo toman parte de actos de gran magnitud, quedando sus hazañas para todos los siglos reflejadas, y tanto que el personaje va difuminándose poco a poco.

Tan sencilla fuera la persona de Colón que aún se ignora su origen, no se sabe si fuera genovés, portugués o judío, ni dónde descansan sus restos. ¿De dónde procedía y por qué vino a España? De seguro que nadie lo puede aclarar. Esa era su estrella, su destino. Él era el instrumento «hombre» que El que todo lo hace y lo ordena lo eligiera para tal acontecimiento.

Tal vez de ningún otro pueblo, más que de España, podría haber llevado la consigna de enseñar otra religión, unirse, mezclarse en profundidad con aquel pueblo y así se hizo. Tampoco hay que pensar que todos los que allí se llegaron, llevaron los mismos ideales. Pero en su mayoría así era. Poblar, enseñar, unirse.

Hernán Cortés nace de unos padres cristianos, que inculcan en él principios y leyes muy elementales para la época: Dios, el rey y el honor.

FERNÁNDEZ SÁNCHEZ, Teodoro
«¡QUÉ BIEN, QUÉ BIEN!»

Con este título original, «¡Qué bien, qué bien!», presento unos apuntes que intentan marcar sus perfiles humanos y espirituales, porque su vida, nada común en nuestros tiempos, fue algo extraordinariamente sencillo y sublimemente sencillo.

Se llamó don Honorio María Sánchez de Bustamante, nacido en Ceclavín, el 21 de noviembre de 1886, fiesta de la Virgen Niña, y fallecido en Coria/ el día 15 de agosto de 1965, fiesta de la Asunción.

Estudió en el seminario de Coria y fue ordenado sacerdote el 12 de marzo de 1910 por el doctor Peris Mencheta.
Estrenó su ministerio en Garrovillas durante unos meses, porque fue llevado al Seminario para ser profesor de Música y director espiritual. A pesar de su juventud tan madura era su espiritualidad que el prelado no dudó en encomendarle lo más importante y difícil del seminario, la dirección espiritual.

Antes de los tres años de sacerdocio se incorporó, como beneficiado organista a la Catedral -1913-, y el doctor Barbado Viejo lo nombró canónigo.

Su vida sólo tuvo una ilusión: la santidad. Pero con las sólidas raíces de la oración, austeridad, humildad y caridad dulce y amable.

Cuantos convivieron con él testifican que era un hombre de otros tiempos. Sus amores preferidos: La Eucaristía y la Virgen. Dos fiestas marianas marcaron el inicio y el final de su vida humana. Y mientras en Coria se celebraban los funerales y el sepelio, a muchos kilómetros de distancia, en Santiago de Compostela, ignorando el suceso, se entonaba, como primer responso, el himno a la Virgen de Guadalupe, cuya partitura compuso don Honorio siendo seminarista, con motivo de una peregrinación de seminaristas extremeños al santuario de la Morenita de las Villuercas.

Siendo yo muy niño lo conocí y ayudé a misa cuando iba a visitar a una hermana que tenía religiosa de clausura en el convento de Agustinas Recoletas de Serradilla. Antes ingresó en las Josefinas-Trinitarias y después pasó a la vida contemplativa, donde murió en olor de santidad, como su hermano.

Lo maravilloso es que todos sus hermanos, los seglares, estaban cortados por el mismo estilo espiritual.
Su vacío de ejemplaridad espiritual no se ha descubierto. Es difícil. Su entierro fue un plebiscito popular. Todos los labios musitaban como improvisado responsorio: «Era un santo. Ha muerto un sacerdote santo.»

Y su sepulcro ya es glorioso. Flores y plegarias lo embellecen. Hasta los favores del cielo comienzan a confirmar y pregonar su fama de santidad y el aroma angelical del sacerdote enamorado de Cristo y de la Virgen bendita.

«TIRSO DE MOLINA EN TRUJILLO»

De todos es conocida la estancia de Fr. Gabriel Téllez en Trujillo durante el sexto lustro del siglo XVII, con el cargo de Comendador de la Orden de la Mercedpara la ciudad y su jurisdicción.

Aquella estancia del genial autor de comedias, autos sacramentales, novelas y poesías, popularmente conocido por Tirso de Molina, fue un orgullo para los trujillanos y honor para los extremeños.

Sin dejar de cumplir sus deberes de Comendador y visitar los pueblos del territorio, continuó su ilusión y privilegio divino de escribir con inspiración y elegancia literaria.

Ya había escrito los doce Cigarrales y centenares de comedias. Pero únicamente se conocen los cinco primeros dedicados a don Suero de Quiñones y Acuña. De los siete Cigarrales restantes jamás se supo nada. Lo que sí parece cierto es que trajo a Trujillo todos los originales, sin duda con deseo de encontrar un mecenas espléndido que patrocinase la impresión.

No se puede dudar de que eran doce porque él mismo lo confiesa y todos pueden comprobarlo, leyendo, después de la dedicatoria, las dos páginas «Al bien intencionado».

A Fr. Gabriel, como a otros insignes autores de aquellos tiempos, debieron surgirle problemas serios de toda índole. Las frases de resentimiento que nos brinda, hablan con evidencia.

Quiero pensar que algún caballero trujillano le brindó ayuda y patrocinio para publicar los siete Cigarrales que faltaban. Si fue así, las buenas y prometedoras palabras no se cumplieron, y la mayor parte de los Cigarrales quedaron en ignorado lugar. Mas quiero sospechar que no salieron de Trujillo.

Hace años, cuando se disponían a destruir un montón de papeles viejos, observé que dos cuadernos amarillentos manuscritos parecían contener prosa y versos. Los recogí y lentamente, por las noches empecé a descifrarlos. Cada vez me agradaba más su contenido.

Escribí en la prensa invitando a los eruditos a informarme sobre la paternidad de los párrafos que como muestra yo brindaba. Pasaron años. Demandé la misma ayuda en un congreso de estudios extremeños. Resultado negativo. Un periodista del diario «Pueblo» me dijo que los publicó repitiendo mi pregunta. Comenzaron las sospechas sobre cierto parecido a los Cigarrales. Escribí a doña Blanca de los Ríos, insuperable erudita en temas tirsianos. Confirmó nuestras sospechas y me puso en contacto con Penedo. Llevé a Madrid los originales y sometidos a una compulsa además de un análisis grafosicológico nos dieron el resultado de que tenían el 99 por ciento de probabilidades de ser dos cuadernos autógrafos del inmortal Tirso de Molina o Fray Gabriel Téllez.

La recuperación de estos cuadernos está considerada como una importante y rica aportación a la Literatura española.
Se han registrado debidamente en el ministerio y se está en gestiones para adquirirlos y conservarlos en un centro nacional.

RUBIO LABRADOR, Eva 
AVÍS GONZÁLEZ, Montserrat 
MATEOS CORTÉS, Manuel 
DE ALVARADO GONZALO, Manuel 
«CONSIDERACIONES EN TORNO A LA CONSTRUCCIÓN Y EVOLUCIÓN FUNCIONAL DE LA PRIMITIVA IG LESIA DEL CONVENTO DE SAN FRANCISCO, TRUJILLO»

La rehabilitación arquitectónica que la Escuela Taller de Trujillo realiza en el Convento de San Francisco, se ha centrado principalmente en su iglesia primitiva, de la que se han podido recuperar sus volúmenes originales. Estos trabajo están permitiendo documentar algunos aspectos interesantes de la construcción del edificio (inicios del siglo XVI) sobre una zona suburbana fechada a principios del siglo XIV, y de las distintas fases evolutivas y funcionales hasta época contemporánea.

GUTIÉRREZ MACÍAS, Valentín
«LOS PASARONIEGOS Y SU RICO FOLKLORE»

La Vera es una fértil comarca natural de Extremadura, un verdadero vergel, que ha sido cantado por poetas del más fino estilo, sin que podamos omitir, bajo ningún concepto, al clásico Gabriel Acedo de la Berrueza y Porras, y en nuestros días a Felipe Jiménez Vasco, conocido como «El ruiseñor de la Vera», seudónimo que empleó mucho en sus colaboraciones periodísticas.

En el orden folklorista, la Vera ofrece estampas que llaman soberanamente la atención de quienes se entregan a su sentido admirativo de modo continuado.

El grupo folklórico «El baúl de los recuerdos», de Pasaron de la Vera, trabaja con ahínco por rescatar del olvido las obras que más prestigio otorgan. Tal es el fervor que ponen sus componentes en la empresa que resultan airosos en sus nobles afanes, que registramos en esta síntesis, concerniente a «Las horas de mi reloj» (ronda), «El cantarito», «La pasaroniega», los villancicos «Retumba, zambomba» y «Las bodas», que se ofrecen en la comunicación, así como en las consideraciones en tomo a las piadosas cofradías de la localidad, con las notas manifiestas de la tradición y costumbres reflejadas.

Tal es la comunicación que formulamos como aporte a los Coloquios Históricos, que son exponente de la investigación en diversos órdenes y reflejo de las inquietudes que anidan en la heráldica ciudad de Trujillo y en la región.

PLAZA RODRÍGUEZ, Ignacio

TORRECILLAS, una aldea del sexmo de la ciudad de Trujillo, adquirida por compra, en el año 1558, por Diego Pizarro de Hinojosa, hijo de Juan el Magnífico y de doña Juana de Hinojosa, que casó con doña María de Carvajal.
El precio de compra fue el de 4.000 ducados la legua de tierra y 16.000 maravedíes por vecino. La Tiesa agregada a Torrecillas no aparece hasta un documento obispal del año 1853 y en otro de 1855, como Torrecillas de la Tiesa.
CENTENERA, un EJIDO, en el ARRABAL de Trujillo así denominado, desaparece al tiempo que La Tiesa, para unirse a ALDEA NUEBA, que será de ZENTENERA y hasta mediados del siglo XIX, no aparece en su forma actual de ALDEACENTENERA. El EJIDO funciona en la actualidad como un PROPIO del pueblo dicho.

También desaparecen junto con La Tiesa y CENTENERA, el castillo de la CORAJA y el convento de la VICIOSA.

MONTERO CURIEL, Pilar 
«NOMBRES EXTREMEÑOS DE LA «ABEJA», EL «AGUIJÓN» Y LA «AVISPA», SEGÚN LOS DATOS DEL ALPI»

En este estudio se pretende llevar a cabo el análisis de las voces extremeñas relacionadas con los conceptos «abeja», «aguijón» y «avispa», a partir de los datos que suministran los mapas 6,11 y 19 de los setenta y cinco que conforman el primer tomo del Atlas Lingüístico de la Península Ibérica. Con la interpretación de las variantes léxicas de estos tres vocablos pertenecientes al campo semántico de los animales, intentaremos poner de relieve la importancia que tiene la cartografía lingüística como punto de partida para realizar un estudio semántico.

CÍLLÁN CILLÁN, Francisco 
«EL FOLKLORE DE PUERTO DE SANTA CRUZ»

Con este trabajo he pretendido dar a conocer una serie de costumbres de la localidad, que con el correr de los tiempos se han ido perdiendo. Cada acontecimiento va ilustrado con las canciones más representativas, sin pretender agotar el tema, ni siquiera indicar que ésas eran las únicas que se oían en ese momento. Me he detenido en el tema de los quintos, porque considero que era un acontecimiento trascendental en la vida de los mozos del pueblo. Se podía hablar de antes y después de la mili. Sus canciones salían a relucir en casi todos los momentos importantes. La variedad expuesta en el muestreo denota, no sólo el sentir de los mozos de aquella época, sino incluso la situación del país o las costumbres locales. Algunas pueden que se oigan en pueblos más o menos próximas, pero he procurado que todas sean lo más locales posibles.

MARTÍN JIMÉNEZ, Marcela
«TRUJILLO, HONDURAS, C.A.»

Trujillo, capital del Departamento de Colón (Honduras, Centro América), está situada sobre la costa del mar Caribe y al fondo de la bahía de su nombre.

El origen de su cultura es eminentemente maya. La ciudad de Trujillo se fundó el 18 de mayo de1525.Se debe su nombre, a que el primer encargado de aquellas tierras fue Francisco de las Casas, natural de Trujillo (Cáceres), y decidió dar el nombre de su lugar de nacimiento a la primera ciudad que se fundase.

«DON TOMÁS MARTÍN GIL»

Los personajes que han vivido en Extremadura nos han dejado una gran huella y, cómo no, voy a recordar a ese gran hombre que para mí fue imagen a imitar y seguir: don Tomás Martín Gil, que en este mismo año se cumple el centenario de su nacimiento.

Nacido el 29 de diciembre de 1891, en la ciudad de Coria, nos ha dejado en el ánimo el cariño por conocer Extremadura, la dedicación a los demás, la investigación, el amor al conocimiento y el saber.
Podría extenderme en su gran colaboración en la sociedad en la que vivió, que colaboró en lo que estuvo en su mano, en todos los ambientes, desde su propio trabajo como jefe de estadística, pasando por las secretarías del Club Deportivo Cacereño, o en el museo, o como arqueólogo, folklorista…, tantas cosas que destacar; lo que nos ha quedado, sus fotografías, sus escritos, el AMOR tan grande que le seguimos teniendo, aunque no esté ahora con nosotros.

Se publicaron muchos de sus trabajos, por lo que sabemos de su obra y yo, como familiar y como receptora de su fuerza y su gran personalidad, hago presente en este acto el recuerdo del personaje del hombre buscador de paisajes, de no cerrarse para nada, viviendo y luchando por un mundo mejor donde no cabe el aburrimiento.
Gracias, te doy aquí en público, don Tomás Martín Gil, aunque no haría falta porque te llevo muy dentro de mi ser y sé que estás conmigo.

SÁNCHEZ GARCÍA, Rosa María
«LAS FORTIFICACIONES DE OLIVENZA, VARIOS ESTILOS DE DEFENSA»

La ubicación fronteriza de Olivenza determinó que asumiera y cumpliera a lo largo de la historia una estratégica función defensiva:
para Portugal, por evitar junto con Elvas y Campo Maior los ataques directos contra Lisboa; para España, por servir de «escudo» a Badajoz y controlar los núcleos portugueses cercanos.

De ahí la importancia de todo el «término fortificado oliventino», en el que se incluye el puente de Ajüda, las atalayas y los complejos arquitectónicos-militares del núcleo urbano, adaptados a los últimos avances poliorcéticos de cada periodo, como lo evidencian los restos que han llegado hasta nuestros días.

Durante la etapa medieval, Olivenza cuenta con una «ciudadela», ajustada al esquema de la «ciudad-campamento» o «ciudad-crucial», y con un castillo, regular y trapezoidal, enclavado en el ángulo N.E. de este recinto de altas y gruesas murallas.

En el Renacimiento, y más concretamente en el reinado de don Manuel, Olivenza participa del esplendor económico y cultural de Portugal del siglo XVI. Sus fortificaciones están en una fase de transición caracterizada por una mayor solidez y por la pérdida de altura. Los torreones, separados del cuerpo de la cortina, salen al encuentro del enemigo. En definitiva, las fortalezas pasan de ser exclusivamente protectoras a adoptar funciones ofensivas equipadas con artillería. A esta disposición responderían las inconclusas murallas manuelinas de Olivenza.

La unión ibérica (1580-1640) relegó a un segundo plano los temas militares y constructivos, tanto en Castilla como en Portugal.

El estallido de la Guerra de Restauración impuso la erección de amplias fortificaciones abaluartadas, acordes con la moderna logística, en ambos lados de la raya hispano-portuguesa. El recinto bastionado oliventino tuvo un proceso constructivo lento e «intermitente» -falta de financiación constante, la utilización de materiales pobres, las ausencias del ingeniero J. Gillot, la combinación de las obras con los hechos bélicos, y la amplitud del proyecto escogido, entre otras causas-. Presentó un diseño diferente en el siglo XVII que en el XVIII y XIX, teniendo en cuenta los divulgados tratados sobre este tipo de arquitectura.

Esta evolución manifiesta el permanente carácter castrense de Olivenza, que en 1801 pasa a ser una población española por conquista, y que en 1857 pierde su condición de plaza fuerte, siendo sus importantes y majestuosos restos los que nos recuerdan su constante y peculiar protección.

En la actualidad se está llevando a cabo una política de conservación, restauración y rehabilitación de los edificios militares y las murallas del núcleo urbano que ha merecido el reconocimiento internacional al concederse a la ciudad el premio «Europa Nostra» en el presente año.

RIVERO, Francisco 
«LA VISIÓN AMERICANA DE NICOLÁS DE OVANDO»

Si en los anteriores coloquios, el autor dio la visión española del extremeño Nicolás de Ovando, gobernador de las Indias, al sustituir a Cristóbal Colón, en esta ponencia quiere presentar la opinión de este conquistador, evangelizador y gobernador.

Para algunos dominicanos, la mayoría, fue un hombre brutal y cruel, al mandar ajusticiar a la princesa india Anacaona, que se opuso al sistema de la encomienda, por el que los españoles se repartían a los indios para que trabajasen en sus fincas. Debido al cruel trato que le proporcionaron, el pueblo indio, los tainos, vio rebajar drásticamente su población.

Para otros. Ovando fue el gran gobernador que desarrolló una política europea, imponiendo criterios occidentales a una sociedad arcaica, que basaba su subsistencia en la escasa economía de la isla La Española. Levantó ciudades, hospitales, escuelas, conventos, palacios, y ordenó el traslado de la capital. Santo Domingo, a la orilla derecha del río Ozama, tras la destrucción de la ciudad vieja por un huracán.
Sin duda, fue un gran hombre. Con dos visiones, dos caras, con dos opiniones contradictorias. Hemos de conseguir que sus acciones, buenas o malas, las juzgue la historia. Tratarlas con respeto es nuestra labor. Desde aquí sólo queremos darlas a conocer en su propia tierra.

PÉREZ MUÑOZ, Isabel
«LA ACTIVIDAD JUDICIAL Y LA ACCIÓN PENAL EN EL TRIBUNAL ECLESIÁSTICO DE CORIA DURANTE LOS SIGLOS XVI Y XVII»

El presente trabajo se ha centrado en el estudio histórico del tema de la delincuencia y del funcionamiento del sistema judicial y penal en el periodo moderno, pretendiendo sumamos con ello al creciente interés que en nuestra sociedad actual se advierte por estos problemas.

La multiplicidad de jurisdicciones que se daban cita en la Extremadura de los siglos XVI XVII y XVIII, nos ha llevado a seleccionar para el desarrollo de este tema una de ellas: la del Tribunal Eclesiástico de la diócesis de Coria, que consideramos especialmente interesante por el carácter dual -delito y pecado- de las transgresiones que, como tribunal de la Iglesia, juzga.

El análisis de este tribunal durante los siglos XVI y XVII nos ha permitido marcar el ritmo de evolución de su actividad judicial, las direcciones de la misma -delitos sobre los que tuvo competencia-, y, finalmente, su acción penal, en la que se ponen de manifiesto las formas de represión utilizadas para castigar las infracciones llevadas ante su justicia.

MARINAS OTERO, Eugenio 
«IBN MARWAN AL YALLIKI («EL GALLEGO»), FUNDADOR DEL REINO DE BADAJOZ, PRIMER REINO DE TAIFA DE ESPAÑA».

1.-La polémica personalidad de Ibn Marwan.
2.-Galicia y los gallegos en el siglo IX.
3.-E1 «Yermo» y la actual Extremadura.
4.-La especial situación religiosa y política en la España de la época.
5.-Mérida e Ibn Marwan.
6.-Ibn Marwan y la fundación de Badajoz.
7-El reino independiente de Badajoz (868-889).
S.-Enfrentamiento con la monarquía leonesa.
9.-Enfrentamiento con el emirato de Córdoba.
10.-Campañas de Ibn Marwan. «El gallego».
11.-La dinastía Marwaní y su legado.

MUÑOZ MÉNDEZ, Francisco Manuel
GARCÍA ARRANZ, José Julio 
«UNA CUSTODIA DEL SOL EN EL MUSEO PARROQUIAL DE LA IGLESIA DE NTRA. SRA. DE LA CANDELARIA DE ZAFRA: ANÁLISIS FORMAL E ICONOGRÁFICO»

En el trabajo que aquí presentamos se han tratado de sintetizar el creciente interés que, en estos últimos años/ se viene detectando por dos áreas distintas, pero perfectamente complementarias, dentro de la Historia del Arte: por un lado, se inscribe dentro de una comente de estudios regionales en tomo a la platería y orfebrería religiosa, que, pese a su extraordinaria riqueza en el ámbito de nuestra comunidad, tan escasa atención había recibido hasta los primeros años ochenta, injustamente encasillada bajo la denominación de «artes menores»; y, por otro, intenta conectar con las más recientes investigaciones, igualmente desarrolladas con especial intensidad en nuestro país durante esta última década, relacionadas con el método iconográfico como útil auxiliar al análisis de la obra de arte.

Para todo ello nos hemos centrado en el estudio de una custodia de sol de época rococó conservada en el Museo Provincial de Nuestra Señora de la Candelaria, en Zafra, atendiendo tanto a sus aspectos formales y de autoría como a la interpretación profunda de sus elementos simbólicos. El trabajo se precede de un rápido repaso a la arquitectura que sirve de marco a la pieza, así como al resto de bienes artísticos que en ésta se contienen, con el propósito de situar e integrar la obra dentro de un contexto unitario en el que pueda ser apreciada como uno más de sus componentes.

SÁNCHEZ RUBIO, Rocío
«VIAJAR A INDIAS EN EL SIGLO XVI. PREPARATIVOS Y VICISITUDES DE LOS PASAJEROS EXTREMEÑOS»

Poco a poco, los investigadores van colocando -a la sombra o no – de la conmemoración del V Centenario del Encuentro de Dos Mundos-las piezas del interminable puzzle que contiene siglos de historia, existencia y relaciones entre las comunidades de uno y otro lado del Atlántico. Con «Viajar a Indias en el siglo XVI» no se pretende cubrir un espacio más de mencionado puzzle, se trata tan sólo de recrear, de aproximamos -en la medida que la documentación de los archivos permite- a la actividad y actitud desplegada por los extremeños determinados a cruzar el océano durante el primer siglo de presencia española en América. El objeto de estudio es la propia travesía oceánica y entorno físico, material y mental que envuelve a estos pasajeros que se encaminan a ser los primeros pobladores de aquellas tierras desconocidas. La experiencia vivida por familiares y amigos que cruzaron con anterioridad e intentan animar e incitar la salida de nuevos deudos, se vierte ante todo en las recomendaciones para organizar el acopio de víveres y todo lo necesario para subsistir durante el mes y medio que aproximadamente ha de permanecerse en el mar. Pero la incertidumbre y el desasosiego por la duración del viaje, el temor a adentrarse en un medio extraño y desconocido, el hacinamiento en las naves y los peligros reales que acechan en alta mar motiva, en no pocos casos, la renuncia a emigrar. Tormentas, naufragios, ataques de corsarios y enfermedades eran básicamente los peligros que, en determinadas ocasiones, acabaron truncando las esperanzas que los pasajeros depositaron al embarcar rumbo al Nuevo Mundo.

NÚÑEZ MARTÍN, Ramón 
«TRUJILLO, CIUDAD EUCARÍSTICA. APUNTES PARA LA HISTORIA DE SU DEVOCIÓN AL SANTÍSIMO SACRAMENTO»

Trujillo tiene muchos tesoros. ¿Cuál de ellos es el mayor? Se podrían dar muchas contestaciones, pero sin duda alguna el verdadero es Jesucristo en el Santísimo Sacramento.

Desde hace siete siglos hay pruebas evidentes de que Trujillo ha vivido esta verdad fundamental de nuestra fe, y por esta razón ha hecho méritos para ser llamada «Ciudad Eucarística».

Lo avalan los siguientes hechos históricos: En el siglo XIII y siguientes la construcción de grandes templos, verdaderas obras de arte levantados principalmente para la celebración de la Eucaristía; en el siglo XVI y siguientes las celebraciones solemnísimas de las fiestas del Corpus, en el templo de Santa María la Mayor, para terminar con la celebración de la Octava en el templo de San Martín; en el siglo XVII la representación de los Autos Sacramentales de Calderón de la Barca en nuestra incomparable Plaza Mayor; en el siglo XIX la renovación de la Cofradía del Santísimo Sacramento que ya existía en Trujillo desde tiempo inmemorial; y en el siglo XX la fundación de dos secciones de la Adoración Nocturna y que son dos focos de irradiación eucarística, no sólo para la dudad sino para los pueblos de la comarca.

Para terminar, con razón se puede considerar a Trujillo, no sólo ciudad mariana, histórica y monumental, sino también «ciudad eucarística». Es un reto que debemos proponemos todos, para que no decaiga la devoción eucarística, sino que vaya en aumento hasta el fin del mundo.

VIVAS MORENO, Agustín 
«LA IMAGEN HISTÓRICA DE LA CONQUISTA DEL PERÚ Y LA FIGURA DE FRANCISCO PIZARRO EN LA HISTORIOGRAFÍA: 1875-1915-1920»

¿Es la historiografía un método de conocimiento histórico? ¿Es la reflexión sobre lo ya reflexionado, un acercamiento al hecho histórico? Creemos que desde la historiografía podremos obtener una reflexión de la historia, que nos hará crear una imagen histórica: la imagen dada por multitud de perspectivas. Así, pasar del estatismo histórico (de posturas intolerantes) al dinamismo historiográfico (de posturas encontradas).

De la conquista del Perú, como de toda la conquista americana en general, se ha escrito y hablado mucho. Ha tenido defensas grandilocuentes junto a críticas exacerbadas, y esto ya desde su contemporaneidad (no hace falta recordar la polémica Las Casas-Sepúlveda). Y especial capítulo merece el enjuiciamiento de Francisco Pizarro en la historiografía.

Es por ello por lo que este pequeño trabajo no tiene como objetivo el ataque o defensa de nuestro personaje, con una argamasa de pruebas históricas, verídicas eso sí, pero excluyentes de otras, para que coincidan perfectamente con lo que ya de antemano teníamos como concluyente (por razones de valoración subjetiva, porque nos parece que defiende nuestra identidad histórica, etcétera). Nuestro principal objetivo es muy sencillo: hacer un análisis de las principales obras escritas sobre Francisco Pizarro en un determinado tiempo, fijándonos más exhaustivamente en algunas de ellas. Y a partir de ahí, sacado el caudal historiográfico, elaborar nuestra reflexión, para ofrecer no el hecho histórico en sí, sino su imagen histórica en una etapa determinada.

Los años escogidos son quizá poco estudiados. Los que llevan desde el último cuarto del siglo XIX hasta los primeros años del XX: 1875-1915/20 aproximadamente. Y analizaremos obras de: Von Tschudi, J.A. de la Riva Agüero, Sebastián Lorente, M. Jiménez de la Espada, R. Calma, C. Matto de Tumer,Mendiburo, J.A. La valle, P.R. Cappa, José Toribio Polo, Tomás de la Reina y Reina, C.R. Markham, P. Alejandrino del Solar, J.G. Clavero, C.A. Romero, P. Patrón, C.A. Pret, S. Levacich, V.A. Belaunde, P. Rivet, Prescott; J. Quintana, A. Blázquez, O. Peligro Valle, A. Batres Jáuregui, J. Alfau, J. Bardini, C. Fernández-Duro, A. Sánchez Moguel, A. Paz y Meliá, etcétera.

Evidentemente, las líneas y tendencias quedarán exhaustivamente estudiadas por mediación de algunas obras.
Su reflexión hará que el estatismo histórico de posturas cerradas en sí mismas progresen hacia el dinamismo historiográfico de posturas encontradas.

SÁNCHEZ RUBIO, María Ángeles 
«GASTOS DE LA HACIENDA TRUJILLANA EN LA BAJA EDAD MEDIA. LAS OBRAS PÚBLICAS»

Los estudios sobre haciendas concejiles medievales son cada vez más frecuentes en la historiografía reciente. Pese a que pueda pensarse en una cierta homogeneidad de la estructura, funcionamiento y dinámica de muchas de estas haciendas locales, un detenido estudio de las mismas nos presenta una realidad no tan homogénea de lo que es el funcionamiento hacendístico de muchas de nuestras ciudades medievales. Las especificidades surgen de la diversidad de su entorno, su situación geopolítica, los bienes que generan sus ingresos, su estructura de gobierno, necesidades, etcétera.

El análisis del sistema hacendístico, la caracterización de sus ingresos, el estudio de las diversas partidas que constituyen los gastos ofrecen al historiador un elemento esencial para conocer diversos aspectos de la vida urbana bajomedieval.

En el caso de Trujillo, y tomando como fuentes esenciales los Libros de Actas y Libros de Cuentas elaborados por el propio concejo, pretendemos analizar uno de los capítulos más importantes a los que se destina parte de los elevados ingresos que generan las rentas de propios, las obras públicas. En ellas comprobamos el celo mostrado por el concejo por lo que constituye la ciudad, indudablemente impulsado por el crecimiento experimentado por Trujillo y su expansión siguiendo direcciones muy determinadas, siendo objeto permanente de las inversiones concejiles iglesias, monasterios, calles y edificios públicos de la ciudad.

GARRAÍN VILLA, Luis José
«ALONSO DE LLERENA»

Tras el descubrimiento del Nuevo Mundo, la participación de los extremeños, en los acontecimientos de todo tipo que se desarrollaron, ha estado siempre vinculada a las actuaciones de los conquistadores, a sus gestas bélicas y logros en la colonización de aquellos extensos territorios y su anexión al imperio que España estaba formando.

Sin embargo, Extremadura, como afortunadamente es ya bien sabido, no sólo aportó a las Indias grandes conquistadores, también hubo importantes evangelizadores, cronistas y hombres que trabajaron denodadamente por llevar el desarrollo de la época en todas sus facetas y la cultura occidental al Nuevo Mundo.

Tal es el caso de Alonso de Llerena, fundador de la Villa de Llerena Real y Mina de Sombrerete.

POLART PLISNIER, Josiane 
«CINCO FUERON LOS CRONISTAS QUE ESTUVIERON EN CAJAMARCA. DEL 15 DE NOVIEMBRE DE 1532 AL 11 DE AGOSTO DE 1533»

Cinco son los cronistas (testigos presenciales) en el primer encuentro entre el gobernador don Francisco Pizarro y el soberano inca Atahualpa.

Esos cronistas que presenciaron los hechos de Cajamarca son:
Miguel de Estete, Francisco López, Pedro Pizarro/ Diego de Trujillo y Juan Ruiz de Arce; tres de ellos sólo sabían firmar, lo que hace pensar que varios años después, como buenos narradores, dicten sus memorias a un escribano.

Cómo evitar que estos cronistas, improvisados escritores, no añadan un poco de ficción al relato de lo visto y lo vivido. Su deseo principal es dejar constancia de aquellas tierras, de aquellas gentes utilizando sus propios recuerdos (recuerdos que al pasar los años parecen más cuentos o anécdotas que historias verdaderas).

Para contarnos el origen, el desarrollo, la organización, la disciplina social y la autoridad jerárquica incaica esos mismos cronistas tenían que basarse en lo que los indios supieran de su historia (historia que no estaba escrita).

Únicamente sabemos de esos ocho meses en Cajamarca a través de esas crónicas y también de Hernando Pizarro (carta a los oidores).

Fernández de Oviedo, López de Gomara, Garcilaso, Herrera y otros, de esos datos hacen una historia, a veces añadiendo algo para justificar a los españoles, otras veces para aumentar el dramatismo de la situación.

DOMÍNGUEZ MORENO, José María 
«LOBOS Y PERROS (EL ALIMAÑERO EXTREMEÑO) »

El sentido práctico de los ganaderos extremeños les ha llevado a no confiar únicamente en el auxilio divino para defenderse del lobo y de las demás alimañas. El hombre consideró al bichu como un enemigo que debía ser aniquilado a toda costa, sin importar los medios. Sin embargo, hasta que no llegó la proliferación de las armas de fuego, el abuso de los venenos y la degradación del ecosistema, es decir, hasta tiempos muy cercanos a nosotros, esta lucha entre el hombre y la fiera no se ha decantado de forma clara a favor del primero. También es cierto que el conflicto secular movió a la inevitable creación de una serie de mecanismos de ataque y de defensas capaces de contrarrestar la eficacia del lobo.

Compañero inseparable del hombre pastor y ganadero ha sido el perro. Extremadura es tierra de excelentes perros mastines, producto de una selección que sólo ha sido posible gracias al trasvase de ganado trashumante por la región. Actualmente muchos ganaderos de fuera de la comunidad se hallan atraídos por las cualidades de estos perros, hasta el punto que la venta de cachorros se ha convertido en un pingüe beneficio de algunas áreas, como ocurre en la comarca de Trujillo y en los pueblos de las estribaciones de la Sierra de San Pedro.

SENDÍN BLÁZQUEZ, José 
«A CULTURA SERRANA»

La Iglesia, cuando habla de cultura la define diciendo: «El modo cómo los hombres se relacionan con la naturaleza, con sus semejantes y con Dios.» (Vatic. II G.S. 53). «Se trata de un estilo de vida en común que caracteriza a los pueblos; de ahí la diversidad de culturas.» Diversidad que gira en tomo a esos tres ejes.

La relación a la naturaleza abarca todas aquellas pautas de conducta en las que el hombre se sitúa frente al mundo para dominarlo y, de alguna manera, someterlo.

La relación con los demás entraña el sentido comunitario de un grupo étnico que construye y afirma su identidad a través del tiempo, es decir, que hace su propia historia.

La relación con Dios da respuesta a la tendencia connatural del hombre abierto a lo trascendente e insatisfecho con lo intramundano.

Estas tres constantes se hallan decididamente presentes en la cultura de nuestra región. Y se quiera o no el factor religioso aparece inspirado con poderosa influencia en los otros órdenes de la cultura, hasta el punto de dirigir incluso las parcelas reservadas a la economía.

Durante mucho tiempo, nuestros campesinos trabajando sus tierras con modelos árabes o quizá romanos, encomendaron al Cielo aquello mismo que ellos hubieran podido resolver exigiéndoselo a su propio esfuerzo.

«¿QUIÉN ERA RODRIGO ALEMÁN? »

Resulta bastante difícil contestar satisfactoriamente a esta pregunta. Son muchos los escritores que se la han hecho.

Nos hallamos ante un hombre enigmático, cuyos datos biográficos desconocemos. Poco o nada sabemos de su nacimiento y de su muerte y, sin embargo, sus creaciones le prestigian lo suficiente como para que alguien en su tiempo las hubiera contestado.

No resulta nada extraño que la insatisfacción del pueblo llano se haya encargado de suplir varios extremos con la correspondiente y espectacular leyenda.

Por su obra conocemos fechas importantes de su vida:
1489-1495. Talla la sillería baja de la Catedral de Toledo.
1496. Trabajo secundario en Toledo: ocho ángeles para la procesión del Corpus.
1497. En Plasencia, contrato de las sillas para los Reyes Católicos y un gran facistol central.
1498-1500. Toma parte en la ejecución de tres escenas para el Retablo Mayor de Toledo.
1500. Diseña, en Plasencia, los planos para el Puente Nuevo sobre el río Jerte.

CANCHO SÁNCHEZ, José María
«LA LLEGADA DEL CINEMATÓGRAFO A CÁCERES»

?El cine nació en París el 28 de diciembre de 1895, en el Salón Indio del Gran Café, en el número 14 del bulevar de los Capuchinos.?

Así comienzan Rene Jeanne y Charles Ford su historia sobre este invento que desde sus primeros momentos mantuvo la boca abierta de admiración a muchos de nuestros congéneres y que, desde luego, ha servido para alimentar nuestra fantasía y convertirse en una inagotable fábrica de sueños de todos los habitantes de nuestra cultura.

Al registrar su invento el 13 de febrero de 1895 los hermanos Louis y Augusto Lumiére, culminaban una serie de trabajos realizados durante largos años para registrar el movimiento y reproducirlo.

Precursores del cine son, desde los variados tipos de linternas mágicas a los distintos artilugios de raros nombres (fantascopio, fusil fotográfico, fenaquistiscopio,zoótropo, cinetoscopio…), basados de una u otra forma en la característica del cerebro humano de mantener persistente la impresión óptica recibida. Los hermanosLumiére consideraron que era suficiente con que cada imagen tuviera una duración de 1 /16 de segundo para conseguir la ilusión del movimiento continuo. Y con estas normas proyectaron en París, en la fecha reseñada, diez películas de 16 metros cada una, que pudieron ser admiradas por los 35 asombrados espectadores de esta primera sesión. Nacía el cinematógrafo público que se extendería como la pólvora por todas partes.

En Cáceres capital la prensa local registra una proyección pública del cinematógrafo el 27 de mayo de 1899, es decir antes de que se cumplan los cuatro años de la primera de París.

ENCINAS CERRILLO, Francisco 
«FRANCISCO DE ORELLANA, EXPLORADOR Y DESCUBRIDOR DEL AMAZONAS»

Surgió cuando Gonzalo Pizarro y Francisco de Orellana se propusieron explorar las proximidades de los Andes, donde se creía se encontraba la región del Dorado y el país de la Canela y hubieron de separarse. En la reducida expedición, figuraron los trujillanos Fray Gaspar de Carvajal, dominico (en calidad de cura de almas y como cronista). Rodrigo de Arévalo (muerto en aquel inmenso mar de agua dulce). Lorenzo Muñoz y Diego Matamoros (según algún autor).

Durante el mismo se realizó la primera manifestación, en Hispanoamérica, de Santa María de la Victoria, patrona de Trujillo, con el que se bautizó un nuevo bergantín para reemplazar otro en muy mal estado. Unimos nuestro fervoroso homenaje, a nuestro ilustre paisano, al que ha de recibir próximamente como fundador de Santiago de Guayaquil, al que se le ha de levantar una estatua, como recuerdo, reclamando de los poderes públicos una réplica para nuestra ciudad.

«FRANCISCO PIZARRO»

Al más universal e inmortal trujillano de todos los tiempos, dedicamos este sencillo trabajo, como homenaje, recordando el 450 aniversario de su asesinato, en la Ciudad de los Reyes, el 26 de junio de 1541, y con él a su hermano. Francisco Martín de Alcántara, y a su fiel paisano el capitán Francisco de Chaves, que le precedieron en su muerte.

NAHARRO i RIERA, Alfonso
«TRUJILLO, UN ESPACIO EN EL LUGAR»

Aunque muda, la telepatía pétrea destella su historia anclada en la ruina de su existencia. Canchos tallados simbólicamente en el otero dominan asambleas fantasmales tal vez invocando al Dios o decidiendo cuestiones vitales, problemas comunes dirimidos ante la piedra eterna de conexión al infinito.

El granito berroqueño rodea nuestro otero que dicen se llamó Cabeza de Zorro. Es una isla de cantería sembrada de mil colores en primavera y asombrillada con encinas que suavizan los duros estiajes.

Una importante corriente de agua atraviesa el cerro de sur a norte por debajo de la Plaza Mayor y el Castillo, la veta alimenta un acuífero que le rodea aflorando en primavera inacabable y fresca el agua que en todo tiempo se recoge de mil pozos o tantos como fuesen de menester…

MEDIAVILLA POLART, Marcos
«10 ESCUDOS IMPORTANTES DE TRUJILLO»

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